Colombia
¿Es válido pagar por tocar? ¿Hay que pagar a todos los músicos por tocar? ¿El hambre está matando aún más que la corrupción el rock en Colombia?

Me preocupa escribir este artículo un poco extenso sabiendo que ayer publicaron la triste estadística sobre nuestra lectura, somos el país que menos comprensión tiene y esto explica muchas cosas, sencillamente el colombiano no solo no lee, sino que, si de milagro lo hace, no entiende. Esto puede deberse a que la realidad personal de cada uno es considerada más importante que el acuerdo general, en resumen, para el colombiano su verdad es única y real así esté equivocada y la defiende a muerte y en los siguientes párrafos verán que puede ser muy válida esta afirmación.
Hablemos de música y músicos de rock en Colombia, sobre todo por las polémicas que se han desatado en estas semanas, en las que algunos músicos indignados arremetieron contra varios festivales que abrieron convocatorias y no ofrecían una paga justa, no ofrecían algo más que “una experiencia” y eso le colmó la copa a varios que piensan que el músico debe tener mínimas condiciones para tocar, lo cual obviamente es lógico.
¿Pero quién tiene la razón?
Para responder a esa pregunta tenemos que mirar de manera holística la escena del rock en Colombia y comencemos por decir que para hacerlo debemos ser brutalmente honestos y acá entonces no cabe la corrección política, si queremos cambiar algo, ya es hora de dejar los eufemismos y hablar claro.
El rock como cualquier género en la música es un camino escalable, es un camino que se construye a base de trabajo, ganas, desarrollo y consolidación, para eso los músicos deben atravesar muchas etapas, debe haber mucha inversión, mucha circulación y muchísima paciencia porque la industria es despiadada. Pero esto se ve en todas las áreas de la sociedad, el reguetón, por ejemplo, es aún más competido y mucho más caro y difícil que el rock. Pero pensemos en un médico cirujano, que debe pasar al menos diez o doce años antes de poder ejercer su profesión, un médico no compra una bata y un bisturí y se pone a operar… bueno, en Colombia sí, ese es el problema, la deshonestidad y las ganas de ser millonarios han hecho que en Colombia se pierdan estos caminos y vemos médicos cirujanos con clínicas estéticas cobrando millones y matando gente así como vemos músicos de rock con Gibson y buenos amplificadores, sin título o buenas canciones y haciendo pataletas todo el día en las redes.
Entonces nos encontramos ante la disyuntiva que hace llaga ¿Hay que pagar siempre a los músicos? Bueno depende. Les hablaré de la escena más sólida para el rock en el mundo que es la industria de Los Estados Unidos en donde con Subterránica hemos realizado algunos eventos y en donde también pudimos constatar que un colombiano no sirve de mucho porque los que han tratado generalmente terminan lavando platos, estacionando autos o en su defecto robando y estafando en nombre de la música.

La escena del Rock y el Metal estadounidense tiene una dinámica forjada durante años con la prueba y error y que está fuertemente respaldada por la educación, sea académica o empírica, cada área tiene especialistas, los músicos, los managers, los bookers, las recaudadoras, etc. Todas están organizadas en sindicatos y luchan por sus derechos cosa que acá no sucede, porque los músicos están muertos de hambre y les da miedo luchar para no ser vetados, está comprobado que los músicos colombianos se hacen los de la vista gorda ante la corrupción y a la hora de luchar contra Sayco o Idartes que son dos entidades absolutamente corruptas no hacen nada y comenzando por ahí es difícil tomarlos en serio.
Segundo, en esas escenas como la gringa, se tiene un escalafón implícito del desarrollo de las bandas o solistas que se va dando con sus logros, antiguamente cuando la industria del disco era sólida, se tenían 10 artistas para millones de personas y era mucho más fácil identificar a los que servían para el negocio, hoy se tienen 10 millones de artistas con 10 fans cada uno, solamente en Subterránica tenemos más de 4 mil bandas de rock activas en listas de distribución, imaginen ese número… ¡!!4 mil!!!
El músico tiene la razón en exigir un pago y en exigir lo mínimo, pero el empresario también tiene la razón en no pagarle al músico cuando este no genera, así como el bar tiene la razón cuando cobra por su espacio y les voy a contar por qué de una manera muy facil.
Si usted contrata a las Foo Figthers, quienes tienen una carrera sólida en la escena mundial para hacer un concierto en el Campín, usted sabe de antemano que si tiene el capital para hacer este concierto va a ganar. Así el concierto cueste cinco millones de dólares, haciendo la proyección sabrá que sale con ganancia pagando incluso las exigencias de la banda… pero, si usted contrata a su banda ¿esta será capaz de dar estas garantías? Para nada, la gente no está enamorada del rock colombiano y hacer eventos de rock colombiano es una quiebra. Acá no cabe ninguna excusa esa es la realidad.
Esa gratuidad que el estado ha enseñado sumado a ese campo de distorsión de la realidad en la que las bandas suben a un festival que no les pertenece y se toman la foto con 10 mil personas atrás no es real, eso no existe en ninguna industria solo en el rock de Colombia. Usted no puede entrar a un concesionario de autos y llevarse uno, solo porque cree que lo merece y acá, recuerden que es el país en donde la contraloría encontró corrupción por más de 15 mil millones en Rock al Parque y un juez negó la tutela de acabarlo porque según él no sabía lo que era “rock”. Así que van saliendo cada temporada personas impunes sin pagar cárcel, llenas de dinero y todos los músicos ven esto. Todos los músicos ven como salas de ensayo se han vuelto grandes empresas haciendo contratos ilícitos con el estado, como algunas empresas de bookers y gente técnica de conciertos se ha forrado en plata durante años, pero nadie ha dicho nada, así que el músico no está pensando en su próximo hit o su próxima gira sino en ¿Cómo hago para tener dinero yo también?
Y es que miren, Colombia en su pobreza educativa se ha dedicado a enseñar mentiras a los artistas, colocando en encuentros y conferencias a personajes de la farándula o que creen tener un conocimiento que no dominan a adoctrinar a los muchachos con frases y contenidos mentirosos y eso ha hecho mucho daño. No estoy defendiendo que a los músicos se les pase por encima, pero la pregunta es ¿Alguien los ha obligado a participar en las convocatorias que les molestan? No creo, así como nadie los obliga a ir a la corrupta y en la cuál si participan sin chistar, llenando papeles burocráticos, calladitos cuando les toca ir a la media torta en sus propios carros o taxis a audicionar, en silencio cuando los programan a la una de la tarde, de hecho, viendo como algunos venden sus ideales anti-sistema para subirse a esas tarimas. ¿Por qué eso sí lo soportan? Entonces vemos que el músico de lo que carece no es de dinero sino de dignidad y uno señores mientras haga esto no puede decir nada. Vamos a ver en las listas de Rock al Parque, cuantos de los que ha peleado tan vehementemente contra los gestores está inscrito, para saber la realidad.

¿Por qué esto sí y lo otro no? Moral selectiva.
Los músicos tienen derecho a exigir, obviamente, como cualquier persona, pero lo justo, lo que se sabe que van a producir. Yo tengo derecho a cobrar por lo que sé y lo que hago, por mis servicios, no por lo que estudié o lo que he gastado en mi vida por ser lo que he llegado a ser. Como músico, si le cobro un millón de pesos por dos horas a un bar, es por que sé que el bar una vez me pague va a ganar más. Si voy a un festival y cobro cinco millones de pesos, es por que sé que al menos 50 personas voy a aportar a ese público, se llama circulación del capital, se llama eslabón de la cadena musical, se llama quien eres cuanto vales, hablando únicamente de dinero porque el feeling, el amor y las guitarras bonitas no pagan boletos.
Entonces es fácil, si una banda produce, exige, si una banda no produce no exige. Miren, he trabajado durante 30 años en todas las áreas del rock en varios países y es la hora en que sigo sin entender a los músicos colombianos porque en realidad no les gusta nada, no les sirve nada, algunos son incluso miserables y ofensivos, pero cobardes porque cuando les responden lloran.
Pregúntese, en un ejercicio real y honesto ¿Es mi banda un negocio? Para responderlo solamente debe hacer un concierto por usted mismo y medirlo. ¿Qué es hacer un concierto? Bueno, puede comenzar con uno en un venue decente, por ejemplo, en Bogotá puede alquilar el Ace of Spades, un lugar genial que ofrece las condiciones necesarias para hacer un buen evento. No vaya a invitar a ninguna banda para tener más público, solamente la suya, sin ganchos y nada y obviamente no vaya a hacer un tributo a Guns and Roses o a nadie porque para robarse aplausos lo puede hacer en otra parte. El valor de su banda lo da su producto no el de una banda que ya triunfó.
Alquilar el local con el sonido, luces, permisos y técnicos (Ya le están ahorrando la mitad del trabajo) valdrá aproximadamente cuatro millones de pesos, redondeando o haciendo un estimado, tendrían que llamar para el precio al lugar, pero es alrededor de eso. Ojo sin la barra… debe costear los gastos de producción de entrada y logística que los puede sacar en unos seiscientos mil pesos, debe costear su transporte, su catering, su personal, etc. Digamos que su concierto le va a salir por cinco milloncitos para que sea decente y el valor de las entradas en este país para un concierto de rock local está en promedio entre 20 y 25 mil pesos. ¿Cuentas? 250 entradas a 20 mil solamente para pagar los gastos. ¿Su banda puede comprometerse a eso? Hmmmm, creo que una o dos en el país.
Ahora, vayámonos a un festival en donde solamente colocar una tarima en un espacio puede costar 20 millones, los permisos unos cinco millones, el lugar otros 20 millones, una producción de entre 50 y 100 millones para un festival de mediano rango en donde el precio de la entrada está en promedio en 100 mil pesos ¿Cuentas? Necesitamos al menos mil personas pagando 100 mil pesos para esto ¿Su banda lo logra? Ahí es cuando hay que dejar de soñar y caer en la realidad.

Ok, estamos de acuerdo que un evento como el “Rocking 1.000” podría esforzarse un poco más y ofrecer a los músicos el transporte para sus instrumentos, el bodegaje seguro en el estadio y al menos una hidratación, es lo mínimo, pero este es un evento que funciona de la misma manera en todo el planeta y les prometo que en Suiza o Dinamarca quienes quieren participar no arman el mismo escándalo, que aunque justo, tal vez el pecado es querer incluir a nuestros países en espacios en donde todavía no estamos preparados para asistir. En este momento estoy inmerso en el proceso de Wacken Metal Battle en Alemania y créanme, son más de treinta países concursando y a pesar de todo esto aun le tengo fe a que la banda que vaya por nosotros pueda ganar. Pero las bandas acá lo primero que piensas es ¿Cómo me pago un viaje a Alemania? Pero no piensan en que primero deben ser mejores que 80 otras bandas de tres países y superar más de 16 eventos, porque la mentalidad pobre del latino va primero al dinero que a la música. Y eso nos saca de contexto en el mundo, eso nos aparta.
Si ha llegado hasta acá en la lectura lo felicito, usted es diferente a la mayoría de los colombianos, ahora sí podemos comenzar a proponer y analizar.
En resumen, el músico así como cualquier profesional debe comenzar su carrera autogestionándose y pagando algunas oportunidades, dentro de las cuales es común el pago de espacios en escenarios importantes en el país o el mundo, como festivales para ganar público, la inscripción a concursos, la inscripción de encuentros de la industria de la música, a conferencias, en el planeta muchas publicaciones o influencers cobran por publicar las noticias, es una infinidad de eslabones de la cadena que han funcionado así durante la existencia de la misma industria y que no va a cambiar porque así es la industria musical y es justo.
Así como cuando el músico ya es un producto que se reconoce y se vende, es quien coloca las condiciones, quien arma el equipo de trabajo y negocia como será su presentación.
Después de 15 años de hacer eventos en Colombia con músicos independientes creo que desde acá podemos dar algunos consejos, la mayoría los puede encontrar en el artículo: si usted es gestor, pero si usted es músico lo que podemos decir es que debe tener en consideración que tipo de producto es un usted. En un mundo en donde Internet reina, en donde si no cuenta con al menos un millón de vistas en un video, más de mil seguidores en YouTube, al menos un millón de escuchas mensuales, usted es prácticamente invisible para la industria ¿Qué le hace pensar que es una estrella?
Los requisitos en Colombia para hacer espectáculos públicos son agobiantes, mucho más en Bogotá, los casos de cobros abusivos son aberrantes y esto el músico no lo ve. Requisitos para eventos en vivo en Bogotá.
Se podría proponer que las pólizas de cumplimientos las pague el músico, si están tan decididos a que su banda es poderosa y llena estadios, pues unas pólizas no representarán mucho para ellos. Así se curan en salud todos y se asegura que el empresario pagará por lo requerido pero que si el evento falla por culpa del ego del músico entonces también se recuperará la inversión.
Así mismo queridos músicos (Y pilas, porque quien escribe esto ha sido músico mucho tiempo y tocado en casi todo el planeta sin un peso del estado) ustedes deben entender que cuando los promotores de un país comienzan a crear espacios para la música que no se ve y ustedes comienzan a atacarlos, insultarlos y degradarlos como sucede acá, pues la mayoría se retira y se larga como ha sucedido. Otros como nosotros seguimos peleando, pero ya cansados y la verdad los únicos que pierden son los músicos. Por que al final Rock al Parque no es suficiente ya para nadie y es lo único que acá respetan incluso sabiendo que es corrupto, ustedes tocan allá a la una de la tarde y no pasa ni pasará nada, y en una escena en donde la gente les tiene fastidio a los músicos por su soberbia y su ego no prospera nada.
¿Entonces que se les ocurre? ¿A que acuerdos podemos llegar? La verdad es difícil en un país en donde nadie puede comer, nadie puede vivir dignamente, en donde toca gastar más que en New York o Madrid, pero ganar como en Somalia, en donde la academia es “un cartón en la pared”, en donde la mayoría de bandas de rock son tributos viviendo de la música y los aplausos de otros y en donde no hay unión ni para compartir un bus hacia un festival.
Tal vez deban pensar que el problema real no es la industria de la música sino nuestra historia como colombianos, una historia de gente traqueta y mediocre, de “¿cómo voy yo?”, “Hecha la ley, hecha la trampa”, “El vivo vive del bobo y el bobo de la mama”, “A papaya puesta papaya partida” y toda una colección de doctrinas vacías que incluyen el “mi guitarra no es gratis el ensayo cuesta”, “Usted se está haciendo millonario con los músicos”, “Si no le gusta váyase” y un poco de pensamientos llenos de dogmas que han socavado a la sociedad en las estructuras más básicas de la misma que son la salud, la educación y la dignidad. El problema no es el rock parceros, el problema somos los colombianos.
Colombia
Bogotá vivió la Primera Warm Up Party Oficial de Wacken en Latinoamérica

Ace of Spades Club en Bogotá fue testigo de una noche diferente en la historia del metal colombiano, la primera Wacken Warm Up Party oficial celebrada en el país y la única en toda Latinoamérica este 2025. Más de 250 asistentes llenaron el recinto para anticipar, sentir y celebrar la esencia del festival de metal más grande del planeta, pero también para ver cómo se forja desde aquí, con talento local y mucha terquedad, el puente hacia Wacken Open Air.
La idea de un warm up no es solo un concierto más, es la afirmación de pertenencia a una cultura global que se reconoce en ciertos códigos compartidos como el sonido, la estética, la hermandad del metal, pero que cobra vida con la identidad propia de cada escena local. Por eso, esta fiesta no solo fue un sello de “evento oficial”, sino una declaración de que Colombia se toma en serio su papel dentro del circuito internacional.
El cartel reflejó bien esa mezcla de raíces y proyección. INFO, la banda ganadora de la primeraedición de Wacken Metal Battle Sur América Región Norte, se presentó como la cabeza del cartel y mostraron una vez más por qué fueron los representantes en el escenario alemán. Con un set contundente y pulido, la banda combinó disciplina técnica con una presencia feroz que dejó claro su propósito, seguirse construyendo como una de las mejores bandas de la escena nacional.

Hubo espacio para honrar las influencias y el legado. Se presentaron tributos bien trabajados y recibidos con devoción, entre ellos Tribute 2 Wacken, una banda conformada para honrar el legado de Wacken en el mundo, quienes con invitados especiales hicieron un recorrido por las canciones representativas del festival. Estos actos sirvieron para subrayar la diversidad de corrientes que se cruzan en la escena local, desde el Groove Metal hasta los sonidos industriales con tintes poéticos y oscuros. Cada tributo no solo fue una nostalgia compartida, sino un recordatorio de las muchas genealogías del metal y del rock duro que siguen vivas en la memoria del público.
El ambiente fue, como debe ser en un warm up auténtico, íntimo y a la vez explosivo. No hubo barreras imaginarias entre bandas y público, el calor del Ace of Spades se cargó de buenos momentos, puños en alto y cuernos al aire, pero también de conversaciones, de músicos que se mezclaban con los fans, de planes que se tejían para futuros shows y colaboraciones. Fue la confirmación de algo esencial, que la escena no sobrevive solo por el virtuosismo técnico o la potencia de los amplificadores, sino por la comunidad.
Los organizadores Raúl Saavedra y Dick Carvajal de Wacken Latinos y Tour Concerts, destacaron que este evento marca un hito dentro del proyecto más amplio de consolidar estas fiestas en el país para que el público pueda sentir la vibra del festival. La Warm Up Party no es un show aislado, es un peldaño más en la construcción de un camino profesional para las bandas colombianas, que necesitan no solo visibilidad internacional, sino también público local que crea en ellas.

Esta primera edición también deja planteadas preguntas y desafíos, cómo hacer que el warm up se convierta en tradición anual, cómo diversificar las ciudades y los públicos, cómo dar espacio a más bandas emergentes sin perder la calidad. Pero si algo demostró la noche del Ace of Spades es que la base ya está, público leal, músicos preparados, productores comprometidos y un hambre de trascendencia que no se sacia con migajas.
No fue solo una fiesta previa para Wacken, fue una demostración de que el metal colombiano puede organizarse, celebrarse y proyectarse sin complejos, asumiéndose parte de una cultura global pero afirmando su voz propia. Fue la chispa necesaria para mantener encendido el fuego de un movimiento que ha resistido indiferencias mediáticas, recortes presupuestales y estigmas culturales.
Colombia
Nanook El Último Esquimal estrena “Turista en Baghdad” y continúa su travesía sonora hacia nuevas geografías psicodélicas

La banda bogotana Nanook el último esquimal presenta su nuevo sencillo “turista en baghdad”, una pieza cargada de texturas neo-psicodélicas, guitarras hipnóticas y ambientaciones que evocan viajes oníricos por callejones, mercados y memorias de otras vidas. En esta nueva entrega, los llamados “esquimales citadinos” construyen un universo sonoro en el que lo ancestral y lo urbano se funden en una densa selva de psicodelia futurista.
El sencillo principal viene acompañado por un lado B titulado “baghdad radio fm (brian dubstown)”, un experimento que se desliza hacia el dub con una atmósfera esquimal y una intercepción radial que parece provenir de alguna frecuencia lejana, añadiendo una capa surrealista al viaje auditivo.

La inspiración detrás del track principal tiene sus raíces en el sonido de The Brian Jonestown Massacre. Según cuenta Fulgencio, voz líder de la banda, la letra de la canción llegó desde un lugar que no logra recordar, pero cuya esencia parece venir “de algunas vidas atrás”, como si el texto hubiera sido canalizado desde un rincón olvidado de la existencia.
Actualmente, Nanook trabaja en el videoclip de “Turista en Baghdad”, que será lanzado junto con una presentación en vivo. Al mismo tiempo, la banda se encuentra en el estudio finalizando su próxima producción, una colección de cinco nuevas canciones bajo el título “Calle ahora o hable para siempre”, cuyo estreno está previsto para octubre de 2025.
Con esta nueva entrega, Nanook reafirma su estilo singular dentro del panorama musical alternativo: una mezcla entre lo etéreo, lo urbano, lo simbólico y lo visceral, invitando al oyente a embarcarse en viajes sin mapas por geografías imposibles.
Colombia
Rex Marte lanza “Cypher” Una experiencia sonora que desafía la frontera entre lo real y lo virtual

La banda colombiana Rex Marte presenta su más reciente sencillo, “Cypher”, una obra que combina la potencia del rock y el metal con una estética digital glitch y el lenguaje sonoro del universo 8-bit. Más que un simple lanzamiento musical, “Cypher” se propone como una experiencia inmersiva que invita a reflexionar sobre la delgada línea que separa la verdad de la ilusión en la vida contemporánea.
Inspirada en el personaje homónimo de The Matrix, quien opta por una ilusión confortable a costa de la traición, la canción explora el dilema humano de elegir entre una mentira placentera y una verdad dolorosa. La banda buscó capturar esa tensión existencial a través de una mezcla de riffs densos y oscuros con texturas electrónicas y digitales, evocando la sensación de estar atrapado en un videojuego o simulación. “Cypher nació de esa sensación de estar atrapados entre lo real y lo fabricado”, afirma el grupo, resaltando el propósito deliberado de incorporar sonidos en 8 bits para acentuar la estética retro y distorsionada.

El sencillo fue grabado en los estudios Árbol Naranja en Bogotá, bajo la producción de Pedro Rovetto y con la masterización de Camilo Silva en CSF Mastering. El resultado es una pista que no solo impresiona por su solidez sonora, sino que también destaca por su capacidad de provocar preguntas incómodas sobre la autenticidad de nuestras experiencias cotidianas.
REX MARTE se ha consolidado como una propuesta de rock alternativo que fusiona hard rock, pop, metal y rock progresivo con elementos de la música electrónica como sintetizadores, arpegiadores y beat making. Su enfoque ofrece un aire de modernidad al género, acompañado de puestas en escena coloridas y simbólicas. Sus letras suelen explorar los grandes conflictos humanos frente al cosmos y la naturaleza, haciendo de cada presentación un viaje conceptual hacia territorios desconocidos. Con “Cypher”, la banda continúa su misión de utilizar la música como un vehículo para la exploración de las grandes preguntas sobre la vida, la muerte y la existencia.
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