Colombia
DISCURSO DE APERTURA VORTEX: Congreso de Rock, medios alternativos, periodismo musical y corrupción en Colombia.
Acaba de terminar VORTEX, una experiencia única, inédita y enriquecedora. Podermos afirmar que esto jamás se había realizado en el país y nos permitió por primera vez debatir y enfrentar nuestras ideas en un entorno académico, lejos de la facilidad y la cobardía de las redes sociales, entre decenas de personajes de todos los campos de la academia y la industria para sacar conclusiones que nos ayudarán a darle forma a esta mal llamada industria. O bueno, a los que quieran continuar con esta lucha que como lo vimos en el congreso como una de las grandes conclusiones, cansa.
Les dejamos acá el texto completo del discurso de apertura que comprende algunas reflexiones sobre la escena y los invitamos a ver los videos de todo el congreso que están en la parte de emisiones en vivo en el canal de YouTubte de Subterránica Rock.
Bogotá, 28 de mayo de 2024
Escuela Superior de Administración Pública de Bogotá:
Buenos días y bienvenidos a Vortex, es un gran honor y un privilegio está acá en un ambiente académico en donde por fin pondremos en tela de juicio muchos de los problemas que no han permitido que no solo el rock y el metal de un país se conviertan en una industria autosostenible, sino que a través de diversas miradas y múltiples puntos de enunciación, trataremos de desenmarañar esos escabrosos laberintos de la corrupción invisible y la dictadura cultural que se ha estado dando en Colombia y sobre todo en el distrito de Bogotá con sus instituciones. Para hacer esto necesitamos tomar una actitud bastante combativa y analítica y usar todas las armas lógicas, académicas y pasionales para hacerlo, porque ante todo el rock es pasión, amor, fuerza, es lo que muchos hemos escogido como forma de vida y por eso es por lo que esta situación hace tanto daño.
Antes de iniciar debo agradecer muy especialmente a la ESAP por permitirnos realizar el congreso, a Jenny, al departamento de comunicación y sobre todo a Yeisson Rátiva que ha sido el gestor de estos espacios. A mi Facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid y a mi tutor el Profesor Hector Fouce. A todos y cada uno de los invitados a este congreso, muchas gracias por participar y por aportar sus conocimientos y experiencia a la discusión, a mis amigos que ayudan en cada una de estas aventuras y por supuesto a todos los asistentes y personas que viven y crean el rock no solo en Colombia sino en las diferentes escenas independientes del mundo ya sea desde la música, los medios u otra área.
Realizar este congreso es algo fuerte, algo triste, es lamentable que nos encontremos en esta peculiar atmósfera, donde la ética y la integridad parecen ser virtudes raras, en este momento el mundo es un lugar complicado y Colombia lo es aún más, vivir acá es difícil en todo sentido, la corrupción, la violencia y la indiferencia han convertido a este país en un nido de avaricia y necesidad, ser colombiano es muy difícil, pero uno después de todo ama su casa, así esté dañada. A pesar de que algunos se esfuercen en negarlo o mostrar su descontento, la realidad permanece inalterable.
Recientemente me han sugerido que tal vez mis percepciones estaban desenfocadas, insinuando que en este país sí existe la lealtad, aunque esté dirigida hacia el dinero. Es interesante observar cómo este entorno se inclina ante el poder de la riqueza, negociando su lealtad y compromisos personales si es necesario. Como dijo sabiamente Pablo Escobar, a quien muchos en este país admiran, “el verdadero dios de este lugar es el dinero”. Aquí, lamentablemente, los sueños, proyectos y esperanzas parecen escasos, prevaleciendo la cruda realidad de la supervivencia. En mi experiencia, en lugar de disfrutar del reconocimiento y aprecio de un círculo que valora y comprende el arte de la música, me veo obligado a luchar contra aquellos que priorizan la lealtad hacia figuras corruptas que prometen riquezas inalcanzables. En este entorno desprovisto de amor, empatía y conocimiento, donde la escasez y la traición son comunes, la única opción sensata parece ser la retirada. Mis vivencias recientes solo refuerzan estas reflexiones, y con sinceridad insto a quienes puedan, ¡escapen! Pues aquí solo hallarán dolor, carencias y desesperación. Es lamentable constatar que las autoridades, sin importar su afiliación política, siempre protegerán este status quo. Hoy más que nunca, las palabras del sabio Schopenhauer resuenan con verdad. Me pregunto, ¿cómo pueden algunos vivir en paz en medio de este caos? ¿Acaso son verdaderamente felices, o solo lo aparentan? Y lo más importante, ¿creen sinceramente en la ilusión de que esto es un paraíso? Aunque pueda resultar difícil de creer, yo aún conservo mi fe en la bondad humana, el amor y la inteligencia, como lo he presenciado en otros lugares. No me gusta el dinero, odio el dinero porque compra todo, incluso conciencias.
Existen muchas realidades que tenemos que aceptar, que así no nos gusten ahí están y pensar que no es así no las cambia. El negar las realidades y mirar hacia otro lado solo las potencia, porque siguen sucediendo. Entre esas realidades que no nos gusta escuchar hay varias que deben ponernos a pensar, una, el rock en el mundo está en estado crítico, pero en Colombia está mucho peor. Dos, la calidad del Rock y el Metal colombiano y de sus medios de comunicación, así como de su ecosistema dejan mucho que desear, el nivel es bastante mediocre y debido a la falta de recursos se convierte más en un acto de fe y supervivencia que en una práctica sustentable. Tres, el modelo de autogestión que yo mismo plantee en el 2005 ha fracasado porque en Colombia nos enseñaron que el rock local es gratis, entones quedó sin piso. Cuatro, las personas que componen todo el ecosistema del rock y metal colombiano somos personas tóxicas, destructivas, poco educadas, groseras, pero sobre todo desagradecidas. Cinco, todo lo anterior nos ha llevado a que un puñado de personas se den cuenta de esto y hallan aprovechado para no solo destruir lo poco que queda del rock y metal colombiano, sino para robar y saquear el erario junto a sus amigos, enriqueciendo a algunos pocos y segregando y vetando a quienes se atreven a denunciarlos. El rock en Colombia fue cambiado como lo demostré en mi tesis de maestría Distorsiones, por la tropidelia, las modernizaciones y las folclorizaciones, todo basado en un discurso que nada tiene que ver con música. Ahora en Guitaras bajo fuego nos sumergimos en la forma en que ese discurso ha calado entre músicos y agentes hasta el punto en que la dignidad se ha perdido, tenemos punks de estado, anarquistas contratistas, cumbia en rock al parque y un montón de sin sentidos que nos han hecho perdernos de lo mejor del talento colombiano en el género. Solo en la base de datos de Subterránica tenemos alrededor de 4 mil bandas activas en el país, pero mañana ese número cambiará drásticamente, no en la cantidad, sino en las que nacen y las que mueren, es una realidad que haga lo que se haga nunca se queda bien con nadie porque todos tienen solo críticas y es cierto que ninguna banda de rock en Colombia vive del rock, de repente 4 o 5 pero estamos hablando de una gran comunidad de personas que han fracasado en este viaje.
Se han perdido batallas, podemos decir que está agonizando, muerto no, todos los días conocemos una banda nueva, jóvenes que arrancan, por ellos y para la reconfiguración y que se vuelva a entender cuando hablamos de rock, es que se hace este congreso, no solo para evidenciar los errores que hemos cometido sino para que esas bandas que están surgiendo encuentren un asidero real y congruente con lo que es la música que ellos están tocando
El término “negacionista” se utiliza para describir a una persona que niega la realidad, incluso cuando tiene pruebas en la mano. Este comportamiento puede estar motivado por diversos factores, como el miedo, la incomodidad psicológica o la lealtad a ciertas creencias o autoridades. En cuanto a la sumisión y la reluctancia a criticar a quienes los apoyan, incluso si son corruptos, no hay un término específico que englobe ambas características, pero podría estar relacionado con el concepto de “conformismo” o “obediencia a la autoridad”, que son temas ampliamente estudiados en psicología social.
El término ha sido utilizado por varios autores y académicos. Paul O’Shea lo definió como el rechazo a aceptar una realidad empíricamente verificable. Michael Specter habló del negacionismo grupal, donde un segmento de la sociedad da la espalda a la realidad en favor de una mentira más confortable.
En el contexto de la industria musical colombiana, se observa una tendencia preocupante entre algunos músicos y agentes culturales de negar o minimizar la evidencia de prácticas corruptas en instituciones como Sayco y eventos como Rock al Parque. Esta actitud de negacionismo, a menudo acompañada de una sumisión implícita que evita confrontar a las figuras de autoridad, puede ser interpretada a través de la lente de la teoría de la disonancia cognitiva. Los individuos involucrados pueden experimentar una tensión psicológica al reconocer la corrupción en entidades que son percibidas como benefactoras de su carrera, lo que los lleva a rechazar la evidencia, incluso cuando es incontrovertible. Este fenómeno no solo socava los esfuerzos por la transparencia y la integridad en la industria, sino que también refleja una dinámica de poder desequilibrada, donde la dependencia económica y la lealtad a la industria prevalecen sobre la ética y la responsabilidad social.”
En resumen, los músicos y periodistas de rock y metal en Colombia prefieren callar para no perder su parte del pastel, para no ser vetados, entonces es ahí en donde han creado un guerra cultural, somos nosotros contra ellos, los disidentes contra los alineados, y la parte oficial siempre gana por su postura de poder y su abuso de posición dominante, pero eso no quiere decir que este bien.
En Colombia casi todo está mal, la justicia, el transporte, la salud, el gobierno, la oposición, la gente. Nuestro ambiente, el rock, tampoco se salva, No está bien que una persona quiera destruir a un movimiento que lleva 15 años luchando por la escena independiente por que se le nomina a un premio, mientras que si pasa papeles a una convocatoria que se ha comprobado no es transparente ni honesta, no está bien que los músicos hablen mal y desacrediten y difamen en redes a otros músicos, cuando ninguno come de la música y son utilizados para seguir alimentando vibras de corrupción, no está bien que miren hacia otro lado mientras los corruptos se enriquecen solo por un puñado de dinero de una convocatoria amañada y acá ya no estamos hablando de música, estamos hablando de ética, de ser personas, de dejar atrás esa cultura mafiosa y puerca que llevamos los colombianos en la sangre en donde todos nos creemos narcos y más que todos. Es un problema más que musical, cultural, nosotros, los colombianos, pareciera que somos felices destruyendo a los demás colombianos menos al que nos tira el hueso para roer.
Lo que más duele es ver la indiferencia y la docilidad de los músicos, la debilidad, la intransigencia, el preferir pelear contra los demás músicos para caerle bien a los corruptos, para no perder su pequeño pedazo de la torta de papá estado, la cual lamentablemente en un país de estos es necesaria, pero no es honesta.
Este congreso busca enfrentar esas ideas, conceptos, visiones, opiniones, saberes, conocimientos que hemos tenido en torno l rock colombiano, pero sobre todo lo que queremos es que abran la mente, piensen que todo lo que saben no es real así lo sea, bórrenlo estos tres días y desaprendamos absolutamente todo lo que tenemos preconcebido en el rock y el metal. Vamos a adentrarnos en terrenos escabrosos, así que antes de comenzar voy a leer una advertencia, pero siempre esperando que estos días sean un camino de crecimientos, de desaprendizaje y reaprendizaje, de reconfiguración y de conocimiento para todos.
Quiero hacer una advertencia, Algunos temas y debates podrían resultar perturbadores o incluso ofensivos para ciertos individuos. Estas conversaciones son fundamentales para el progreso de nuestro congreso y para promover una transformación significativa. Si están preparados para este desafío, les damos la bienvenida con entusiasmo, y que las decisiones, debates y aportes del congreso sean una nueva forma de vernos y entender por qué necesitamos encontrarnos.
Muchas gracias y bienvenidos.
Colombia
SAYCO sancionada nuevamente, Subterránica reivindicada otra vez: La corrupción que los músicos prefieren callar y aplaudir por un almuerzo.
Otra vez, después de décadas, los titulares anuncian lo que llevamos años diciendo, SAYCO de nuevo ha sido sancionada, sus directivos multados, el país “sorprendido” porque una entidad que se dice defensora de los autores en realidad los usa como excusa para seguir cobrando y enriqueciéndose. Y claro, ahí salen los comunicados, las frases de indignación, las promesas de cambio. Pero los músicos siguen callados, siguen firmando, siguen creyendo que “esta vez sí”, el músico colombiano es en su mayoría un muerto de hambre que calla la corrupción porque no tiene como más comer.
La sanción a SAYCO, una multa por aproximadamente $5.300 millones de pesos impuesta por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), confirma lo que desde hace años denunciamos, impedir que autores gestionen individualmente sus derechos, clasificar a los afiliados como “titulares administrativos”, cobrarles un 10 % adicional y obligarlos a ceder todas las vías de comunicación pública para estar representados por el monopolio colectivo.
Pero no es la primera vez que pasa, son años de corrupción y deshonestidad, en 2018 la SIC la multó por $1.378 millones por abuso de posición dominante y violación de la libre competencia. En 2012 la Dirección Nacional de Derechos de Autor suspendió su personería jurídica y le impuso la multa máxima de 50 salarios mínimos legales vigentes (equivalente entonces a unos 28 millones de pesos) por «inoperancia de sus órganos de dirección, falta de transparencia, incumplimiento de deberes estatutarios». Y a los colombianos y sobretodo a los músicos les vale cinco… para ellos está el “cállese” porque nos vetan.
La historia de SAYCO es la historia de un monopolio consentido por el Estado y sostenido por el silencio de los músicos. Desde los años noventa hasta hoy ha sido denunciada por prácticas anticompetitivas, por retener dineros, por excluir a autores que no se someten al régimen interno. A lo largo de los años, las mismas familias, los mismos apellidos y los mismos métodos se repiten: estatutos que se reforman para perpetuar a los directivos, asambleas cerradas, informes maquillados. SAYCO se ha convertido en un modelo perfecto de lo que es la “gestión colectiva” en Colombia, un castillo de papel donde la ley sirve solo para proteger a los que ya están dentro, la justicia tambien es cómplice, así como es cómplice de los malos manejos de las EPS, de los abusos de los bancos y de todo lo que represente ganar dinero deshonesto sobre los derechos de los ciudadanos.
Cada vez que una sanción sale a la luz, los titulares hablan de “nuevo escándalo” como si fuera sorpresa. No lo es. Subterránica lo gritó una y otra vez, las sanciones son solo parches, ¿De dónde creen que sale el dinero para las sanciones? Usen la cabeza, las multas se pagan con la misma plata que recaudan de los artistas. Ninguna de estas sanciones ha significado una verdadera intervención ni un cambio estructural. Los millones que les quita la SIC los recuperan en cuestión de meses, porque el Estado nunca crea una alternativa real para los autores independientes. Y mientras tanto, la prensa cultural finge objetividad, los artistas institucionales se callan para no perder contratos y el público ni siquiera sabe cómo funciona el sistema que paga cada vez que suena una canción en un bar.


SAYCO, IDARTES y todo el aparato cultural estatal son piezas de la misma maquinaria burocrática que sofoca el arte en Colombia. La corrupción en el sector musical no se esconde, se exhibe con descaro, los mismos nombres en todas las convocatorias, los mismos jurados que se evalúan entre sí, los mismos gestores que se autodenominan “cultura”. Y cuando alguien levanta la voz, lo llaman a uno conflictivo. Pero no es conflicto, es dignidad. Y aunque el país entero parezca tolerar el robo sistemático de la cultura, Subterránica sigue en pie, con los mismos argumentos y la misma convicción, la de denunciar aunque nadie escuche, escribir aunque no cambie nada, sostener el espejo frente al monstruo hasta que al menos por un instante, se vea reflejado.
Subterránica lleva más de veinte años repitiendo lo mismo. Denunciando, investigando, poniendo nombres, mostrando documentos. Cuando dijimos que SAYCO actuaba como una mafia organizada, que el IDARTES protege burócratas y no artistas, que las entidades culturales son feudos de amigotes, nos llamaron resentidos, locos, conflictivos. Y sin embargo, aquí está otra vez la prueba, una multa millonaria por impedir a los autores gestionar sus propias obras, por condicionar sus contratos, por cobrar tarifas indebidas. No lo dice Subterránica; lo dice la Superintendencia de Industria y Comercio.
Pero nada cambia. Nada cambia porque en Colombia la corrupción no se castiga, se normaliza. Se vuelve parte del paisaje. Los músicos lo saben y callan, y al callar se vuelven cómplices. Ese es el círculo perfecto: los corruptos actúan, los jueces absuelven, los artistas callan, el público olvida. ¿Cuántas veces esta entidad corrupta ha sido multada y sancionada? ¿Cuántas veces la procuraduría tiene que demostrar la corrupción en otras instituciones que gestionan las artes en el Estado? Lo que se puede llegar a concluir es que tal vez o los colombianos somos estúpidos o que sencillamente no importa.
No hay inocentes en esta cadena… el que firma sin leer, el que paga sin preguntar, el que asiste a los mismos eventos estatales sabiendo que son vitrinas de favores políticos, todos son parte del engranaje. Aquí nadie quiere hacerse enemigo de nadie, y por eso todos terminan siendo socios de la impunidad.
Y los que insistimos en hablar nos volvemos los parias, pero preferimos eso antes que vivir arrodillados ante un sistema que prostituyó el arte. El Estado sigue alimentando las mismas vacas sagradas; las secretarías de cultura, IDARTES, las convocatorias amañadas, los jurados repetidos, los artistas institucionalizados que se reparten el presupuesto público como si fuera botín de guerra. Y cada tanto, cuando alguna sanción se hace pública, los medios anuncian que “ahora sí se hará justicia”. No, no se hará. No mientras sigamos creyendo que un comunicado es justicia. Y es que hay que repetirlo cien veces porque pareciera que no entendieran, el problema no es Sayco, no es Idartes, no son sus alidos sino los corruptos que trabajan ahí. La verdad no es difícil de entender, hasta un niño lo comprende.
La multa a SAYCO no es una victoria para nadie; es otra migaja, un teatro más en este país que premia al corrupto y castiga al que incomoda. Los músicos seguirán cobrando regalías miserables mientras los directivos se reparten millones. Seguirán viendo cómo sus obras son administradas por gente que no compone ni canta, pero cobra como si lo hiciera. Y seguirán tragando entero, porque aquí el que denuncia se queda sin contratos, sin toques, sin apoyo, sin “redes”.
Subterránica lo advirtió mil veces, el problema no es solo SAYCO, es la estructura cultural completa. Un país que tolera la corrupción en la música es el mismo que la tolera en la política, en la justicia, en la educación. Lo mismo disfrazado de gestión cultural.
Y sí, hemos tenido razón desde el principio y siempre la vamos a tener así a los mercenarios de las artes que le dan regalos de Navidad a sus hijos con dinero robado se ofendan. Pero tener razón en Colombia no sirve de nada. Aquí la verdad no cambia las cosas, solo las confirma.
Colombia
Cheyne Stokes Experience se sumerge en la introspección con Perfect Days, el nuevo capítulo de The Empress
El universo de Cheyne Stokes Experience vuelve a expandirse con Perfect Days, una pieza instrumental e introspectiva que abre las puertas de The Empress, su segundo larga duración, ya disponible en Bandcamp. La banda bogotana, conocida por su enfoque conceptual y su capacidad para unir lo etéreo con lo brutal, presenta esta composición como un preludio emocional a un disco que se adentra en las profundidades de la existencia, los duelos y la energía femenina que habita en cada ser.
Grabado en El Bunker Studios durante agosto y septiembre de 2024, el álbum contó con la producción y arreglos de Nicolás Sadovnik (Tras las Púas, Los Carrangomelos), quien acompañó a la banda en un proceso de creación meticuloso, extendido entre jornadas de pre y postproducción que dieron forma a una obra cargada de fuerza, sensibilidad y ambición. Las influencias son claras —Alcest, Opeth, Soen, Mastodon, Gojira o The Ocean Collective—, pero lo que emerge de The Empress es una identidad absolutamente propia, un sonido que se construye desde la emoción y el pensamiento, más que desde la simple técnica.

En esta nueva entrega, la emperadora —esa figura enigmática que ya había aparecido en The Labyrinth of E²— revela su rostro como una encarnación simbólica de la muerte, la transformación y el cuestionamiento interior. Cada video y cada tema se articulan como capítulos de un relato introspectivo donde los protagonistas enfrentan su propia finitud, sus vacíos y la búsqueda de significado en un mundo hostil. Perfect Days es el sexto episodio de esta historia audiovisual, y también su punto de inflexión: un tema sin palabras, donde la música es la única voz posible ante la reflexión más profunda de todas —¿qué es realmente un día perfecto y vale la pena seguir viviendo por él?—.
The Empress amplía además el espectro emocional del grupo incluyendo reinterpretaciones de Pagan Poetry de Björk y Artemis de Aurora, piezas que en manos de Cheyne Stokes Experience se convierten en un manifiesto sonoro sobre la vulnerabilidad y la ferocidad de lo femenino. Este enfoque artístico se complementa con la visión visual del ilustrador Void Espíritu (Daniel Esteban Gómez), quien una vez más plasma en la portada del disco su estilo críptico y espiritual, explorando la brutalidad y la belleza que coexisten en la muerte y el duelo.

El álbum completo está disponible de manera exclusiva en Bandcamp, mientras que su lanzamiento físico y digital oficial se celebrará el próximo 29 de noviembre en B Bar, Bogotá, junto a Ashes, Mauna y el DJ Alcapone, en una noche dedicada al metal progresivo, la melancolía y el poder creativo.
Con Perfect Days, Cheyne Stokes Experience reafirma su lugar dentro del metal alternativo colombiano como una de las propuestas más profundas, conceptuales y arriesgadas de la escena. En un panorama donde el ruido suele imponerse sobre el sentido, la banda invita a detenerse, mirar hacia adentro y, aunque duela, descubrir la luz que habita en nuestras sombras.
Colombia
IN NOMINE OBSCURITATIS: El Retorno Triunfal de HEREJÍA la Leyenda Colombia del Death Metal Sinfónico
La oscuridad tiene nombre en Colombia y se representa en algunas bandas que se han hecho mito. El próximo 31 de octubre, justo bajo el manto de Samhain, la legendaria agrupación bogotana HEREJÍA lanza “IN NOMINE OBSCURITATIS”, una obra sinfónica que promete redefinir los límites del Death Metal en Latinoamérica y retumbar más allá de fronteras.
Fundada en Bogotá en 1988 por el guitarrista y compositor Ricardo Chica Roa (Q.E.P.D), HEREJÍA es pionera del death metal sinfónico en Colombia. Su trayectoria de más de tres décadas los ha convertido en estandartes de la escena metal local, llevando el sonido colombiano a festivales y públicos que celebran su potencia, identidad y profundidad conceptual.
Hoy, liderados por Andrés Triana (teclados) y fieles a su impulso creativo, HEREJÍA presenta un álbum que es mucho más que música pesada “IN NOMINE OBSCURITATIS” fusiona la fiereza del death metal con arreglos orquestales impecables, logrando un universo sonoro que es tan oscuro como sofisticado, un viaje donde cada composición revela capas emocionales y complejidad instrumental.

El álbum, integrado por diez obras, expone la madurez compositiva de una banda que ha sabido sobrevivir a las transformaciones de la industria y del propio metal. Temas como “Abandonado Por La Luz” y “Eterna Oscuridad” son evidencia de que HEREJÍA no solo honra la tradición, sino que la reinventa a través de arreglos neoclásicos, letras profundas y una presencia escénica demoledora.
La historia de HEREJÍA está marcada por episodios duros y renacimientos. Tras la dolorosa partida de Ricardo Chica en 2021, la banda supo reinventarse sin perder identidad, apostando por alineaciones y colaboraciones que han sumado riqueza a su propuesta. Este cuarto de siglo en activo los acredita como leyendas: nunca han dejado los escenarios, siempre están presentes en festivales emblemáticos, escenarios internacionales y se mantienen vigentes en el contexto digital y físico del metal colombiano.
Como anticipo especial para la comunidad más cercana de HEREJÍA, “IN NOMINE OBSCURITATIS” está disponible para escucha limitada en Bandcamp. Pronto llegará a todas las plataformas de streaming y se anunciará la edición física, que los coleccionistas y fieles seguidores aguardan con expectativa.
Con “IN NOMINE OBSCURITATIS”, la banda reafirma que el metal colombiano tiene voz, fuerza y espíritu propio. Su propuesta artística es el reflejo de miles de seguidores que se han identificado con letras densas, melodías poderosas y una puesta en escena que transforma el dolor, la rabia y la oscuridad en arte.
El nuevo lanzamiento de la banda es un llamado a las nuevas generaciones de músicos metaleros colombianos a seguir explorando la sinergia entre lo extremo y lo sublime, lo oscuro y lo luminoso. HEREJÍA desafía con su legado y sigue construyendo el camino para el metal sinfónico en el continente.
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