Colombia
Cómo los músicos colombianos pierden millones por culpa de los intermediarios, las leyes y el mercado: un análisis sobre recaudadoras, tiqueteras y nuevos monopolios.
Con la compra de Páramo Presenta por parte de Live Nation se complica aun más el panorama de la industria para los músicos nacionales.

Los músicos son uno de los colectivos más afectados por la falta de una ley de derechos de autor acorde con la realidad actual, no solo tienen que enfrentar las dificultades normales que enfrentan los artistas en ascenso como la competencia, la informalidad, la falta de apoyo, las escenas toxicas o incluso todos los cambios que causó la crisis sanitaria, sino que también tienen que lidiar con un sistema de gestión colectiva que no les garantiza una remuneración justa y equitativa por el uso de sus obras.
En Colombia, la entidad encargada de recaudar y distribuir los derechos de autor por la comunicación pública de las obras musicales es la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia (SAYCO), una empresa privada que fue fundada en 1945 y ellos dicen representa a más de 9.000 compositores nacionales y extranjeros y tiene convenios con más de 100 sociedades homólogas en el mundo.
Sin embargo, SAYCO ha sido objeto de múltiples críticas y denuncias por parte de los músicos, los usuarios y las autoridades, debido a su falta de transparencia, eficiencia y legalidad, ha sido una entidad llena de escándalos y deshonestidad, algunas de las acciones que se le han comprobado son:
-El cobro excesivo e indiscriminado por concepto de derechos de autor a establecimientos comerciales, eventos públicos o privados y plataformas digitales que utilizan música.
-El reparto injusto o tardío de las regalías a los compositores, sin tener en cuenta el uso real o potencial de sus obras.
-La falta de información o rendición de cuentas sobre el recaudo y la distribución de los derechos de autor.
-El abuso de posición dominante y el impedimento a la libre competencia en el mercado de la gestión colectiva.
-Los escándalos por corrupción, malversación, fraude y evasión fiscal que han involucrado a sus directivos y empleados.

Estos problemas han generado un descontento generalizado entre los músicos, que se sienten desprotegidos y vulnerables frente a SAYCO y muchos de ellos han optado por desafiliarse o buscar otras alternativas para gestionar sus derechos de autor, como otras entidades colectivas o licencias directas, pero se han encontrado con obstáculos legales, administrativos y culturales que dificultan su ejercicio y por otra parte también están los músicos y políticos que comen de Sayco desde hace daño y quienes defienden a muerte el monopolio legal amparado por el estado así como defienden otras políticas culturales corruptas.
En el caso del rock, este es uno de los géneros más marginados y estigmatizados por el sistema de gestión colectiva, los rockeros han denunciado en varias ocasiones que SAYCO no les reconoce ni les paga adecuadamente sus derechos de autor, ya que no tiene en cuenta sus particularidades ni sus necesidades. Por ejemplo, SAYCO no tiene un sistema eficaz para monitorear el uso real de las obras musicales en las diferentes plataformas digitales o medios masivos, tampoco tiene un criterio claro para asignar las tarifas o las cuotas por concepto de derechos de autor a los eventos o establecimientos donde se toca rock, no respeta ni promueve la diversidad musical ni cultural del país, sino que privilegia a ciertos géneros o artistas sobre otros. Por estas razones, muchos músicos rockeros han decidido desvincularse o no afiliarse a SAYCO y han buscado otras formas para proteger y gestionar sus derechos de autor.

¿Quién controla los espectáculos y los boletos en Colombia?
Los espectáculos musicales son una de las principales fuentes de ingresos para los artistas pero también son una de las actividades más reguladas y gravadas por el Estado y por las entidades privadas que intervienen en su organización y realización, esto incluye a los promotores, los productores, los recintos, las tiqueteras, las recaudadoras de derechos de autor y otros agentes que influyen en el precio, la calidad y la disponibilidad de los boletos y los eventos.
En Colombia, el mercado de los espectáculos y los boletos ha experimentado una serie de cambios y movimientos en los últimos años, que han generado preocupación e inconformidad entre los músicos, los usuarios y las autoridades. Estos cambios tienen que ver con la concentración, la competencia y la transparencia de las entidades que controlan este mercado, así como con los cobros excesivos e injustificados que se realizan por concepto de derechos de autor, impuestos, comisiones y otros conceptos, es increíble, pero Colombia todo lo corrompe, absolutamente todo hasta la música.
Para entender mejor la situación del mercado de los espectáculos y los boletos en Colombia, es necesario examinar algunos casos que muestran los problemas y las posibles soluciones.
Live Nation es la empresa más grande del mundo en cuanto a shows en vivo, con presencia en más de 40 países y una facturación anual de más de 11.000 millones de dólares. En 2021, Live Nation adquirió el 51% de Ocesa, la principal compañía de eventos y espectáculos en América Latina, con sede en México. A su vez, Ocesa compró el 51% de Páramo Presenta, una empresa colombiana fundada en 2008, que organiza eventos como el Festival Estéreo Picnic, el Festival Cordillera y conciertos de artistas nacionales e internacionales.
Esta operación ha generado una gran controversia en el sector cultural colombiano, pues implica la creación de un monopolio o un duopolio en el mercado de los espectáculos y los boletos, según algunos expertos y críticos, esta concentración puede tener efectos negativos para la diversidad musical, la competencia leal, la calidad del servicio y el precio justo para los consumidores.
Con este movimiento, Live Nation puede imponer sus condiciones a los artistas, a los recintos y a las tiqueteras que quieran trabajar con ellos, limitando sus opciones y su margen de negociación, puede favorecer a ciertos géneros o artistas sobre otros, según sus intereses comerciales o estratégicos, afectando la oferta musical disponible para el público, podrá aumentar el precio de las entradas o cobrar cargos adicionales por concepto de servicio, manejo o conveniencia, sin justificación ni transparencia, también restringir o dificultar el acceso a las entradas o a los eventos a ciertos segmentos del público, según sus criterios o políticas.
Pero cuando alguien habla o se levanta en contra de esto se es vetado, excluido, ridiculizado e incluso atacado, es impresionante como la impunidad se toma todas las áreas de la sociedad mientras no exista nadie que ejecute las leyes o que defienda a los ciudadanos.
Hablemos de otro problema, las tiqueteras son las empresas encargadas de vender y distribuir las entradas para los eventos y espectáculos musicales. En Colombia, existen varias tiqueteras que operan en el mercado, como Tu Boleta, Primera Fila, Ticket Express, Colboletos, entre otras. Sin embargo, algunas de estas tiqueteras han sido objeto de múltiples críticas y denuncias por parte de los usuarios y las autoridades, debido a su falta de eficiencia, transparencia y legalidad.
Estas tiqueteras de un momento a otro comenzaron con el cobro excesivo e injustificado por concepto de servicio, manejo o conveniencia, que puede llegar a representar hasta el 30% del valor de la entrada y el problema más grave es la falta de información o claridad sobre el precio final, la disponibilidad, la ubicación o las condiciones de las entradas o los eventos y la falta de atención o solución a las quejas, reclamos o solicitudes de los usuarios.

Entonces tenemos monopolios y mafias por todas partes en el negocio de la música y los espectáculos en vivo, mafias oficiales y no oficiales, tenemos poca claridad y control en las recaudadoras de derechos, en las tiqueteras, en los precios de los eventos, poca igualdad para con los emergentes e independientes.
Ya es hora de actualizar las leyes de derechos de autor y de controlar todas estas irregularidades que solo sirven para algunos pocos y voltear las cartas de lado de los artistas, los derechos de autor son una forma de proteger la creatividad y el trabajo intelectual de los autores de obras literarias, científicas y artísticas, les otorgan a los autores el control exclusivo sobre el uso y la explotación de sus obras, así como el reconocimiento de su autoría y el respeto a su integridad. Pero necesitamos una ley nueva, unas leyes nuevas, propuestas nuevas, pero nadie escucha.
En Colombia, la ley que regula los derechos de autor es la Ley 23 de 1982, que fue promulgada hace casi 40 años. Esta ley establece las condiciones, los límites y las excepciones para el ejercicio de los derechos de autor, así como las sanciones por su violación. También protege los derechos conexos de los intérpretes, los productores de fonogramas y los organismos de radiodifusión.
Pero desde 1982, el mundo ha cambiado mucho, especialmente en lo que se refiere al desarrollo tecnológico y al mercado global de la cultura, la aparición y el auge de internet, las plataformas digitales, los servicios de streaming y las redes sociales han transformado la forma de crear, distribuir y consumir obras musicales, audiovisuales y artísticas en general, estos cambios plantean nuevos desafíos y oportunidades para los autores y los usuarios de las obras protegidas por el derecho de autor, por un lado, se abren nuevas posibilidades de difusión, acceso y remuneración para los creadores, pero por otro lado, se generan nuevas formas de infracción, piratería y competencia desleal que afectan sus intereses legítimos.
En este contexto, surge la pregunta: ¿es suficiente y adecuada la Ley 23 de 1982 para regular los derechos de autor en Colombia en el siglo XXI? ¿Qué aspectos deberían modificarse o actualizarse para adaptarse a la realidad actual? ¿Qué experiencias o modelos se podrían tomar como referencia de otros países que han modernizado sus leyes de derechos de autor?
Hay problemas muy graves como la falta de claridad sobre el alcance y la aplicación de la licencia obligatoria para las obras musicales la cual permite a los usuarios obtener el derecho a reproducir o distribuir una obra musical previo pago al titular del derecho o a una entidad colectiva que lo represente, esta la ley no define con precisión qué tipo de usos están sujetos a esta licencia, ni cómo se debe calcular y pagar la remuneración correspondiente. Esto genera incertidumbre jurídica e inequidad entre los autores y los usuarios.
La falta de un sistema eficiente y transparente para la gestión colectiva de los derechos de autor. La gestión colectiva consiste en que una entidad autorizada por el Estado recauda y distribuye las regalías por el uso de las obras protegidas entre sus asociados o representados. En Colombia, existen varias entidades colectivas que operan en diferentes ámbitos (música, audiovisual, artes plásticas, etc.), pero no hay una coordinación ni una supervisión adecuada por parte del Estado. Esto genera problemas como la doble cobranza, el reparto injusto o tardío, la falta de información o rendición de cuentas y el abuso de posición dominante.
La falta de adaptación a las nuevas modalidades y formatos digitales. La ley no contempla expresamente las obras creadas o difundidas por medios digitales, como las obras multimedia, las bases de datos, los videojuegos o los podcasts. Tampoco regula adecuadamente los servicios en línea que ofrecen música o contenidos audiovisuales bajo demanda o por suscripción (streaming). Esto implica que no hay una seguridad jurídica ni una remuneración justa para los autores que utilizan estos medios o cuyas obras son explotadas por estos servicios.
La falta de equilibrio entre los derechos de los autores y los intereses de la sociedad. La ley no establece con claridad las limitaciones y excepciones al derecho de autor, es decir, los casos en los que se puede usar una obra protegida sin necesidad de autorización ni pago al titular. Estos casos suelen estar relacionados con fines educativos, culturales, informativos o de investigación. La ley tampoco reconoce el derecho de cita, el uso justo o el dominio público como mecanismos para fomentar la creatividad, el acceso y la difusión de la cultura.
Muy duro, tras el fracaso anunciado de políticas como “la economía naranja” de la cuál todo el mundo advirtió pero nadie escuchó, desde los abusos de Sayco y otras entidades, desde la creación de monopolios a micro mafias de círculos de amistades que se reparten las oportunidades y los dineros, hasta la inocencia del músico que solo quiere hacer música, Colombia es sencillamente un nido de mafiosos que usan a los artistas para lucrarse y generar imperios en donde el único perdedor siempre ha sido precisamente el artista.
Pero qué podemos hacer en un país en donde el vivo vive del bobo, a papaya puesta papaya partida, hecha la ley hecha la trampa y tantos dichos más por el estilo. ¿Díganme que podemos hacer al respecto en un país en donde ser un hampón es ser una abeja y no una rata? Nada, solamente torcerse o emigrar.
Colombia
Nemegata estrena ‘Voces’ un disco que conecta con las raíces y los orígenes.

Nemegata, el power trío de músicos colombianos radicados en la ciudad de Austin, Texas regresa con nueva música después de publicar hace unos meses el sencillo ‘Ni con palo ni con bala’ que tuvo un amplio recibimiento en redes sociales, plataformas musicales y medios de comunicación en Colombia y Latinoamérica, entre ellos, RollingStone en Español reseñando que “una nueva canción de Nemegata no puede denominarse simplemente como “un sencillo”, eso sería meterla de alguna manera en las dinámicas más vacías del mercadeo musical. ‘Ni con palo, ni con bala’ es mucho más que eso. Es un prometedor grito de rebeldía que se fundamenta y crece sobre raíces muy profundas, en un viaje lisérgico que recorre montañas, barrios populares, selvas, carreteras y llanuras”.
El proyecto conformado por Víctor Andrés Cruz ‘El Guámbito'(Cogua, Cundinamarca), César Valencia ‘I Nova’ (Medellín) y Fabián Rincón ‘Don Fabo’ (Bogotá) estrena su segundo disco de estudio ‘Voces’, producido por el cuarto pilar de la banda Juan ‘El Mono’ Álvarez y el ganador del premio Grammy Beto Martínez. Las voces son portadoras de la memoria colectiva. A través de relatos, leyendas, mitos, cantos y tradiciones transmitidas de generación en generación, las voces nos permiten reconectar con nuestros orígenes. Nos brindan un vínculo con la tierra, con los ciclos naturales y con las formas de vida sostenibles que han sido fundamentales para la supervivencia de nuestras culturas a lo largo de la historia. Además, estas voces no solo pertenecen al pasado, sino que también tienen un papel activo en el presente y el futuro. Nos inspiran a luchar por la revitalización de nuestras lenguas y culturas, a preservar las prácticas tradicionales y a incorporarlas de manera innovadora en el contexto contemporáneo. Al reconocer y valorar estas voces, estamos creando espacios de diálogo intergeneracional y fortaleciendo la identidad de nuestras comunidades.
Escucha voces en Spotify
“Las voces nos recuerdan quiénes somos como pueblos diversos, nos narran historias de luchas, triunfos y desafíos que han moldeado nuestra existencia. Son un recordatorio constante de la resistencia y la resiliencia de nuestras comunidades frente a la opresión y la colonización”, comenta el grupo.
Nemegata teje los sonidos tradicionales colombianos como el bullerengue, la cumbia, la guacherna samaria y las músicas andinas cundiboyacenses en una colaboración armoniosa con la psicodelia propia de Suramérica, el Caribe y África. Esta sinergia única da vida a una experiencia sonora que celebra la diversidad cultural y la creatividad, combinando elementos ancestrales con una vibrante exploración de texturas y ritmos contemporáneos.
“Desde la perspectiva de Abya Yala y la descolonización, ‘Voces’ representa la esencia misma de la existencia de nuestras raíces. Son los lazos que nos unen con nuestra historia, con nuestra tierra y con nuestra espiritualidad. Al escuchar estas voces, honramos a nuestros antepasados, nos conectamos con nuestras raíces y encontramos orientación para construir un futuro en el que nuestras culturas y conocimientos ancestrales sigan siendo fundamentales”, agrega la banda.

‘Voces’ de Nemegata es un viaje introspectivo y profundo en ‘Fondo’, futurista y evocador en ‘Cumbia en Marte’, rebelde y resiliente en ‘El brinco’, perseverante y liberador en ‘Quiero llegar’,inquebrantable y resiliente en ‘Ni con palo ni con bala’, protector y guiador en ‘Pasos’, resistentes y persistente en ‘Aguantando’, fuerte y soñador en ‘Volá Colibrí’, insistente y reflexivo en ‘Al final’, empático y asertivo en ‘Dulce’, un canto a la raíz y a la semilla en ‘Sié’, un llamado a la memoria en ‘Canto de la montaña’ y una voz ancestral en ‘Wa Chyzha’.
Nemegata presenta en ‘Voces’ un disco con un hilo conductor: ‘Fondo’ representa sumergirse en las profundidades del ser, es autoevaluarse. También es llegar al fondo de las cosas para poderlas ver claramente y para entenderlas. De ‘Cumbia en Marte’ a ‘Al Final’ vienen los sueños, la visiones de nosotros mismos, los anhelos, los obstáculos, las tragedias, los traumas y la perseverancia. ‘Al Final’ representa la autocrítica para llegar al perdón. De todo lo vivido, de la ira a la calma, nos hacemos la pregunta si aún así somos capaces de perdonar. Después ‘Dulce’ representa la madurez emocional. Las enseñanzas de los mamos de la Sierra Nevada que nos enseñan que la palabra deber ser siempre firme, pero dulce a la vez. Hay que hablar con la verdad, pero sin que esa verdad y esa palabra sea destructiva. ‘Sié’ (agua en lengua muisca) es la semilla para renovar todo, para que venga lo nuevo y para que venga de nuevo lo que estaba en el olvido. ‘Canto de la Montaña’ es eso, una invocación. Es el reclamo de lo que es nuestro y a la vez un llamado a que venga nuevamente eso que siempre estuvo en la montaña, pero no lo veíamos. Y el círculo se cierra con ‘Wa Chyzha’ (Voz de la Montaña en lengua muisca). Esta canción está escrita completamente en la lengua muisca de Bogotá. Aquí ya el canto se dirige a la montaña en la propia lengua de la montaña. Siendo esta la voz propia del territorio.
“Este disco se escribió en plena pandemia y se grabó un año después que empezó la pandemia.Hubo retos para lograr reunirnos de manera segura al principio, además, la pandemia generó muchos contratiempos a la hora de grabar. En cuanto a las canciones, quisimos tomar muchos más riesgos a la hora de grabar usando samples, incorporando más a los tambores y alterando su sonido, incorporando también samplers, drum machines, y varios tipos de sintetizadores. Víctor también quiso explorar otras áreas de su voz, usando una idea general de las melodías, pero dejando espacio para libre interpretación cuando se grabó, y también dejando mucho espacio para improvisar ideas que surgieron en el momento y quedaron capturadas en el disco”, puntualiza el grupo.
La portada de ‘Voces’ son originalmente unas fotografías análogas tomadas por un artista y DJ chicano, Omar Lozano. Se experimentó con distintos lentes, cámaras y tipos de rollos. Las fotografías las intervino Omar pintándolas a mano usando distintos tintes inspirado en las maneras que se hacía colorización sobre fotos análogas antes de existir la fotografía a color. Posteriormente ‘Duende Rodamonte’ le hizo los últimos ajustes de tonos digitalmente para la versión final de la portada del disco. La inspiración para el concepto viene de un libro llamado ‘Tras las huellas: dos viajeros alemanes en tierras latinoamericanas’. El libro recoge imágenes y relatos que ocurrieron a mediados del siglo 19, entre 1868 y 1877. Estas imágenes revelan cómo eran ciertas poblaciones en Colombia y son testimonio histórico de la época y dan cuenta de la heterogeneidad de las regiones.
El álbum tiene un sencillo que acompaña el lanzamiento del disco, su nombre es ‘Quiero llegar’ y surgió a consecuencia de un jam que hizo la banda inspirados en los sonidos de bandas africanas, una noche durante un ensayo en 2019. Después del jam, mientras Víctor manejaba en camino a casa escuchando la grabación del jam, le surgió la melodía del coro.De ese jam se escogieron partes muy específicas que después se convertirían en distintas secciones de la canción. Para el disco, Victor escribió el resto de la melodía y la letra.
El video es un segmento del concierto que tuvo Nemegata durante el Levitation Festival de 2022. Con este clip la intención es dar a conocer la puesta en escena de la banda, compartir con quienes no los conocen de cerca y mostrar cómo es el sonido en vivo de Nemegata.
Colombia
“Infectos” la nueva canción de Perros de Reserva y Pornomotora.

Dos bandas de la escena rock y punk de Colombia, Perros de Reserva y Pornomotora, se unen para dar vida a INFECTOS, una canción que retrata la actitud arrogante del ser humano en la transformación de la naturaleza a la medida de su mano.
Elliot de Perros de Reserva y Cristian de la Espriella crean esta pieza musical única de rock industrial con una poderosa ejecución instrumental, que fusiona los estilos de estas dos bandas referentes del pasado y futuro del género en Colombia, a través de pistas y sintetizadores que crean varias capas para sumergir al oyente en una banda sonora de la autodestrucción.
El cambio climático y accidentes virales pandémicos son fuente de inspiración para esta diatriba en contra de una posición tradicionalmente antropocéntrica que está llevando a otras especies a la extinción y a cambios posiblemente irreversibles en el planeta. La canción es además un desafío a nuestra propia especie pues reconoce que los humanos sólo somos un mal y efímero momento en una historia de millones de años del universo.

El video de Infectos es animado y se estrenará en las próximas semanas en el canal de Youtube de Perros de Reserva. Fue realizado por FORJA STUDIO, los mismos creadores del video FRANKEN NOVIA de Perros de Reserva. Plasma un universo distópico y post apocalíptico en donde los profetas son perseguidos y la tierra se cobra su propia venganza.
Hace menos de un mes, Perros de Reserva comenzó la gira que celebra los 10 años de su carrera musical pasando por ciudades como Medellín, Cali, Circasia, Pereira y Manizales. El 16 de Septiembre llegará a la capital colombiana con un poderoso show y en Octubre continuarán la gira por Chile, Argentina y Uruguay.
Perros de Reserva es una banda de rock de Medellín con más de 10 años de trayectoria. Cuentan con dos álbumes y se encuentran trabajando en su tercer disco “Corazón de Cristal”. La banda es liderada por Elliot, un personaje vampirizado que canta poemas sobre corazones rotos, rebeldía adolescente e historias fantásticas de las criaturas de la noche. Su música se define con un estilo propio que mezcla el rock gótico, el industrial y algunos momentos de punk callejero. Cuentan con un premio Subterránica en la categoría “Mejor Nueva Banda” y 4 nominaciones. Han girado por 4 países (Canadá, México, Perú y Panamá) y seis veces por Colombia.
Christian de la Espriella es compositor productor y músico líder de la agrupación independiente Pornomotora, una de las bandas emblemáticas de rock – punk alternativo en Colombia desde 1999, reconocida por su particular forma de interpretar líricas críticas, crudas y alusivas a las vivencias impactantes de la vida de un Bogotano soñador, trabajador y rebelde. Participó en la banda sonora del cortometraje “collar de perlas”, ganador del proyecto 48 de TNT y además ganador del premio a mejor banda sonora por un reconocido festival de cine en Chile. Hizo parte de los discos tributo a las agrupaciones “The Jesus and Mary Chain” en 2004. En 2007 fue escogida por la agrupación inglesa PLACEBO para abrir su concierto en Bogotá.
Colombia
CAHUAC desde Suecia lanza un álbum inspirado en Colombia.

Con más de 20 años viviendo en varios países de Europa, el colombiano CAHUAC dedica su nuevo álbum a la tierra que lo vió nacer: Colombia. Esta producción que tiene por nombre El Viaje Del Loco Ⅰ, enmarca historias para cerrar las heridas de las secuelas de la guerra y a su vez presenta un viaje donde personajes fantásticos cobran vida entre acordes que evocan pasillos, bambucos y joropos, con fusiones atrevidas pero llenas de sinceridad, amor y nostalgia.
El artista de origen bogotano puso su mente y corazón en este álbum, además con este trabajo discografico logró ganar una convocatoria cultural del ministerio de cultura de Suecia; este programa de estímulos fue el detonante para que el versatil cantante, pudiese aterrizar todas sus inquietudes como músico además de la oportunidad perfecta para resaltar sus raíces latinoamericanas.
Una de las historias más sensibles del álbum, seguramente es la del también compositor y guitarrista Carlos Mantilla, quién está detrás de la historia de TAMARINDO, un tema que relata el destierro de su familia en el Casanare y que luego de casi 10 años encontró la luz gracias a este viaje sonoro.
“Él (Carlos) cuando escribió está canción, lo hizo en Forró un ritmo brasilero y a mi me mostró un demo hace 10 años, simplemente me encantó. Tamarindo, era la finca de su familia en Casanare y en esa guerra entre paramilitares y guerrilleros, los terminan sacando de su casa y desapareciendo a su papá y algunos de sus tíos. En la canción, nombramos a Matacán que es el caballo que era del papá de Carlos, que también murió de nostalgia y tristeza luego de la muerte de su amo; de ahí, de entender su historia, valorarla y quererla contar dije: no, esta canción hay que hacerla con ritmos colombianos”.
Para el artista es un honor y una gran responsabilidad poder llevar este tipo de historias al resto del mundo, desde su perspectiva es una manera de sanar y sacar el dolor que han ocasionado las heridas de guerra.
“El tema de la guerra se me ha revivido porque mi pareja actual es palestina, entre más leo sobre el conflicto de su país, más entiendo el del mio, es como si entre los dos compartiéramos las heridas y en mi caso a través de la música busco la manera de reparar un poco el dolor que nos ha generado el conflicto” completa CAHUAC sobre este tema.
Además de este track el álbum que cuenta con el trabajo y participación de Juan Bernal, Tobias Christianson, Niko Cortés y Carlos Mantilla, tiene otros cortes donde las remembranzas y los recuerdos de su natal Colombia recorren mitos y leyendas colombianos, que no terminan siendo más que un abrazo a su paciente espera y anhelo de volver a su tierra.
“La gente puede escuchar mis canciones y decir este hombre le escribe a una mujer, pero esa musa no tiene otro nombre sino: Colombia, ella es mi traga maluca, ella es la Diosa De Mi Soledad (otra canción del álbum), no es ni mi novia, ni mi mamá; es mi tierra y espero poder terminar mis días allá” añade el artista.
Este álbum que será distribuido por el sello Amuse, estará disponible desde el próximo 8 de septiembre en las principales plataformas digitales y busca convertirse en la banda sonora de aquellos que día a día se levantan en otros países buscando ese cálido abrazo de la tierra que los vio nacer.
Nacido en Bogotá desde niño siempre me sentí apasionado por la música, a los diez años empiezo a coquetear con la guitarra y el canto y a los doce hago mi primera presentación con banda. Durante mi adolescencia participé en varias bandas de rock y hard-rock pero por mi cuenta seguí explorando y estudiando música clásica, jazz, ritmos latinos y folclor colombiano. A los dieciocho empiezo a estudiar composición y piano como instrumento principal. Empiezo mis estudios universitarios de música en la Universidad del Bosque en Bogotá y después de dos años me mudo a Barcelona para seguir con mis estudios de música moderna y jazz.
Después de hacer parte de muchas bandas y colaborar con varios artistas de diferentes estilos, el destino y la música me traen a Escandinavia. Resido en Suecia desde el 2008 donde ejerzo como músico, productor, compositor y arreglista. Como compositor he explorado muchas facetas y he lanzado discos de jazz-latino, pop-rock y estudios para piano. En el año 2020 empecé a trabajar en mi nuevo proyecto (CAHUAC) que me ayudaría no solo a aterrizar todas mis inquietudes como músico sino también a resaltar mis raíces latinoamericanas y en especial mis raíces colombianas.
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