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DISCURSO DE APERTURA VORTEX: Congreso de Rock, medios alternativos, periodismo musical y corrupción en Colombia.

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Acaba de terminar VORTEX, una experiencia única, inédita y enriquecedora. Podermos afirmar que esto jamás se había realizado en el país y nos permitió por primera vez debatir y enfrentar nuestras ideas en un entorno académico, lejos de la facilidad y la cobardía de las redes sociales, entre decenas de personajes de todos los campos de la academia y la industria para sacar conclusiones que nos ayudarán a darle forma a esta mal llamada industria. O bueno, a los que quieran continuar con esta lucha que como lo vimos en el congreso como una de las grandes conclusiones, cansa.

Les dejamos acá el texto completo del discurso de apertura que comprende algunas reflexiones sobre la escena y los invitamos a ver los videos de todo el congreso que están en la parte de emisiones en vivo en el canal de YouTubte de Subterránica Rock.

Bogotá, 28 de mayo de 2024
Escuela Superior de Administración Pública de Bogotá:

Buenos días y bienvenidos a Vortex, es un gran honor y un privilegio está acá en un ambiente académico en donde por fin pondremos en tela de juicio muchos de los problemas que no han permitido que no solo el rock y el metal de un país se conviertan en una industria autosostenible, sino que a través de diversas miradas y múltiples puntos de enunciación, trataremos de desenmarañar esos escabrosos laberintos de la corrupción invisible y la dictadura cultural que se ha estado dando en Colombia y sobre todo en el distrito de Bogotá con sus instituciones. Para hacer esto necesitamos tomar una actitud bastante combativa y analítica y usar todas las armas lógicas, académicas y pasionales para hacerlo, porque ante todo el rock es pasión, amor, fuerza, es lo que muchos hemos escogido como forma de vida y por eso es por lo que esta situación hace tanto daño.

Antes de iniciar debo agradecer muy especialmente a la ESAP por permitirnos realizar el congreso, a Jenny, al departamento de comunicación y sobre todo a Yeisson Rátiva que ha sido el gestor de estos espacios. A mi Facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid y a mi tutor el Profesor Hector Fouce. A todos y cada uno de los invitados a este congreso, muchas gracias por participar y por aportar sus conocimientos y experiencia a la discusión, a mis amigos que ayudan en cada una de estas aventuras y por supuesto a todos los asistentes y personas que viven y crean el rock no solo en Colombia sino en las diferentes escenas independientes del mundo ya sea desde la música, los medios u otra área.

Realizar este congreso es algo fuerte, algo triste, es lamentable que nos encontremos en esta peculiar atmósfera, donde la ética y la integridad parecen ser virtudes raras, en este momento el mundo es un lugar complicado y Colombia lo es aún más, vivir acá es difícil en todo sentido, la corrupción, la violencia y la indiferencia han convertido a este país en un nido de avaricia y necesidad, ser colombiano es muy difícil, pero uno después de todo ama su casa, así esté dañada. A pesar de que algunos se esfuercen en negarlo o mostrar su descontento, la realidad permanece inalterable.

Recientemente me han sugerido que tal vez mis percepciones estaban desenfocadas, insinuando que en este país sí existe la lealtad, aunque esté dirigida hacia el dinero. Es interesante observar cómo este entorno se inclina ante el poder de la riqueza, negociando su lealtad y compromisos personales si es necesario. Como dijo sabiamente Pablo Escobar, a quien muchos en este país admiran, “el verdadero dios de este lugar es el dinero”. Aquí, lamentablemente, los sueños, proyectos y esperanzas parecen escasos, prevaleciendo la cruda realidad de la supervivencia. En mi experiencia, en lugar de disfrutar del reconocimiento y aprecio de un círculo que valora y comprende el arte de la música, me veo obligado a luchar contra aquellos que priorizan la lealtad hacia figuras corruptas que prometen riquezas inalcanzables. En este entorno desprovisto de amor, empatía y conocimiento, donde la escasez y la traición son comunes, la única opción sensata parece ser la retirada. Mis vivencias recientes solo refuerzan estas reflexiones, y con sinceridad insto a quienes puedan, ¡escapen! Pues aquí solo hallarán dolor, carencias y desesperación. Es lamentable constatar que las autoridades, sin importar su afiliación política, siempre protegerán este status quo. Hoy más que nunca, las palabras del sabio Schopenhauer resuenan con verdad. Me pregunto, ¿cómo pueden algunos vivir en paz en medio de este caos? ¿Acaso son verdaderamente felices, o solo lo aparentan? Y lo más importante, ¿creen sinceramente en la ilusión de que esto es un paraíso? Aunque pueda resultar difícil de creer, yo aún conservo mi fe en la bondad humana, el amor y la inteligencia, como lo he presenciado en otros lugares. No me gusta el dinero, odio el dinero porque compra todo, incluso conciencias.

Existen muchas realidades que tenemos que aceptar, que así no nos gusten ahí están y pensar que no es así no las cambia. El negar las realidades y mirar hacia otro lado solo las potencia, porque siguen sucediendo. Entre esas realidades que no nos gusta escuchar hay varias que deben ponernos a pensar, una, el rock en el mundo está en estado crítico, pero en Colombia está mucho peor. Dos, la calidad del Rock y el Metal colombiano y de sus medios de comunicación, así como de su ecosistema dejan mucho que desear, el nivel es bastante mediocre y debido a la falta de recursos se convierte más en un acto de fe y supervivencia que en una práctica sustentable. Tres, el modelo de autogestión que yo mismo plantee en el 2005 ha fracasado porque en Colombia nos enseñaron que el rock local es gratis, entones quedó sin piso. Cuatro, las personas que componen todo el ecosistema del rock y metal colombiano somos personas tóxicas, destructivas, poco educadas, groseras, pero sobre todo desagradecidas. Cinco, todo lo anterior nos ha llevado a que un puñado de personas se den cuenta de esto y hallan aprovechado para no solo destruir lo poco que queda del rock y metal colombiano, sino para robar y saquear el erario junto a sus amigos, enriqueciendo a algunos pocos y segregando y vetando a quienes se atreven a denunciarlos. El rock en Colombia fue cambiado como lo demostré en mi tesis de maestría Distorsiones, por la tropidelia, las modernizaciones y las folclorizaciones, todo basado en un discurso que nada tiene que ver con música. Ahora en Guitaras bajo fuego nos sumergimos en la forma en que ese discurso ha calado entre músicos y agentes hasta el punto en que la dignidad se ha perdido, tenemos punks de estado, anarquistas contratistas, cumbia en rock al parque y un montón de sin sentidos que nos han hecho perdernos de lo mejor del talento colombiano en el género. Solo en la base de datos de Subterránica tenemos alrededor de 4 mil bandas activas en el país, pero mañana ese número cambiará drásticamente, no en la cantidad, sino en las que nacen y las que mueren, es una realidad que haga lo que se haga nunca se queda bien con nadie porque todos tienen solo críticas y es cierto que ninguna banda de rock en Colombia vive del rock, de repente 4 o 5 pero estamos hablando de una gran comunidad de personas que han fracasado en este viaje.

Se han perdido batallas, podemos decir que está agonizando, muerto no, todos los días conocemos una banda nueva, jóvenes que arrancan, por ellos y para la reconfiguración y que se vuelva a entender cuando hablamos de rock, es que se hace este congreso, no solo para evidenciar los errores que hemos cometido sino para que esas bandas que están surgiendo encuentren un asidero real y congruente con lo que es la música que ellos están tocando
El término “negacionista” se utiliza para describir a una persona que niega la realidad, incluso cuando tiene pruebas en la mano. Este comportamiento puede estar motivado por diversos factores, como el miedo, la incomodidad psicológica o la lealtad a ciertas creencias o autoridades. En cuanto a la sumisión y la reluctancia a criticar a quienes los apoyan, incluso si son corruptos, no hay un término específico que englobe ambas características, pero podría estar relacionado con el concepto de “conformismo” o “obediencia a la autoridad”, que son temas ampliamente estudiados en psicología social.

El término ha sido utilizado por varios autores y académicos. Paul O’Shea lo definió como el rechazo a aceptar una realidad empíricamente verificable. Michael Specter habló del negacionismo grupal, donde un segmento de la sociedad da la espalda a la realidad en favor de una mentira más confortable.

En el contexto de la industria musical colombiana, se observa una tendencia preocupante entre algunos músicos y agentes culturales de negar o minimizar la evidencia de prácticas corruptas en instituciones como Sayco y eventos como Rock al Parque. Esta actitud de negacionismo, a menudo acompañada de una sumisión implícita que evita confrontar a las figuras de autoridad, puede ser interpretada a través de la lente de la teoría de la disonancia cognitiva. Los individuos involucrados pueden experimentar una tensión psicológica al reconocer la corrupción en entidades que son percibidas como benefactoras de su carrera, lo que los lleva a rechazar la evidencia, incluso cuando es incontrovertible. Este fenómeno no solo socava los esfuerzos por la transparencia y la integridad en la industria, sino que también refleja una dinámica de poder desequilibrada, donde la dependencia económica y la lealtad a la industria prevalecen sobre la ética y la responsabilidad social.”

En resumen, los músicos y periodistas de rock y metal en Colombia prefieren callar para no perder su parte del pastel, para no ser vetados, entonces es ahí en donde han creado un guerra cultural, somos nosotros contra ellos, los disidentes contra los alineados, y la parte oficial siempre gana por su postura de poder y su abuso de posición dominante, pero eso no quiere decir que este bien.

En Colombia casi todo está mal, la justicia, el transporte, la salud, el gobierno, la oposición, la gente. Nuestro ambiente, el rock, tampoco se salva, No está bien que una persona quiera destruir a un movimiento que lleva 15 años luchando por la escena independiente por que se le nomina a un premio, mientras que si pasa papeles a una convocatoria que se ha comprobado no es transparente ni honesta, no está bien que los músicos hablen mal y desacrediten y difamen en redes a otros músicos, cuando ninguno come de la música y son utilizados para seguir alimentando vibras de corrupción, no está bien que miren hacia otro lado mientras los corruptos se enriquecen solo por un puñado de dinero de una convocatoria amañada y acá ya no estamos hablando de música, estamos hablando de ética, de ser personas, de dejar atrás esa cultura mafiosa y puerca que llevamos los colombianos en la sangre en donde todos nos creemos narcos y más que todos. Es un problema más que musical, cultural, nosotros, los colombianos, pareciera que somos felices destruyendo a los demás colombianos menos al que nos tira el hueso para roer.

Lo que más duele es ver la indiferencia y la docilidad de los músicos, la debilidad, la intransigencia, el preferir pelear contra los demás músicos para caerle bien a los corruptos, para no perder su pequeño pedazo de la torta de papá estado, la cual lamentablemente en un país de estos es necesaria, pero no es honesta.

Este congreso busca enfrentar esas ideas, conceptos, visiones, opiniones, saberes, conocimientos que hemos tenido en torno l rock colombiano, pero sobre todo lo que queremos es que abran la mente, piensen que todo lo que saben no es real así lo sea, bórrenlo estos tres días y desaprendamos absolutamente todo lo que tenemos preconcebido en el rock y el metal. Vamos a adentrarnos en terrenos escabrosos, así que antes de comenzar voy a leer una advertencia, pero siempre esperando que estos días sean un camino de crecimientos, de desaprendizaje y reaprendizaje, de reconfiguración y de conocimiento para todos.

Quiero hacer una advertencia, Algunos temas y debates podrían resultar perturbadores o incluso ofensivos para ciertos individuos. Estas conversaciones son fundamentales para el progreso de nuestro congreso y para promover una transformación significativa. Si están preparados para este desafío, les damos la bienvenida con entusiasmo, y que las decisiones, debates y aportes del congreso sean una nueva forma de vernos y entender por qué necesitamos encontrarnos.

Muchas gracias y bienvenidos.

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Subterránica Energy: La bebida oficial del Rock ya está en Bogotá.

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Subterránica, el movimiento que le ha dado voz y fuerza al rock durante más de dos décadas, presenta hoy su creación más potente: Subterránica Energy, la bebida energizante pensada y diseñada especialmente para quienes viven la música al filo de la adrenalina. Esta bebida se convierte desde ya en la oficial del rock colombiano, y es la invitación perfecta para que músicos, amantes de la música en vivo, deportistas y público en general lleven su energía a otro nivel.

Subterránica Energy nace del espíritu incansable que acompaña a cada integrante de la escena: desde los músicos que dejan el alma en el escenario hasta aquellos fanáticos que nunca se pierden un acorde y se mantienen firmes, noche tras noche, festival tras festival. Es la recompensa lista para tomarse antes de un show, en medio del pogo o incluso al preparar el cuerpo antes de un gran entrenamiento.

Lo que hace diferente a Subterránica Energy no es solo su autenticidad, sino su composición perfectamente equilibrada para brindar energía prolongada y consistente. Cada lata contiene aminoácidos como la taurina y la prolina, que contribuyen a mejorar el rendimiento físico y mental durante horas intensas. Su mezcla exclusiva de vitaminas B1, B2, B3, B5, B6 y B12 le da el soporte necesario al metabolismo energético y la concentración; componentes que, junto a la dosis justa de cafeína y carbohidratos, activan tanto el cuerpo como la mente.

El sabor de Subterránica Energy se expresa como un riff potente: explosivo, vibrante y adictivo, ideal para acompañar maratones de conciertos, largas horas en la sala de ensayo o cualquier ejercicio que exija energía sostenida. No contiene grasas, grasas trans, ni sodio añadido, lo que la convierte en una alternativa limpia y eficaz.

La revolución energética ya empezó. Desde ahora, Subterránica Energy está disponible exclusivamente en bares clave de Bogotá donde se respira y se escucha rock: Ace of Spades, BBar, The Grange, Jackass y Rockxy son los primeros templos en sumarse a la experiencia. Pero esto es solo el principio, ya que la bebida puede ser solicitada para acompañar festivales, eventos especiales y conciertos de cualquier tamaño, llevando la actitud Subterránica a todos los escenarios.

Subterránica Energy es más que una bebida: es un símbolo para la comunidad que nunca baja el volumen ni la intensidad. Es la chispa para darlo todo, para vivir más fuerte, más alto y más auténtico.

Porque el rock no descansa y el público tampoco, Subterránica Energy es ahora el combustible oficial para resistir y disfrutar cada segundo al máximo.

Pueden pedir Subterránica Energy para sus eventos, salas de ensayo, gimnasios, festivales y cualquier espacio donde la energía y el rock sean protagonistas. Contamos con envíos a todo el país. Para informes y pedidos, contacta a director@subterranica.com o al WhatsApp 3153457532. Porque el rock va por dentro.

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Rock y Metal con peso propio: 16 bandas colombianas que dejaron huella real

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La escena del rock y metal en Colombia es enorme y creativa… Y aunque aún es muy genérica y no hemos logrado encajar en el escenario mundial, en cada ciudad del país surgen constantemente nuevas propuestas que exploran sonidos, fusionan géneros y mantienen viva la llama del inconformismo musical. Pero cuando se habla de bandas que realmente han marcado una diferencia, aquellas con trayectoria sólida, logros verificables y reconocimiento más allá de los circuitos locales el panorama se reduce considerablemente.

Es fácil encontrar proyectos emergentes con potencial, e incluso con propuestas artísticas muy interesantes, pero que aún no han consolidado una discografía memorable, una carrera internacional o premios relevantes. Por eso, esta selección no se basa en gustos ni promesas, sino en hechos. A continuación, presentamos 16 bandas que, por sus logros, influencia y recorrido, merecen estar en cualquier compendio serio sobre el rock y metal colombiano como algunas de las mejores representantes de lo que podemos llamar “nuestro rock” para que les den un repaso y disfruten de recordarlas.

LOS SPEAKERS

En los años 60, cuando el rock aún era una curiosidad importada en Colombia, Los Speakers rompieron el molde. Pioneros del rock psicodélico en el país, marcaron una época con su disco La casa del sol naciente, que vendió miles de copias y les valió un disco de oro. Su propuesta sonora, atrevida para el contexto conservador de la época, pavimentó el camino para lo que hoy entendemos como rock colombiano.

GÉNESIS DE COLOMBIA

Un poco después, Génesis de Colombia aportó una visión más ambiciosa y progresiva. Su único álbum es hoy una pieza de culto entre coleccionistas y críticos, considerado un hito del rock fusión nacional. Con una instrumentación cuidada y exploraciones líricas profundas, Génesis elevó el estándar técnico del rock colombiano en los años 70.

KRAKEN

En los años 80, Kraken se convirtió en la banda insignia del heavy metal latinoamericano. Su poderosa voz principal, himnos inolvidables y presencia escénica los llevaron a giras internacionales y discos multiplatino. Su legado como ícono del género en el continente es incuestionable, y su figura sigue vigente como símbolo de identidad del metal colombiano.

THE BLACK CAT BONE

Ya en el siglo XXI, The Black Cat Bone apostó por el blues rock con una calidad interpretativa que los llevó a abrir conciertos para Deep Purple y Aerosmith. Su sonido crudo pero refinado, junto con su presencia en medios como Rolling Stone, demuestran que el rock clásico tiene espacio y prestigio en el panorama nacional actual, sin duda si hablamos de “rock” esto es de lo mejor que ha dado esta tierra.

KOYI K UTHO

En un territorio más industrial y distorsionado, Koyi K Utho ha sido el referente del metal industrial colombiano. Con discos lanzados por sellos y giras internacionales en EE.UU. y México, su puesta en escena y nivel de producción los han puesto a la par de bandas internacionales, compartiendo escenario con nombres como Slipknot y Marilyn Manson, es una de las pocas bandas que tiene una presencia y una propuesta que puede ser exportable en el país.

ATERCIOPELADOS

Aterciopelados probablemente no necesita introducción, ganadores de varios Grammy Latinos y pioneros del rock alternativo en español a nivel global. Con una propuesta original, ecléctica y poética, se consolidaron como la primera banda colombiana de rock en tener un impacto real fuera del país, llevando su mensaje de conciencia social y exploración sonora a audiencias de todo el mundo y aunque en sus últimos años se separaron del rock no puede negarse que fueron pioneros en muchos sentidos del género en el país, exportando no solo su música sino la cultura bogotana por el continente.

LA PESTILENCIA

En el terreno del punk-hardcore, La Pestilencia ha sido una de las agrupaciones más combativas e influyentes de América Latina. Sus letras críticas, cargadas de denuncia social, y su energía arrolladora los han llevado a una carrera sólida con giras por el continente y una comunidad fiel que los sigue desde los años 80.

LA DERECHA

La Derecha, por su parte, fue una de las bandas más destacadas del auge alternativo de los años 90 en Bogotá. Su mezcla de rock con elementos de la música latina y su estética sofisticada generaron una marca indeleble en la memoria colectiva de quienes vivieron esa efervescente década musical.

1280 ALMAS

1280 Almas ha sido una de las voces más coherentes del punk/rock colombiano desde los años 90. Con una discografía constante y un mensaje afilado, se convirtieron en bandera del underground local, manteniendo la independencia como principio estético y político.

CATEDRAL

En los rincones más oscuros del rock colombiano aparece Catedral, una de las agrupaciones más respetadas del rock alternativo nacional. Su sonido denso, lento y envolvente acompañado por una voz muy distintiva y el uso del violín, fue celebrado en festivales especializados, convirtiéndolos en banda de culto para quienes disfrutan del rock más introspectivo.

MASACRE

El death metal también tiene su historia escrita, en parte, por Masacre. Fundada en los años 80, esta agrupación logró lo que pocas en su género: reconocimiento internacional, sobretodo en estos últimos años en donde han cosechado con creces los frutos de una historia guerrera e ininterrumpida, consolodandose como la banda extrema más representativa de Colombia. Brutalidad, técnica y persistencia los han hecho leyenda viva.

UNDER THREAT

Under Threat, nacida a finales de los 90, ha consolidado una carrera sólida en el death melódico. Con giras por Europa y América Latina, discos elogiados por la crítica especializada y presentaciones en escenarios como Rock al Parque, han demostrado que el metal colombiano tiene proyección global.

EKHYMOSIS


Otra banda fundamental en esta historia es Ekhymosis, donde comenzó la carrera de Juanes. Su evolución del thrash agresivo hacia un sonido más accesible fue reflejo de una época de transición en el país, y su éxito radial los convirtió en protagonistas del rock colombiano en los años 90.

NEUROSIS

Neurosis, también fundada en 1987, se ha movido entre el thrash y el hardcore, destacándose por su disco Verdum 1916, que es considerado un clásico del metal nacional. Su mensaje político y sonido agresivo los mantuvieron como referencia del metal de contenido.

PARABELLUM

A principios de los 80, Parabellum encendió la chispa del metal extremo en Colombia. Su sonido primitivo y oscuro, con escasa producción y una estética cruda, los volvió objeto de culto entre los primeros fans del black metal, llegando a interactuar incluso en la escena escandinava.

PERPETUAL WARFARE

Finalmente y como un bono agregamos una banda actual activa que cumple con trayectoria, logros y calidad musical, Perpetual Warfare encarna la cara contemporánea del thrash colombiano con una propuesta veloz, crítica y altamente técnica. Han realizado giras por Latinoamérica y Europa, consolidándose como uno de los nombres más serios del metal extremo actual y demostrando que el legado del thrash en Colombia sigue más vivo que nunca.

Este recorrido por 16 bandas esenciales no pretende ser una lista definitiva, sino una radiografía de aquellos proyectos que, más allá del hype pasajero, han demostrado con trabajo y resultados que el rock y el metal colombiano tienen historia, profundidad y, sobre todo, futuro. Porque más allá del ruido o la moda, lo que perdura es la obra.

@subterránica

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Bogotá vivió la Primera Warm Up Party Oficial de Wacken en Latinoamérica

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Ace of Spades Club en Bogotá fue testigo de una noche diferente en la historia del metal colombiano, la primera Wacken Warm Up Party oficial celebrada en el país y la única en toda Latinoamérica este 2025. Más de 250 asistentes llenaron el recinto para anticipar, sentir y celebrar la esencia del festival de metal más grande del planeta, pero también para ver cómo se forja desde aquí, con talento local y mucha terquedad, el puente hacia Wacken Open Air.
La idea de un warm up no es solo un concierto más, es la afirmación de pertenencia a una cultura global que se reconoce en ciertos códigos compartidos como el sonido, la estética, la hermandad del metal, pero que cobra vida con la identidad propia de cada escena local. Por eso, esta fiesta no solo fue un sello de “evento oficial”, sino una declaración de que Colombia se toma en serio su papel dentro del circuito internacional.

El cartel reflejó bien esa mezcla de raíces y proyección. INFO, la banda ganadora de la primeraedición de Wacken Metal Battle Sur América Región Norte, se presentó como la cabeza del cartel y mostraron una vez más por qué fueron los representantes en el escenario alemán. Con un set contundente y pulido, la banda combinó disciplina técnica con una presencia feroz que dejó claro su propósito, seguirse construyendo como una de las mejores bandas de la escena nacional.

Hubo espacio para honrar las influencias y el legado. Se presentaron tributos bien trabajados y recibidos con devoción, entre ellos Tribute 2 Wacken, una banda conformada para honrar el legado de Wacken en el mundo, quienes con invitados especiales hicieron un recorrido por las canciones representativas del festival. Estos actos sirvieron para subrayar la diversidad de corrientes que se cruzan en la escena local, desde el Groove Metal hasta los sonidos industriales con tintes poéticos y oscuros. Cada tributo no solo fue una nostalgia compartida, sino un recordatorio de las muchas genealogías del metal y del rock duro que siguen vivas en la memoria del público.

El ambiente fue, como debe ser en un warm up auténtico, íntimo y a la vez explosivo. No hubo barreras imaginarias entre bandas y público, el calor del Ace of Spades se cargó de buenos momentos, puños en alto y cuernos al aire, pero también de conversaciones, de músicos que se mezclaban con los fans, de planes que se tejían para futuros shows y colaboraciones. Fue la confirmación de algo esencial, que la escena no sobrevive solo por el virtuosismo técnico o la potencia de los amplificadores, sino por la comunidad.

Los organizadores Raúl Saavedra y Dick Carvajal de Wacken Latinos y Tour Concerts, destacaron que este evento marca un hito dentro del proyecto más amplio de consolidar estas fiestas en el país para que el público pueda sentir la vibra del festival. La Warm Up Party no es un show aislado, es un peldaño más en la construcción de un camino profesional para las bandas colombianas, que necesitan no solo visibilidad internacional, sino también público local que crea en ellas.

Esta primera edición también deja planteadas preguntas y desafíos, cómo hacer que el warm up se convierta en tradición anual, cómo diversificar las ciudades y los públicos, cómo dar espacio a más bandas emergentes sin perder la calidad. Pero si algo demostró la noche del Ace of Spades es que la base ya está, público leal, músicos preparados, productores comprometidos y un hambre de trascendencia que no se sacia con migajas.

No fue solo una fiesta previa para Wacken, fue una demostración de que el metal colombiano puede organizarse, celebrarse y proyectarse sin complejos, asumiéndose parte de una cultura global pero afirmando su voz propia. Fue la chispa necesaria para mantener encendido el fuego de un movimiento que ha resistido indiferencias mediáticas, recortes presupuestales y estigmas culturales.

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