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Informe de Gestión 2024 de la Fundación Subterránica: Liderazgo Cultural y Transformación del Ecosistema del Rock Latinoamericano

“Las palabras son solo el eco de lo que se hace. Los hechos son el lenguaje que el mundo entiende.”

– Lao Tse

“Lo que importa no son las palabras que salen de tu boca, sino las huellas que dejas con tus acciones.”

– Albert Einstein

“Hay demasiada gente que habla de lo que va a hacer, pero la grandeza está en aquellos que simplemente lo hacen.”

– Brené Brown

El presente informe de gestión correspondiente al año 2024 documenta los logros, iniciativas, y el impacto generado por la Fundación Subterránica en su misión de promover, difundir y fortalecer la cultura del rock y la música independiente en Colombia y América Latina. Con más de dos décadas de trayectoria, Subterránica se ha consolidado como una plataforma pionera y líder en el desarrollo del sector musical alternativo, transformando las dinámicas de creación, circulación y reconocimiento del talento emergente en la región.

Durante este año, la fundación ha logrado un avance significativo en múltiples frentes, que incluyen la producción de eventos de gran envergadura como la XVIII edición del Monster del Rock Colombia, la expansión del circuito Wacken Metal Battle Suramérica, y la realización de proyectos innovadores como el congreso Vortex y la segunda edición del Bogotá Metal Network. Estas iniciativas no solo consolidan el posicionamiento de Subterránica como un referente cultural, sino que también generan oportunidades concretas para artistas, gestores, y públicos de diversos países, fortaleciendo el ecosistema musical desde una perspectiva inclusiva y sostenible.

En el ámbito académico y literario, Subterránica también ha contribuido al enriquecimiento cultural mediante la publicación de obras literarias y el liderazgo de proyectos investigativos de alta relevancia. En 2024, la fundación celebró el lanzamiento de dos libros escritos por su fundador, Felipe Szarruk, que exploran la relación entre arte, sociedad y filosofía musical. Asimismo, la tesis doctoral Guitarras bajo fuego obtuvo el premio PhDay en la Universidad Complutense de Madrid, un reconocimiento que refleja el impacto intelectual y académico de la fundación en los debates contemporáneos sobre la gestión cultural.

En cuanto al fortalecimiento del patrimonio cultural, la fundación avanzó en el desarrollo del Museo del Rock Colombiano, formalizando su registro como entidad museal y organizando actividades académicas que promueven la reflexión y el reconocimiento de la historia del rock en el país. Este esfuerzo reafirma el compromiso de Subterránica con la preservación de la memoria colectiva de la música nacional y su papel como eje articulador entre las generaciones de artistas y aficionados.

Subterránica no solo ha sido un motor de transformación cultural en 2024, sino que también ha reafirmado su carácter autogestionado, independiente y crítico, enfrentando los retos estructurales que afectan al sector cultural. A través de alianzas estratégicas, una sólida estrategia digital y un enfoque ético, la fundación ha alcanzado una cobertura significativa en toda América Latina, beneficiando directamente a más de 360 bandas y movilizando a más de 1.500 músicos en actividades que van desde festivales hasta talleres formativos.

Este informe detalla con precisión los hitos alcanzados durante el año, respaldados por datos estadísticos y narrativas que evidencian la relevancia de Subterránica en el contexto regional e internacional. También se perfila el futuro de la fundación con proyectos visionarios que apuntan a continuar liderando el movimiento cultural independiente en el continente, reforzando su impacto en la construcción de una industria más equitativa y accesible para todos los actores del sector.

Conscientes de los desafíos, pero motivados por los logros obtenidos, presentamos este documento como un testimonio de la labor incansable de Subterránica y su equipo, así como una invitación a aliados y actores gubernamentales a unirse en el fortalecimiento de esta causa cultural que ya trasciende fronteras y generaciones.

Informe de Gestión 2024: Fundación La Rock Subterránica

1. Progresos Académicos y Tesis Doctoral

En 2024, Felipe Szarruk completó exitosamente todas las actividades académicas y de investigación de su doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. La tesis titulada “Guitarras Bajo Fuego” fue galardonada con el premio PHDay 2024, destacándose por su enfoque innovador en la intersección entre la música, la cultura y los derechos humanos. Este reconocimiento subraya la relevancia cultural y académica del trabajo de Szarruk, que abordará en detalle la resiliencia de la música rock en contextos adversos. El proceso de escritura de la tesis para su depósito en 2025 ya está en marcha, sentando las bases para futuras publicaciones científicas.

2. Publicación de Libros

a. El Inodoro

Publicada en 2024, El Inodoro es una obra de sátira y crítica social que explora temas contemporáneos a través de una narrativa ágil y provocadora. Disponible en Amazon y para descarga gratuita en Google Drive, este libro ha sido destacado como una reflexión mordaz sobre las contradicciones de la modernidad. Los lectores han elogiado su estilo irreverente y su capacidad para abordar temas serios con humor y profundidad.

b. Del Ritual al Kaoz

Este libro, publicado por Bbar, es una compilación de ensayos y análisis sobre la evolución del rock y el metal en Colombia, marcando hitos de la música independiente en el país. Con un enfoque académico y testimonial, Szarruk detalla cómo estos géneros han influido en la cultura local y cómo enfrentan desafíos actuales. La obra está disponible en las principales librerías y ha sido objeto de presentaciones públicas, generando debates sobre la importancia de preservar la memoria musical.

3. Monster del Rock Colombia XVIII

La XVIII edición del Monster del Rock Colombia consolidó su posición como el circuito de circulación de rock independiente más grande y antiguo del país. Con la participación de más de 60 bandas de diversos géneros, el evento ofreció un espacio sin precedentes para el talento emergente y consagrado. La banda ganadora fue Guerreros del Metal, quienes destacaron por su puesta en escena y calidad musical, representando una de las más emocionantes ediciones del festival hasta la fecha. Este evento no solo es un espectáculo musical, sino un esfuerzo por preservar y promover la cultura del rock en Colombia.

4. Participación en Wacken Open Air

En 2024, la Fundación marcó un hito al asistir al Wacken Open Air en Alemania, el festival de metal más grande del mundo. La banda seleccionada como ganadora del Metal Battle Sudamérica representó dignamente a la región, alcanzando la quinta posición, una proeza destacable en su primera participación.

    Wacken TV: Felipe Szarruk fue invitado como panelista, fortaleciendo la presencia de la región en el ámbito académico.

    Oscar Garzón: Su rol como fotógrafo oficial del evento añadió un valioso componente visual a la representación de Suramérica.

Esta participación reafirmó la importancia de la gestión cultural para la internacionalización de la música regional.

5. Wacken Metal Battle Sudamérica 2025

La organización del Wacken Metal Battle Sudamérica se amplió significativamente, incluyendo ahora a Bolivia y Perú. Con más de 50 eventos realizados en cinco países y la participación de casi 300 bandas (170 de ellas en escena), se creó el circuito más grande de metal en el continente.

    Final en Riobamba, Ecuador: Los ganadores de cada país competirán en esta ciudad, marcando un hito para el metal sudamericano.

    Revista Digital: Se lanzó la primera edición de la revista digital Metal Battle Sudamérica, consolidando un espacio para la difusión de la escena metalera.

6. Bogotá Metal Network II

La segunda edición del Bogotá Metal Network reunió a bandas y agentes de la industria para fomentar el intercambio y la profesionalización. Este evento es una pieza clave para la consolidación de Bogotá como un epicentro del metal en Colombia, contribuyendo al fortalecimiento de redes de colaboración.

7. Mundialito del Rock Colombiano

Este innovador proyecto consistió en una encuesta masiva para la creación de públicos, finalizando con un concierto en vivo donde se reconocieron dos importantes bandas nacionales. Este evento subrayó la importancia de conectar a las audiencias con las bandas emergentes, fortaleciendo la escena local.

8. Reconocimientos a Felipe Szarruk

Felipe Szarruk fue homenajeado por su trayectoria de 30 años como gestor cultural, recibiendo dos importantes reconocimientos:

    Una ceremonia en su honor con la participación de artistas y medios.

    Un homenaje en La Media Torta durante la Celebración del Rock Colombiano.

Además, Tomas Fay le otorgó un reconocimiento especial por su labor en pro de la música y el periodismo.

9. Lanzamiento de Bbar Radio

En 2024, se lanzó Bbar Radio, una plataforma de radio online dedicada a la promoción del rock independiente. Con contenido variado y dinámico, esta iniciativa busca amplificar las voces de los artistas emergentes en Colombia y el continente.

10. Impacto Estadístico y Medios de Difusión

De acuerdo con encuestas realizadas por Subterránica, la plataforma:

    Benefició a más de 360 bandas y 1.500 músicos.

    Mantiene una fuerte comunidad, con un 76,6% de consumo en redes sociales y un 57,4% en eventos en vivo​

    Subterránica

    Es reconocida por su independencia y compromiso con la denuncia de problemáticas en la industria musical.

11. Gestión del Museo del Rock Colombiano

Logros 2024:

    Registro como entidad museal en SIMCO.

    Formalización como fundación independiente en la Cámara de Comercio.

    Realización de eventos académicos, como la charla con el artista Iván Chacón.

El museo continúa recolectando piezas valiosas para la preservación de la historia del rock colombiano.

“No hables de lo que vas a hacer. Hazlo, y deja que el mundo vea por sí mismo lo que eres capaz de hacer.”

– Franklin D. Roosevelt

“El que mucho habla y no hace, ha dicho ya lo suficiente para que se le ignore.”

– Mahatma Gandhi

“El hombre sabio no es el que más habla, sino el que más actúa. Las palabras se las lleva el viento; las acciones dejan huella.”

– Epicteto

Alcance e Impacto de Subterránica

Presencia Regional y Reconocimiento: Subterránica se ha consolidado como una plataforma clave para el desarrollo del rock independiente en América Latina, especialmente en Colombia y El Salvador. Con más de 20 años de trayectoria, sus iniciativas han fomentado la profesionalización del sector musical independiente.

Premios y Competencias: Los premios Subterránica, organizados anualmente, han reconocido el talento de más de 500 artistas independientes desde su creación. En 2024, categorías como mejor álbum, canción del año y artista nuevo resaltaron la diversidad y calidad de la escena. Bandas como “Lengua del Desierto” ganaron el circuito “Monster del Rock”, una de las competencias más importantes de la organización, que sigue atrayendo a talentos emergentes de toda la región.

Museo del Rock Colombiano: Subterránica lidera también el único Salón de la Fama del rock colombiano, en el cual se han inmortalizado artistas de la talla de Aterciopelados y La Pestilencia. Este esfuerzo resalta su compromiso con la memoria histórica y cultural del género.

Contribución a Festivales y Escenarios: Subterránica participa activamente en la difusión y gestión cultural del rock independiente. Sus colaboraciones con festivales internacionales han permitido que artistas locales tengan acceso a audiencias más amplias y oportunidades internacionales.

Diversificación y Apoyo a Nuevas Generaciones: Además de los premios, Subterránica organiza talleres, conferencias y foros que han beneficiado a cientos de músicos en aspectos como producción, promoción y distribución musical. Su enfoque integral promueve la sostenibilidad del sector independiente.

Estado del Arte en la Región

Industria Musical Independiente: A pesar de la competencia con grandes disqueras y entidades del gobierno, Subterránica ha demostrado ser un puente esencial entre el talento emergente y las plataformas de reconocimiento global. Ha liderado la transición hacia un modelo más inclusivo y descentralizado para la música independiente.

Innovación y Sostenibilidad: La plataforma integra nuevas tecnologías y estrategias digitales, como transmisiones en vivo y redes sociales, para mantener el alcance de sus actividades incluso frente a desafíos como la pandemia. Esto ha asegurado su relevancia y capacidad de adaptación.

Nuestro medios:

www.subterránica.com

www.museodelrockcolombiano.com

www.szarruk.com

www.amiccolombia.blogspot.com

Colombia

Rock y Metal sin límites: 16 bandas colombianas que han sabido ir más allá de lo evidente

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El periodista Joel Cruz responde con una selección expandida al artículo publicado por Subterránica llamado “Rock y Metal con peso propio: 16 bandas colombianas que dejaron huella real” https://subterranica.com/2025/08/13/rock-y-metal-con-peso-propio-16-bandas-colombianas-que-dejaron-huella-real/

Por: Joel Cruz

La historia del rock en Colombia (seamos sinceros, aún no posee el estatus de rock colombiano) es de momentos: muchos piensan que las cosas empezaron a funcionar para el género cuando «Mujer gala» de Aterciopelados explotó (por aquello de ser una época de bombas) en las emisoras. Otros afirman que la cosa tomó forma con el famoso Concierto de conciertos; que catapultó, así fuera muy brevemente, el nombre del rock en español (término que me fastidia) al interior de esta geografía con tres cordilleras. Una porción importante de la población «erudita» defiende de manera conveniente la consolidación de la escena gracias en su totalidad, a Rock al Parque. Casos se ven, no se sorprendan.

Desplazándonos décadas atrás, están los puristas que defienden con ahínco hippie a Ancón o al Festival de la vida. Más atrás, la Gira Milo A Go Go y la llegada del grupo norteamericano Bill Haley & His Comets también aparecen con voz robusta, junto al influjo del mexicano Enrique Guzmán. En fin, instantes heroicos, llenos de romanticismo juvenil, pero cargados de una narrativa fragmentada; una trocha que juega a ser carretera de asfalto y libertinaje, pero al final del día, felicidades efímeras.

Destacando agrupaciones, pero también capítulos (llámense acontecimientos u obras que rompen la barrera del tiempo), esta nota responde inquietudes generadas por el artículo Rock y Metal con peso propio: 16 bandas colombianas que dejaron huella real. Como suele pasar, esta es una visión muy mía del tema; por lo tanto es natural que usted, estimado lector, tenga objeciones respecto a la selección que se hace y que a manera de consecuencia, siembre más pasiones que argumentos o acciones efectivas.

A continuación, se mencionan otros 16 bandas casos de éxito donde lo nacional «tuvo o tiene la posibilidad de ir a algún lado», parafraseando a un famoso cantante de la farándula de bar bohemio. Por lo mismo, su importancia (me atrevo a decirlo) es imposible de ignorar. Hacer rock en una Colombia que glorifica al infame de Diomedes Díaz es como producir vino en Boyacá: parece imposible, pero se ha logrado.

1. La Banda Nueva: Riqueza sonora nacida en lo primigenio

El grupo formado en 1972 por Jaime Córdoba, Orlando Betancur, Juan Carrillo y Gustavo Cáceres lanzó un año después de su unión el álbum La Gran Feria, una gran apuesta de rock progresivo, sinfónico y latin jazz, moderno para su época y en un país donde su contenido era realmente raro.

Pese a todo, nunca dejó de ser autóctono, con letras brillantemente conectadas con la idiosincrasia local. El grupo no prosperó, pero el disco debería ser materia obligada para todo aquél que desee ser un Axl Rose de Transmilenio en el siglo XXI y finja con eso estar a la moda.

2. Nash: Rockstars paisas antes del Titán

En la Medellín de los primeros años ochenta, esta agrupación influenciada por los sonidos de Journey, Uriah Heep o Rush llevó a cabo algo difícil en su realidad: convocar miles de seguidores en sus conciertos, conseguir éxito radial y grabar con las mejores condiciones profesionales que la situación social, política, geográfica y económica de la urbe antioqueña le permitió por aquel entonces. Nash no alcanzó a durar ni 10 años, pero su impacto ha trascendido la nostalgia. No en vano, su cantante y tecladista Víctor García (Victor Bender) es a su vez, responsable tras la consola de piezas memorables, firmadas por nombres en la onda de Estados Alterados, Kraken, Masacre o Ekhymosis. Ni hablar de lo que el mentado músico e ingeniero de sonido ha hecho en el exterior.

3. Ship y Born: Obra maestra acorde con la vanguardia global, pero en un entorno atrasado

El experimento de hacer real un estudio de grabación moderno y bien equipado en Bogotá durante 1980, dio como resultado a Fonovisión, hoy Audiovisión. Se necesitaba registrar un álbum piloto para analizar las bondades que «los juguetes» de este novedoso espacio ofrecía. Así nació Born, larga duración de proyecto Ship, integrado por un dream team capitalino: Jorge Barco, Alexei Restrepo, Ignacio Pilionieta y Joseph Watto, aunque la banda tendría la colaboración de más intérpretes durante su primera etapa de existencia. En la producción e ingeniería, las flamantes hojas de vida que lo hicieron posible también son prominentes, destacando por supuesto a Enrique Gaviria, Mario Sarasty y desde el mundo anglo (entre otras), una muy especial: la de Eddie Kramer (KISS, Jimi Hendrix, The Beatles, David Bowie y un extenso etcétera).

Aunque sus derechos de grabación no están exentos de la polémica, Born no tiene nada que envidiarle a lo que plantearon pesos pesados como Yes o Asia durante el año de la Guerra de las Malvinas. Fue tan moderno en sus días, tan bien cantado en inglés y tan perfectamente elaborado, que no tuvo cabida en este triste trópico tricolor; donde Fruko y sus Tesos, junto a los Hermanos Zuleta, eran la norma del dial.

4. I.R.A.: Lo más punk es rebelarse contra los radicalismos de lo inmundo

El trío de Medellín entra fácilmente a esta selección por ser la leyenda del sonido que definió en parte uno de los episodios más oscuros de la historia colombiana: calles en obra negra que estaban a merced del narcotráfico, las balas y los explosivos. La muerte sin adornos, el «No futuro» en vivo y en directo. Cuarenta años más tarde de sus modestos inicios, el grupo de David Viola, Mónica Moreno y Duván Ocampo está vivo entre tanta esperanza podrida y un recorrido prácticamente ininterrumpido.

Su amplia producción discográfica y su vagaje tanto nacional como en el exterior le ha mostrado al punk criollo que se puede trabajar a la altura, con aspiraciones altas y sin ceder a su esencia temática. Entretanto, los más puristas siguen renegando de ellos, cumpliendo literalmente con su discurso: no tener ningún futuro.

5. Estados Alterados: Cuando lo electrónico llegó para dejar huella en Latinoamérica

En 1991, el debut de Estados Alterados marcó un precedente en toda la región que cubre desde México hasta Argentina. Con cierta dificultad, a punta de new wave y synth pop rompió el paradigma de un estilo que nació naturalmente en Europa y Estados Unidos; pero en el área del país Azteca, Centro y Suramérica, era un símbolo para pocos.

De ese primer vinilo que llegó a la Frecuencia Modulada, transcurrieron los años; las tendencias (análogas o digitales) que no les dieron demasiada popularidad en las fiestas consagradas al «Santo cachón» (con el plagio que tal vallenato lleva a cuestas). También la era de la televisión por cable, del videoclip y el internet, que cambió las directrices de la cultura para siempre. Con tantas mutaciones, sin embargo, siempre han sabido estar al día con lo que va sucediendo en su agitada sociedad.

En la tierra de la nostalgia y donde se le otorga santidad a cualquier tradición, por ridícula que sea, Estados Alterados prefirió, al igual que sus amados Kraftwerk, mirar hacia el futuro y nadar en contra de la corriente, incluso la de los minutos que no regresan. Con una visión que narra nuestra realidad disfuncional, pero a partir de la metáfora del sintetizador y la introspección.

Su inquietud eterna de ir más allá les ha dado también una capacidad visual como la que pudieron enseñar en su video para la canción «Inventándome», de 2015. En ciertos círculos, catalogada como la mejor obra de este formato en Colombia. A la par que se escriben estas líneas, el ahora cuarteto sigue haciendo una nueva lectura de todo, incluso del folclor patrio.

6. Internal Suffering: La brutalidad del death metal que atraviesa océanos

Pereira, punto estratégico para las propuestas extremas, es la cuna de esta agrupación que ha triunfado en su nicho; girando en El Viejo Continente, China, Rusia, Japón y la Unión Americana, lugar donde han instalado su cuartel general casi desde sus comienzos, culminando la década noventera, para después reubicarse en España.

Liderada por Andrés García y Fabio Marin, Internal Suffering es un nombre más que reconocido en su área. Seis trabajos de estudio, más otra cantidad de material considerable, junto a su currículum en vivo, hablan de su poderoso trayecto; al igual que su presencia en festivales de categoría y premios, inspirando en el camino a otras agrupaciones para que sigan sus pasos. Las leyendas se hacen con hechos, no con ego.

7. The Hall Effect: Alternativo tipo exportación (sin folclor embutido)

A comienzos de los 2000, la proliferación del rock alternativo estaba tomando una nueva fuerza en los bares de Bogotá, pues por años fue un circuito más bien huérfano y sin un digno embajador que le diera cualidades decentes para el mercado internacional. Gran parte de ellos, donde abordar temas universales e interpretar canciones en idiomas foráneos se sintiera parte de su hábitat y no una estrategia facilista de exposición.

The Hall Effect logró a través de sus dos primeras producciones, (sobre todo The Hall Effect de 2010) imponer una presencia mediática que se reconoció fácilmente en el ambiente mainstream local y que pudo probar suerte en plazas donde pasan cosas fenomenales, como Francia e Inglaterra; hogar de Muse, uno de sus mejores referentes, y además, en la era que el indie lideraba listados de radio global.

Aunque la banda tiene en la actualidad un perfil más discreto, su actividad sigue en pie, destacando en su ciudad natal y traspolando su idiosincrasia de ajiaco santafereño a una versión madura de lo que han hecho en 21 años de insistir y persistir.

8. Don Tetto: Evolucionar un género de la mano con los fans

Lo que nació como un parche de amigos es hoy una de las agrupaciones más representativas del país y el continente que la cobija. El cuarteto integrado por Diego Pulecio (voz y guitarra), Carlos Leongómez (guitarra líder), Jaime Valderrama (bajo) y Jaime Medina (batería) ha consolidado una trayectoria marcada por triunfos artísticos, galardones internacionales y una sólida conexión no solamente con sus primeros seguidores, sino incluso con las generaciones más recientes.

La proyección foránea ha sido la carta que mejor ha jugado Don Tetto, sin duda. Paradójicamente, en más de dos décadas han sido militantes de una amalgama de estilos donde el pop punk predomina; en su época tachado de banal por los anarquistas de cresta más ortodoxos, aunque en la modernidad, un elemento primario de su todavía conservada frescura.

Mediante maniobras fastuosas de su experiencia en vivo (concierto 360 grados por ejemplo), fortaleciendo un vínculo íntimo y honesto con la Tettomania (el club de fans), su mayor acierto ha sido sostener una base de seguidores fiel y diversa, siempre renovándose frecuentemente y conquistando grandeza en el sendero. ¡Bravo!

9. Tenebrarum: Amarás al violín sobre todas las cosas

Durante la Medellín de 1990, la osadía de unir metal con violín en esta nación correspondió a David Rivera, diestro en este instrumento desde su niñez. Quizás en 2025 es normal que el famoso metal gótico o sinfónico estén a la orden del día en eventos multitudinarios; pero hace 35 años dichas fusiones básicamente no pasaban de ser una rara mezcla que muy pocos se atrevían a dejar consignadas en cinta magnética. Menos en Colombia, donde la música culta y los instrumentos clásicos han sido con regularidad, lujos que no hacen parte de la vida ordinaria.

Tenebrarum entonces fue el pacto que Rivera hizo con el universo para que sus dos pasiones fueran una sola. Fruto de esto, fue abrir el camino para que su banda transitara por distintos estilos de experimentación enmarcados en los sonidos extremos y de paso, lograr aquello que muchos añoran, pero apenas unos cuantos buscan de verdad: autenticidad.

El eje creativo del proyecto es a la fecha, una huella que trasciende los lindes del fonograma y lo escénico: representa una propuesta original, posicionando al instrumento inventado en 1550 por el italiano Andrea Amati como un líder metalero que ha conseguido la compleja tarea de imponerse sobre la guitarra eléctrica.

En paralelo, David Rivera impulsó Violín Rock, un espacio que le permite ampliar horizontes y conectar con nuevos públicos, más allá de las adaptaciones extranjeras y las limitaciones sonoras.

10. Guerra Total: La verdadera batalla es permanecer de pie y con la guardia en alto

Guerra Total, grupo iniciado en 1997, representa la suma de disciplina, singularidad y fuerza creativa. Una concepción del metal que ha dejado huella en el mapa mundial, demostrando que la contienda más feroz también se libra desde los estudios de grabación. Esto tiene mucho sentido, si tenemos en cuenta que solamente al contar sus álbumes, suman un total de 12 obras; gran parte de ellas, enfocadas a no parecerse o asemejarse muy poco a su predecesora, ni siquiera en su tratamiento de posproducción.

Este sello de identidad ha sido tan marcado en el conjunto, que su labor constituye la discografía más larga para una banda colombiana en su género, contrastando con agrupaciones colegas en su campo y que han obtenido su fama con apenas una o dos piezas de larga duración en periodos de actividad excesivamente prolongados.

Su simpatía por temáticas filosóficas, como el nihilismo, el cosmicismo; el universo de Lovecraft, los conflictos bélicos y la historia siniestra de Colombia generan una atención especial en sus letras, dado su grado de profundidad y términos complejos, obligando al oyente a básicamente, «meterse en el cuento».

A pesar de tener poca presencia en directo, la variedad de su catálogo los ha llevado a recibir un robusto reconocimiento en la prensa especializada, dedicada a las expresiones más crudas del speed, black o death metal. Junto a lo anterior, la vinculación de su material con sellos de alto nivel, en lo que podemos mencionar como underground del siglo XXI.

11. Nicolas Waldo: Cuando el virtuosismo trasciende más allá de las fronteras

Productor, compositor e intérprete versátil, Waldo se ha convertido en una ficha clave dentro del power metal y el progresivo instrumental, llevando su virtuosismo a plazas foráneas y dejando una huella imborrable en la guitarra contemporánea. Su formación ha sido autodidacta, mezclada con su pasión por el metal sinfónico y neoclásico.

Su destreza abarca guitarra, piano, bajo y batería, lo que le ha permitido desglosar una visión integral de la música, plasmada en una obra que supera la docena de álbumes solistas y una trayectoria grupal digna de las grandes ligas (les recomiendo buscar todo lo que ha hecho para los power metal Energema y sus contribuciones en el mega proyecto italiano Vivaldi Metal Project). No está de más añadir que su experticia ha sido objeto de patrocinio para marcas de instrumentos y una búsqueda ansiosa de la perfección sonora.

12. Chucho Merchán: Llegar lejos sin vanidades, el mito de la sencillez hecho realidad

Nacido en Bogotá, la carrera de Chucho Merchán ha trascendido ilusiones arribistas y paradigmas, consolidándolo como una figura que ha ayudado a formar hitos del rock. Su escuela ha estado marcada por colaboraciones con legítimas leyendas, de cuya lista se extraen sin problema las firmas de Pete Townshend, Bryan Adams, David Gilmour, Phil Manzanera, The Pretenders; Thomas Dolby, Draco Rosa, Jaguares, Annie Lenox y Eurythmics, George Harrison…¡Por ahora dejémoslo ahí! Y bueno, agreguen su amistad con Paul McCartney.

Desde joven mostró una clara inclinación por sus aptitudes en la guitarra, primero en el país y luego al radicarse en Inglaterra, donde se graduó del  Royal College of Music de Londres, una institución que moldeó sus primeras incursiones en el jazz y la música clásica. Pero finalmente, sería el rock y la fusión donde desplegaría todo su potencial, abriéndose camino en un entorno enormemente competitivo.

Merchán ha sido bajista, compositor y director musical, participando en giras y grabaciones que han marcado época y sucesos trascendentales. Sus colaboraciones lo han convertido en un elemento de referencia dentro de la industria británica; reconocido por su profesionalismo, talento y capacidad de adaptarse a diferentes estilos.

13. INFO: La máquina del futuro que conquistó Wacken

A principios del milenio, INFO arrancó como un conjunto con influencias del post punk y del rock alternativo. Junto a la alineación tradicional, los efectos, loops, programaciones electrónicas y teclados en su repertorio les ha ayudado a ir esculpiendo un sonido más propio, que paulatinamente fue dejando atrás los estilos entonces dominantes de sus comienzos, como el nu metal.

Uno de los logros más destacados del grupo ha sido su participación en el Wacken Open Air Metal Battle 2024, uno de los concursos de bandas más grandes del mundo dentro del género, como embajadores de la Región Norte de Suramérica.

Su labor ha sido clave para visibilizar el industrial criollo. Su recorrido demuestra gran persistencia y calidad técnica; así mismo, una apuesta centrada en lo moderno, perceptible  en la producción de video y sus performances en vivo, combinando distopía y teatralidad.

14. Luciferian: Cuando el portador de luz desde Suramérica se hizo sentir en Noruega

El álbum I am perverse del 2011 marcó un antes y un después en la vida de Luciferian, pues su madurez compositiva terminó de consagrarlos desde entonces como referentes del black metal suramericano, factor que les abriría las puertas a audiencias aún mayores. Pocos años después, la potencia de su producción y la coherencia de su esquema lírico los llevó a un norte tan particular como Trondheim (Noruega), tocando allí mismo. Esta vitrina estuvo de la mano con otro propósito: su líder, Héctor Carmona, hizo tuvo un rol protagónico del documental noruego Blackhearts, dirigido por Fredrik Horn Akselsen y Christian Falch, quien también fue su productor.

Su persistencia en tener una presencia estable en la comunidad internacional y sus esfuerzos por perfeccionar cada detalle de sus trabajos discográficos, hace que Luciferian sea posiblemente la cara más visible del metal negro hecho en Colombia, sobre territorio extranjero.

15. Eshtadur: En la Perla del Otún, la melodía cruje

Dos décadas después de visualizarse millas lejos de los aeropuertos Matecaña y El Dorado, Eshtadur se ha abierto un espacio real en el estrecho espacio que las escenas de Norteamérica y Europa permite; eso sí, sin perder sus raíces pereiranas. Su historia es de talento forjado, de pulir una esencia hasta el cansancio; de perseverancia y de saber que afuera de la tierrita, el tesón y la calidad son cualidades muy apreciadas.

En plena pandemia publicaron el álbum From The Abyss, lanzado por Blood Blast Distribution, servicio de distribución digital y promoción, perteneciente al sello alemán Nuclear Blast. Eshtadur se ha caracterizado por armonizar el death metal melódico con tonalidades oscuras y un enfoque filosófico que aborda la violencia, la guerra, la muerte y los dilemas existenciales, siempre con un trasfondo crítico hacia la realidad local.

16. Gaias Pendulum: Gótico que alcanza justicia poética ante la vastedad de los océanos

Gaias Pendulum son anfitriones en festivales del país, pero también son una especie de coterráneos en zonas de México y Centroamérica, donde el ritual de reconocimiento hacia sus fans ha recompensado las adversidades terrenas. Sus conciertos son ceremonia donde sus canciones se convierten en puente entre la noche y la reflexión, entre lo que se siente y lo que se calla.

La introspección es profunda, a menudo subterránea: en la mirada de quienes corean sin recibir una orden; en quienes se estampan el logo en la piel o en quienes repasan sus fonogramas como Tablas de la ley privadas. En todo esto, tal vez lo que deje más eco en su entorno no sea el volumen, sino los pasajes mudos. El peso de lo dicho y de lo vivido, el eco de lo que alguien pensó que nadie más sentiría, sensaciones colectivas que no se explican. En cualquier tarima, Gaias Pendulum hace que lo íntimo deje de ser soledad, a propósito de su himno insigne.

Bonus track, 28 obras nacionales que usted no se puede perder:
Una selección caprichosa (por si lo preguntan) y sin orden particular

  1. SyracusÆ / Kaizen An Kepler (2024): Una joya monumental de lo melódico, alternativo y progresivo. No en vano, la banda conquistó el exigente escenario del festival Copenhell en Dinamarca.
  2. Psyborg Corp/ The Mechanical Reinassance (2010): La etapa dorada y más harsh EBM de este proyecto, con cierto impacto en Europa.
  3. GOC/ Ficciones (2024): El lado más tétrico del metal negro antioqueño. Despiadado y muy original.
  4. Krönös/ Siete (2017): Un hard rock muy digno y acorde a la enorme experticia de esta leyenda caleña.
  5. La Sociedad de la Sombrilla/ La Máquina moral (2022): Electro, rock y stoner del por ahora, extinto dúo.
  6. Revenge/ Night Danger (2025): Heavy y speed ochentero para recordar una banda que tiene discos hasta en las tiendas de Japón.
  7. Threshold End/ The Ominous Inception (2022): El mejor álbum en su año. El death nacional con identidad propia.
  8. Dante HH/ Gunblade Blues Vol.1 y Vol.2 (2016-2017): Una mezcla de ritmos interesantes, con un lenguaje cinematográfico, crudo y exquisito.
  9. Cobra/ Tiranía (2014): La old school, la efigie «cachaca» de la destrucción thrasher en este buen CD.
  10. Sexy Lucy/ Not for you (2005): Tintes muy fuertes de electroclash. Reflejo de lo bueno que estaba pasando en el Distrito Capital para el comienzo del siglo XXI.
  11. Headcrusher/ Let The Blood Run (2012): Potente agrupación radicada en Estados Unidos. Un álbum hecho con tripas.
  12. Ingrand/ Autopsia de la esencia (2024): La madurez de una agrupación veterana, decidida a no repetirse en ninguna grabación. El objetivo se sigue cumpliendo.
  13. Altars Of Rebellion/ Capital Phase Of Karma (2021): Desde Pasto, tecnicismo, pesadez y oscuridad. Una región colombiana que nunca deja de sorprender.
  14. Impromtus Ad Mortem/ Symphonies Of The Death (2019): Metal sinfónico en todo su esplendor.
  15. Counterline/ Two (2024): Bases del pasado con guiños al presente. Rock melódico y AOR interpretado en un inglés muy convincente.
  16. Liturgia/ Corvi Et Gygnes (2002): La brillante transición doom y melódica al black metal de una banda símbolo del Eje Cafetero.
  17. Sexy Death/ The Damiana Error (2003): En la misma licuadora: Manizales, Suecia y un curioso dark morgue pop (así lo promocionaba su sello), con influencias del new wave.
  18. Herejía/ Renascentia In Tenebris (2017): Los límites del perfeccionamiento entre la vieja escuela del death metal y los arreglos sinfónicos. Impecable.
  19. Freezing Darkness/ Born In The Deepest Frozen Nights (2006): Cuando La frialdad de los países nórdicos llegó a influir de forma visceral en los paisajes gélidos de Nariño.
  20. Implosion Brain/ Qualities Of a Simple Mind (2017): Groove y metalcore de Bogotá. En su época, sobresaliente en todo aspecto.
  21. Brinicle/ Perceptions Of Reality (2024): Death técnico. Complejidad sin tapujos. Una obra larga duración que tomó su tiempo para salir (y valió la pena).
  22. Twilight Glimmer/ Ignition (2022): La cumbre de la melodía metalera en Pereira, pero con una brutalidad que se lleva en las venas. ¡Vayan ya a escucharlo!
  23. Murmur/ The Temple Of Demons (2023): Black/thrash de Medellín. Legado del ultrametal con la penumbra de nuestros tiempos.
  24. Alfonso Espriella/ Ánima (2011): Aunque en su trabajo posterior el músico elevó las cosas a otro nivel, esta pieza lo tuvo todo en su momento para llegar bastante lejos; lírica, conceptual, visual y musicalmente hablando.
  25. Electric Sasquatch/ Electric Sasquatch (2014): Rock psicodélico desde la capital del Valle del Cauca.
  26. Vitam Et Mortem/ El Río de la Muerte (2020): A la muerte no se le teme ni se le mira con desprecio. Aquí se le rinde culto, con una analogía de la mitología griega y la funesta situación de una tumba fluvial, con olor a carroña incluida.
  27. Antípoda/ Manifesto (2009): En sus días, quizás el LP de metal más completo; claro está, realizado por músicos colombianos.
  28. Ethereal/ As Sad As Beautiful (1998): Con este cancionero, la escena capitalina entró en las aguas densas del death/doom/gothic y en la modernidad, de paso. Veintiocho recomendaciones, porque justamente la primera grabación profesional de Ethereal dura 28 minutos.
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Colombia

Cinemablue regresa con “Ni con 4 ojos” rock alternativo para mirar donde duele

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Cinemablue ha soltado un nuevo dardo llamado “Ni con 4 ojos” y desde el primer acorde queda claro que la banda sigue empeñada en romper la comodidad de un público que ya debería estar acostumbrado a que el rock alternativo sea un espacio para incomodar. La canción entra con una guitarra que no pretende ser virtuosa sino punzante, un riff que roza la distorsión sucia de garage y una batería que pega como quien no tiene presupuesto para triggers pero sí para rabia, esa crudeza es su encanto, nada aquí suena “bonito”, todo suena vivo.

La voz llega casi insolente, con un fraseo que se arrastra entre lo melódico y lo hablado, recordando que el indie latinoamericano no necesita sonar a Spotify playlists para ser relevante. Hay un dejo de new wave oscuro mezclado con la sensibilidad de post-punk moderno pero sin caer en el cliché de sonar a banda europea de manual. Cinemablue canta con acento propio, con una actitud que se siente más Bogotá under que Londres cool y eso es un respiro.

Líricamente, “Ni con 4 ojos” es un disparo contra la ceguera emocional y la autoengaño, un texto que le habla a esas relaciones donde uno se empeña en no ver lo obvio, aunque la verdad te grite en estéreo. No hay metáforas barrocas, hay frases que duelen por directas, escritas para cantarlas con rabia contenida mientras uno se reconoce en cada línea, es un himno para quienes se niegan a idealizar y prefieren aceptar que amar duele, que crecer duele, que abrir los ojos —incluso cuatro— no siempre basta para dejar de tropezar con la misma piedra

La producción mantiene ese espíritu DIY bien entendido, no suena barata, suena honesta. Hay capas de guitarra atmosférica que envuelven el coro y un bajo que empuja sin pedir permiso, recordando que el groove sigue siendo esencial aunque el tema tenga un corazón melancólico. No hay trucos digitales evidentes ni pulidos artificiales; es un tema que podría sonar igual de poderoso en vivo, en un sótano lleno de humo y cervezas, que en streaming.

Cinemablue ha entendido algo que muchos olvidan, que el rock alternativo no necesita pedir perdón ni parecer “profesional” en el sentido plástico que mata la esencia. “Ni con 4 ojos” suena como un puñetazo emocional en tiempos de algoritmos, es música que respira sudor de ensayo, que sabe a salas pequeñas, que recuerda que la escena independiente no está muertam solo está cansada de que la quieran domesticar.

Si algo caracteriza a propuestas que siguen sosteniendo el estandarte del rock hecho desde el underground, es que no temen sonar humanos, frágiles y furiosos a la vez. Y ahí la banda acierta, entregan un track que no busca complacer, sino conectar con quienes aún creen que el arte debe incomodar antes que adornar playlists.

Quizás no cambien el mundo con este sencillo, pero sí te dejan pensando que aún hay canciones que nacen desde la tripa y no desde el Excel de una disquera y eso, en estos tiempos de algoritmos y fórmulas ya es un acto de rebeldía.

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Colombia

Abstracted Mind despierta fantasmas en su nuevo viaje sonoro

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La banda de metal sinfónico Abstracted Mind volvió a estremecer la escena con el lanzamiento de Where It Begins, un sencillo que apareció el pasado viernes 26 de septiembre y llegó acompañado de un video oficial que amplifica su atmósfera introspectiva. El grupo, que ya había dado señales de ambición y pulso narrativo con sus anteriores temas Eternals y Despair, da aquí un paso más profundo hacia un sonido cargado de dramatismo y un discurso emocional que no teme exponer fragilidad.

Where It Begins es un retrato crudo de la lucha interna contra los recuerdos que se niegan a morir. La canción dibuja la figura de un héroe atrapado en un bucle de ilusiones perdidas, sosteniendo un corazón puro pero desgarrado, paralizado ante el peso de un pasado que no se deja soltar. Las guitarras, majestuosas y densas, sostienen una voz que se mueve entre la épica y la vulnerabilidad, mientras la producción refuerza la sensación de estar frente a un relato casi cinematográfico donde cada acorde parece un intento desesperado por romper cadenas invisibles.

El tema se mueve entre la idealización y la aceptación, con un dramatismo que bebe tanto de la grandilocuencia del metal sinfónico como de una sensibilidad íntima que podría pertenecer a cualquier persona enfrentada a la necesidad de renunciar a lo que ya no volverá. En el centro late la idea de que avanzar requiere un equilibrio entre coraje y rendición, un acto de honestidad brutal que Abstracted Mind sabe convertir en música expansiva y emocionalmente devastadora.

Con este tercer adelanto de su álbum debut previsto para 2026, la banda no solo mantiene el nivel de expectativa que construyó con Eternals y Despair, sino que perfila un universo sonoro cada vez más sólido y ambicioso. El videoclip, estrenado simultáneamente en plataformas digitales el mismo día del lanzamiento, refuerza ese viaje emocional con imágenes que evocan caos interno y la búsqueda de luz en medio de la oscuridad, un recurso visual que dialoga con la potencia de la música y le da rostro a esa batalla silenciosa que todos libramos alguna vez.

En un momento en el que el metal sinfónico busca reinventarse para no quedarse anclado en los clichés de la grandilocuencia vacía, Abstracted Mind ofrece un golpe de sinceridad emocional envuelto en una producción impecable. Where It Begins no es solo un nuevo sencillo: es un recordatorio de que la épica también puede ser íntima y que, detrás de la distorsión y la orquesta, puede haber una lucha profundamente humana por soltar y seguir adelante.

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