USA y Canadá
Hani Abadi lanza “Dementia”, el sencillo teje un paisaje onírico de nostalgia e introspección.
El multiinstrumentista Hani Abadi, mejor conocido como miembro de la banda de metal oscuro oriental Bilocate, acaba de lanzar su nuevo sencillo “Dementia”. Esta inquietante balada ofrece un vistazo a la profunda narración del próximo álbum debut de Hani, “Tiamat”.
Además del lanzamiento del sencillo, Hani Abadi está presentando el vídeo musical oficial de “Dementia”. El video agrega una dimensión visual a la canción, realzando la profundidad de las emociones dentro de la música.
“Dementia” es más que una simple canción; es un viaje sonoro hacia la delicada interacción entre la memoria y la melodía. Hani Abadi te invita a sumergirte en su encantador paisaje sonoro. “Dementia” es una canción cautivadora que teje un paisaje onírico de nostalgia e introspección. La expresiva voz de Hani Abadi y sus evocadoras letras crean una hermosa narrativa. La canción muestra la capacidad de Abadi para transmitir emociones profundas a través de su música.

Los diversos antecedentes de Hani Abadi, que creció en Jordania y ahora reside en el Área de la Bahía, California, infunde a su música ricas influencias multiculturales. Su álbum debut en solitario, “Tiamat”, se lanzará el 30 de noviembre de 2023 y ofrecerá una exploración de las emociones y experiencias humanas a través de la música. Sumérgete en el mundo de Hani Abadi experimentando “Dementia” y el vídeo que lo acompaña, ambos disponibles ahora en las principales plataformas de streaming.
Abadi es un prolífico compositor, compositor y multiinstrumentista. Como miembro principal de Bilocate, ha realizado giras por Europa y Oriente Medio y ha compartido escenario con artistas respetados. El viaje musical de Hani está marcado por diversas tradiciones culturales, lo que refleja su amor por el lenguaje universal de la música.
Música y Bandas
(EM): Lo-Fi Garage Punk Desde los Bosques Fríos de Wisconsin

En las profundidades solitarias de los bosques de Wisconsin, un artista ha encontrado su voz en el caos y la introspección. Eddie Mead, bajo el alias (EM), se ha convertido en una figura destacada del lo-fi garage punk, un sonido crudo y emocionalmente cargado que navega entre la melancolía y la distorsión.
Desde el lanzamiento de su primer álbum dumb decades, dumb centuries en 2020, (EM) ha mantenido un ritmo de producción imparable. Con una discografía que ya cuenta con múltiples álbumes y EPs, su música refleja años de experiencia en la escena underground, primero como líder de bandas como Backer, Mercer y Wisher, y ahora en su faceta solista.
Su estilo es un mosaico de influencias que van desde Bob Dylan y Television hasta My Bloody Valentine y The Replacements. Con una producción casera grabada en habitaciones, áticos y garajes de pequeños pueblos, las canciones de (EM) tienen una cualidad íntima y artesanal. A pesar de su enfoque lo-fi, cada pista está meticulosamente construida, combinando capas de guitarras intrincadas, ruido ambiental y estructuras poco convencionales.

Las letras de Eddie exploran temáticas de aislamiento, nostalgia, enfermedad mental, adicción y recuperación. Con una escritura influenciada por autores como Kurt Vonnegut y T.S. Eliot, sus canciones son confesiones crudas que invitan al oyente a adentrarse en un mundo introspectivo y surrealista.
En 2021, lanzó turbine regalia, un álbum que profundiza en los altibajos emocionales de la adicción y la recuperación. Inicialmente, el disco fue publicado sin promoción debido a su carga personal, pero con el tiempo, Eddie ha encontrado el valor para compartirlo con un público más amplio.
Su creatividad no se detiene. En 2022, formó NITE DINO, un proyecto colaborativo junto a Tate Sampson y su hermana Isis Mead, trabajando en un álbum en constante expansión titulado NEVER. Y ahora, en 2024, tras mudarse a Indianápolis, está inmerso en la producción de su próximo disco, con planes de lanzamiento en 2025.
Mientras tanto, (EM) celebra la reedición en vinilo de dumbo a través de Shore Drive Records, marcando un nuevo hito en su carrera. Su música, siempre en evolución, continúa siendo un refugio para quienes buscan sonidos auténticos, viscerales y cargados de emoción.
Escucha su música en https://edymeaday.bandcamp.com/album/dumbo
Festivales e Industria
Los Grammy aplican la “Rock al Parque” y desatan la ira de la comunidad del Country.

En los Grammy 2025 hubo de todo… viejas empelota en la Alfombra Roja, un chiste sobre Colombia que puso los pelos de punta a los colombianos pero que es real, una excelente presentación de Benson Boone y por supuesto Beyoncé se llevó el premio a Mejor Álbum Country por “Cowboy Carter”. Pero esta victoria no ha sido bien recibida por la comunidad country, tanto músicos como fans, quienes se sienten profundamente ofendidos y han desatado un infierno en Internet al respecto.
Verán, para los músicos y fans, sobretodo de nicho, el respeto por los géneros musicales, sus raíces, sus formas y sus modos es muy importante, pero la academia conformada por personas de todo tipo aplico la “Rock al Parque”, es decir, al igual que el festival en Bogotá que nació para apoyar el rock pero ahora es más que todo de cumbia y folclor, y le entregó el premio a un álbum que aunque innovador y ultra producido no representa la música Country que en Los Estados Unidos es considerada casi sagrada.
La controversia comenzó cuando Taylor Swift, una figura icónica del country, anunció el premio a Beyoncé. La reacción inmediata fue de indignación y decepción. Músicos como Kacey Musgraves, Chris Stapleton y Lainey Wilson, quienes también estaban nominados, expresaron su rabia y enojo en las redes sociales y los fans no se quedaron atrás, lanzando críticas hacia la Academia de la Grabación por su decisión.
La comunidad country argumenta que el álbum de Beyoncé, aunque talentoso, no representa el género de manera auténtica. “Adoptar la estética country no convierte a un artista en genuino del género” declaró un fan en un comentario viral, en otras palabras colocarse un sombrero y meter la palabra “Cowboy” a un álbum pop no lo hace Country así como meterle guitarra electrica a un vallenato como lo hizo Carlos Vives no lo hace Rock. Esta percepción ha llevado a que los premios más importantes del country, como los Country Music Association Awards (CMA), hayan decidido dejar a Beyoncé fuera de sus nominaciones.
El escándalo ha generado un debate fuerte en Internet, con algunos fans defendiendo a Beyoncé y su “enfoque innovador” estilo Idartes, mientras que otros insisten en que el premio debería haber ido a un artista más tradicional del género. La polémica ha puesto de relieve las tensiones entre la música country tradicional y las nuevas influencias que buscan cruzar géneros.
Beyoncé se defendió su trabajo, afirmando que “el género es una palabra fría que nos mantiene en nuestro lugar como artistas”. En su discurso de aceptación, agradeció a los artistas country que colaboraron en el álbum y subrayó la importancia de romper barreras y perseguir pasiones.
La correcta clasificación de los géneros musicales ha demostrado ser más relevante que nunca, esto que sucedió obviamente ha generado desconfianza en la industria musical. Los fans y músicos del género sienten que su espacio ha sido invadido y manipulado. La precisión en la clasificación no solo facilita el descubrimiento de música para los oyentes, sino que también asegura que los artistas sean reconocidos en el género adecuado. Esto es vital para mantener la integridad y autenticidad de los géneros musicales.
Además, ya afloraron los rumores de que el premio de Beyoncé fue comprado, especialmente a la luz de las recientes controversias que rodean a figuras prominentes como P. Diddy. Estas acusaciones, si bien no confirmadas, alimentan la desconfianza y dañan la reputación de los premios. La integridad y transparencia en la selección y premiación son fundamentales para mantener la credibilidad de estos eventos, en Estados Unidos a diferencia de países como el nuestro los músicos valoran mucho estos espacios y son grandes oportunidades de crecimiento.
Festivales e Industria
El Banano, la Pared y el Arte Moderno: Un Performance que Redefine los Límites del Arte Contemporáneo

¿Entonces llega un tipo y pega un banano con cinta en la pared y se hace millonario? ¡Que idiotez! Eso es lo que debe pensar la mayoría de los seres humanos cuando conocen la historia de The Comedian, la historia del banano en la pared que últimamente fue vendido por 6.2 millones de dólares solo para que el comprador se lo comiera. Pues bien, no es tan sencillo…
El arte contemporáneo siempre ha sido un terreno fértil para la controversia y el debate. Pocas obras han mostrado tanto esta esencia como The Comedian, la ahora famosísima pieza del artista italiano Maurizio Cattelan, que consiste en un plátano pegado a una pared con cinta adhesiva. Esta obra fue inicialmente vendida por $120,000 en Art Basel Miami Beach en 2019 y con un capítulo final en el que el comprador literalmente se comió la obra. Pero no termina ahí, recientemente alcanzó los $6.2 millones cuando fue adquirida por el empresario de criptomonedas Justin Sun en una subasta. Sun es conocido por sus iniciativas en blockchain y apenas la adquirió también se lo comió ¿Entonces había dos bananos?, no, ahora explicaré, pero comerse el banano es una acción que refuerza el mensaje conceptual de la obra: cuestionar el valor del arte y la percepción pública de este.
Lo que los compradores adquieren no es el banano, eso cualquiera puede ir a comprarlo, y la cinta gris en cualquier ferretería igual, así que si usted quiere mañana se puede hacer su propia obra en su casa. Lo que sucede acá es que el comprador adquiere un certificado de autenticidad, no el objeto físico, subrayando que el arte reside en la idea, no en el material, es un tema que rompe los esquemas del mercado en las artes.
La decisión de los compradores de comerse el plátano y la burla inherente de la obra exponen las dinámicas especulativas del mercado del arte contemporáneo, invitando a reflexionar sobre qué define el arte y cómo la sociedad lo valora. Este caso se ha convertido en un ícono del arte conceptual, llevando el debate sobre los límites del arte a nuevas alturas, y recuerden que no solo los compradores lo comieron, en Miami, otro artista llamado David Datuna, entró a la galería y se lo hartó porque “tenía hambre” y a este performance le llamo El Artista hambriento (Hungry Artist), como ven la cosa es muy compleja pero interesante.

The Comedian trasciende lo absurdo para convertirse en un comentario crítico sobre el arte, la economía y la percepción cultural en el siglo XXI.
Hablemos de su autor, Maurizio Cattelan, quien es conocido por su enfoque irónico y provocador, es el autor de obras como La Nona Ora (una escultura del Papa Juan Pablo II siendo aplastado por un meteorito) o su inodoro de oro titulado America, así que ya había establecido su reputación como un agente disruptivo en el arte contemporáneo. Sin embargo, The Comedian llevó esta filosofía al extremo: un plátano común y corriente, valorado simbólicamente en una cifra exorbitante, pegado a una pared blanca.
A primera vista, parece una broma que se burla de los excesos del mercado del arte. ¿Cómo puede un banano que se va a podrir alcanzar tal valor? Esta misma pregunta abre una puerta hacia cuestiones más profundas sobre el valor subjetivo, el concepto de autoría y la función del arte en la sociedad contemporánea.
Entonces vamos al dinero, al dinero como performance. El hecho de que alguien pagara semejante suma por un plátano pegado a la pared no solo valida la pieza como arte, sino que también forma parte de su mensaje. En el mercado del arte, el valor de una obra ya no reside exclusivamente en su técnica, material o permanencia, sino en la narrativa que construye a su alrededor. Al vender The Comedian, Cattelan no solo estaba vendiendo un plátano; estaba vendiendo una idea y recuerden ¿Quién valida las artes? Tres factores: El público, el mercado o la crítica.
El comprador, al adquirir la obra, no compró el plátano como tal, sino un certificado de autenticidad que permite reemplazar el plátano cuando se pudra, asegurando así la “permanencia” de una obra intrínsecamente efímera. Esto plantea preguntas sobre la naturaleza misma del arte: ¿es el plátano el arte, o lo es el acto de pegarlo, venderlo y recontextualizarlo?

Cuando el artista David Datuna, en un acto de espontaneidad (o tal vez premeditación), se comió el plátano frente a una multitud de espectadores y cámaras, añadió una nueva capa de interpretación a la obra. Su acción, denominada Hungry Artist (Artista Hambriento), transformó The Comedian en un meta-performance que subvirtió su propio mensaje.
Al tragarse el plátano, Datuna convirtió el acto de consumo en una declaración artística, desafiando el valor económico y simbólico de la obra. De manera irónica, este acto no destruyó la pieza, ya que el plátano podía ser reemplazado según las instrucciones de Cattelan, reafirmando la idea de que el arte no estaba en el objeto, sino en el concepto que lo rodea.
Por lo tanto esta obra es bastante compleja, mucho más allá de lo que las personas pueden deducir, nos deja muchas enseñanzas sobre lo que es hoy el mercado de las artes y en lugar de estar haciendo memes y burlándose, las personas deberían adentrarse un poco en la reflexión de qué significa todo esto para lo que vivimos hoy en día.
Por ejemplo podemos a diferencia de otras épocas concluir que hoy el valor en el arte contemporáneo es subjetivo, esta es una época en donde la especulación económica ha penetrado todas las esferas, el arte no es la excepción. The Comedian evidencia cómo el mercado del arte transforma objetos cotidianos en símbolos de estatus y valor a través de narrativas cuidadosamente construidas.
Se burla y se convierte en un comentario social, se burla de las dinámicas del mercado, pero también refleja las obsesiones culturales contemporáneas: el consumismo, el poder de la marca personal (en este caso, la de Cattelan), y la necesidad de destacarse en un mundo saturado de estímulos.
Y el público toma todo, absolutamente todo el protagonismo como espectador, más que nunca, el público desempeña un papel activo en la creación de significado. Desde el comprador que decide pagar una cifra absurda, hasta el artista que consume la obra en vivo, todos los actores involucrados transforman The Comedian en un fenómeno cultural que trasciende la simple interacción entre artista y objeto.
The Comedian no es solo un plátano pegado a la pared. Es un espejo que nos confronta con la naturaleza del arte contemporáneo y nuestra relación con él. Al ser tan radicalmente absurdo, fuerza al espectador a reflexionar sobre lo que consideramos valioso, tanto en términos materiales como simbólicos.
Este episodio no solo es un chiste; es un capítulo crítico en la historia del arte moderno. The Comedian y su destino final —ser consumido por un espectador— representan uno de los performances más completos y provocadores del arte contemporáneo. Quizás, en su aparente superficialidad, radica su genialidad: hacer de lo ordinario algo extraordinario, y de lo efímero, algo eterno.
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