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DISCURSO DE APERTURA VORTEX: Congreso de Rock, medios alternativos, periodismo musical y corrupción en Colombia.

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Acaba de terminar VORTEX, una experiencia única, inédita y enriquecedora. Podermos afirmar que esto jamás se había realizado en el país y nos permitió por primera vez debatir y enfrentar nuestras ideas en un entorno académico, lejos de la facilidad y la cobardía de las redes sociales, entre decenas de personajes de todos los campos de la academia y la industria para sacar conclusiones que nos ayudarán a darle forma a esta mal llamada industria. O bueno, a los que quieran continuar con esta lucha que como lo vimos en el congreso como una de las grandes conclusiones, cansa.

Les dejamos acá el texto completo del discurso de apertura que comprende algunas reflexiones sobre la escena y los invitamos a ver los videos de todo el congreso que están en la parte de emisiones en vivo en el canal de YouTubte de Subterránica Rock.

Bogotá, 28 de mayo de 2024
Escuela Superior de Administración Pública de Bogotá:

Buenos días y bienvenidos a Vortex, es un gran honor y un privilegio está acá en un ambiente académico en donde por fin pondremos en tela de juicio muchos de los problemas que no han permitido que no solo el rock y el metal de un país se conviertan en una industria autosostenible, sino que a través de diversas miradas y múltiples puntos de enunciación, trataremos de desenmarañar esos escabrosos laberintos de la corrupción invisible y la dictadura cultural que se ha estado dando en Colombia y sobre todo en el distrito de Bogotá con sus instituciones. Para hacer esto necesitamos tomar una actitud bastante combativa y analítica y usar todas las armas lógicas, académicas y pasionales para hacerlo, porque ante todo el rock es pasión, amor, fuerza, es lo que muchos hemos escogido como forma de vida y por eso es por lo que esta situación hace tanto daño.

Antes de iniciar debo agradecer muy especialmente a la ESAP por permitirnos realizar el congreso, a Jenny, al departamento de comunicación y sobre todo a Yeisson Rátiva que ha sido el gestor de estos espacios. A mi Facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid y a mi tutor el Profesor Hector Fouce. A todos y cada uno de los invitados a este congreso, muchas gracias por participar y por aportar sus conocimientos y experiencia a la discusión, a mis amigos que ayudan en cada una de estas aventuras y por supuesto a todos los asistentes y personas que viven y crean el rock no solo en Colombia sino en las diferentes escenas independientes del mundo ya sea desde la música, los medios u otra área.

Realizar este congreso es algo fuerte, algo triste, es lamentable que nos encontremos en esta peculiar atmósfera, donde la ética y la integridad parecen ser virtudes raras, en este momento el mundo es un lugar complicado y Colombia lo es aún más, vivir acá es difícil en todo sentido, la corrupción, la violencia y la indiferencia han convertido a este país en un nido de avaricia y necesidad, ser colombiano es muy difícil, pero uno después de todo ama su casa, así esté dañada. A pesar de que algunos se esfuercen en negarlo o mostrar su descontento, la realidad permanece inalterable.

Recientemente me han sugerido que tal vez mis percepciones estaban desenfocadas, insinuando que en este país sí existe la lealtad, aunque esté dirigida hacia el dinero. Es interesante observar cómo este entorno se inclina ante el poder de la riqueza, negociando su lealtad y compromisos personales si es necesario. Como dijo sabiamente Pablo Escobar, a quien muchos en este país admiran, “el verdadero dios de este lugar es el dinero”. Aquí, lamentablemente, los sueños, proyectos y esperanzas parecen escasos, prevaleciendo la cruda realidad de la supervivencia. En mi experiencia, en lugar de disfrutar del reconocimiento y aprecio de un círculo que valora y comprende el arte de la música, me veo obligado a luchar contra aquellos que priorizan la lealtad hacia figuras corruptas que prometen riquezas inalcanzables. En este entorno desprovisto de amor, empatía y conocimiento, donde la escasez y la traición son comunes, la única opción sensata parece ser la retirada. Mis vivencias recientes solo refuerzan estas reflexiones, y con sinceridad insto a quienes puedan, ¡escapen! Pues aquí solo hallarán dolor, carencias y desesperación. Es lamentable constatar que las autoridades, sin importar su afiliación política, siempre protegerán este status quo. Hoy más que nunca, las palabras del sabio Schopenhauer resuenan con verdad. Me pregunto, ¿cómo pueden algunos vivir en paz en medio de este caos? ¿Acaso son verdaderamente felices, o solo lo aparentan? Y lo más importante, ¿creen sinceramente en la ilusión de que esto es un paraíso? Aunque pueda resultar difícil de creer, yo aún conservo mi fe en la bondad humana, el amor y la inteligencia, como lo he presenciado en otros lugares. No me gusta el dinero, odio el dinero porque compra todo, incluso conciencias.

Existen muchas realidades que tenemos que aceptar, que así no nos gusten ahí están y pensar que no es así no las cambia. El negar las realidades y mirar hacia otro lado solo las potencia, porque siguen sucediendo. Entre esas realidades que no nos gusta escuchar hay varias que deben ponernos a pensar, una, el rock en el mundo está en estado crítico, pero en Colombia está mucho peor. Dos, la calidad del Rock y el Metal colombiano y de sus medios de comunicación, así como de su ecosistema dejan mucho que desear, el nivel es bastante mediocre y debido a la falta de recursos se convierte más en un acto de fe y supervivencia que en una práctica sustentable. Tres, el modelo de autogestión que yo mismo plantee en el 2005 ha fracasado porque en Colombia nos enseñaron que el rock local es gratis, entones quedó sin piso. Cuatro, las personas que componen todo el ecosistema del rock y metal colombiano somos personas tóxicas, destructivas, poco educadas, groseras, pero sobre todo desagradecidas. Cinco, todo lo anterior nos ha llevado a que un puñado de personas se den cuenta de esto y hallan aprovechado para no solo destruir lo poco que queda del rock y metal colombiano, sino para robar y saquear el erario junto a sus amigos, enriqueciendo a algunos pocos y segregando y vetando a quienes se atreven a denunciarlos. El rock en Colombia fue cambiado como lo demostré en mi tesis de maestría Distorsiones, por la tropidelia, las modernizaciones y las folclorizaciones, todo basado en un discurso que nada tiene que ver con música. Ahora en Guitaras bajo fuego nos sumergimos en la forma en que ese discurso ha calado entre músicos y agentes hasta el punto en que la dignidad se ha perdido, tenemos punks de estado, anarquistas contratistas, cumbia en rock al parque y un montón de sin sentidos que nos han hecho perdernos de lo mejor del talento colombiano en el género. Solo en la base de datos de Subterránica tenemos alrededor de 4 mil bandas activas en el país, pero mañana ese número cambiará drásticamente, no en la cantidad, sino en las que nacen y las que mueren, es una realidad que haga lo que se haga nunca se queda bien con nadie porque todos tienen solo críticas y es cierto que ninguna banda de rock en Colombia vive del rock, de repente 4 o 5 pero estamos hablando de una gran comunidad de personas que han fracasado en este viaje.

Se han perdido batallas, podemos decir que está agonizando, muerto no, todos los días conocemos una banda nueva, jóvenes que arrancan, por ellos y para la reconfiguración y que se vuelva a entender cuando hablamos de rock, es que se hace este congreso, no solo para evidenciar los errores que hemos cometido sino para que esas bandas que están surgiendo encuentren un asidero real y congruente con lo que es la música que ellos están tocando
El término “negacionista” se utiliza para describir a una persona que niega la realidad, incluso cuando tiene pruebas en la mano. Este comportamiento puede estar motivado por diversos factores, como el miedo, la incomodidad psicológica o la lealtad a ciertas creencias o autoridades. En cuanto a la sumisión y la reluctancia a criticar a quienes los apoyan, incluso si son corruptos, no hay un término específico que englobe ambas características, pero podría estar relacionado con el concepto de “conformismo” o “obediencia a la autoridad”, que son temas ampliamente estudiados en psicología social.

El término ha sido utilizado por varios autores y académicos. Paul O’Shea lo definió como el rechazo a aceptar una realidad empíricamente verificable. Michael Specter habló del negacionismo grupal, donde un segmento de la sociedad da la espalda a la realidad en favor de una mentira más confortable.

En el contexto de la industria musical colombiana, se observa una tendencia preocupante entre algunos músicos y agentes culturales de negar o minimizar la evidencia de prácticas corruptas en instituciones como Sayco y eventos como Rock al Parque. Esta actitud de negacionismo, a menudo acompañada de una sumisión implícita que evita confrontar a las figuras de autoridad, puede ser interpretada a través de la lente de la teoría de la disonancia cognitiva. Los individuos involucrados pueden experimentar una tensión psicológica al reconocer la corrupción en entidades que son percibidas como benefactoras de su carrera, lo que los lleva a rechazar la evidencia, incluso cuando es incontrovertible. Este fenómeno no solo socava los esfuerzos por la transparencia y la integridad en la industria, sino que también refleja una dinámica de poder desequilibrada, donde la dependencia económica y la lealtad a la industria prevalecen sobre la ética y la responsabilidad social.”

En resumen, los músicos y periodistas de rock y metal en Colombia prefieren callar para no perder su parte del pastel, para no ser vetados, entonces es ahí en donde han creado un guerra cultural, somos nosotros contra ellos, los disidentes contra los alineados, y la parte oficial siempre gana por su postura de poder y su abuso de posición dominante, pero eso no quiere decir que este bien.

En Colombia casi todo está mal, la justicia, el transporte, la salud, el gobierno, la oposición, la gente. Nuestro ambiente, el rock, tampoco se salva, No está bien que una persona quiera destruir a un movimiento que lleva 15 años luchando por la escena independiente por que se le nomina a un premio, mientras que si pasa papeles a una convocatoria que se ha comprobado no es transparente ni honesta, no está bien que los músicos hablen mal y desacrediten y difamen en redes a otros músicos, cuando ninguno come de la música y son utilizados para seguir alimentando vibras de corrupción, no está bien que miren hacia otro lado mientras los corruptos se enriquecen solo por un puñado de dinero de una convocatoria amañada y acá ya no estamos hablando de música, estamos hablando de ética, de ser personas, de dejar atrás esa cultura mafiosa y puerca que llevamos los colombianos en la sangre en donde todos nos creemos narcos y más que todos. Es un problema más que musical, cultural, nosotros, los colombianos, pareciera que somos felices destruyendo a los demás colombianos menos al que nos tira el hueso para roer.

Lo que más duele es ver la indiferencia y la docilidad de los músicos, la debilidad, la intransigencia, el preferir pelear contra los demás músicos para caerle bien a los corruptos, para no perder su pequeño pedazo de la torta de papá estado, la cual lamentablemente en un país de estos es necesaria, pero no es honesta.

Este congreso busca enfrentar esas ideas, conceptos, visiones, opiniones, saberes, conocimientos que hemos tenido en torno l rock colombiano, pero sobre todo lo que queremos es que abran la mente, piensen que todo lo que saben no es real así lo sea, bórrenlo estos tres días y desaprendamos absolutamente todo lo que tenemos preconcebido en el rock y el metal. Vamos a adentrarnos en terrenos escabrosos, así que antes de comenzar voy a leer una advertencia, pero siempre esperando que estos días sean un camino de crecimientos, de desaprendizaje y reaprendizaje, de reconfiguración y de conocimiento para todos.

Quiero hacer una advertencia, Algunos temas y debates podrían resultar perturbadores o incluso ofensivos para ciertos individuos. Estas conversaciones son fundamentales para el progreso de nuestro congreso y para promover una transformación significativa. Si están preparados para este desafío, les damos la bienvenida con entusiasmo, y que las decisiones, debates y aportes del congreso sean una nueva forma de vernos y entender por qué necesitamos encontrarnos.

Muchas gracias y bienvenidos.

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