La mirada Subterránica
Si después de todas las señales y advertencias aún tiene ganas de gestionar y apoyar el rock colombiano, acá le presentamos las reglas de oro.
Lo primero sería decirle que no lo haga, ¡no lo haga! piénselo bien, ser gestor o promotor de la escena del rock colombiano es un camino tortuoso que deja muy pocas satisfacciones y muchos gastos, deudas y enemigos. Si no nos cree puede preguntar a las decenas de agentes importantes que se retiraron del rock para irse a gestionar y trabajar en otros géneros como el urbano, lo popular o lo folclórico porque allá la industria es diferente, tal vez no más amable, pero si mucho más rentable, así que nuestro primer consejo después de 15 años de producir y crear espacios para la circulación, reconocimiento, estudio y difusión de la escena local Colombiana y 20 en el continente es “piénselo de nuevo y si puede escape”.
Pero si usted es como nosotros, terco, imparable, testarudo, que ama el género más que a nada, que le da felicidad hacer cosas por los demás así los demás sean en muchas ocasiones desagradecidos y muchos de ellos bastante cuestionables en su práctica artística y como seres humanos, y disfruta los conciertos y las canciones, entonces adelante. Ponga todo el empeño y arriésguese a la aventura de crear y producir espacios y medios para el rock nacional, pero siga estas reglas para evitarse muchos problemas y para que después no esté catalogado en la lista negra de los genios musicales colombianos y de los grandes agentes culturales del Rock y Metal mundial que nacen en este Olimpo llamado Encanto.
Antes de las reglas lo primero que debe aprender a reconocer es que diferencia una banda emergente de una ya consolidada y esto nada tiene que ver con el tiempo de formación. Hay bandas que llevan 30 años tocando y siguen siendo unos pendejos (De hecho, con los años se vuelven más pendejos, algunos ya son PHd en pendejadas) y algunos ni siquiera han grabado un álbum, siguen tocando la única canción que les pegó en Rock al Parque del 96 o en Kalimán.
La diferencia entre lo emergente y lo consolidado es el poder de convocatoria y negocio efectivo que tienen dentro de un circuito o de algo que en otros lugares sería llamado “music business” y que acá a duras penas nos alcanza para llamar “la escena”.
Explicamos… una banda consolidada tiene un modelo de negocio muy fácil y efectivo, mi show vale tanto y punto. Nuestras exigencias son tales y punto. El promotor, empresario o gestor acepta estas condiciones y firma un contrato porque sabe que al pagar ese dinero y cumplir esas exigencias, él puede hacer un concierto y cobrar una entrada con la cuál ganará al menos el doble de lo invertido. ¡¡¡PUNTO!!!
La banda emergente es esa que está en el punto en que no genera sino gastos, que poca gente los va a ver y que están en proceso de construcción de público. Y no crean, CADA BANDA SABE EN QUE LUGAR ESTÁ. No se dejen alucinar por bandas a las que aplauden en rock al parque, porque cuando usted las lleva a otro escenario muchas no llevan ni 10 personas, no se dejen confundir por las famitas de los nombres, hay nombres muy famosos en la escena que son quiebras seguras, de hecho, existe una lista negra para estas bandas entre promotores quienes ahora prefieren contratar tributos que a estos rockstars. La banda emergente es la que está tratando de conseguir lo que explicamos arriba, si la banda no produce al menos el doble de lo que usted invierte en ellos, entonces es considerada en esta línea.
Esa es la diferencia…
Lo otro que usted debe saber es que a la mayoría de músicos de rock o metal al igual que la mayoría de colombianos, muy poco les importa la música como fin último, y lo que está por delante de todo es el dinero, por eso debe saber que los músicos en su gran mayoría lo que persiguen es el dinero y jamás, nunca en la vida, sabrán reconocer los esfuerzos de los agentes como usted para con ellos. Es por eso que debe saber que el Dios de los músicos de rock colombiano son las entidades deshonestas como Idartes, Sayco y todos sus aliados, esos que viven haciendo conciertos, conferencias y encuentros en donde solo ellos y sus amigos ganan y en donde saquean los erarios públicos. No importa que tan corruptos y tan expuestos sean, ellos son ante todo el Dios de los rockeros colombianos, es decir usted debe saber que se encontrará con punketos contratistas del gobierno, con grupos anarquistas contratistas del gobierno y para no alargar el cuento si los Sex Pistols fueran colombianos serían contratistas del gobierno, por más espacios y oportunidades que usted produzca, jamás podrá reemplazar a papi estado o a mami corrupción.
Y así mismo sucede con los bookers, agentes, managers, etc. Debe saber que casi ninguno de ellos tiene una formación académica, pero posiblemente usted tampoco (Así que tranquilo) y que son despiadados y no dudarán en tratar de vetarlo, sacarlo y destruir su reputación con tal de que usted no se convierta en una amenaza para sus “actividades culturales”, es decir, no les vaya a quitar una rebanada de torta, recuerde una y otra vez, el mantra: Lo que importa no es la música, es el dinero. Repitamos para continuar: Lo que importa no es la música es el dinero.
LAS REGLAS DE ORO PARA GESTORES CULTURALES DEL ROCK Y AGENTES QUE ORGANIZAN EVENTOS CON MÚSICOS.
1. La más importante, olvide el altruismo, nadie le va a agradecer lo que hace, al contrario, es posible que la gente se ofenda o se moleste por su “altruismo”, usted debe pensar en su beneficio además del beneficio hacia los músicos, muchas veces uno sabe que va a perder y, aun así, sigue adelante con el proyecto. No lo haga, olvídese de ser buena persona porque cuando usted necesite nadie va a ser buena persona con usted, no existen los amigos en este cuento, no existe la lealtad en este cuento, así usted crea que esto no es real, no espere a que sean las lágrimas los que le demuestren lo contrario, lo cual lleva a la segunda regla.
2. No trabaje jamás o incluya en sus actividades a músicos o agentes que no lo han pedido. Esto tardamos años en aprenderlo, por darles un ejemplo, lo que nos sucedió en Subterránica en 2022 con el guitarrista que armó todo un intento de saboteo a los Premios Subterránica y ¿cuál fue el pecado de nosotros? Nominarlo como mejor guitarrista. Nunca, escuche bien, jamás reconozca el trabajo de los demás sin que ellos se lo pidan. Si va a realizar un concurso, trabaje solo con quienes se inscriban, si va a realizar una entrega de premios, trabaje solo con quienes se inscriban, lo mismo un encuentro, un taller, un festival, siempre abra una convocatoria, jamás, jamás, jamás trate de trabajar con uno de los genios levitantes y sublimados de la escena colombiana que no se lo haya pedido. Deje que ellos solos son geniales y si no lo han llamado es sencillamente porque no lo necesitan.
3. NO HAGA NADA GRATIS, jamás, si un músico emergente no paga entonces no le importará. Si la inscripción al concurso no es paga es muy posible que lo dejen tirado, si la entrada a la rueda de negocios es gratis, tal vez nadie llegue, y no solo eso, nos costó mucho entender que ESTO TAMBIÉN ES TRABAJO y usted tiene derecho a ganar con su trabajo, cuando una banda ya es consolidada no necesita de estos eventos, a ellos los invitan o los contratan, pero cobre, cobre todo, cobre una asesoría, cobre por su tiempo, cobre por respirar porque al menos tendrá dinero a cambio de los insultos y el desagradecimiento.
4. Firme todo, así sea con su mejor amigo, con el que ya ha hecho mil otros negocios, firme todo en un acuerdo o contrato en donde todo quede claro. Hemos perdido muchas cosas por no firmar, muchas veces los patrocinadores no cumplen y les vale cinco, las empresas acá no son serias cuando se trata de rock, como no hay contrato uno no puede hacer nada, no crea en la palabra de nadie en esta patria, no son todos, pero la mayoría no la respeta. Firme, firme cada acuerdo, cada compromiso, cada palabra y póngale la huella digital de los dos que firman.
5. No se deje utilizar, pida siempre algo a cambio: Ok, no hay dinero, pida algo a cambio, pida lo que sea, camisetas, cursos, pasajes, besos, trago, no importa cobre todo así sea con canjes porque la primera vez que usted entrega o hace algo gratis ya no hay vuelta atrás, la gente entenderá que usted es el que hace todo de favor y el día que pida algo el desgraciado será usted. NO ENTREGE, NO HAGA, NO PRODUZCA nada sin algo a cambio, todos tienen algo que ofrecer. Un ejemplo claro, a Subterránica le piden muchas bandas tocar en nuestros eventos y generalmente decimos que sí, pero cuando llamamos por un espacio en los eventos de ellos, ya saben la respuesta. La reciprocidad acá no existe de buena voluntad. Firme también este tipo de canjes.
6. Si el evento es de inscripción o participación gratuita asegúrese de tener los recursos antes. Por ejemplo, nuestros premios, todo es gratis, nadie recibe un peso, pero eso no quiere decir que los contratistas lo entiendan, si uste dva a realizar un evento que es gratuito asegúrese de tener todo el dinero de los patrocinadores disponible antes de realizarlo porque muchos patrocinadores le dicen que sí, que le darán los recursos después y sencillamente no lo hacen. TIP: Firme una clausula con sus patrocinadores que bajo ningún parámetro o situación pueden echarse para atrás una vez firmado y que si lo hacen por algún problema o situación deben indemnizarlo.
7. No confíe en nadie, nadie es su amigo, no invite a bandas que no sean realmente cercanos, lamentablemente muchos músicos son desagradecidos, no tienen público, no tienen dinero, no tienen conciencia del valor del venue, del backline, de nada, el músico solo quiero brillar y tocar, nadie es amigo suyo, ningún músico, ningún agente, ningún periodista, ninguna persona, desconfíe de usted mismo, desconfíe de su sombra. No confíe en absolutamente nadie. Que su equipo de trabajo sean personas profesionales y cercanas y, aun así, sepa que lo pueden traicionar. Vigile más a quienes dicen ser sus amigos que a sus enemigos declarados.
8. Para los medios independientes consolide una línea editorial y contrate un grupo o agente de ventas. El pecado de los medios independientes es que no tienen vendedores de publicidad y por eso quiebran o cierran, más importante que tener 10 buenos periodistas es tener 10 buenos vendedores de publicidad o patrocinios, si no, sencillamente se hace por hobby y siempre se estará necesitado. Es por esto que muchos de los medios de Colombia (Obvio no todos) son mediocres y arrodillados, porque al no tener poder económico viven rogando por entrar a conciertos, por escarapelas, por invitaciones y esto mata la neutralidad, los medios se convierten en centros de halagos en lugar de medios críticos y analíticos, son oficinas de relaciones públicas que dejan bastante que desear y si usted tiene un medio, por favor fórmese como periodista.
9. Los músicos no son sus amigos, los músicos no son sus amigos, de hecho, los músicos no son amigos ni siquiera de sus compañeros de bandas, muchos son ególatras, muchos lo quieren todo pero no entregan nada, los músicos necesitan el aplauso fácil, el bazuco de los músicos de rock colombiano se llama “convocatorias”, los músicos no aceptan críticas, los músicos no entienden lo que es gestionar, lo que es producir, los músicos no necesitan saber absolutamente nada más allá de sus canciones o de las que se aprenden para el tributo. Un músico que no gestiona o produce no tiene ni idea del trabajo que esto conlleva y puede muchas veces actuar como un desagradecido, los músicos no son sus amigos, en esta escena los músicos son su insumo y usted el de ellos, debe ser una relación simbiótica, uno le sirve al otro para crecer juntos, nunca confunda las relaciones con los músicos con una amistad. Trabaje más por la música que por los músicos, la música es lo importante, la música es la obra, el músico es un complique. Lo sabemos, también somos músicos.
10. Mantenga su independencia, no se arrodille, no se venda por dinero, no sea mercenario. No se arrodille por perder algo que considera importante: Una anécdota… cuando nos llamaron para ser gestores de contenidos en SOFA (Salón del Ocio y la Fantasía) en el cual hicimos cosas enormes durante seis años, el productor general y fundador nos dijo que él era Frodo y nosotros seríamos el rey que cuidaba el anillo y que el anillo era el rock, que jamás íbamos a parar hasta que el rock tuviera de nuevo su lugar. En 2018, la policía entró a Corferias y con su frase “apaguen el rock” acabaron con las tarimas en SOFA. Nos ofrecieron seguir haciendo otro tipo de contenidos, pero ¿Qué es el rock sin tarimas? Lo mismo que el futbol sin cancha, por más que SOFA fuera una genialidad, ya no nos interesaba, siempre manténganse firme en sus principios y defiéndalos fieramente aun si tiene que pelear, si tiene que ser agresivo, porque si no lo hace así, estos colombianos se lo devoran. Acá no hay medias tintas, en este país siempre van a tratar de quebrarlo, si usted se quiebra, ya es tarde. Sea honesto, SEA HONESTO, si sabe de actos de corrupción denúncielos y hable, no se calle por una credencial, no sea deshonesto, es preferible que hablen de usted por ser un salvaje y un grosero, o que es agresivo a que digan que es corrupto y ladrón, recuerde que cuando usted tiene la razón la única defensa que los demás tiene son los memes. Sea honesto con usted mismo, sea integro y si recibe un ataque defiéndase y si lo quieren dañar, demande. Pero no se arrodille jamás.
TIPS extra
Haga sus propias bases de datos y use Mailchimp para enviar noticias y convocatorias, publique solo artículos que le envíen o que usted realice. No plagie y si usted quiere hablar mal de un disco o una banda hágalo, eso es el periodismo, esa es la gestión, recuerde siempre que la mayoría de personas en las redes solo tiene la capacidad para desprestigiar o alagar para caer bien, nada más.
Prepárese para enfrentarse a lo que sea, la escena de rock y metal del país es una selva, y a pesar de que existen algunas bandas increíbles, profesionales y que cumplen con su papel, la mayoría no lo es. Usted párese fuerte y sobre todo convierta todo en algo que disfrute, disfrute los conciertos, disfrute las peleas, disfrute todo, pero no olvide, no deje pasar y trabaje solo con la gente que tenga que trabajar con usted, recuerde que tan difícil es trabajar rodeado de seres perfectos y super honestos.
Tal vez así, pueda soportar 20 años de aventuras y desventuras en este manicomio llamado Rock Colombiano en donde parece que hay más ganas que talento.
¡¡¡Ahora ya puede arrancar a gestionar… buena suerte!!!
Saludos
@Subterranica
Foto de Wendy Wei
Colombia
Lo Mejor del Rock y Metal Colombiano en 2025 para Subterránica
Desde las trincheras de Subterránica, 2025 emergió como un año de resistencia y explosión creativa en el rock y metal colombiano, donde bandas independientes desafíaron el establishment con canciones fuertes, honestas y letras que destapan realidades. Bogotá y el circuito underground estuvieron nutridos con El Monster del Rock Subterránica, los heats de Wacken Metal Battle y giras crudas que priorizaron la esencia sobre el mainstream. Estas 14 propuestas capturan según nosotros, la furia genuina e indomable, desde el death brutal, pasando por el thrash demoledor hasta fusiones rebeldes que definen un sonido nacional que se niega a ceder, listo para trascender fronteras sin concesiones.
Estas fueron las mejores agrupaciones del año para nuestro colectiv
Loathsome Faith
Loathsome Faith, death metal bogotano de precisión quirúrgica, teje riffs técnicos con atmósferas asfixiantes que diseccionan la indolencia social y la decadencia humana, evocando a Nile con un toque local visceral. En 2025 fueron los ganadores de Wacken Metal Battle Colombia, tocaron en Ecuador en la gran final, no se quedaron quietos en ningún momento y lanzaron “Indolencia”, un adelanto de su cuarto álbum que acumuló miles de streams underground, seguido de shows en Rock al Parque y presentaciones que reafirmaron sus 15 años de brutalidad inquebrantable. Su presencia en festivales independientes consolidó su rol como ariete del extremo, atrayendo aliados globales sin diluir su ferocidad. Sin duda uno de los nombres más importantes de Metal colombiano.
Cheyne Stokes
Cheyne Stokes evoluciona hacia un metal progresivo introspectivo, donde progresiones emocionales transforman el thrash primigenio en narrativas conceptuales de sombras y redención, con influencias de Tool y Opeth filtradas por la crudeza colombiana. Sacaron el single “The Dream is Collapsing” y el álbum The Empress, un doble golpe de madurez sonora con videos oscuros que exploran colapsos mentales, más presentaciones en varios circuitos. Su música invita a la catarsis colectiva, posicionándolos como innovadores que fusionan introspección con potencia en vivo.
Pr1mal
Pr1mal regresó con riffs más densos, sonido más fuerte tipo Groove Metal y letras políticas que gritan rebeldía contra el sistema, reminiscentes de Slipknot y Korn pero con acento bogotano callejero y actual. Tras 13 años de hiatus, se tomaron nuevamente los escenarios con su voltaje renovado. Su front man Javier Carmona pareciera no querer ceder al tiempo y está en mejor forma que nunca.
Onïxx
Onïxx encarna el hard heavy metal tradicional con potencia clásica, solos melódicos y una energía underground que resiste modas, canalizando Iron Maiden y Judas Priest en riffs que retumban en los bares bogotanos. Finalistas destacados en Wacken Metal Battle Suramérica 2025, sostuvieron una agenda de shows intensos en el circuito local, ignorando confusiones con actos foráneos y fortaleciendo su marca en redes independientes. Su endurance en la escena los erigió como baluartes del metal puro, listos para heats mayores sumado a una excelente puesta en escena.
Mandingasea
Mandingasea fusiona hard rock con grooves latinos y letras viscerales sobre lucha cotidiana, como en “Jodido” o la brutal “Cartas Suicidas”, entregando un sonido callejero que mezcla el rock con raíces colombianas en ritmos infecciosos. Realizaron conciertos clave en la ciudad y su lucha por la salud mental es notoria y necesaria, manteniendo su pulso resistente. Su presencia en el circuito consolidó un estilo que invita al rock con alma popular.
The End
The End despliega cyborg metal postapocalíptico, un hard rock futurista con riffs robóticos, baterías fuertes y letras de guerra final que pintan escenarios distópicos al estilo Rammstein meets Fear Factory. Coronados como ganadores del Monster del Rock Subterránica, superaron rivales en batallas épicas, esta es una banda que es divertida de ver en vivo y que ha construido todo un concepto alrededor de ella.
Osaka 32
Osaka 32 ofrece rock alternativo con riffs potentes y grooves modernos, un sonido fresco que navega stoner y post-hardcore con toques experimentales y elementos asiáticos, ideal para cabezas que buscan intensidad sin clichés. Activos en varios eventos y en Wacken Metal Battle, sumaron giras locales y apariciones en Toque que los catapultaron en la celebración anual del rock underground. Su momentum en Instagram y escenarios independientes los marca como promesa ascendente.
RIP (R.I.P.)
RIP forja heavy rock crudo con temas como “Muerte Digna”, un sonido directo y sin filtros que captura la resistencia underground bogotana, influenciado por el metal clásico con edge punk. Mantuvieron una sólida agenda de shows en la escena local, contribuyendo a la vitalidad del circuito sin alardes, priorizando la conexión auténtica con el público fiel. Su persistencia en redes y eventos los mantuvo como pilar de la tradición roquera, fueron protagonistas de la entrega de Premios Subterránica 2025.
Devasted
Devasted lidera el thrash metal con demencia técnica, inspirado en Coroner y Vektor, donde velocidad y caos social se funden en riffs bastante elaborados que denuncian desorden colectivo. Lanzaron el álbum Siniestro, posicionándolos como el estandarte del thrash y sus fusiones con producción impecable. Su evolución técnica redefinió el género en el underground 2025 y terminan el año con su gira por Perú.
Ciudad Inmovil
Ciudad Inmovil construye modern metal con riffs intensos, grooves y una dinámica bogotana que evoca aquellas bandas a las que no les da miedo experimentas. Competidores fieros en semis de Wacken Metal Battle Bogotá, sumaron a celebraciones roqueras con lanzamientos digitales que ampliaron su reach underground. Su sonido prometedor apunta a dominar el circuito emergente.
Camargo
Camargo explora pop rock con contrastes luminosos y oscuros, un estilo performativo fresco que alterna melodías accesibles con crescendos intensos, atrayendo audiencias amplias en escenarios grandes. Su mezcla emocional capturó el espíritu versátil del génerom este año tuvieron gira en México y en varios festivales del país, pero el lanzamiento de su canción “Indefinido” los marca como lo mejor del año.
Alfonso Espriella
Con 20 años de tarima, entrega y letras introspectivas, Alfonso no es capaz de tomar un descanso, lanzando nueva música durante el año. Ha compartido escenario con Slash y Draco Rosa con un sonido maduro y ecléctico. Estrenó “Dolor Fantasma”, un single haunting que sumó a shows independientes, reforzando su legado versátil en el rock colombiano. Su carrera sostenida inspiró a la escena solista underground siendo él uno de los pocos que quedan en el género.
Somberspawn
Somberspawn desata blackened death metal feroz desde 2018, con “Inumbrate” como estandarte de ruido transfronterizo que mezcla Behemoth con crudeza bogotana en blasts y atmósferas gélidas. Expandieron su visión en showcases independientes y redes globales, consolidando un underground que trasciende límites locales. Su intensidad los elevó como fuerza extrema imparable y definitivamente fueron uno de los mejores shows de Rock al Parque, esta es una banda que pronto se tomará la escena de manera irremediable.
Psycho Mosher
Psycho Mosher, pioneros del crossover thrash, aceleran con riffs veloces y actitud callejera que recuerda bandas como Cro-Mags y Suicidal Tendencies, desatando furia pura en mosh pits globales. Aseguraron boleto a Copenhell 2026 al ser ellos los escogidos en los showcases del Bomm y con shows locales que definieron su proyección internacional como embajadores del thrash colombiano. Su año culminante selló un legado de velocidad indetenible.
!Que nunca pare nuestra escena!
Colombia
Que el Estado sea mecenas, no censor: qué puede aprender Colombia del ingreso para artistas en Irlanda
Es hora de hacer una pregunta importante en Colombia en cuanto a las artes: ¿Qué papel debería jugar el Estado en la vida cultural? ¿Debe limitarse a regular y a repartir migajas, o puede convertirse en un mecenas decidido que permita a las prácticas creativas existir sin extorsiones burocráticas ni censuras veladas?
Irlanda ha dado en 2025 una respuesta radical y práctica a esta pregunta, el Estado financia la capacidad de crear. Tras un piloto iniciado en 2022, el programa Basic Income for the Arts (Ingreso Básico para las Artes) que pagó €325 semanales a 2.000 artistas y se proyecta como permanente a partir de 2026. Es decir: alrededor de €1.300–€1.500 mensuales garantizados, sin informes de resultados que exijan productividad inmediata, con efectos positivos reportados en salud mental, producción creativa y retención profesional en el sector cultural. Los primeros balances del piloto y las decisiones tomadas en Dublín muestran que una política pública que confía en la autonomía creativa puede dar retornos sociales medibles y, sobre todo, devolver dignidad al trabajo artístico.
Frente a ese experimento irlandés, la realidad colombiana aparece fragmentada y se han desarrollado instrumentos de política cultural, pero persiste una brecha entre los discursos y la práctica. Los diagnósticos internacionales muestran que la política cultural en Colombia ha avanzado en la creación de ecosistemas creativos y en la declaración de cultura como derecho, pero su financiación y su capacidad de descentralizar recursos siguen siendo limitadas frente a las necesidades reales de artistas, gestores y territorios. En paralelo, la articulación entre memoria, museos locales (como el Museo del Rock Colombiano) y los programas de reconocimiento que proponen medios independientes y plataformas ciudadanas constituyen prácticas resilientes frente a esa fragilidad estatal.
Este contraste obliga a repensar el imaginario que muchos tenemos sobre la relación Estado-cultura en América Latina. Cuando se habla de “dictadura cultural” en tono de crítica, a menudo se alude a dos riesgos distintos pero conectados: a) el riesgo autoritario, en el que el poder decide qué es arte válido y qué no, imponiendo censuras o líneas temáticas legitimadas por el aparato estatal; y b) el riesgo liberalizador, donde el Estado abandona la escena cultural a los vaivenes del mercado y a la precariedad de la condición creativa. La experiencia irlandesa ofrece una tercera vía: un Estado que actúa como mecenas en sentido moderno —financiando la posibilidad de crear sin dirigir el contenido— y, al mismo tiempo, protege la libertad de expresión y la diversidad. Esa es la lección que conviene mirar con atención.
¿Por qué copiar el modelo irlandés? Primero, porque un ingreso básico para artistas parte de una hipótesis empírica: la inestabilidad económica genera fuga de talentos, autocensura por necesidad y el abandono de proyectos a largo plazo. Al mitigar esa inestabilidad, se multiplican las condiciones para la experimentación, la investigación artística y la construcción de memorias locales. Segundo, porque el retorno no es meramente simbólico: los informes preliminares del piloto en Irlanda registran mejoras en el bienestar, en la producción y en la profesionalización, y apuntan a beneficios económicos indirectos —mayor consumo cultural, circuitos de exhibición más dinámicos, y mayor oferta pedagógica— que compensan la inversión pública. Tercero, porque el ejemplo de pequeñas iniciativas como Raíz y Convergencia demuestra que la articulación entre museos, medios independientes y administración local puede amplificar los efectos de una política pública sólida.
Pero ninguna traslación política es automática. A partir de la comparación entre Irlanda y el estado actual de la cultura en Colombia, proponemos un diagnóstico y una serie de propuestas concretas, viables y escalables para que el Estado colombiano deje de ser un simple regulador o, peor, un censor indirecto, y pase a ser un mecenas responsable.

Diagnóstico breve
- Financiación fragmentada y precaria. Los fondos existen en líneas dispersas como convocatorias, estímulos y subsidios, pero suelen ser inestables, condicionados y burocráticos. Eso excluye a muchos creadores que no tienen tiempo o recursos para competir permanentemente por subvenciones.
- Centralización y desigualdad territorial. Bogotá y algunas capitales concentran la mayor parte de la visibilidad y los recursos; el trabajo en regiones suele depender de iniciativas particulares y festivales puntuales.
- Déficit de políticas de ingreso estable para creadores. No hay un análogo real a programas tipo “basic income for artists” que garantice mínimos de subsistencia para producir con libertad.
- Gestión cultural y memoria resiliente. Actores privados y comunitarios (museos, medios como Subterránica, redes locales) han cubierto vacíos de la política pública, mostrando capacidad de archivo, reconocimiento y organización para mantener viva la memoria cultural.
La propuesta es un marco de política pública inspirado (y adaptado) al modelo irlandés - Lanzamiento de un piloto nacional de Ingreso Básico para la Cultura (IBC) — 2.000 beneficiarios (fase 1).
- • Monto orientativo: equivalente a una fracción razonable del salario mínimo local ajustado por regiones (por ejemplo, 1–1.5 SMMLV en ciudades principales, y 0.8–1 SMMLV en municipios). Alternativa: seguir el modelo irlandés y fijar un monto con impacto comparable al costo de vida local.
• Selección: combinación de criterios objetivos (trayectoria mínima, producción cultural demostrable) y cupos territoriales para garantizar diversidad regional. No debe ser una “subvención por proyecto”, sino un reconocimiento temporal que permita crear. - Evaluación independiente y horizonte de continuidad.
• El piloto debe contar con evaluación académica independiente (universidades, think tanks) y con indicadores de impacto: salud mental, volumen de creación, empleo cultural indirecto, actividad expositiva/concertística. La idea es evitar la politización del programa y asegurar su continuidad técnica. - Complementariedad con espacios de memoria y producción.
• Asociar el IBC con museos y medios locales para crear residencias, archivos y ciclos de formación. Las coproducciones como la que plantean algunas premiaciones podrían ser cofinanciadas por el programa como espacios de visibilidad para los beneficiarios. - Descentralización efectiva.
• Asignar cupos por departamentos y garantizar vocaciones territoriales (por ejemplo, bandas y gestores del Valle, del Eje Cafetero, de la Costa, del Pacífico). Evitar que el programa solo beneficie a quienes ya tienen redes en Bogotá. - Protección a la libertad de expresión y mecanismos anti-captura.
• Establecer cláusulas claras: la asignación del ingreso no debe implicar control de contenidos ni aprobación previa. Crear un consejo ciudadano-artístico plural que supervise transparencia y evite capturas políticas. La “lógica del mecenas” aquí se entiende como financiamiento público para la creación, no como tutela ideológica. - Sinergias con políticas culturales existentes.
• Integrar el IBC con convocatorias, compra pública de arte, programación cultural municipal y acuerdos con teatros y salas para presentar trabajos producidos por beneficiarios. Esto multiplica el retorno social y económico de la inversión. - Contraargumentos y riesgos — y cómo mitigarlos
- • “Se volverá una renta para ociosos”: la evidencia del piloto irlandés contradice esta afirmación; los beneficiarios usan la estabilidad para producir, formarse y participar en proyectos colaborativos. Es clave diseñar la evaluación para demostrar efectos positivos.
- • Politización del fondo: crear órganos independientes, plazos y transparencia pública de beneficiarios reduce la posibilidad de captura.
- • Costo fiscal: hay que dimensionarlo con realismo: un piloto con 2.000 beneficiarios es una inversión relativamente baja en términos presupuestales nacionales pero con alto impacto simbólico y práctico. Además, los beneficios indirectos (empleo cultural, consumo, turismo cultural) amortiguan el gasto. Informes preliminares del piloto irlandés señalan retornos sociales y económicos favorables por cada euro invertido.
- Mecenas democrático vs. “dictadura cultural”
- Llamar a una política pública “dictadura cultural” cuando lo que se reclama es la dirección autoritaria del contenido es válido como advertencia histórica; pero sería un error interpretar que la intervención estatal y la existencia de grandes programas de apoyo equivalen a censura. El reto es que el Estado colombiano deje de verse solo como juez y supervisor, y asuma el papel que le corresponde en una democracia robusta: el de garante de derechos culturales. Ser mecenas no significa mandar sobre el arte: significa pagar la posibilidad de que el arte exista con autonomía.
- Irlanda nos recuerda que el Estado puede, sin imponer visiones estéticas, invertir en la libertad creativa y cosechar efectos sociales que van mucho más allá del aplauso: desarrollo económico local, salud pública, educación y memoria colectiva. Copiar ese modelo, con las adaptaciones territoriales y políticas que exige Colombia, es una inversión de futuro; una forma de reconocer que la cultura no es un lujo sino un bien público que sostiene la democracia y nos enseña quiénes somos. Si queremos que la memoria del rock y de tantas otras músicas deje de depender solo de iniciativas heroicas y dispersas, es hora de exigir que el Estado se convierta en mecenas responsable y que la cultura sea tratada como política de Estado, no como anécdota.
- Fuentes principales consultadas
- • Cobertura sobre la permanencia del programa Basic Income for the Arts en Irlanda (informes y notas recientes): Business Insider; Smithsonian Magazine; ArtNews; Citizens Information.
- • Información y fichas sobre los Premios Subterránica y su rol en la escena del rock colombiano.
- • Diagnósticos y recomendaciones sobre políticas culturales en Colombia (OECD, UNESCO y análisis sobre financiamiento y descentralización).
Colombia
SAYCO sancionada nuevamente, Subterránica reivindicada otra vez: La corrupción que los músicos prefieren callar y aplaudir por un almuerzo.
Actualización 01/12/2025: Posteriormente a la publicación original, un juez ordenó a la SIC retirar de sus propios canales la información relacionada con esta sanción, mientras se resuelven recursos en trámite. Esta orden aplica únicamente a la SIC y no obliga a terceros ni medios que replicaron la noticia, por lo que este contenido se mantiene publicado como registro informativo y de interés público.
Otra vez, después de décadas, los titulares anuncian lo que llevamos años diciendo, SAYCO de nuevo ha sido sancionada, sus directivos multados, el país “sorprendido” porque una entidad que se dice defensora de los autores en realidad los usa como excusa para seguir cobrando y enriqueciéndose. Y claro, ahí salen los comunicados, las frases de indignación, las promesas de cambio. Pero los músicos siguen callados, siguen firmando, siguen creyendo que “esta vez sí”, el músico colombiano es en su mayoría un muerto de hambre que calla la corrupción porque no tiene como más comer.
La sanción a SAYCO, una multa por aproximadamente $5.300 millones de pesos impuesta por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), confirma lo que desde hace años denunciamos, impedir que autores gestionen individualmente sus derechos, clasificar a los afiliados como “titulares administrativos”, cobrarles un 10 % adicional y obligarlos a ceder todas las vías de comunicación pública para estar representados por el monopolio colectivo.
Pero no es la primera vez que pasa, son años de corrupción y deshonestidad, en 2018 la SIC la multó por $1.378 millones por abuso de posición dominante y violación de la libre competencia. En 2012 la Dirección Nacional de Derechos de Autor suspendió su personería jurídica y le impuso la multa máxima de 50 salarios mínimos legales vigentes (equivalente entonces a unos 28 millones de pesos) por «inoperancia de sus órganos de dirección, falta de transparencia, incumplimiento de deberes estatutarios». Y a los colombianos y sobretodo a los músicos les vale cinco… para ellos está el “cállese” porque nos vetan.
La historia de SAYCO es la historia de un monopolio consentido por el Estado y sostenido por el silencio de los músicos. Desde los años noventa hasta hoy ha sido denunciada por prácticas anticompetitivas, por retener dineros, por excluir a autores que no se someten al régimen interno. A lo largo de los años, las mismas familias, los mismos apellidos y los mismos métodos se repiten: estatutos que se reforman para perpetuar a los directivos, asambleas cerradas, informes maquillados. SAYCO se ha convertido en un modelo perfecto de lo que es la “gestión colectiva” en Colombia, un castillo de papel donde la ley sirve solo para proteger a los que ya están dentro, la justicia tambien es cómplice, así como es cómplice de los malos manejos de las EPS, de los abusos de los bancos y de todo lo que represente ganar dinero deshonesto sobre los derechos de los ciudadanos.
Cada vez que una sanción sale a la luz, los titulares hablan de “nuevo escándalo” como si fuera sorpresa. No lo es. Subterránica lo gritó una y otra vez, las sanciones son solo parches, ¿De dónde creen que sale el dinero para las sanciones? Usen la cabeza, las multas se pagan con la misma plata que recaudan de los artistas. Ninguna de estas sanciones ha significado una verdadera intervención ni un cambio estructural. Los millones que les quita la SIC los recuperan en cuestión de meses, porque el Estado nunca crea una alternativa real para los autores independientes. Y mientras tanto, la prensa cultural finge objetividad, los artistas institucionales se callan para no perder contratos y el público ni siquiera sabe cómo funciona el sistema que paga cada vez que suena una canción en un bar.


SAYCO, IDARTES y todo el aparato cultural estatal son piezas de la misma maquinaria burocrática que sofoca el arte en Colombia. La corrupción en el sector musical no se esconde, se exhibe con descaro, los mismos nombres en todas las convocatorias, los mismos jurados que se evalúan entre sí, los mismos gestores que se autodenominan “cultura”. Y cuando alguien levanta la voz, lo llaman a uno conflictivo. Pero no es conflicto, es dignidad. Y aunque el país entero parezca tolerar el robo sistemático de la cultura, Subterránica sigue en pie, con los mismos argumentos y la misma convicción, la de denunciar aunque nadie escuche, escribir aunque no cambie nada, sostener el espejo frente al monstruo hasta que al menos por un instante, se vea reflejado.
Subterránica lleva más de veinte años repitiendo lo mismo. Denunciando, investigando, poniendo nombres, mostrando documentos. Cuando dijimos que SAYCO actuaba como una mafia organizada, que el IDARTES protege burócratas y no artistas, que las entidades culturales son feudos de amigotes, nos llamaron resentidos, locos, conflictivos. Y sin embargo, aquí está otra vez la prueba, una multa millonaria por impedir a los autores gestionar sus propias obras, por condicionar sus contratos, por cobrar tarifas indebidas. No lo dice Subterránica; lo dice la Superintendencia de Industria y Comercio.
Pero nada cambia. Nada cambia porque en Colombia la corrupción no se castiga, se normaliza. Se vuelve parte del paisaje. Los músicos lo saben y callan, y al callar se vuelven cómplices. Ese es el círculo perfecto: los corruptos actúan, los jueces absuelven, los artistas callan, el público olvida. ¿Cuántas veces esta entidad corrupta ha sido multada y sancionada? ¿Cuántas veces la procuraduría tiene que demostrar la corrupción en otras instituciones que gestionan las artes en el Estado? Lo que se puede llegar a concluir es que tal vez o los colombianos somos estúpidos o que sencillamente no importa.
No hay inocentes en esta cadena… el que firma sin leer, el que paga sin preguntar, el que asiste a los mismos eventos estatales sabiendo que son vitrinas de favores políticos, todos son parte del engranaje. Aquí nadie quiere hacerse enemigo de nadie, y por eso todos terminan siendo socios de la impunidad.
Y los que insistimos en hablar nos volvemos los parias, pero preferimos eso antes que vivir arrodillados ante un sistema que prostituyó el arte. El Estado sigue alimentando las mismas vacas sagradas; las secretarías de cultura, IDARTES, las convocatorias amañadas, los jurados repetidos, los artistas institucionalizados que se reparten el presupuesto público como si fuera botín de guerra. Y cada tanto, cuando alguna sanción se hace pública, los medios anuncian que “ahora sí se hará justicia”. No, no se hará. No mientras sigamos creyendo que un comunicado es justicia. Y es que hay que repetirlo cien veces porque pareciera que no entendieran, el problema no es Sayco, no es Idartes, no son sus alidos sino los corruptos que trabajan ahí. La verdad no es difícil de entender, hasta un niño lo comprende.
La multa a SAYCO no es una victoria para nadie; es otra migaja, un teatro más en este país que premia al corrupto y castiga al que incomoda. Los músicos seguirán cobrando regalías miserables mientras los directivos se reparten millones. Seguirán viendo cómo sus obras son administradas por gente que no compone ni canta, pero cobra como si lo hiciera. Y seguirán tragando entero, porque aquí el que denuncia se queda sin contratos, sin toques, sin apoyo, sin “redes”.
Subterránica lo advirtió mil veces, el problema no es solo SAYCO, es la estructura cultural completa. Un país que tolera la corrupción en la música es el mismo que la tolera en la política, en la justicia, en la educación. Lo mismo disfrazado de gestión cultural.
Y sí, hemos tenido razón desde el principio y siempre la vamos a tener así a los mercenarios de las artes que le dan regalos de Navidad a sus hijos con dinero robado se ofendan. Pero tener razón en Colombia no sirve de nada. Aquí la verdad no cambia las cosas, solo las confirma.
-
Colombia3 años agoTremendo Regreso: Mauricio Milagros, ex vocalista de Superlitio, lanza su proyecto en solitario en un evento íntimo.
-
Latinoamérica3 años agoMala Entraña: el regreso de la banda de Metal neoyorquina.
-
Latinoamérica3 años agoEl cantautor Frank Morón regresa estrenando nuevo single titulado “Tu Farsa”.
-
Colombia2 años agoLas 10 Bandas Colombianas de Rock y Metal del 2024 para Subterránica
-
Colombia10 meses agoNominados a la XVI Entrega de los Premios Subterranica Colombia 2025: Edición Guerreros del Rock
-
Festivales e Industria11 meses ago¿Qué le espera a la industria de la música en 2025? Los cambios y tendencias que marcarán el futuro
-
Colombia1 año agoIbagué Ciudad Rock Confirma su Cartel para la Edición XXIII de 2024
-
Colombia3 años agoHaggard regresa a Colombia como parte de su gira latinoamericana.

Necesitas ingresar para comentar Ingresar