Contáctanos

La mirada Subterránica

Aprenda cuales son los principales sub-géneros del Rock y el Metal con sus características y ejemplos.

Publicado

en

Muchos son los amantes y seguidores del Rock y el Metal en el planeta y a medida que estos géneros tomaron más y más fuerza fueron apareciendo diferentes corrientes sonoras que ofrecían formas y estilos que los convertían en “hijos” de papá Rock o papá Metal según sea el caso, a grosso modo tenemos algunas definiciones:

El Rock es un género que nace de otros como el Blues, el Rockabilly y otros, mientras que el Metal es hijo directo del rock, son géneros de música relacionados, pero se diferencian en varios aspectos como por ejemplo en su sonido y su estilo, el Metal es generalmente más pesado y agresivo que el rock, con guitarras distorsionadas, baterías fuertes y voces más potentes y agudas. El rock, en cambio, puede ser más suave y melódico.

El metal a menudo se enfoca en temas oscuros y violentos, como la muerte, la guerra y el horror, mientras que el rock puede abarcar una gama más amplia de temas, desde el amor y la amistad hasta la política y la religión. El metal tiende a ser más técnico que el rock, con solos de guitarra y batería más complejos y estructuras de canciones más elaboradas.

El público del metal es casi siempre más apasionado y dedicado que el público del rock, y los conciertos de metal son más intensos, para resumir, el metal es un subgénero más pesado y agresivo del rock, con una temática y técnica musical distintiva, los tempos son más altos y el uso de doble bombo en la batería es común, mientras que el rock puede ser más variado en cuanto a ritmos y velocidades, presenta una instrumentación más sencilla y es más libre en cuanto a formas musicales.

Así pues, tenemos varios géneros que compartimos para ayudar a navegar en este maremágnum de sonidos que a veces nos inquieta, pero ojo, cabe recalcar que esta es una información que solo sirve para clasificar sonidos dentro de algunas corrientes pero que no afecta en nada ni la vivencia, ni la escucha, ni el disfrute de la música que amamos, los vamos a tocar de manera muy superficial para que esto no se convierta en un tratado de musicología o algo así:

NOTA: Para comprender las diferencias y formas les recomendamos darle “reproducir” a los videos.

Heavy Metal: es uno de los géneros más icónicos y reconocibles dentro del metal. Se caracteriza por su sonido fuerte y agresivo en las guitarras, así como por el uso frecuente solos y voces melódicas y agudas. Ejemplos de bandas de heavy metal son Iron Maiden, Judas Priest y Black Sabbath (Considerados los padres del Metal, gracias a una condición particular de su guitarrista que perdió dos partes de sus dedos y se obligó a usar prótesis y bajar el tono de la guitarra lo cual dio nacimiento al género).

Thrash Metal: es un subgénero del metal que surgió en la década de 1980. Se caracteriza por su velocidad y agresividad, con guitarras pesadas y baterías aceleradas. Las voces suelen ser más guturales o gruesas que en el heavy metal, el género comparte muchas características con el speed metal solo que este último está enfocado en los riffs y la ejecución. Ejemplos de bandas de thrash metal son Metallica, Slayer y Anthrax.

Death Metal: es un subgénero del metal que se enfoca en letras oscuras y a menudo violentas. Las guitarras suelen tener un sonido pesado y grave, y las voces suelen ser guturales y extremadamente bajas. Ejemplos de bandas de Death Metal son Cannibal Corpse, Morbid Angel y Death.

Black Metal: es un subgénero del metal que se caracteriza por su enfoque en temas oscuros y satánicos. El sonido suele ser crudo y áspero, no tan producido como los demás, con guitarras distorsionadas y baterías rápidas. Las voces suelen ser guturales o chillonas. Ejemplos de bandas de Black Metal son Mayhem, Burzum y Darkthrone.

Power Metal: es un subgénero del metal que se enfoca en letras épicas y fantasiosas. La música suele ser rápida y melódica, con guitarras y baterías aceleradas. Las voces suelen ser agudas o intercaladas entre melódicas y guturales, además el uso de teclados es importante en muchas bandas. Ejemplos de bandas de power metal son Dragonforce, Helloween y Stratovarius.

Doom Metal: El doom metal se caracteriza por su lento tempo, pesadez y uso de acordes disonantes. Las letras suelen ser oscuras y pesimistas, y a menudo tratan temas como la muerte, el dolor y la desesperación. Las bandas pioneras de Doom Metal incluyen a Black Sabbath (Sí, también los papás de este), Saint Vitus y Candlemass.

Symphonic Metal: El symphonic metal combina elementos de música clásica con heavy metal. Las bandas de symphonic metal suelen incorporar elementos de orquesta, coros y teclados en sus canciones, lo que les da una atmósfera grandiosa y épica. Nightwish, Within Temptation y Epica son algunas de las bandas más conocidas de este género.

Folk Metal: El folk metal combina elementos de música folklórica con heavy metal, pero ojo, manteniendo la jerarquía en el Metal. Las bandas de folk metal a menudo utilizan instrumentos tradicionales como violines, flautas y acordeones, y sus letras suelen tratar temas de mitología y folclore. Entre las bandas más destacadas de folk metal se encuentran Finntroll, Eluveitie y Korpiklaani.

Deathcore: El deathcore es un subgénero de metal extremo que combina elementos de death metal y metalcore. Se caracteriza por su uso de guitarras afinadas a un tono muy bajo y guturales profundos. Las bandas de deathcore suelen incorporar también ritmos de hardcore punk y breakdowns en sus canciones. Whitechapel, Suicide Silence y Carnifex son algunas de las bandas más conocidas de este género.

Groove Metal: Este es uno de los géneros más nuevos y que nació en los 90´s, después derivó en lo que se conoció como el Nu-Metal, es el género más “fiestero” del Metal y fácilmente reconocible por el poder auditivo de las canciones, bandas pioneras fueron Pantera, Sepultura o White Zombie, los riff son pegadizos y fáciles de recordar y no son generalmente el enfoque en estas bandas. Es una parte muy comercial del género, son los padres de todas las bandas de rock-metal como Linkin Park o Korn.

Ahora, dentro del rock abunda muchos sub-generos ya que el rock es una música más abierta a las fusiones y a la experimentación, pero como algunos de sus principales tenemos:
Define los principales géneros del rock con sus características y ejemplos

Rock and Roll: Un género de música popular que se originó en los Estados Unidos en la década de 1950, con una mezcla de blues, country y gospel. Se caracteriza por su ritmo rápido, la guitarra eléctrica y la batería. Ejemplos: Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard.

Hard Rock: Un género de rock que se caracteriza por su uso de riffs de guitarra pesados que rozan el Metal pero no alcanzan a ingresar en la categoría, es un poco más suave y melódico que este a los oidos del público, batería potente y voces gritadas. Ejemplos: AC/DC, Led Zeppelin, Guns N’ Roses.

Punk Rock: Un género de rock que se caracteriza por su actitud rebelde, letras políticas y un sonido crudo y enérgico casi sin producción, además a muchas bandas de punk nisiquiera les interesaba grabar un disco. Ejemplos: The Ramones, The Clash, Sex Pistols.

Grunge: Un género de rock alternativo que se originó en Seattle en la década de 1990, con influencias del punk rock y del heavy metal. Se caracteriza por su sonido crudo, las letras melancólicas y la guitarra pesada. Ejemplos: Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden.

Alternative Rock: Un género de rock que se desarrolló en la década de 1980 y se caracteriza por su rechazo a los sonidos comerciales y la experimentación con diferentes estilos. Ejemplos: R.E.M., Radiohead, Foo Fighters.

Indie Rock: Un género de rock que se caracteriza por su sonido “independiente”, a menudo producido por sellos discográficos independientes y con un enfoque en la creatividad y la originalidad. Ejemplos: Arctic Monkeys, Arcade Fire, The Strokes.

Classic Rock: Un término utilizado para referirse a las bandas de rock de los años 60, 70 y 80 que han logrado mantener su popularidad a lo largo del tiempo. Ejemplos: The Rolling Stones, The Beatles, Queen.

Pero y entonces ¿El reggae y el ska son parte del rock?

El reggae y el ska no son considerados parte del género rock en sí, aunque comparten algunas influencias y elementos comunes. Ambos surgieron en la década de 1960 y están asociados con la música popular de Jamaica.

El reggae se caracteriza por su tempo lento y su énfasis en los ritmos de bajo y batería, así como por la utilización de instrumentos como la guitarra, el piano y los metales. Las letras del reggae suelen tratar temas como la justicia social, la espiritualidad y la liberación. Algunos de los artistas más destacados del reggae son Bob Marley, Peter Tosh y Jimmy Cliff.

El ska, por su parte, es un género más rápido y bailable que el reggae, con una fuerte influencia del rhythm and blues y del jazz. Se caracteriza por su uso de guitarras eléctricas, saxofones y trompetas, así como por sus ritmos sincopados. Las letras del ska suelen ser más ligeras y enfocadas en el baile y la diversión. Algunos de los artistas más destacados del ska son The Skatalites, Madness y The Specials.

El reggae y el ska son géneros musicales que surgieron a partir del rocksteady. Aunque tienen algunas influencias del rock, no se consideran géneros del rock en sí mismos, ambos tienen una fuerte presencia en la cultura musical del Caribe y se han extendido a nivel mundial.

Ahora que ya tienen este panorama ¿Reconocen algunos otros sub-géneros que no estén acá?

@Subterranica

Foto de Pexels por Thibault Trillet

Colombia

La música hoy es un puto producto industrial vendiendo humo para una máquina insaciable que se llama algoritmo. 

Publicado

en

Por

La industria musical atraviesa una crisis brutal… tiene hambre, hambre insaciable, hoy todo se ha convertido en un asunto de algoritmos y modelos de distribución masiva que solo buscan hacer dinero sin importar si la música vale algo o no.

En una charla de Symphonic Distribution en el Bomm de Bogotá, una chica —aún en sus veintes— lanzó la idea “sofisticada” de que los músicos deben sacar música todos los días para alimentar estos algoritmos. Eso no es arte, es pura explotación y pérdida de la esencia creativa, lo que importa hoy no es lo que hagas, sino cuánto ruido generes para que la máquina te mantenga arriba.

Históricamente la música es un proceso lento, un trabajo artístico donde la paciencia, la reflexión y el detalle hacen que una canción conecte de verdad con quien la escucha. Pintores, escritores, músicos… todos se toman el tiempo porque saben que la magia no sale en cinco minutos ni en una ida al baño, pero ahora los artistas están atrapados en un ritmo frenético diseñado por plataformas, donde producen en masa para engordar estadísticas y mantenerse visibles, esa propuesta horrible de sacar música diariamente refleja un sistema que mata la creatividad y la reemplaza con pura producción en serie, como mulas de carga que deben alimentar el nuevo negocio de la música que solo le sirve a las distribuidoras y plataformas.
Y no es sorpresa que esto se manifieste en géneros como el reguetón, donde el éxito no depende ni de la complejidad musical ni de letras que tengan algo que decir, sino de beats repetitivos y letras vacías que cualquier programa barato como Fruity Loops puede generar a chorro, esa facilidad para tirar decenas de canciones al día ha forzado al resto de géneros a entrar en un juego de repetición y banalidad para competir en visibilidad, dejando un montón de música que parece más ruido vacío que arte, lo vemos en cientos de músicos desesperados por sacar 50 sencillos al año que quedan en el olvido.

Esto no solo pasa en la música; el cine también está en caída libre, ahora la calidad se mide en taquilla, prefieren llenar salas con fórmulas recicladas que arriesgar con historias que hagan pensar o sientan de verdad, el arte se ha convertido en mercancía, y la diversidad y la innovación han quedado aplastadas bajo la lógica del negocio, los creadores o se amoldan o desaparecen y el resultado es un empobrecimiento cultural que apaga la chispa creativa.
Los músicos están en medio de un gran problema… O se venden y se adaptan a estas reglas que los despersonalizan o defienden lo que para muchos es lo más importante: el valor del arte, aunque eso implique arriesgar su sustento económico y en países como los nuestros el hambre es más fuerte que cualquier cosa, hay que ser honestos y aceptar que los artistas de hoy están desesperados por comer y por eso son sometidos como escalvos a los caprichos de estos modelos que pareciera que son lo único que existe. Lamentablemente, casi todos eligen jugar el juego para sobrevivir. Y esa misma necesidad alimenta un círculo vicioso que termina en una escena musical fragmentada, saturada de contenido efímero y vacío.

El impacto es doble, culturalmente la música pierde lo que la hacía única, su identidad, fuerza rebelde y memoria emocional y económicamente, los mejores artistas no reciben reconocimiento ni la compensación que merecen, triunfa el que más vomita lo que ahora llaman “contenido” mientras plataformas y empresas acumulan fortunas. La creación artística se ha convertido en una mercancía más y el músico en un mercenario pasivo peón de un tablero dominado por algoritmos y resultados financieros.

Pero la historia nos ha enseñado que la esencia creativa nunca se puede silenciar del todo y aunque el ruido ensordecedor y la presión mercantil parezcan dominar, siempre aparecerán voces auténticas que romperán con las fórmulas y rescatarán la dignidad del arte, esa resistencia es lo que mantiene viva la magia de la música y su capacidad de conmover, incluso cuando todo está diseñado para lo contrario.

Está clarísimo, la industria debe dejar de verse como una cadena de producción y músicos y el público tienen que volver a valorar la calidad y autenticidad por sobre la cantidad y el consumo rápido. No se trata de rechazar a la tecnología o a las plataformas, sino de recuperar la autonomía creativa y establecer un equilibrio donde la música sea para el arte y las emociones, no para contar streams o obedecer a un puto algoritmo frío.

En pocas palabras, la idea de hacer música a diario para complacer a un algoritmo no solo es ridícula, sino que desnuda una crisis general que afecta toda la cultura contemporánea y lo preocupante es que eso es lo que están enseñando como “lo lógico” y el “camino a seguir” en los encuentros musicales. Es la señal de que el verdadero arte está siendo reemplazado por una versión falsa diseñada solo para hacer dinero rápido… que el hambre no impida abrir los ojos a esta realidad y actuar con fuerza para cambiarla, de lo contrario el mejor camino para hacer dinero es vender empanadas o traer cosas de china, no maten la música por culpa de un almuerzo.

Continúa leyendo

Colombia

“Buenas prácticas” el Encuentro de Idartes bajo la sombra de los hallazgos y la repetición de viejas mañas.

Publicado

en

Por

El Instituto Distrital de las Artes (Idartes) ha anunciado con bombos y platillos la realización del Encuentro de Buenas Prácticas en la Gestión Pública de las Artes en Iberoamérica. La sola frase despierta desconcierto: ¿cómo puede erigirse en referente de transparencia una institución que carga sobre sus hombros una larga historia de cuestionamientos fiscales, disciplinarios y éticos? El evento, pensado como una vitrina de excelencia, termina viéndose como un espejo incómodo en el que los fantasmas del pasado y las denuncias recientes aparecen reflejados con nitidez.

Desde hace más de una década, los festivales y equipamientos culturales administrados por Idartes han sido objeto de auditorías, visitas fiscales y debates en el Concejo de Bogotá. En 2018 y 2021, por ejemplo, la Contraloría de Bogotá practicó visitas fiscales a los contratos de Rock al Parque, encontrando irregularidades en la publicación de pliegos, falencias en la gestión de archivos y deficiencias en la supervisión. Algunos de estos hallazgos fueron tan graves que se consignaron con presunta incidencia disciplinaria y fiscal. ¿Puede hablarse de “buena práctica” cuando el festival bandera de la ciudad acumula observaciones de este calibre?

El caso no se limita al festival. Auditorías anteriores llamaron la atención sobre el manejo de boletería en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, donde no existían informes pormenorizados de ingresos, y sobre la compra del Teatro San Jorge, incluida en seguimientos especiales por la Contraloría. A estos antecedentes se suman contratos entre 2017 y 2019 en los que se detectaron falta de evidencia de ejecución, deficiencias de supervisión y problemas de gestión documental. La lista no es un inventario menor: son síntomas de un modelo de gestión que se repite y que parece haber normalizado la opacidad.

El capítulo más reciente lo protagonizan los teatros San Jorge y El Parque. En 2024, la Procuraduría General de la Nación abrió indagación disciplinaria contra funcionarios de Idartes por presuntos sobrecostos y retrasos en las obras de remodelación. Y en enero de 2025, la Contraloría Distrital notificó la apertura de un proceso de responsabilidad fiscal sobre el contrato 1878 de 2021, advirtiendo un posible detrimento de 97 millones de pesos. Es decir, mientras se prepara un encuentro internacional para hablar de gestión ejemplar, la entidad anfitriona se defiende de señalamientos por mala ejecución y pérdida de recursos públicos.

Pero no todo se reduce a cifras y hallazgos técnicos. La comunidad cultural ha denunciado durante años dinámicas igualmente corrosivas, aunque menos visibles en los informes oficiales. El acoso y veto a agentes independientes, la programación cerrada de escenarios públicos que terminan convertidos en feudos privados, los jurados con vínculos laborales previos que terminan premiando a sus propios círculos y los pagos cuestionables a sociedades de gestión colectiva como Sayco forman parte de un relato recurrente. Estas prácticas, aunque no siempre aparecen en los documentos de los entes de control, construyen un ambiente de exclusión y favorecimiento que contradice cualquier discurso de equidad cultural.

El tema ha tenido también eco político. En febrero de 2024, el concejal Rubén Torrado denunció en sesión del Concejo sobrecostos de hasta un 500 % en la compra de dotación para los mismos teatros. Sus palabras encendieron un debate que dejó claro que las dudas sobre la transparencia de Idartes no son capricho de unos pocos críticos, sino preocupación de instituciones de control y de representantes políticos.

Con este panorama, el Encuentro de Buenas Prácticas corre el riesgo de convertirse en una puesta en escena paradójica: el anfitrión exhibe un traje impecable para recibir a sus invitados, pero no logra ocultar las manchas en el espejo. En lugar de abrir un espacio para la autocrítica y la reparación, la institución parece interesada en blindar su imagen y proyectar hacia afuera una normalidad que puertas adentro está en entredicho.

Y como si todo esto no bastara, en los pasillos del sector circula una versión que, de confirmarse, ratificaría la sensación de círculo cerrado y falta de renovación: fuentes confiables aseguran que Chucky García, programador y curador de Rock al Parque durante casi una década, estaría cerca de regresar a su antiguo rol. García ha sido señalado en el pasado como símbolo de la repetición de élites en la curaduría, y su eventual retorno difícilmente podría leerse como un signo de apertura o cambio. Más bien, reforzaría la idea de un oligopolio cultural que se perpetúa con los mismos nombres y las mismas prácticas, ahora maquilladas bajo el discurso de las “buenas prácticas”.

En este contexto, el encuentro de Idartes no aparece como un espacio de construcción colectiva, sino como un ejercicio de legitimación institucional. Un foro que, en lugar de inspirar confianza, despierta preguntas incómodas: ¿se puede hablar de buenas prácticas cuando las malas prácticas no han sido aclaradas ni superadas? ¿Qué clase de modelo se quiere proyectar a Iberoamérica: el de la transparencia o el de la simulación? La respuesta no la dará un eslogan ni un evento de relumbrón, sino la capacidad real de transformar estructuras enquistadas que hasta hoy siguen alimentando la desconfianza.

En este panorama, hablar de “buenas prácticas” parece un gesto cínico. ¿Cuáles son esas prácticas? ¿Blindarse tras comunicados oficiales? ¿Repetir los mismos nombres en la curaduría, como si la cultura de una ciudad entera se redujera a una camarilla? Según fuentes del sector, la inminente reaparición de uno de sus actores eternizados en Rock al Parque es la mejor prueba de que los cambios son de forma y no de fondo: las curadurías terminan reciclándose en torno a los mismos actores, anclando una élite cultural que controla la programación, las convocatorias y hasta los jurados.

Lo más grave es que nadie escucha a los agentes independientes. Los vetos, las retaliaciones y las exclusiones sistemáticas quedan invisibilizados, mientras la institución se blinda en su burocracia y la justicia —cuando interviene— casi siempre favorece a los funcionarios y archiva los procesos. La desigualdad se institucionaliza y el discurso oficial se impone como si nada ocurriera.

En este contexto, ¿qué sentido tiene luchar por las artes en un país donde la cultura está sometida a un oligopolio comprobado, sostenido tanto por prácticas administrativas cuestionadas como por una red de favores políticos? A veces, la lucha parece en vano: se gasta vida, se gasta pasión, se gasta esperanza en un terreno donde los dados están cargados. Y aun así, la resistencia persiste, porque la cultura no le pertenece al oligopolio ni a sus curadores perpetuos: le pertenece a la gente que la crea y que, a pesar de todo, se niega a rendirse.

Continúa leyendo

Colombia

De cómo INFO y Vhill reescribieron la historia latinoamericana en el barro sagrado de Wacken (Reviva las presentaciones)

Publicado

en

Por


La historia de dos bandas, INFO y Vhill, es casi un acto de fe convertido en himno, no hay mayor testimonio de resistencia que el de INFO, forjada en la oscuridad industrial de Bogotá, representando en 2024 a Colombia, Ecuador y Venezuela en la Wacken Metal Battle. Nadar contra la corriente en un circuito que privilegia el acceso que se compra fue su acto de violencia creativa, se hicieron con el puesto 5 a nivel mundial en la primera participación de nuestra región en el evento, algo impresionante, insertando el metal latino en la piel misma del festival más grande del planeta. Para conmemorar ese momento, la banda ha lanzado su presentación completa remezclada y masterizada, un documento que no solo retransmite sonido e imagen, sino espíritu vivo de una escena que resiste desde la adversidad.

INFO no llegó a Wacken por gracia divina o por un subsidio, fue la ganadora en diciembre de 2023 de la eliminatoria regional organizada en La Media Torta, una batalla musical, difícil y espiritual que incluyó a bandas de Colombia, Ecuador y Venezuela. Al pisar el Headbangers Stage en Wacken, su sonido futurista y enclavado en lo industrial no solo conquistó escenario, sino que les ganó el derecho a levantar una bandera latina donde muchos nunca creyeron que podríamos llegar pero a donde llegamos, sin ayudas, sin favores, a pulso. Cuando Subterránica y sus aliados lograron por fin que nuestras banderas, aunque desagradecidas tuvieran un espacio en la meca del Metal Mundial. Info fue nuestro orgullo, Colombia pisó fuerte desde el comienzo.

Reviva la presentación de INFO desde su canal de YouTube

Un año después, en 2025, fue Vhill desde Venezuela quien cargó con el relato de una escena golpeada y resiliente, las eliminatorias regionales ya sumaban a Perú y Bolivia, la región crecía. Esta banda de death metal se enfrentó en su pasado a una tragedia mayúscula: la pérdida de su baterista fundador. En lugar de quebrarse, avivaron el fuego, montaron una gira relámpago de apenas cinco conciertos, atravesaron fronteras sin redes de apoyo y lograron el pase que los llevó hasta Wacken. No ganaron un lugar en el podio, pero ganaron algo aún más poderoso: el derecho a existir desde el coraje.

Este contraste entre INFO y Vhill no se sostiene solo en fechas o logros, sino en el pulso de lo posible, INFO llevó una escena difícil y bastante retorcida desde Colombia hasta Wacken con música, Vhill llevó la resistencia venezolana, su dolor, su coraje y su técnica, hasta Alemania. El festival dejó de ser un sueño lejano y se convirtió en rito compartido, en abrazo de barro, sudor y la muestra de que todo se puede si lo luchamos como debe ser.

Reviva la presentación de Vhill desde el enlace de Magenta Musik https://www.magentamusik.de/metal-battle-south-america-northern-region-vhill-9208205928595528983

Hoy reviviendo estos momentos no celebramos una etiqueta o una estampa turística sino las guitarras y voces que se negaron a ceder al silencio, que se levantaron a pesar de la dificultad económica de nuestras tierra, el olvido de la escena para cambiarla por burocracia, las fronteras siempre violadas. De esto se trata el metal latinoamericano, de transformar el duelo en una ceremonia de orgullo y ruido.
INFO y Vhill no representan solo un país sino a toda una región que resuena desde abajo, que sangra, que resiste y que finalmente retumba. Si alguna vez dudaros de lo que el rock de nosotros podía lograr, de lo que el metal latino podía lograr, porque parece tan dificil en un lugar en donde todo está escrito y arreglado, dele play a estas canciones, miren los videos y sientan el estruendo de lo imposible hecho ancla.

Pronto abriremos convocatorias para la próxima edición de Metal Battle Suramérica. Subterránica (Sur América Región Norte), Independent Booking Artist Manager (Colombia), Aquelarre Metal (Ecuador), Manutara Prod. (Venezuela), Comunidad Metal Bolivia (Bolivia), Xaria Music (Perú) y un nuevo país sorpresa que se suma a las filas de este circuito.

Continúa leyendo

Tendencias