Connect with us

Colombia

¡Si yo fuera curador de Rock al Parque!

Published

on


Ya han pasado algunos años en los que de manera personal sugerí que me gustaría ser el curador de Rock al Parque cansado de las malas gestiones y la deshonestidad del festival. Han pasado algunos años en los que la respuesta inteligente de Idartes fue usar uno de sus contratistas, un medio de noticias falsas y calumnias para responderme con una burla. Gran elocuencia y profesionalismo por parte del instituto demostrando como siempre su forma de hacer las cosas.

Pero la verdad es que el festival sigue levantando ampollas en músicos, público y agentes del sector y a pesar de los oídos sordos del distrito ante el asunto se ha llegado a conclusiones muy importantes como que la gratuidad del festival ha sido uno de los factores más destructivos para la escena del rock nacional y que cómo lo demostró la Contraloría General de la Nación, en el festival hay corrupción e inconsistencias en la administración del dinero y la transparencia.

Pero Rock al Parque es Rock al Parque y es el único festival de ese calibre que tenemos y la idea no es que se acabe sino depurarlo de la corrupción y que vuelva a ser esa utopía que se hizo realidad hace unas décadas en donde en una fiesta de rebeldía y música salían a flote los nuevos nombres del rock y el Metal Colombiano.

Por eso, he consultado a varios de los músicos, gestores y periodistas de la escena independiente para que dijeran sus propuestas si ellos tuvieran la oportunidad de ser curadores de Rock al Parque y que dieran ideas para revitalizar y potenciar el festival, proponer una serie de cambios estratégicos que podrían transformar la experiencia tanto para los artistas como para el público. Aquí se presentan sus puntos:

Germán Ducón – Músico nacional miembro fundador de la banda Mad Dogs:

Monetización del Acceso: Ducón sugiere eliminar la gratuidad del festival, introduciendo un sistema de venta de entradas con diversas categorías, desde localidades generales hasta áreas VIP. Los precios serían accesibles, con entradas que van desde los 20.000 pesos para las opciones más económicas, hasta los 150.000 pesos para experiencias premium, buscando así financiar una producción de mayor calidad y sostenibilidad.

Selección por Convocatoria y Rotación de Artistas: La participación de las bandas se determinaría exclusivamente por convocatoria, garantizando una rotación y diversidad musical. Además, se establecería un intervalo obligatorio de tres años antes de que un grupo pueda ser reinvitado, asegurando así una renovación constante en la alineación del festival, es decir, ninguna banda podría ser invitada sino clasificada por convocatoria. Eliminar la invitación directa.

Promoción de Talentos Nacionales: En un esfuerzo por apoyar a los artistas locales, Ducón aboga por asignarles horarios estelares dentro del evento. Además, propone una distribución de bandas donde el 80% sean nacionales y solo el 20% internacionales, poniendo el foco en el talento colombiano y ofreciendo una plataforma para su proyección.

Acceso Continuo al Agua: Siguiendo el ejemplo de otros festivales exitosos como el Festival Estéreo Picnic (FEP), se mantendrían puntos de hidratación accesibles en todo momento, priorizando el bienestar y la seguridad de los asistentes.

Reubicación de la Zona de Prensa: Para mejorar la experiencia del público, Ducón recomienda mover la zona de prensa a los costados del escenario, permitiendo que los espectadores puedan acercarse más a los artistas y disfrutar de una conexión más íntima con las actuaciones en vivo.

Martin Morales – Gestor Cultural, investigador en Rock y conductor de Radio:

Liderazgo Conocedor y Comprometido: Morales propone que la dirección del festival esté compuesta por individuos que no solo entienden los nichos y las iniciativas independientes, sino que también han participado activamente en ellos. Esto aseguraría que las decisiones tomadas reflejen un conocimiento profundo de la comunidad y sus necesidades.

Políticas Alineadas con la Comunidad Cultural: Sugiere que las políticas del festival se formulen en respuesta directa a los problemas y necesidades identificados en las mesas y consejos de cultura. Esto garantizaría que las acciones del festival estén verdaderamente en sintonía con las voces de la comunidad artística.

Inclusión Total de Participantes: En un esfuerzo por fortalecer el sector independiente, Morales aboga por la inclusión de todas las bandas inscritas en el festival. Si 400 grupos se registran, todos deberían tener la oportunidad de actuar, con los artistas amateurs al principio y los más profesionales al final, creando así un espectro completo de talento emergente y establecido.

Mercado de Intercambio y Feria del Rock: Propone la creación de un mercado de intercambio y una feria del rock que vaya más allá de la música, con el objetivo de fortalecer la cultura del rock en todos sus aspectos económicos y promover su autosostenibilidad.

Reducción de la Burocracia: Morales recomienda eliminar la burocratización, otorgando a las organizaciones independientes la gestión de las inscripciones de los diversos sectores económicos involucrados. Esto facilitaría la participación y el apoyo a la economía cultural del rock.

Javier Rodríguez – Periodista musical independiente:

Inclusión del Blues: Rodríguez enfatiza la importancia de incluir bandas de Blues en el festival, reconociendo este género como la raíz fundamental del Rock. Propone una mayor representación del Blues para honrar su influencia y diversificar la oferta musical del evento.
Dedicación de Días por Género: Sugiere mantener el sábado como el día dedicado a los sonidos extremos del Metal, como el Death, Thrash y Black Metal. Los otros días del festival se reservarían para una mezcla de géneros, desde el Hard Rock hasta el Rock Progresivo, pasando por el Punk y el Grunge, dando visibilidad a estilos que tradicionalmente han tenido menos presencia.

Fomento del Rock Nacional: Rodríguez aboga por una presencia más destacada de las bandas de Rock nacional, argumentando que muchas talentosas agrupaciones locales no reciben la atención que merecen. Su propuesta busca equilibrar la representación y dar a conocer la riqueza del talento nacional.

Sesiones de Jam: Para fomentar la colaboración y celebrar la comunidad del Rock, propone sesiones de “Jam Session” durante el festival, donde músicos de diferentes bandas interpretarían covers de canciones emblemáticas del Rock y Metal, tanto nacionales como internacionales.

Selección de Bandas y Enfoque Educativo: Rodríguez prefiere que las bandas desconocidas seleccionadas sean principalmente nacionales y algunas de Latinoamérica, evitando así las “bandas de relleno”. Además, mantendría un componente educativo con jornadas para profesionales de la industria y ruedas de prensa integradas a estas actividades.

Aida Hodson – Gestora Cultural, creadora de procesos de circulación y promoción, educadora en gestión y otras áreas:

Proceso Formativo para Presentar Propuestas: Hodson sugiere que las bandas y artistas se preparen para presentar sus propuestas a través de un proceso formativo. Esto podría incluir talleres y mentorías que ayuden a los participantes a afinar su arte y comprender mejor la industria musical.

Convocatoria por Categorías de Experiencia: Propone abrir la convocatoria del festival en categorías basadas en la experiencia de las bandas, permitiendo así una competencia justa y una representación equilibrada de artistas emergentes y establecidos.

Enfoque en el Talento Nacional: Hodson aboga por reducir la proporción de artistas internacionales invitados y aumentar la de los nacionales. Esto no solo fomentaría el talento local, sino que también ayudaría a construir una identidad más fuerte para el festival.

Entrada Sustentable: En lugar de la entrada gratuita, Hodson recomienda implementar un costo simbólico, como la donación de alimentos no perecederos. Esto contribuiría a la sostenibilidad del festival y al mismo tiempo apoyaría causas sociales.

Jorge Vanegas – Guitarrista, compositor, fundador de bandas como Vulgarxito y Vanegas Blues:

Enfoque en Géneros Específicos: Durante los tres días del festival, la programación estará dedicada exclusivamente a bandas de metal, rock y blues. Esto garantizará que el festival mantenga su identidad y ofrezca una experiencia auténtica a los aficionados de estos géneros.
Promoción del Talento Nacional: El 80% de las bandas serán nacionales, destacando la riqueza y diversidad de la escena musical del país. El restante 20% serán bandas internacionales, lo que permitirá un intercambio cultural y expondrá al público a nuevas influencias musicales.

Pureza Musical: Se mantendrá una línea clara en la selección de géneros, excluyendo estilos como la música electrónica, cumbias y otros que no se alinean con la temática del festival. Esto asegurará que los asistentes disfruten de una experiencia coherente con las expectativas del evento.

Foco en la Música, No en el Comercio: Las ruedas de negocios serán eliminadas del festival para mantener la atención en la música y la experiencia cultural, evitando que el aspecto comercial distraiga del propósito artístico del evento.

Distribución de Géneros por Día: El festival se organizará de manera que cada día tenga un enfoque específico: el primer día se dedicará al metal, el segundo día al rock y blues, y el tercer día se celebrará más rock, culminando con actuaciones de las bandas más importantes de rock, blues y metal.

Oscar Mora – Guitarrista, compositor y productor de larga trayectoria en Colombia, miembro de varias agrupaciones de Metal y de Rock:

Cobrar boletería: RAP creó un problema incidental que consiste en que la el público bogotano cree que el rock es gratis y eso abarató la calidad de las bandas porque no hay ninguna motivación para producir música salvo el hecho de subirse a Una tarima y ese hecho es aprovechado por bares para crear espacios de música en vivo donde no hay ningún tipo de ayuda económica que es esencial para cualquier músico.

Yo crearía una especie de categorías de boletería dependiendo del estrato de cada persona y basado en eso cobraría un mínimo de $25,000 para los estratos uno y dos 50,000 para los tres y cuatro y 80,000 para los cinco y seis.

Reducir el número de bandas internacionales: Máximo tres o cuatro y las acomodaría de tal forma que sean como los cierres de las bandas locales si hay bandas de carácter internacional o nacional en el grupo debe ser porque están apoyando las bandas emergentes
Tercero una una banda o un músico un grupo de músicos que participen en rock al parque en un año no deberían poder participar en el siguiente sino alternarse es decir buscar mecanismos para que solo sean o en su gran mayoría sean artistas nuevos, que estén surgiendo, o artistas que estén presentando proyectos nuevos para que sea un verdadero espacio de demostración de rock emergente

Establecer un proceso de votación del público: Para que el público real pueda votar por las bandas que quiere ver participando y que ese voto fuera por lo menos un 30 o un 40% del puntaje para garantizar que una banda esté en Roque al parque y para que exista una verdadera motivación de las bandas para hacer networking y para que se den a conocer
Y quinto yo utilizaría parte del presupuesto de Roca al parque para que los incentivos también fueran de alguna manera crear una cosa que se permita vender merchandising o elementos de la banda para que eso también le sirva como un apoyo económico y se genera una industria.

Rixx Isahias – Guitarrista, músico, compositor, miembro fundador de bandas como No Re-action o Grass Ánima:

Optimización del Presupuesto: Reducir el presupuesto del festival a su mínima expresión para enfocarse en lo esencial y evitar gastos superfluos. Esto podría incentivar la creatividad y la eficiencia en la organización del evento.

Selección por Convocatoria: Establecer que todas las bandas participantes sean seleccionadas únicamente por convocatoria, garantizando un proceso transparente y equitativo para todos los aspirantes.

Exclusividad de Bandas Nacionales: No incluir bandas invitadas ni internacionales, para dar prioridad total al talento local y fortalecer la escena musical nacional.
No Repetición de Bandas: Las bandas que pasen la convocatoria y participen en el festival no podrán repetir en la siguiente edición, asegurando así una renovación constante del cartel y oportunidades para nuevos artistas.

Promoción de Nuevos Talentos: El festival deberá presentar exclusivamente bandas nuevas, fomentando la visibilidad y el desarrollo de emergentes talentos musicales.
Convocatoria Nacional: Ampliar la convocatoria a todo el país, transformando Rock al Parque en un festival con representación y alcance nacional.

Rotación de Curadores: Limitar el período de los curadores a un año, con un máximo de dos, para promover la diversidad y la inclusión de nuevas perspectivas en la curaduría del festival.
Credenciales para Jurados: Exigir que los jurados sean expertos y presenten credenciales y títulos que los acrediten para evaluar a las bandas, asegurando un juicio profesional y calificado.

Renovación de las Mesas Distritales de Rock: Cambiar los miembros de las mesas distritales de rock cada año, proporcionando igualdad de oportunidades para todos en la localidad y evitando la formación de lobbys.

Cero – Compositor y vocalista, miembro fundador del proyecto Power of Cero:

Transparencia en la Curaduría: Todo el proceso de curaduría, incluyendo la selección y calificación de las bandas, debe ser público y documentado. Esto podría incluir la grabación de las sesiones de selección para que cualquier interesado pueda entender cómo se tomaron las decisiones.

Selección Profesional de Curadores: Los curadores deben ser seleccionados basándose en criterios profesionales y transparentes, no por elección arbitraria o personal. Debería haber un proceso abierto y claro para la convocatoria de curadores, posiblemente con la participación de la comunidad musical.

Publicación de Criterios y Resultados: Los criterios utilizados para la selección de bandas deben ser especificados y publicados previamente, y los resultados de la selección deben ser anunciados de manera que justifiquen claramente las elecciones realizadas.
Proceso Transparente de Convocatoria: La convocatoria para las bandas interesadas en participar debe ser abierta y accesible, con reglas claras y un sistema de aplicación que garantice la equidad y la imparcialidad.

Honestidad: Cero subraya la importancia de la transparencia para evitar dudas y sospechas sobre el proceso de selección, lo cual es esencial para mantener la integridad y la confianza en el festival. Implementar estas medidas podría mejorar significativamente la percepción del festival y asegurar que sea visto como una plataforma justa y respetable para los artistas.

Phil Adelmo – Periodista musical fundador de Metal Latino:

Dedicación al Metal: El día dedicado al metal deberá contar con bandas de este género en todos los escenarios, asegurando una experiencia completa y sin mezclas para los aficionados del metal.

Coherencia de Géneros: Mantener una coherencia estricta en los géneros musicales presentados, evitando la inclusión de estilos que no se relacionan directamente con el rock. Se podría considerar la inclusión de géneros afines como el ska y el reggae, pero siempre manteniendo la esencia del rock.

Transparencia en la Selección: La selección de las bandas debe ser un proceso abierto y transparente, sin invitaciones arbitrarias o preferenciales. Esto podría incluir la publicación de los criterios de selección y la documentación del proceso de decisión.

Exclusión de Géneros No Afines: Evitar la inclusión de géneros musicales que no tienen relación con el rock para preservar la identidad del festival y satisfacer las expectativas de los asistentes que buscan una experiencia puramente rockera.

Leandro Martínez – Músico, fundador y miembro de bandas como Narcocrácia:

Prioridad Nacional: Se propone incrementar la cuota de bandas nacionales en los festivales para fomentar el desarrollo de una escena musical robusta y una industria musical sostenible en Colombia. Esto no solo daría más oportunidades a los artistas locales, sino que también cultivaría un sentido de identidad y pertenencia cultural.

Post Rock al Parque (Post RaP): Es crucial establecer una plataforma que continúe promoviendo a las bandas nacionales después del evento. Esto podría incluir la creación de espacios en emisoras y programas locales, tanto públicos como privados, asegurando la inclusión en listas de éxitos y otras formas de exposición mediática. El objetivo es mantener la relevancia de las bandas más allá de su actuación en el festival.

Curación Transparente de Jurados: Debe haber claridad y transparencia en el proceso de selección de los jurados. El público debe entender cómo se eligen y cuáles son los criterios exigidos, garantizando así la imparcialidad y la calidad en la elección de las bandas participantes.

Parámetros de Selección de Bandas: Los criterios de selección de las bandas deben ser reescritos y comunicados claramente al público y a los artistas. Esto asegurará que todos comprendan la dirección y el enfoque del festival, confirmando si se mantendrá puramente como un festival de rock o si abarcará otros géneros.

Rotación de la Cúpula de Curación: Se sugiere un cambio anual obligatorio en el equipo de curación de bandas y jurados en Idartes. Esto abriría espacio para la participación de mesas locales y gestores culturales, evitando que ciertas personalidades dominen la narrativa del festival con sus visiones particulares.

Espacio Abierto a la Prensa: La propuesta es eliminar el sistema de acreditaciones para la prensa, permitiendo un acceso más libre y reduciendo la posibilidad de censura indirecta o corrupción. Esto fomentaría una cobertura mediática más amplia y diversa del evento.

Transparencia en Tarifas de Bandas Invitadas: Se debe implementar un proceso transparente en cuanto a las tarifas de las bandas invitadas, tanto nacionales como internacionales. Auditorías independientes y públicas podrían ayudar a garantizar la transparencia y la equidad en los procesos financieros del festival.

Guepa!!!

En resumen, la mayoría aboga por lo siguiente:

Transparencia e Idoneidad: La convocatoria del festival debe caracterizarse por su transparencia y la idoneidad de sus gestores. Esto implica un proceso claro y justo para la selección de participantes, donde todos los criterios y decisiones sean abiertos al escrutinio público.

Financiación del Festival: El evento no debe ser gratuito. Es esencial buscar mecanismos para que el festival genere ingresos, los cuales deben ser reinvertidos en procesos que beneficien directamente a los músicos, como talleres, formación y mejoras en las condiciones de participación.

Prioridad a Bandas Nacionales: Al menos el 80% de las bandas participantes deben ser nacionales, promoviendo así el talento local y fortaleciendo la industria musical del país.

Enfoque en el Rock: El festival debe centrarse en el género rock, excluyendo otros géneros musicales. Debe girar en torno al rock y sus variantes como el metal, e incluir también el blues, para mantener la esencia del evento.

Simplificación de Inscripciones: Se debe eliminar la burocracia presente en el proceso de inscripción, facilitando así la participación de más artistas y evitando procedimientos innecesarios que puedan desalentar a las bandas emergentes.

Equidad en la Participación: Ninguna banda debe tener el privilegio de participar con una invitación directa. Las bandas internacionales invitadas deben ser pocas y seleccionadas por su calidad, no como relleno. Esto requiere eliminar el nepotismo y favoritismos dentro de los encargados de la selección (bookers).

Procesos Públicos y Grabados: Todos los procesos, desde la inscripción hasta la selección y calificación de los artistas, deben ser públicos y grabados. Esto garantiza una mayor transparencia y permite a los interesados seguir el desarrollo del festival.
concluyendo, se busca un festival de rock que se enfoque en la música nacional y que contribuya de manera positiva al desarrollo y construcción de la escena musical local.

Esperemos a que los genios escuchen.

@felipeszarruk

Colombia

Rock al Parque: El balance final, los 10 mejores actos, las decepciones y los mensajes que quedan.

Published

on

By


Como siempre estuvimos cubriendo el festival los tres días, esta vez con objetivos un poco diferentes al mero cubrimiento periodístico pues estamos en la mitad de la elaboración de la tesis que trata precisamente sobre todo este maremagnun llamado “rock colombiano” y sus instituciones. Les recomendamos leer los dos primeros artículos ya publicados antes de leer este, pero bueno comencemos.

Fue un festival dificil para la producción por tanta lluvia, recordemos que la elección de noviembre siempre fue una mala decisión y por eso el festival había cambiado de fechas, pero al ser este un mes un poco más tranquilo para los artistas volvimos a los festivales bajo la lluvia. Igual, al ser gratuito así caiga plomo fundido del cielo la gente aparecerá para ver a las bandas del cierre. El patrón de hace décadas se sigue repitiendo, escenarios vacíos antes de las 6 de la tarde, no sirvió comenzar un poco más tarde. Pero el balance general es bueno, creo que ha sido una de las mejores ediciones desde hace mucho tiempo y eso se notó también por el cambio de curaduría, la del año pasado fue terrible con su vocera “tropical” vendiendo la idea de que la cumbia era lo mismo que el rock en un video público y las anteriores bajo la dictadura cultural de una personaje nefasto casi acaban por completo este espacio que es patrimonio cultural de Bogotá.

Lo del tercer día fue una fiesta para el público bogotano, mucho ska, muchos ritmos caribeños y sí, salsita, merengue, etc. Al parecer esto no va a cambiar, sobretodo porque hay muchos músicos que ignoran los géneros musicales, mucho músico en Colombia que cree ser “extravagante y sofisticado” y que para sacarle eso de la cabeza es como enseñar a sumar a una mula esperando que la mula aprenda primero.

Pero a pesar de esto y de los pseudo periodistas que no quieren dejar de repetir este discurso hasta el cansancio, Rock al Parque 2024 contó con buena asistencia, buenos actos y algunas enseñanzas que podemos aprender.

Comencemos con los que para nosotros fueron los 10 mejores actos de esta edición:

Mortis y los Desalmados: Aunque eso de putear al estado desde la tarima que paga el estado es una de las grandes absurdeces del rock colombiano, esta banda es bestial. Muy buenos, combinando elementos del Rockabilly, el rock, el blues y el country con mensajes sobre la realidad de un país acabado por la corrupción y la violencia, sumado a un excelente show, demostraron porque fueron el puntaje más alto de este año. La novedad de tener una banda así toca aprovecharla, son buenos músicos y sin duda una banda que comienza a notarse y esperemos que el festival les sirva como vitrina.

Pez errante: Una de las pocas buenas bandas de Rock, el rock colombiano está mal, muy mal, esta banda, sin pretensiones ni ambiciones sonoras extrañas, tiene un sonido clásico, divertido y bien armado, ese es el rock que no escuchamos desde hace tiempo, sin que se ahogue en tamboras, guacharacas y papagayos, sencillamente rock, buen rock.

Stuck in the sound: Una de las mejores bandas de todo el festival, con un sonido clásico que evoca el rock post alternativo, limpios e impecables en la ejecución con una voz notable. Una banda para seguir de ahora en adelante

Loathsome Faith: La banda de larga trayectoria demuestra una vez más porque están tan presentes en la escena local, Angel Niño y su combo tienen la facilidad de comerse los escenarios, aun bajo la lluvia, aun con poco público, una maquina sonora, intercambiando entre lenguajes, entre distorsiones, Loathsome Faith sencillamente es de lo mejor que tenemos en el Metal colombiano. Agreguenle crédito al ingeniero de audio que los hizo sonar muy bien.

Afsky: Ole Luk creó este proyecto en solitario y a los que nos gusta el género creo que estaremos de acuerdo en que fue un show a la altura. La banda ensimismada en su sonido y acompañada por el telón del cielo de tormenta con los rayos le ayudó mucho, el Black Metal sigue creciendo en el mundo con las nuevas generaciones y este fue un acto para el disfrute de los seguidores.

Inspector: Comencemos por la presencia escénica y la voz de este hombre, una banda que no tiene que esforzarse para conectar con el público, se los ganó en dos minutos. Sus covers bien hechos sin distorsionar el género que tocan, una fiesta, de lo mejor de la jornada.

Doro: La reina del Metal, Europa en su máxima expresión, al igual que Inspector, no busca nada más que serle fiel al género que toca y no necesita mucha parafernalia para entregar un espectáculo inolvidable, se le nota la cancha, se le nota el mundo, se le nota el Metal. Un acto que tuvo que estar en Rock al Parque hace años.

Dr Krapula: Esta es una banda que Bogotá siente como propia y el festival aun más, son demasiadas veces las que han tocado en Rock al Parque y con el distrito, de hecho no recuerdo muchos conciertos que no sean del estado, pero lo que no se puede negar es que siempre, siempre logran que el parque los apoye, coreé las canciones, las saltan, las bailan y además sumemos el mensaje en contra de esa ñeramenta reguetonera que fue un detalle de fina coquetería.

Ostia Puta: Tres acordes y una actitud realmente punk le bastaron a la banda española para pasarse por el piso a todas las bandas que dicen ser anarquistas y contraculturales, demostrando que para ir en contra de la corriente no se necesita nada más que convicción, actitud y un buen pedal de distorsión. Así de sencillo.

Testament: Por supuesto no podemos dejar de nombrar a una de las bandas con mejores músicos y más técnica de la edición, muy poco valorados para lo que realmente son, una agrupación que debería estar dentro del podio en el que han puesto a otras del mismo género pero que por alguna razón se sigue sintiendo como de segunda linea. Indiscutiblemente de lo mejor que nos trajo esta edición.

Las decepciones…

Lo de Todos tus muertos y el acto en solitario de Nadal no convence, no conecta, y de hecho hace muchos Rock al Parque sucedió lo mismo, la banda en escena es lenta, un poco aburrida, contrastando con sus discos, no convence, pareciera que lo hace obligado.

Algunas repeticiones en el cartel nacional aburridísimas y bandas como Erica Sativa que ya no causan la impresión de otras veces, se van cansando y parece que no tienen ganas de innovar.

A título personal bandas como La Santísima Voladora al igual que otras propuestas que son tropicales más que rockeras me parecen buenas y divertidas para ir a verlas o para fiesta, pero no son parte del espectro del rock por más que lo quieran pensar, esa “identidad” de género que le han querido dar a estos géneros musicales “transgénero” no funcionan, sabemos que este es un pueblo tropical y bailaor pero pues hagan otro tipo de espacios para esto, tenemos más de cuatro mil bandas de rock y Metal activas en la ciudad como para continuar con la terquedad ignorante, desgastante y palurda de la tal “inclusión”, inclúyanlos en otras partes. Necesitamos personas con conocimiento musical y menos soberbia en esta parte, porque lejos de quedar como intelectuales quedan es como ignorantes. Es algo así como crear el Ministerio Afro y colocar a Brad Pitt o cualquier rubio de ministro solo ¡por que sí” porque somos “muy locos y extrovertidos”, es una pendejada enorme y aun más para los “músicos” o “periodistas” que lo defienden. Entendiendo claro está que de los 5 millones de periodistas que asisten habrá dos que han estudiado. Tambien las bandas nacionales invitadas en su mayoría se notó que fueron invitadas o por amistad o por negocio, muchas no tenían el bagaje para estar en una tarima de estas, bandas amateurs, Rock al parque no está para esto, para ensayos, se supone que las bandas nacionales invitadas deben ser de categoría.

Los Toreros Muertos fueron una gran decepción, su música de por sí no es elaborada pero es divertida, uno entiende que lleven tres siglos tocando lo mismo pero lo que hicieron en Rock al Parque fue degradarse ellos mismos. Destruyeron cualquier intento de disfrute.

Una lástima por bandas como Hipocrisy o Haggard a quienes robaron, nosotros los colombianos de nuevo haciendo gala de nuestra cultura ladrona. Hipocrisy lo sintió, y se les sintió, el sonido no les jugo una buena pasada.

El acceso para hablar de realidades incómodas con algunos funcionarios de Idartes sigue siendo dificil, parece que solo se puede hablar de felicitaciones y de buenas cosas, siguen siendo esquivos, tratando de lavarse la mente con cualquier cosa para tapar lo que aun está mal. No reciben ninguna opinión o consejos, sencillamente se blindan ante lo malo y creen que con no aceptarlo la realidad cambia.

La carpa de prensa es terrible, sencillamente terrible, nada que hacer, los artistas son sentados al fondo de un lugar de 5 por 8 metros, atestado de gente que más que todo van a “lamer botas” que a preguntar cosas interesantes, no hay tomas para cargar las cámaras, los celulares o computadores, no hay internet en el parque para transmisiones, nisiquiera hay agua. Fracaso absoluto, pero pues… volvemos a lo mismo ¿Importa?

Y hay mucho que decir, pero en general el balance no es malo, la gente se divirtió y eso más que todo es importante porque el festival es para la gente. En un fin de semana que estuvo cargado de eventos en Bogotá como el Colombian Metal Fest o Linkin Park, el parque estalló de ciudadanos que encuentran año tras año la excusa de la fiesta yu así sea con falencia el rock toma protagonismo.

El discurso de “otra vez rompimos récords”, esa sublimación en Canal Capital, ese egocentrismo exacerbado cuando Rock al Parque habla de Rock al Parque, bebes, muchos somos productores de eventos y conocemos las realidades, esas manipulaciones ególatras no son buenas para la salud de ninguna industria. La transmisión de Canal Capital nuevamente con personajes que no conocen la escena, el rock, la industria pero sobre todo con el sonido de consola directo a la transmisión. Neeeeh, ya demasiados años en lo mismo.

Veremos que depara el otro año, esperemos que se amplie el número de bandas que pasan por convocatoria, este año fueron muy pocas y que eliminen los conciertos fantasma que comienzan a inventar después, que las ruedas académicas sean realmente académicas y que predomine el rock nacional, o que al menos haya rock nacional, porque no puede seguir siendo solo Metal, cumbia y Ska.

Hay muchas ideas, muchas cosas por hacer, uno pensaría que casi 30 años después el festival funciona como un relojito, pero no, no se le da continuidad a los procesos y cada año es algo diferente en cuanto a ideas de producción que mucha gente no entiende y es lo que lo hace tambalear.

Continue Reading

Colombia

Rock al Parque: Las bandas internacionales de linea media barriendo el piso con el inexistente rock colombiano. Análisis.

Published

on

By


“El hombre que tiene una idea fija, siempre es peligroso, porque la fijeza de su idea lo hace ciego a toda evidencia que pueda demostrar que está equivocado.”
— Voltaire

¿Ustedes se han preguntado alguna vez por qué el rock colombiano no tiene mercado, no suena en el exterior, ni siquiera en el interior o por qué no existen al menos 10 bandas autosuficientes? Es un ejercicio que hay que hacer.

Un frontman de una banda no puede comenzar a soltar una diarrea verbal como las que hemos escuchado en el segundo día de Rock al Parque y menos delante de un pueblo poco educado y poco crítico como el colombiano, es un acto de irresponsabilidad, un acto de suprema tontería y una afrenta a lo que dicen representar.

Lo del segundo día de Rock al Parque es una lección que debemos de aprender, porque a excepción de un grupo pseudo-tropical mexicano que vino pensando que venía al carnaval de Barranquilla, las bandas que nos visitan del exterior nos han recordado lo que es el rock, lo que se necesita para serlo. Bandas como Stuck in Sound con sonidos limpios y alternativos que recuerdan a The Pixies, The Travellers con su Ska y sus fusiones sencillas, voces maravillosas, los españoles de Ostia Puta con su punk sucio y frentero, Doro, la reina del Metal clásico que sigue retumbando sin destruir su esencia, entre otros, nos recordaron lo que acá se nos perdió: La dignidad y el profesionalismo, el mensaje y la sencillez y contundencia de un género al que alguna vez llamamos “rock”, tal vez una banda fresca que soltó música de buena calidad nacional fue Pez Errante, de resto… hmmm.

En ese sentido seguimos repitiendo acá que la curaduría de este año ha sido mucho mejor pero porque Héctor Mora es un hombre que ha conocido el festival desde sus raíces pero festivales como Cordillera y Estéreo Picnic sumados a la gran demanda por artistas para conciertos privados le han quitado a Rock al Parque muchos artistas que podrían venir a enriquecer este árido desierto musical y honestamente parece que no tenemos en el país bandas de rock para suplir este espacio.

Cansa ver a tanto pendejo gritando “Viva Palestina libre”, ¿Para qué? Mi familia es Palestina y les aseguro que a todos los palestinos les vale una mierda que esto suceda. ¿Quieren ayudar? Vayan a pelear en Palestina o envíen ayudas, el rock colombiano no está para eso. Animalistas, veganos, etc. Dando cátedras no solicitadas que actúan como testigos de Jehová en un festival de supuesto rock y tocando una música que no es buena. Esto está aburrido, los de afuera son los que salvaron un festival que no solo está lleno de lluvia (que al final no debe ser un impedimento) sino que ha perdido la moral y el objetivo de impulsar bandas locales. ¿Sucede? No, para nada, los músicos y artistas colombianos se convirtieron en un desfile aburrido de doctrinas forzadas y sonidos repetitivos, copiados, reforzados, bastante flojos, sin recordación, sin esfuerzo.

El problema de los rockeros colombianos es que se creen algo que no son, a diferencia del Metal el rock colombiano está en un estado patético. Mientras el Metal del país crece y se consolida en el mundo, el rock ha sido vapuleado, convertido es una amalgama asquerosa de mentiras, engaños, doctrinas ideológicas y debilidad musical y cultural.

Las bandas de segunda linea que han venido este año, demuestran que con la sencillez del rock, el punk y el ska es suficiente para hacer pasar bien al público y no aburrirlo con ese sonido gastado y sin identidad del rock colombiano en la actualidad. Si algún día tuvimos un sonido propio, esto quedó en el pasado.

El festival ha carecido de grandes headliners, no sabemos la razón, pero preocupa aun más las declaraciones de los directivos de Idartes en anunciar que en lugar de innovar, de llamar gente nueva y capaz de arreglar las cosas, ahora van a convocar una mesa para planear el festival del otro año ¿Con quién? Con los eternos de Idartes, con los mismos que destruyeron el rock bajo la tutela del secretario de cultura que claramente tiene poca idea de lo que la palabra “rock” significa.

No se han dado cuenta que tener esa palabra en el título del evento acarrea la responsabilidad de hacerle honor a la misma, lo toman a la ligera y en lugar de ayudar a la escena lo que han hecho es acabarla. Hasta las bandas extranjeras de hace 40 años vienen a limpiarse con las bandas locales las cuales dejan mucho que desear, pero que es su mente son más grandes que Elvis.

Basta con que vayan a los conciertos en bares de las pocas bandas que fuera de Rock al Parque se atreven a hacer eventos y vean la falta de público y el poco interés por sus actos. Los músicos pasan el año llorando y sufriendo por dinero, porque no entendieron que la música es un negocio también y se acostumbraron a que solamente el gobierno es quien les puede pagar por existir. Ellos no lo entienden, ellos viven en un micro mundo muy enfermo.

Y duele, porque mientras los reguetoneros sacan bodrios vomitivos como el tal “+5″7 en donde hablan de prácticamente violar con crema de chocolate a una niña de 14 años y acumulan millones de escuchas, los músicos de rock colombiano que deben ser la contraparte de eso, han sido debilitados, sometidos y ahora producen un sonido cursi, sin pasión y con mensajes que confunden, no son bandas divertidas. Y siguen sublimando viejas glorias que en realidad no nos representan, bandas que solo por ser amigas de la organización se sienten de relleno. No son bandas que hagan ningún daño.

Por poner un ejemplo, Ostia Puta, una banda de décadas aun puede venir y dar una clase magistral sobre como a través de tres acordes se puede armar una fiesta mientras sus letras hablan en contra de la violencia de la mujer, no siendo cursis, progresistas ni pendejos, sino de frente, con mensajes directos. Esto no lo puede hacer una banda de rock colombiano porque tienen miedo, les da pánico ser vetados. Por eso los punks de Bogotá se abrieron y organizaron su propio Punk al Parque colocando de a 50 mil pesos por banda para poder tener un espacio libre en donde su cultura pueda existir sin sen mancillada.

Otro de los espacios cuestionados además de los eventos e invitados fantasmas que se nombraban en el primer artículo de esta cubrimiento es lo que llamaron “agenda académica”, sobretodo cuando uno de los miembros de Kraken rehusó asistir a un congreso realmente académico porque no quería decir que “la cumbia no es rock” pero no le ve problema a llamar “evento académico” a ir a hablar sobre el nuevo disco. Estamos jodidos en Colombia con la falta de espacios educativos para el rock, y aunque charlas como las de Alfonso Espriella fueron entretenidas y valiosas, de académico no tiene nada. Colombia siempre le ha huido a estudiar y esto señores en el rock ya se nota demasiado.

El festival es un espacio enorme y se desperdicia por que seguimos aguantando la ideología tercermundista, progresista y estúpida de una cantidad de funcionarios instalados en un país hecho una mierda en donde el rock se convirtió en un chiste. Culpa de ustedes, culpa del público, culpa de la gente, culpa del dócil perro colombiano al que le tiran un hueso y baja la cabeza y esconde la cola. No tenemos rock en Colombia, no existe más que un grupo de niñatos, tanto viejos y jóvenes decididos a vender su ideal por un puñado de billetes. Y esa realidad es muy triste ya que los músicos que son quienes lloran todo el año por la falta de espacios y dinero, sencillamente callan, como borregos suplicando por una oportunidad que generalmente se da después de meses de papeleos y audiciones para ser puestos a las tres de la tarde cuando nadie ha llegado. Es en la noche cuando llega el grueso del público y sobre todo aparecen miles de “periodistas” e invitados “VIP”.

Pero es más triste saber que el micro mundo más grande lo tenemos en las mentes de estos dictadores musicales que sin conocer el tema, sin tener las credenciales necesarias, están enfrascados en seguir manejando Rock al Parque a su antojo y colocando como prioridad otras cosas por encima que el desarrollo del rock colombiano… el cual ya han matado.

Rock al Parque debe recuperarse para lo que fue hecho… para el rock nacional, el de verdad.

@felipeszarruk

Continue Reading

Colombia

Punk al Parque: La Rebelión Autogestionada del Punk Bogotano

Published

on

By


En 2024, el punk bogotano decidió no quedarse callado ante la exclusión de su género en el festival Rock al Parque. En respuesta, un colectivo de bandas y seguidores del punk organizó su propio festival alternativo, Punk al Parque, en varias localidades de Bogotá. Este evento autogestionado refleja no solo la persistencia del punk como movimiento contracultural, sino su relevancia en la ciudad como un espacio para expresar disconformidad y resistencia frente a la institucionalización de la cultura.

La decisión de organizar Punk al Parque se originó luego de que Rock al Parque, conocido por su apertura hacia géneros alternativos, diera prioridad a otros estilos, relegando el punk de la programación oficial. Esto fue visto como un golpe para la escena punk, que siempre ha tenido un lugar destacado en la historia musical y política de Bogotá, impulsando expresiones auténticas y no comerciales que cuestionan el orden social.

Punk al Parque no solo se limita a un festival musical, sino que se convierte en un espacio de encuentro comunitario. El festival abarcó varias localidades, reflejando una conexión profunda con los barrios y sectores populares. La organización y la autogestión fueron claves, sin necesidad de apoyo estatal o grandes patrocinadores. Las bandas punk bogotanas, algunas de las cuales tienen años de trayectoria y otras que apenas emergen, se unieron para asegurar que el evento mantuviera su esencia combativa y disruptiva, un aspecto fundamental para la identidad punk.

Este esfuerzo no solo destaca el carácter autogestionado del evento, sino también su papel como un espacio contracultural donde se defiende la autenticidad del punk y su mensaje social. Lejos de buscar la aprobación de las instituciones, Punk al Parque se configura como un acto de resistencia y reafirmación de una cultura que se niega a ser silenciada o absorbida por los eventos masivos y oficiales de la ciudad.

Continue Reading

Tendencias