Colombia
¿Qué es Primavera Sound, el festival que acaba de anunciarse en Bogotá?

Acaba de salir un cartel muy interesante, los headliners anunciados comprenden a The Cure, The Hives, Pet Shop Boys y Bad Religion entre otros, muchos rockeros se emocionaron con estos nombres y también vieron que siguiendo la dinámica de otros festivales como el Estéreo Picnic es un festival que mezcla los sonidos de varias corrientes musicales. Esta actividad es parte de uno de los festivales más importantes de España que tiene amantes y detractores pero que sin duda es uno de los más importantes de Europa con una historia que ha venido creciendo año tras año. Les contamos…
El Primavera Sound es un festival de música que se celebra entre finales de mayo y principios de junio en Barcelona, Madrid y Oporto y entre finales de noviembre y principios de diciembre en Buenos Aires y São Paulo. Su primera edición tuvo lugar en 2001 en el Poble Espanyol de Barcelona, con un solo escenario, y desde 2005 tiene su sede en el Parque del Fórum, un recinto más grande y al lado del mar. El festival se caracteriza por su variedad de estilos y artistas, tanto actuales como consagrados, y por su apuesta por la música electrónica, es uno de los festivales más prestigiosos de Europa y ha recibido varios premios y reconocimientos.
Los creadores del Primavera Sound son Gabi Ruiz y Sonia Quesada, quienes fundaron la sociedad Murmurtown Producciones en 2001 para organizar el festival, más tarde se unieron al proyecto otros tres socios: Nicolás Soler, Alfonso Lanza y Alberto Guijarro. Gabi Ruiz es el director artístico del festival y el responsable de la selección de los artistas que actúan cada año. Sonia Quesada se encarga de la producción ejecutiva y la coordinación general. Los otros socios se ocupan de diferentes áreas como la comunicación, el marketing o la gestión financiera.
Es un festival muy mainstream que ha enfrentado algunas controversias a lo largo de su historia, sobre todo relacionadas con la organización, el trato con el ayuntamiento de Barcelona y la devolución de las entradas y que como todo se vio afectado por la pandemia.
Su variedad de estilos y artistas, que abarcan desde el rock alternativo al rap, pasando por el indie, el electro o el metal. El festival ofrece una programación amplia y diversa, que busca satisfacer a todo tipo de público y gustos musicales, su calidad y prestigio le han valido varios premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional es considerado uno de los mejores de Europa y atrae a miles de visitantes cada año.
Su expansión e innovación, que le han llevado a tener sedes en diferentes ciudades y países. El festival no se conforma con quedarse en Barcelona, sino que busca nuevos escenarios y públicos en Madrid, Oporto, Buenos Aires, São Paulo y ahora Bogotá, también apuesta por la música electrónica y las nuevas tecnologías, creando espacios como el Primavera Bits o el Primavera Pro como espacios paralelos.
Ha recibido algunas críticas musicales por parte de algunos sectores del público, la prensa o los artistas, que han cuestionado su calidad, su masificación o su paridad.
En 2022, el festival fue acusado de estar masificado y de tener una pésima organización, debido a las largas colas que se formaron en los accesos, las barras y los baños durante la noche inaugural. Los asistentes denunciaron que tuvieron que esperar más de una hora para tomar una copa o entrar al recinto, y que hubo momentos de aglomeración peligrosa y falta de seguridad.
En 2019, el festival anunció un cartel con un 50% de mujeres, lo que supuso un hito en la historia de los festivales y una apuesta por la igualdad y la diversidad. Sin embargo, esta decisión también generó algunas críticas por parte de algunos fans históricos del festival, que consideraron que se había perdido la esencia del Primavera Sound y que se había apostado por artistas más comerciales y menos interesantes.
En 2018, el festival recibió algunas quejas por parte de algunos artistas que actuaron en el escenario Primavera Bits, dedicado a la música electrónica. Algunos DJs como Four Tet o Floating Points criticaron el sonido y la ubicación del escenario, que estaba alejado del resto del recinto y rodeado de vallas. Otros artistas como Jon Hopkins o Nils Frahm también expresaron su descontento con el sonido del escenario Ray-Ban.

LA EDICIÓN EN COLOMBIA
El Primavera Sound Bogotá 2023 es la primera edición del festival en Colombia, que se celebrará los días 9 y 10 de diciembre en el Parque Simón Bolívar y el Movistar Arena de la capital. El festival forma parte de la expansión del Primavera Sound por América Latina, que también tendrá sedes en Buenos Aires, São Paulo, Asunción y Santiago de Chile. El cartel del festival cuenta con artistas nacionales e internacionales de diferentes géneros musicales, siguiendo la línea del Primavera Sound Barcelona, está organizado por la empresa española Primavera Sound S.L., en colaboración con la empresa colombiana T310/Absent Papa cuya fusión formó Paramo Presenta, también organiza otros eventos musicales como el Festival Estéreo Picnic o el Sónar Bogotá, es por eso que vemos que se está usando la misma fórmula para este que usan con el Estereo Picnic y otros, que es echar mano de las grandes estrellas veteranas del rock que andan girando y combinarlas con nuevos nombres y grupos de folclor y tropidelia lo que constituye una buena mezcla de artistas de diferentes estilos y generaciones, apostando por el rock clásico, pero también por las nuevas propuestas y los sonidos locales.
Primavera Sound tiene la ventaja de ser un festival privado que puede elegir a los artistas que quiera, sin tener que depender de las políticas culturales del distrito. Sin embargo, también creo que el festival debería cuidar la diversidad y la originalidad de su cartel, y no repetir los mismos nombres que ya han tocado en otros festivales como el Estéreo Picnic. Creo que el festival tiene la oportunidad de dar a conocer a nuevos artistas y géneros, y no solo a los que ya son populares o amigos de la organización, no es que sean malas bandas para nada, sino que son bandas que ya han actuado en casi todos y cada uno de los eventos de la productora colombiana.
Esperemos que Primavera Sound sea un éxito y que en un futuro abra oportunidades a más y más artistas, para terminar, les dejamos con algunos datos curiosos:

El Primavera Sound es el primer festival internacional de música en España que ha sido considerado Evento de Excepcional Interés Público por el Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España, lo que le otorga beneficios fiscales y culturales.
El Primavera Sound ha tenido algunas actuaciones sorpresa a lo largo de su historia, como la de Blur en 2023, que tras suspender su concierto en Arganda del Rey por la lluvia, tocaron en la sala La Riviera para 1.800 personas2, o la de Arcade Fire en 2017, que tocaron en la plaza del MACBA para 15.000 personas.
El Primavera Sound ha sido el escenario de algunos acontecimientos históricos de la música, como el último concierto de Oasis en 2009, antes de su separación definitiva, o el primer concierto en España de Pulp en 2011, tras su reunión después de nueve años.
El Primavera Sound ha contado con la presencia de algunos artistas legendarios que rara vez se ven en otros festivales, como Neil Young en 2009, Lou Reed en 2010, The Cure en 2012, The National en 2014 o Radiohead en 2016.
El Primavera Sound ha sido el primer festival en España en tener un cartel con un 50% de mujeres, lo que supuso un avance en la igualdad y la diversidad de la industria musical. Entre las artistas que han actuado en el festival se encuentran Björk, PJ Harvey, Patti Smith, Rosalía o Lorde.
@subterránica
Colombia
Rock y Metal sin límites: 16 bandas colombianas que han sabido ir más allá de lo evidente

El periodista Joel Cruz responde con una selección expandida al artículo publicado por Subterránica llamado “Rock y Metal con peso propio: 16 bandas colombianas que dejaron huella real” https://subterranica.com/2025/08/13/rock-y-metal-con-peso-propio-16-bandas-colombianas-que-dejaron-huella-real/
Por: Joel Cruz
La historia del rock en Colombia (seamos sinceros, aún no posee el estatus de rock colombiano) es de momentos: muchos piensan que las cosas empezaron a funcionar para el género cuando «Mujer gala» de Aterciopelados explotó (por aquello de ser una época de bombas) en las emisoras. Otros afirman que la cosa tomó forma con el famoso Concierto de conciertos; que catapultó, así fuera muy brevemente, el nombre del rock en español (término que me fastidia) al interior de esta geografía con tres cordilleras. Una porción importante de la población «erudita» defiende de manera conveniente la consolidación de la escena gracias en su totalidad, a Rock al Parque. Casos se ven, no se sorprendan.
Desplazándonos décadas atrás, están los puristas que defienden con ahínco hippie a Ancón o al Festival de la vida. Más atrás, la Gira Milo A Go Go y la llegada del grupo norteamericano Bill Haley & His Comets también aparecen con voz robusta, junto al influjo del mexicano Enrique Guzmán. En fin, instantes heroicos, llenos de romanticismo juvenil, pero cargados de una narrativa fragmentada; una trocha que juega a ser carretera de asfalto y libertinaje, pero al final del día, felicidades efímeras.
Destacando agrupaciones, pero también capítulos (llámense acontecimientos u obras que rompen la barrera del tiempo), esta nota responde inquietudes generadas por el artículo Rock y Metal con peso propio: 16 bandas colombianas que dejaron huella real. Como suele pasar, esta es una visión muy mía del tema; por lo tanto es natural que usted, estimado lector, tenga objeciones respecto a la selección que se hace y que a manera de consecuencia, siembre más pasiones que argumentos o acciones efectivas.
A continuación, se mencionan otros 16 bandas casos de éxito donde lo nacional «tuvo o tiene la posibilidad de ir a algún lado», parafraseando a un famoso cantante de la farándula de bar bohemio. Por lo mismo, su importancia (me atrevo a decirlo) es imposible de ignorar. Hacer rock en una Colombia que glorifica al infame de Diomedes Díaz es como producir vino en Boyacá: parece imposible, pero se ha logrado.
1. La Banda Nueva: Riqueza sonora nacida en lo primigenio
El grupo formado en 1972 por Jaime Córdoba, Orlando Betancur, Juan Carrillo y Gustavo Cáceres lanzó un año después de su unión el álbum La Gran Feria, una gran apuesta de rock progresivo, sinfónico y latin jazz, moderno para su época y en un país donde su contenido era realmente raro.
Pese a todo, nunca dejó de ser autóctono, con letras brillantemente conectadas con la idiosincrasia local. El grupo no prosperó, pero el disco debería ser materia obligada para todo aquél que desee ser un Axl Rose de Transmilenio en el siglo XXI y finja con eso estar a la moda.
2. Nash: Rockstars paisas antes del Titán
En la Medellín de los primeros años ochenta, esta agrupación influenciada por los sonidos de Journey, Uriah Heep o Rush llevó a cabo algo difícil en su realidad: convocar miles de seguidores en sus conciertos, conseguir éxito radial y grabar con las mejores condiciones profesionales que la situación social, política, geográfica y económica de la urbe antioqueña le permitió por aquel entonces. Nash no alcanzó a durar ni 10 años, pero su impacto ha trascendido la nostalgia. No en vano, su cantante y tecladista Víctor García (Victor Bender) es a su vez, responsable tras la consola de piezas memorables, firmadas por nombres en la onda de Estados Alterados, Kraken, Masacre o Ekhymosis. Ni hablar de lo que el mentado músico e ingeniero de sonido ha hecho en el exterior.
3. Ship y Born: Obra maestra acorde con la vanguardia global, pero en un entorno atrasado
El experimento de hacer real un estudio de grabación moderno y bien equipado en Bogotá durante 1980, dio como resultado a Fonovisión, hoy Audiovisión. Se necesitaba registrar un álbum piloto para analizar las bondades que «los juguetes» de este novedoso espacio ofrecía. Así nació Born, larga duración de proyecto Ship, integrado por un dream team capitalino: Jorge Barco, Alexei Restrepo, Ignacio Pilionieta y Joseph Watto, aunque la banda tendría la colaboración de más intérpretes durante su primera etapa de existencia. En la producción e ingeniería, las flamantes hojas de vida que lo hicieron posible también son prominentes, destacando por supuesto a Enrique Gaviria, Mario Sarasty y desde el mundo anglo (entre otras), una muy especial: la de Eddie Kramer (KISS, Jimi Hendrix, The Beatles, David Bowie y un extenso etcétera).
Aunque sus derechos de grabación no están exentos de la polémica, Born no tiene nada que envidiarle a lo que plantearon pesos pesados como Yes o Asia durante el año de la Guerra de las Malvinas. Fue tan moderno en sus días, tan bien cantado en inglés y tan perfectamente elaborado, que no tuvo cabida en este triste trópico tricolor; donde Fruko y sus Tesos, junto a los Hermanos Zuleta, eran la norma del dial.
4. I.R.A.: Lo más punk es rebelarse contra los radicalismos de lo inmundo
El trío de Medellín entra fácilmente a esta selección por ser la leyenda del sonido que definió en parte uno de los episodios más oscuros de la historia colombiana: calles en obra negra que estaban a merced del narcotráfico, las balas y los explosivos. La muerte sin adornos, el «No futuro» en vivo y en directo. Cuarenta años más tarde de sus modestos inicios, el grupo de David Viola, Mónica Moreno y Duván Ocampo está vivo entre tanta esperanza podrida y un recorrido prácticamente ininterrumpido.
Su amplia producción discográfica y su vagaje tanto nacional como en el exterior le ha mostrado al punk criollo que se puede trabajar a la altura, con aspiraciones altas y sin ceder a su esencia temática. Entretanto, los más puristas siguen renegando de ellos, cumpliendo literalmente con su discurso: no tener ningún futuro.
5. Estados Alterados: Cuando lo electrónico llegó para dejar huella en Latinoamérica
En 1991, el debut de Estados Alterados marcó un precedente en toda la región que cubre desde México hasta Argentina. Con cierta dificultad, a punta de new wave y synth pop rompió el paradigma de un estilo que nació naturalmente en Europa y Estados Unidos; pero en el área del país Azteca, Centro y Suramérica, era un símbolo para pocos.
De ese primer vinilo que llegó a la Frecuencia Modulada, transcurrieron los años; las tendencias (análogas o digitales) que no les dieron demasiada popularidad en las fiestas consagradas al «Santo cachón» (con el plagio que tal vallenato lleva a cuestas). También la era de la televisión por cable, del videoclip y el internet, que cambió las directrices de la cultura para siempre. Con tantas mutaciones, sin embargo, siempre han sabido estar al día con lo que va sucediendo en su agitada sociedad.
En la tierra de la nostalgia y donde se le otorga santidad a cualquier tradición, por ridícula que sea, Estados Alterados prefirió, al igual que sus amados Kraftwerk, mirar hacia el futuro y nadar en contra de la corriente, incluso la de los minutos que no regresan. Con una visión que narra nuestra realidad disfuncional, pero a partir de la metáfora del sintetizador y la introspección.
Su inquietud eterna de ir más allá les ha dado también una capacidad visual como la que pudieron enseñar en su video para la canción «Inventándome», de 2015. En ciertos círculos, catalogada como la mejor obra de este formato en Colombia. A la par que se escriben estas líneas, el ahora cuarteto sigue haciendo una nueva lectura de todo, incluso del folclor patrio.
6. Internal Suffering: La brutalidad del death metal que atraviesa océanos
Pereira, punto estratégico para las propuestas extremas, es la cuna de esta agrupación que ha triunfado en su nicho; girando en El Viejo Continente, China, Rusia, Japón y la Unión Americana, lugar donde han instalado su cuartel general casi desde sus comienzos, culminando la década noventera, para después reubicarse en España.
Liderada por Andrés García y Fabio Marin, Internal Suffering es un nombre más que reconocido en su área. Seis trabajos de estudio, más otra cantidad de material considerable, junto a su currículum en vivo, hablan de su poderoso trayecto; al igual que su presencia en festivales de categoría y premios, inspirando en el camino a otras agrupaciones para que sigan sus pasos. Las leyendas se hacen con hechos, no con ego.
7. The Hall Effect: Alternativo tipo exportación (sin folclor embutido)
A comienzos de los 2000, la proliferación del rock alternativo estaba tomando una nueva fuerza en los bares de Bogotá, pues por años fue un circuito más bien huérfano y sin un digno embajador que le diera cualidades decentes para el mercado internacional. Gran parte de ellos, donde abordar temas universales e interpretar canciones en idiomas foráneos se sintiera parte de su hábitat y no una estrategia facilista de exposición.
The Hall Effect logró a través de sus dos primeras producciones, (sobre todo The Hall Effect de 2010) imponer una presencia mediática que se reconoció fácilmente en el ambiente mainstream local y que pudo probar suerte en plazas donde pasan cosas fenomenales, como Francia e Inglaterra; hogar de Muse, uno de sus mejores referentes, y además, en la era que el indie lideraba listados de radio global.
Aunque la banda tiene en la actualidad un perfil más discreto, su actividad sigue en pie, destacando en su ciudad natal y traspolando su idiosincrasia de ajiaco santafereño a una versión madura de lo que han hecho en 21 años de insistir y persistir.
8. Don Tetto: Evolucionar un género de la mano con los fans
Lo que nació como un parche de amigos es hoy una de las agrupaciones más representativas del país y el continente que la cobija. El cuarteto integrado por Diego Pulecio (voz y guitarra), Carlos Leongómez (guitarra líder), Jaime Valderrama (bajo) y Jaime Medina (batería) ha consolidado una trayectoria marcada por triunfos artísticos, galardones internacionales y una sólida conexión no solamente con sus primeros seguidores, sino incluso con las generaciones más recientes.
La proyección foránea ha sido la carta que mejor ha jugado Don Tetto, sin duda. Paradójicamente, en más de dos décadas han sido militantes de una amalgama de estilos donde el pop punk predomina; en su época tachado de banal por los anarquistas de cresta más ortodoxos, aunque en la modernidad, un elemento primario de su todavía conservada frescura.
Mediante maniobras fastuosas de su experiencia en vivo (concierto 360 grados por ejemplo), fortaleciendo un vínculo íntimo y honesto con la Tettomania (el club de fans), su mayor acierto ha sido sostener una base de seguidores fiel y diversa, siempre renovándose frecuentemente y conquistando grandeza en el sendero. ¡Bravo!
9. Tenebrarum: Amarás al violín sobre todas las cosas
Durante la Medellín de 1990, la osadía de unir metal con violín en esta nación correspondió a David Rivera, diestro en este instrumento desde su niñez. Quizás en 2025 es normal que el famoso metal gótico o sinfónico estén a la orden del día en eventos multitudinarios; pero hace 35 años dichas fusiones básicamente no pasaban de ser una rara mezcla que muy pocos se atrevían a dejar consignadas en cinta magnética. Menos en Colombia, donde la música culta y los instrumentos clásicos han sido con regularidad, lujos que no hacen parte de la vida ordinaria.
Tenebrarum entonces fue el pacto que Rivera hizo con el universo para que sus dos pasiones fueran una sola. Fruto de esto, fue abrir el camino para que su banda transitara por distintos estilos de experimentación enmarcados en los sonidos extremos y de paso, lograr aquello que muchos añoran, pero apenas unos cuantos buscan de verdad: autenticidad.
El eje creativo del proyecto es a la fecha, una huella que trasciende los lindes del fonograma y lo escénico: representa una propuesta original, posicionando al instrumento inventado en 1550 por el italiano Andrea Amati como un líder metalero que ha conseguido la compleja tarea de imponerse sobre la guitarra eléctrica.
En paralelo, David Rivera impulsó Violín Rock, un espacio que le permite ampliar horizontes y conectar con nuevos públicos, más allá de las adaptaciones extranjeras y las limitaciones sonoras.
10. Guerra Total: La verdadera batalla es permanecer de pie y con la guardia en alto
Guerra Total, grupo iniciado en 1997, representa la suma de disciplina, singularidad y fuerza creativa. Una concepción del metal que ha dejado huella en el mapa mundial, demostrando que la contienda más feroz también se libra desde los estudios de grabación. Esto tiene mucho sentido, si tenemos en cuenta que solamente al contar sus álbumes, suman un total de 12 obras; gran parte de ellas, enfocadas a no parecerse o asemejarse muy poco a su predecesora, ni siquiera en su tratamiento de posproducción.
Este sello de identidad ha sido tan marcado en el conjunto, que su labor constituye la discografía más larga para una banda colombiana en su género, contrastando con agrupaciones colegas en su campo y que han obtenido su fama con apenas una o dos piezas de larga duración en periodos de actividad excesivamente prolongados.
Su simpatía por temáticas filosóficas, como el nihilismo, el cosmicismo; el universo de Lovecraft, los conflictos bélicos y la historia siniestra de Colombia generan una atención especial en sus letras, dado su grado de profundidad y términos complejos, obligando al oyente a básicamente, «meterse en el cuento».
A pesar de tener poca presencia en directo, la variedad de su catálogo los ha llevado a recibir un robusto reconocimiento en la prensa especializada, dedicada a las expresiones más crudas del speed, black o death metal. Junto a lo anterior, la vinculación de su material con sellos de alto nivel, en lo que podemos mencionar como underground del siglo XXI.
11. Nicolas Waldo: Cuando el virtuosismo trasciende más allá de las fronteras
Productor, compositor e intérprete versátil, Waldo se ha convertido en una ficha clave dentro del power metal y el progresivo instrumental, llevando su virtuosismo a plazas foráneas y dejando una huella imborrable en la guitarra contemporánea. Su formación ha sido autodidacta, mezclada con su pasión por el metal sinfónico y neoclásico.
Su destreza abarca guitarra, piano, bajo y batería, lo que le ha permitido desglosar una visión integral de la música, plasmada en una obra que supera la docena de álbumes solistas y una trayectoria grupal digna de las grandes ligas (les recomiendo buscar todo lo que ha hecho para los power metal Energema y sus contribuciones en el mega proyecto italiano Vivaldi Metal Project). No está de más añadir que su experticia ha sido objeto de patrocinio para marcas de instrumentos y una búsqueda ansiosa de la perfección sonora.
12. Chucho Merchán: Llegar lejos sin vanidades, el mito de la sencillez hecho realidad
Nacido en Bogotá, la carrera de Chucho Merchán ha trascendido ilusiones arribistas y paradigmas, consolidándolo como una figura que ha ayudado a formar hitos del rock. Su escuela ha estado marcada por colaboraciones con legítimas leyendas, de cuya lista se extraen sin problema las firmas de Pete Townshend, Bryan Adams, David Gilmour, Phil Manzanera, The Pretenders; Thomas Dolby, Draco Rosa, Jaguares, Annie Lenox y Eurythmics, George Harrison…¡Por ahora dejémoslo ahí! Y bueno, agreguen su amistad con Paul McCartney.
Desde joven mostró una clara inclinación por sus aptitudes en la guitarra, primero en el país y luego al radicarse en Inglaterra, donde se graduó del Royal College of Music de Londres, una institución que moldeó sus primeras incursiones en el jazz y la música clásica. Pero finalmente, sería el rock y la fusión donde desplegaría todo su potencial, abriéndose camino en un entorno enormemente competitivo.
Merchán ha sido bajista, compositor y director musical, participando en giras y grabaciones que han marcado época y sucesos trascendentales. Sus colaboraciones lo han convertido en un elemento de referencia dentro de la industria británica; reconocido por su profesionalismo, talento y capacidad de adaptarse a diferentes estilos.
13. INFO: La máquina del futuro que conquistó Wacken
A principios del milenio, INFO arrancó como un conjunto con influencias del post punk y del rock alternativo. Junto a la alineación tradicional, los efectos, loops, programaciones electrónicas y teclados en su repertorio les ha ayudado a ir esculpiendo un sonido más propio, que paulatinamente fue dejando atrás los estilos entonces dominantes de sus comienzos, como el nu metal.
Uno de los logros más destacados del grupo ha sido su participación en el Wacken Open Air Metal Battle 2024, uno de los concursos de bandas más grandes del mundo dentro del género, como embajadores de la Región Norte de Suramérica.
Su labor ha sido clave para visibilizar el industrial criollo. Su recorrido demuestra gran persistencia y calidad técnica; así mismo, una apuesta centrada en lo moderno, perceptible en la producción de video y sus performances en vivo, combinando distopía y teatralidad.
14. Luciferian: Cuando el portador de luz desde Suramérica se hizo sentir en Noruega
El álbum I am perverse del 2011 marcó un antes y un después en la vida de Luciferian, pues su madurez compositiva terminó de consagrarlos desde entonces como referentes del black metal suramericano, factor que les abriría las puertas a audiencias aún mayores. Pocos años después, la potencia de su producción y la coherencia de su esquema lírico los llevó a un norte tan particular como Trondheim (Noruega), tocando allí mismo. Esta vitrina estuvo de la mano con otro propósito: su líder, Héctor Carmona, hizo tuvo un rol protagónico del documental noruego Blackhearts, dirigido por Fredrik Horn Akselsen y Christian Falch, quien también fue su productor.
Su persistencia en tener una presencia estable en la comunidad internacional y sus esfuerzos por perfeccionar cada detalle de sus trabajos discográficos, hace que Luciferian sea posiblemente la cara más visible del metal negro hecho en Colombia, sobre territorio extranjero.
15. Eshtadur: En la Perla del Otún, la melodía cruje
Dos décadas después de visualizarse millas lejos de los aeropuertos Matecaña y El Dorado, Eshtadur se ha abierto un espacio real en el estrecho espacio que las escenas de Norteamérica y Europa permite; eso sí, sin perder sus raíces pereiranas. Su historia es de talento forjado, de pulir una esencia hasta el cansancio; de perseverancia y de saber que afuera de la tierrita, el tesón y la calidad son cualidades muy apreciadas.
En plena pandemia publicaron el álbum From The Abyss, lanzado por Blood Blast Distribution, servicio de distribución digital y promoción, perteneciente al sello alemán Nuclear Blast. Eshtadur se ha caracterizado por armonizar el death metal melódico con tonalidades oscuras y un enfoque filosófico que aborda la violencia, la guerra, la muerte y los dilemas existenciales, siempre con un trasfondo crítico hacia la realidad local.
16. Gaias Pendulum: Gótico que alcanza justicia poética ante la vastedad de los océanos
Gaias Pendulum son anfitriones en festivales del país, pero también son una especie de coterráneos en zonas de México y Centroamérica, donde el ritual de reconocimiento hacia sus fans ha recompensado las adversidades terrenas. Sus conciertos son ceremonia donde sus canciones se convierten en puente entre la noche y la reflexión, entre lo que se siente y lo que se calla.
La introspección es profunda, a menudo subterránea: en la mirada de quienes corean sin recibir una orden; en quienes se estampan el logo en la piel o en quienes repasan sus fonogramas como Tablas de la ley privadas. En todo esto, tal vez lo que deje más eco en su entorno no sea el volumen, sino los pasajes mudos. El peso de lo dicho y de lo vivido, el eco de lo que alguien pensó que nadie más sentiría, sensaciones colectivas que no se explican. En cualquier tarima, Gaias Pendulum hace que lo íntimo deje de ser soledad, a propósito de su himno insigne.
Bonus track, 28 obras nacionales que usted no se puede perder:
Una selección caprichosa (por si lo preguntan) y sin orden particular
- SyracusÆ / Kaizen An Kepler (2024): Una joya monumental de lo melódico, alternativo y progresivo. No en vano, la banda conquistó el exigente escenario del festival Copenhell en Dinamarca.
- Psyborg Corp/ The Mechanical Reinassance (2010): La etapa dorada y más harsh EBM de este proyecto, con cierto impacto en Europa.
- GOC/ Ficciones (2024): El lado más tétrico del metal negro antioqueño. Despiadado y muy original.
- Krönös/ Siete (2017): Un hard rock muy digno y acorde a la enorme experticia de esta leyenda caleña.
- La Sociedad de la Sombrilla/ La Máquina moral (2022): Electro, rock y stoner del por ahora, extinto dúo.
- Revenge/ Night Danger (2025): Heavy y speed ochentero para recordar una banda que tiene discos hasta en las tiendas de Japón.
- Threshold End/ The Ominous Inception (2022): El mejor álbum en su año. El death nacional con identidad propia.
- Dante HH/ Gunblade Blues Vol.1 y Vol.2 (2016-2017): Una mezcla de ritmos interesantes, con un lenguaje cinematográfico, crudo y exquisito.
- Cobra/ Tiranía (2014): La old school, la efigie «cachaca» de la destrucción thrasher en este buen CD.
- Sexy Lucy/ Not for you (2005): Tintes muy fuertes de electroclash. Reflejo de lo bueno que estaba pasando en el Distrito Capital para el comienzo del siglo XXI.
- Headcrusher/ Let The Blood Run (2012): Potente agrupación radicada en Estados Unidos. Un álbum hecho con tripas.
- Ingrand/ Autopsia de la esencia (2024): La madurez de una agrupación veterana, decidida a no repetirse en ninguna grabación. El objetivo se sigue cumpliendo.
- Altars Of Rebellion/ Capital Phase Of Karma (2021): Desde Pasto, tecnicismo, pesadez y oscuridad. Una región colombiana que nunca deja de sorprender.
- Impromtus Ad Mortem/ Symphonies Of The Death (2019): Metal sinfónico en todo su esplendor.
- Counterline/ Two (2024): Bases del pasado con guiños al presente. Rock melódico y AOR interpretado en un inglés muy convincente.
- Liturgia/ Corvi Et Gygnes (2002): La brillante transición doom y melódica al black metal de una banda símbolo del Eje Cafetero.
- Sexy Death/ The Damiana Error (2003): En la misma licuadora: Manizales, Suecia y un curioso dark morgue pop (así lo promocionaba su sello), con influencias del new wave.
- Herejía/ Renascentia In Tenebris (2017): Los límites del perfeccionamiento entre la vieja escuela del death metal y los arreglos sinfónicos. Impecable.
- Freezing Darkness/ Born In The Deepest Frozen Nights (2006): Cuando La frialdad de los países nórdicos llegó a influir de forma visceral en los paisajes gélidos de Nariño.
- Implosion Brain/ Qualities Of a Simple Mind (2017): Groove y metalcore de Bogotá. En su época, sobresaliente en todo aspecto.
- Brinicle/ Perceptions Of Reality (2024): Death técnico. Complejidad sin tapujos. Una obra larga duración que tomó su tiempo para salir (y valió la pena).
- Twilight Glimmer/ Ignition (2022): La cumbre de la melodía metalera en Pereira, pero con una brutalidad que se lleva en las venas. ¡Vayan ya a escucharlo!
- Murmur/ The Temple Of Demons (2023): Black/thrash de Medellín. Legado del ultrametal con la penumbra de nuestros tiempos.
- Alfonso Espriella/ Ánima (2011): Aunque en su trabajo posterior el músico elevó las cosas a otro nivel, esta pieza lo tuvo todo en su momento para llegar bastante lejos; lírica, conceptual, visual y musicalmente hablando.
- Electric Sasquatch/ Electric Sasquatch (2014): Rock psicodélico desde la capital del Valle del Cauca.
- Vitam Et Mortem/ El Río de la Muerte (2020): A la muerte no se le teme ni se le mira con desprecio. Aquí se le rinde culto, con una analogía de la mitología griega y la funesta situación de una tumba fluvial, con olor a carroña incluida.
- Antípoda/ Manifesto (2009): En sus días, quizás el LP de metal más completo; claro está, realizado por músicos colombianos.
- Ethereal/ As Sad As Beautiful (1998): Con este cancionero, la escena capitalina entró en las aguas densas del death/doom/gothic y en la modernidad, de paso. Veintiocho recomendaciones, porque justamente la primera grabación profesional de Ethereal dura 28 minutos.
Colombia
Cinemablue regresa con “Ni con 4 ojos” rock alternativo para mirar donde duele

Cinemablue ha soltado un nuevo dardo llamado “Ni con 4 ojos” y desde el primer acorde queda claro que la banda sigue empeñada en romper la comodidad de un público que ya debería estar acostumbrado a que el rock alternativo sea un espacio para incomodar. La canción entra con una guitarra que no pretende ser virtuosa sino punzante, un riff que roza la distorsión sucia de garage y una batería que pega como quien no tiene presupuesto para triggers pero sí para rabia, esa crudeza es su encanto, nada aquí suena “bonito”, todo suena vivo.
La voz llega casi insolente, con un fraseo que se arrastra entre lo melódico y lo hablado, recordando que el indie latinoamericano no necesita sonar a Spotify playlists para ser relevante. Hay un dejo de new wave oscuro mezclado con la sensibilidad de post-punk moderno pero sin caer en el cliché de sonar a banda europea de manual. Cinemablue canta con acento propio, con una actitud que se siente más Bogotá under que Londres cool y eso es un respiro.

Líricamente, “Ni con 4 ojos” es un disparo contra la ceguera emocional y la autoengaño, un texto que le habla a esas relaciones donde uno se empeña en no ver lo obvio, aunque la verdad te grite en estéreo. No hay metáforas barrocas, hay frases que duelen por directas, escritas para cantarlas con rabia contenida mientras uno se reconoce en cada línea, es un himno para quienes se niegan a idealizar y prefieren aceptar que amar duele, que crecer duele, que abrir los ojos —incluso cuatro— no siempre basta para dejar de tropezar con la misma piedra
La producción mantiene ese espíritu DIY bien entendido, no suena barata, suena honesta. Hay capas de guitarra atmosférica que envuelven el coro y un bajo que empuja sin pedir permiso, recordando que el groove sigue siendo esencial aunque el tema tenga un corazón melancólico. No hay trucos digitales evidentes ni pulidos artificiales; es un tema que podría sonar igual de poderoso en vivo, en un sótano lleno de humo y cervezas, que en streaming.
Cinemablue ha entendido algo que muchos olvidan, que el rock alternativo no necesita pedir perdón ni parecer “profesional” en el sentido plástico que mata la esencia. “Ni con 4 ojos” suena como un puñetazo emocional en tiempos de algoritmos, es música que respira sudor de ensayo, que sabe a salas pequeñas, que recuerda que la escena independiente no está muertam solo está cansada de que la quieran domesticar.
Si algo caracteriza a propuestas que siguen sosteniendo el estandarte del rock hecho desde el underground, es que no temen sonar humanos, frágiles y furiosos a la vez. Y ahí la banda acierta, entregan un track que no busca complacer, sino conectar con quienes aún creen que el arte debe incomodar antes que adornar playlists.
Quizás no cambien el mundo con este sencillo, pero sí te dejan pensando que aún hay canciones que nacen desde la tripa y no desde el Excel de una disquera y eso, en estos tiempos de algoritmos y fórmulas ya es un acto de rebeldía.
Colombia
Abstracted Mind despierta fantasmas en su nuevo viaje sonoro

La banda de metal sinfónico Abstracted Mind volvió a estremecer la escena con el lanzamiento de Where It Begins, un sencillo que apareció el pasado viernes 26 de septiembre y llegó acompañado de un video oficial que amplifica su atmósfera introspectiva. El grupo, que ya había dado señales de ambición y pulso narrativo con sus anteriores temas Eternals y Despair, da aquí un paso más profundo hacia un sonido cargado de dramatismo y un discurso emocional que no teme exponer fragilidad.

Where It Begins es un retrato crudo de la lucha interna contra los recuerdos que se niegan a morir. La canción dibuja la figura de un héroe atrapado en un bucle de ilusiones perdidas, sosteniendo un corazón puro pero desgarrado, paralizado ante el peso de un pasado que no se deja soltar. Las guitarras, majestuosas y densas, sostienen una voz que se mueve entre la épica y la vulnerabilidad, mientras la producción refuerza la sensación de estar frente a un relato casi cinematográfico donde cada acorde parece un intento desesperado por romper cadenas invisibles.
El tema se mueve entre la idealización y la aceptación, con un dramatismo que bebe tanto de la grandilocuencia del metal sinfónico como de una sensibilidad íntima que podría pertenecer a cualquier persona enfrentada a la necesidad de renunciar a lo que ya no volverá. En el centro late la idea de que avanzar requiere un equilibrio entre coraje y rendición, un acto de honestidad brutal que Abstracted Mind sabe convertir en música expansiva y emocionalmente devastadora.
Con este tercer adelanto de su álbum debut previsto para 2026, la banda no solo mantiene el nivel de expectativa que construyó con Eternals y Despair, sino que perfila un universo sonoro cada vez más sólido y ambicioso. El videoclip, estrenado simultáneamente en plataformas digitales el mismo día del lanzamiento, refuerza ese viaje emocional con imágenes que evocan caos interno y la búsqueda de luz en medio de la oscuridad, un recurso visual que dialoga con la potencia de la música y le da rostro a esa batalla silenciosa que todos libramos alguna vez.
En un momento en el que el metal sinfónico busca reinventarse para no quedarse anclado en los clichés de la grandilocuencia vacía, Abstracted Mind ofrece un golpe de sinceridad emocional envuelto en una producción impecable. Where It Begins no es solo un nuevo sencillo: es un recordatorio de que la épica también puede ser íntima y que, detrás de la distorsión y la orquesta, puede haber una lucha profundamente humana por soltar y seguir adelante.
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