Música y Bandas
Pat Metheny presenta el sencillo “Ole & Gard” del anticipado álbum Dream Box.
El nuevo álbum del guitarrista, compositor e improvisador estadounidense Pat Metheny, Dream Box, saldrá a la venta el 16 de junio a través del sello BMG Modern Recordings. Mientras tanto, ya se encuentra disponible el segundo sencillo del álbum, “Ole & Gard”. Compuesto por nueve “temas encontrados” para “guitarra eléctrica tranquila”, Metheny describe a Dream Box como “una grabación única para mí; es esencialmente una recopilación de temas en solitario grabados a lo largo de unos años que sólo [re]descubrí escuchando durante la gira”. También está disponible el single publicado anteriormente, “From the Mountains”.
Mientras tanto, el guitarrista tiene preparadas varias fechas por Estados Unidos y Europa con su trío Side-Eye. Lanzado en 2016 como una plataforma para músicos prometedores, esta iteración cuenta con el pianista Chris Fishman y el baterista Joe Dyson. La gira Side-Eye comienza en junio y continuará su camino por Europa en julio. A partir de septiembre, Metheny inicia una gira de otoño presentando la música de Dream Box por todo Estados Unidos.
Pat Metheny ha producido ya un catálogo de 50 grabaciones, con las cuales ha obtenido 20 Grammys en doce categorías diferentes, pero lo que ha sido descrito por The Guardian como una “compleja e inquieta curiosa sensibilidad musical” sigue llevándole en nuevas direcciones. Como dice en las notas de la Dream Box, suele “vivir en la mentalidad de producción, con poco o ningún tiempo para los espacios de tiempo más receptivos”, pero en las giras la fórmula cambia: viajar le libera horas, aunque sólo sea en un autobús o en una habitación de hotel. Así pues, fue durante la gira cuando empezó a rebuscar en sus viejas grabaciones, como explica en sus palabras:
“Me sorprendió que este programa surgiera como un ‘todo’ coherente. Me di cuenta de que había llegado involuntariamente a un destino que no había planeado. … Estos nueve temas eran mis favoritos y formaban algo único para mí. Nunca toqué nada en este material más de una vez. Son realmente momentos en el tiempo, y de hecho casi no recuerdo haber grabado la mayoría de ellos. Simplemente aparecieron. Todas las pistas menos una refleja un método de grabación que empezó para mí en la pieza ‘Unity Village’, allá por Bright Size Life: una parte armónica inicial con una segunda pista de material melódico y de improvisación.”
En términos de influencia, el catálogo de Metheny es único. New Chautauqua (1979) definió casi por sí solo una era de Americana instrumental con cuerdas de acero que engendró legiones de imitadores. Zero Tolerance for Silence volvió a ampliar los horizontes de la creación musical moderna y sirvió de complemento al disco Secret Story, ganador de un Grammy. El proyecto Orchestrion -para el que Metheny compuso la música y construyó una serie de instrumentos controlados por su guitarra, grabando los resultados tanto en el estudio como en un concierto en directo- fue tan novedoso en su concepción y ejecución que, incluso más de una década después, sigue estando por encima de cualquier expectativa anterior de lo que un intérprete solista podría lograr solo en el escenario.
Paralelamente a estos proyectos, surgió otra inspiración para desarrollo: dos grabaciones consecutivas de guitarra barítono solista, ganadoras de un Grammy: One Quiet Night y What’s It All About, predecesoras de Dream Box. No sólo brillan como grandes grabaciones de guitarra solista pura, sino que también introducen un sistema de afinación totalmente nuevo que permite a Metheny crear una gama casi orquestal, de bajo a soprano, en el espacio de una simple guitarra de acero de seis cuerdas.
El título Dream Box tiene múltiples significados. “Box” es el argot del jazz para describir guitarra de cuerpo hueco, y Dream Box documenta muchos sonidos de guitarra diferentes. Pero “Dream” es la clave aquí, como en el sueño de la singular imaginación de Metheny y en el tipo de “lógica onírica” difícil de precisar, pero absolutamente coherente. En sus propias palabras: “Los sueños en su sentido más amplio conforman la vibra de este conjunto. La música existe para mí en un estado elusivo, a menudo en su mejor momento cuando se descubre al margen de cualquier intención específica”.
Música y Bandas
Así fue Hecatombe en Bogotá, tres décadas de brutalidad y espíritu vivo

En el metal latinoamericano pocas bandas pueden presumir la solidez, el peso histórico y la contundencia escénica de Hecatombe. Oriundos de Caracas y activos desde 1994, este grupo de death/thrash metal se ha convertido en una leyenda del género venezolano, destacando por su capacidad para fundir riffs demoledores, velocidad incendiaria y una actitud inquebrantable frente a cualquier adversidad. Tras más de 30 años de trayectoria, su discografía abarca desde los demo tapes noventeros, pasando por clásicos como “El Burro Rockero” que sonó muy fuerte, hasta producciones recientes y splits esenciales. Su esencia es su energía cruda, honestidad brutal y humor macabro.
Como parte de su participación en un festival nacional, Hecatombe ofreció una parada íntima en Bbar Bogotá—esa trinchera para el metal underground capitalino—y lo vivido en la noche rozó lo inolvidable. Con público especializado, la humedad subiendo y la expectativa latiendo, los venezolanos demostraron desde el primer acorde por qué son considerados banda de culto en Sudamérica.

El repertorio fue un recorrido aplastante por toda su carrera, desde las raíces compositivas de 1995, atravesando hits infaltables y lanzamientos recientes que muestran a una banda lejos de la complacencia y más bien en su mejor forma. No faltó el guiño a la historia con un cover de “Roots Bloody Roots” de Sepultura, un homenaje contundente y a juzgar por la reacción inmediata del público, un auténtico estallido.
En lo musical, Hecatombe demostró oficio y fiereza, precisión quirúrgica en batería y bajo, guitarras que oscilan entre el filo punk y la técnica thrash y un frontman monumental. Raúl Colmenares con su presencia de vikingo moderno, enorme y devorándose el escenario, hizo de cada tema un acto de entrega genuina, interactuando, provocando y celebrando con un público que supo corear cada uno de los estribillos más feroces.

Si algún desprevenido dudaba de la vigencia y potencia del metal venezolano, Hecatombe le propinó una lección definitiva. Esta no fue una muestra para nostálgicos, sino una verdadera demostración de energía, en la que los años de carretera, crisis y resistencia solo han hecho a la banda más sólida, convincente y decidida, Bbar fue testigo y cómplice.
Ver a Hecatombe hoy, rodeados de nuevas generaciones y viejos soldados del metal, es constatar que hay propuestas cuya integridad y potencia no envejecen; más bien se afilan en cada escenario, en cada rincón donde la intensidad y la honestidad son sagradas. Y Bbar, esa noche, terminó exhausto y agradecido.
Colombia
Rock y Metal con peso propio: 16 bandas colombianas que dejaron huella real

La escena del rock y metal en Colombia es enorme y creativa… Y aunque aún es muy genérica y no hemos logrado encajar en el escenario mundial, en cada ciudad del país surgen constantemente nuevas propuestas que exploran sonidos, fusionan géneros y mantienen viva la llama del inconformismo musical. Pero cuando se habla de bandas que realmente han marcado una diferencia, aquellas con trayectoria sólida, logros verificables y reconocimiento más allá de los circuitos locales el panorama se reduce considerablemente.
Es fácil encontrar proyectos emergentes con potencial, e incluso con propuestas artísticas muy interesantes, pero que aún no han consolidado una discografía memorable, una carrera internacional o premios relevantes. Por eso, esta selección no se basa en gustos ni promesas, sino en hechos. A continuación, presentamos 16 bandas que, por sus logros, influencia y recorrido, merecen estar en cualquier compendio serio sobre el rock y metal colombiano como algunas de las mejores representantes de lo que podemos llamar “nuestro rock” para que les den un repaso y disfruten de recordarlas.
LOS SPEAKERS
En los años 60, cuando el rock aún era una curiosidad importada en Colombia, Los Speakers rompieron el molde. Pioneros del rock psicodélico en el país, marcaron una época con su disco La casa del sol naciente, que vendió miles de copias y les valió un disco de oro. Su propuesta sonora, atrevida para el contexto conservador de la época, pavimentó el camino para lo que hoy entendemos como rock colombiano.
GÉNESIS DE COLOMBIA
Un poco después, Génesis de Colombia aportó una visión más ambiciosa y progresiva. Su único álbum es hoy una pieza de culto entre coleccionistas y críticos, considerado un hito del rock fusión nacional. Con una instrumentación cuidada y exploraciones líricas profundas, Génesis elevó el estándar técnico del rock colombiano en los años 70.
KRAKEN
En los años 80, Kraken se convirtió en la banda insignia del heavy metal latinoamericano. Su poderosa voz principal, himnos inolvidables y presencia escénica los llevaron a giras internacionales y discos multiplatino. Su legado como ícono del género en el continente es incuestionable, y su figura sigue vigente como símbolo de identidad del metal colombiano.
THE BLACK CAT BONE
Ya en el siglo XXI, The Black Cat Bone apostó por el blues rock con una calidad interpretativa que los llevó a abrir conciertos para Deep Purple y Aerosmith. Su sonido crudo pero refinado, junto con su presencia en medios como Rolling Stone, demuestran que el rock clásico tiene espacio y prestigio en el panorama nacional actual, sin duda si hablamos de “rock” esto es de lo mejor que ha dado esta tierra.
KOYI K UTHO
En un territorio más industrial y distorsionado, Koyi K Utho ha sido el referente del metal industrial colombiano. Con discos lanzados por sellos y giras internacionales en EE.UU. y México, su puesta en escena y nivel de producción los han puesto a la par de bandas internacionales, compartiendo escenario con nombres como Slipknot y Marilyn Manson, es una de las pocas bandas que tiene una presencia y una propuesta que puede ser exportable en el país.
ATERCIOPELADOS
Aterciopelados probablemente no necesita introducción, ganadores de varios Grammy Latinos y pioneros del rock alternativo en español a nivel global. Con una propuesta original, ecléctica y poética, se consolidaron como la primera banda colombiana de rock en tener un impacto real fuera del país, llevando su mensaje de conciencia social y exploración sonora a audiencias de todo el mundo y aunque en sus últimos años se separaron del rock no puede negarse que fueron pioneros en muchos sentidos del género en el país, exportando no solo su música sino la cultura bogotana por el continente.
LA PESTILENCIA
En el terreno del punk-hardcore, La Pestilencia ha sido una de las agrupaciones más combativas e influyentes de América Latina. Sus letras críticas, cargadas de denuncia social, y su energía arrolladora los han llevado a una carrera sólida con giras por el continente y una comunidad fiel que los sigue desde los años 80.
LA DERECHA
La Derecha, por su parte, fue una de las bandas más destacadas del auge alternativo de los años 90 en Bogotá. Su mezcla de rock con elementos de la música latina y su estética sofisticada generaron una marca indeleble en la memoria colectiva de quienes vivieron esa efervescente década musical.
1280 ALMAS
1280 Almas ha sido una de las voces más coherentes del punk/rock colombiano desde los años 90. Con una discografía constante y un mensaje afilado, se convirtieron en bandera del underground local, manteniendo la independencia como principio estético y político.
CATEDRAL
En los rincones más oscuros del rock colombiano aparece Catedral, una de las agrupaciones más respetadas del rock alternativo nacional. Su sonido denso, lento y envolvente acompañado por una voz muy distintiva y el uso del violín, fue celebrado en festivales especializados, convirtiéndolos en banda de culto para quienes disfrutan del rock más introspectivo.
MASACRE
El death metal también tiene su historia escrita, en parte, por Masacre. Fundada en los años 80, esta agrupación logró lo que pocas en su género: reconocimiento internacional, sobretodo en estos últimos años en donde han cosechado con creces los frutos de una historia guerrera e ininterrumpida, consolodandose como la banda extrema más representativa de Colombia. Brutalidad, técnica y persistencia los han hecho leyenda viva.
UNDER THREAT
Under Threat, nacida a finales de los 90, ha consolidado una carrera sólida en el death melódico. Con giras por Europa y América Latina, discos elogiados por la crítica especializada y presentaciones en escenarios como Rock al Parque, han demostrado que el metal colombiano tiene proyección global.
EKHYMOSIS
Otra banda fundamental en esta historia es Ekhymosis, donde comenzó la carrera de Juanes. Su evolución del thrash agresivo hacia un sonido más accesible fue reflejo de una época de transición en el país, y su éxito radial los convirtió en protagonistas del rock colombiano en los años 90.
NEUROSIS
Neurosis, también fundada en 1987, se ha movido entre el thrash y el hardcore, destacándose por su disco Verdum 1916, que es considerado un clásico del metal nacional. Su mensaje político y sonido agresivo los mantuvieron como referencia del metal de contenido.
PARABELLUM
A principios de los 80, Parabellum encendió la chispa del metal extremo en Colombia. Su sonido primitivo y oscuro, con escasa producción y una estética cruda, los volvió objeto de culto entre los primeros fans del black metal, llegando a interactuar incluso en la escena escandinava.
PERPETUAL WARFARE
Finalmente y como un bono agregamos una banda actual activa que cumple con trayectoria, logros y calidad musical, Perpetual Warfare encarna la cara contemporánea del thrash colombiano con una propuesta veloz, crítica y altamente técnica. Han realizado giras por Latinoamérica y Europa, consolidándose como uno de los nombres más serios del metal extremo actual y demostrando que el legado del thrash en Colombia sigue más vivo que nunca.
Este recorrido por 16 bandas esenciales no pretende ser una lista definitiva, sino una radiografía de aquellos proyectos que, más allá del hype pasajero, han demostrado con trabajo y resultados que el rock y el metal colombiano tienen historia, profundidad y, sobre todo, futuro. Porque más allá del ruido o la moda, lo que perdura es la obra.
@subterránica
Europa
Vhill: La tormenta venezolana que sacudió el arranque de Wacken, el festival más Grande del Metal

Dariel Conway para Subterránica.
El mundo del metal amanece empapado literalmente en los campos de Wacken donde el festival más legendario del planeta, pero no solo de barro, sino también de espíritu, la edición 2025 arrancó bajo una lluvia incesante, lodos memorables y las emociones a flor de piel. No es cualquier año, ni cualquier Metal Battle, 2025 marca la segunda vez que Metal Battle South America llega a estas tierras, impulsado por la visión incansable de Felipe Szarruk y una red de colaboradores de todo el continente, con una novedad imposible de pasar por alto: por primera vez, una banda venezolana pisa el escenario de Wacken para disputarse la final global de la batalla de bandas más grande del metal.
El ambiente es el de siempre, pero multiplicado… Wacken, fiel a su promesa de “Rain or Shine” abrazó el diluvio de las últimas horas como se abrazan los grandes momentos, sin miedo y de frente. Los caminos de acceso y el campo central resbalan entre lodazales y botas, pero nadie se mueve un centímetro de la línea del frente porque lo que está en juego es más que un espectáculo. Es historia. El primer día de Metal Battle unió sangre nueva de todos los rincones del globo. Proyectos que atraviesan desde Europa del Este hasta Japón, del Norte de África hasta Suramérica, mostrando el metal como un idioma sin acento.

Y fue en esos escenarios, precisamente en el W.E.T Stage a las 11:50 AM que sonaron los acordes de Vhill, banda de Venezuela ganadora de la edición en el continente, en una presentación cargada de energía, fuerza y sentimiento que dejó claro de qué está hecho el Metal de nuestros países. Su debut en el festival fue poderosísimo, no solo por la técnica, que fue impecable, sino por la intensidad con la que defendieron su lugar. Aunque los resultados oficiales se sabrán el viernes tres de agosto, el veredicto emocional ya está dado, Vhill demostró por qué Suramérica está más vigente que nunca y cómo la unión y la independencia pueden llevar talentos hasta estas arenas sagradas incluso en los años más complicados.
El público que resistió a la tormenta premió cada nota, Wacken se llenó de banderas venezolanas y sudamericanas, celebrando ese instante en que el metal se siente más grande que la suma de sus partes, más allá de la competencia, fue una jornada en donde ganar o perder es lo de menos; la victoria consiste en representar y dejar huella, la iniciativa de Metal Battle South America logró el objetivo, poner de pie a toda una comunidad, a pulso y que el mundo escuche a las propuestas más auténticas y combativas de la región.
Tras la descarga, el primer día se fue entre charcos, abrazos y cánticos devotos, mientras miles se prepara para la segunda noche, donde grandes nombres como Ministry o Guns N’ Roses prometen tomar el testigo del poder y la diversidad vista en Wacken, pero ninguna estrella podrá apagar lo que ya se encendió; el 30 de agosto de 2025 Venezuela quedó en la historia de Wacken, y América Latina reafirmó que sigue siendo semillero de bandas con garra.

Mañana se conocerán los ganadores, pero ese momento es solo un capítulo más del cuento, Wacken sigue vivo, mojado, brillante en la oscuridad, y el mensaje ya se oyó en todos los confines. Metal es eso, esencia, resistencia y, sobre todo, comunidad mundial, sigue transformándose bajo el ritual de la comunidad musical más resilente y poderosa del mundo.
Las alianzas regionales detrás de Metal Battle South America muestran su fruto, lo que comenzó como un sueño arriesgado terminado extendiéndose hacia todo el continente, uniendo colectivos y productores en un esfuerzo que ya deja huella. La presencia de Felipe Szarruk y sus aliados no solo ha abierto puertas, ha demostrado que los espacios se ganan luchando, que el trabajo bien hecho puede llevar a la música independiente hasta el escenario más mítico de todos.

La presentación de Vhill culminó de manera épica, cuando la banda levantó con orgullo las banderas de toda la región, un gesto cargado de simbolismo y fuerza que resonó con cada persona presente. Fue un momento demasiado poderoso e icónico, una imagen que habla de identidad, resistencia y unidad. El metal, a través de iniciativas como Metal Battle, Subterránica, Felipe Szarruk y los múltiples aliados que han trabajado incansablemente, está logrando lo que parecía imposible, unir a nuestros países, muchas veces marcados por la división y la destrucción, bajo un mismo lenguaje de fuerza y pasión. Llevar este metal auténtico, nacido del esfuerzo independiente, al escenario del mundo entero es, quizás, el éxito más grande y profundo de esta generación; un triunfo que trasciende cualquier competencia y que celebra la cultura, la comunidad y la esperanza.
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