Colombia
Cómo los músicos colombianos pierden millones por culpa de los intermediarios, las leyes y el mercado: un análisis sobre recaudadoras, tiqueteras y nuevos monopolios.
Con la compra de Páramo Presenta por parte de Live Nation se complica aun más el panorama de la industria para los músicos nacionales.

Los músicos son uno de los colectivos más afectados por la falta de una ley de derechos de autor acorde con la realidad actual, no solo tienen que enfrentar las dificultades normales que enfrentan los artistas en ascenso como la competencia, la informalidad, la falta de apoyo, las escenas toxicas o incluso todos los cambios que causó la crisis sanitaria, sino que también tienen que lidiar con un sistema de gestión colectiva que no les garantiza una remuneración justa y equitativa por el uso de sus obras.
En Colombia, la entidad encargada de recaudar y distribuir los derechos de autor por la comunicación pública de las obras musicales es la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia (SAYCO), una empresa privada que fue fundada en 1945 y ellos dicen representa a más de 9.000 compositores nacionales y extranjeros y tiene convenios con más de 100 sociedades homólogas en el mundo.
Sin embargo, SAYCO ha sido objeto de múltiples críticas y denuncias por parte de los músicos, los usuarios y las autoridades, debido a su falta de transparencia, eficiencia y legalidad, ha sido una entidad llena de escándalos y deshonestidad, algunas de las acciones que se le han comprobado son:
-El cobro excesivo e indiscriminado por concepto de derechos de autor a establecimientos comerciales, eventos públicos o privados y plataformas digitales que utilizan música.
-El reparto injusto o tardío de las regalías a los compositores, sin tener en cuenta el uso real o potencial de sus obras.
-La falta de información o rendición de cuentas sobre el recaudo y la distribución de los derechos de autor.
-El abuso de posición dominante y el impedimento a la libre competencia en el mercado de la gestión colectiva.
-Los escándalos por corrupción, malversación, fraude y evasión fiscal que han involucrado a sus directivos y empleados.

Estos problemas han generado un descontento generalizado entre los músicos, que se sienten desprotegidos y vulnerables frente a SAYCO y muchos de ellos han optado por desafiliarse o buscar otras alternativas para gestionar sus derechos de autor, como otras entidades colectivas o licencias directas, pero se han encontrado con obstáculos legales, administrativos y culturales que dificultan su ejercicio y por otra parte también están los músicos y políticos que comen de Sayco desde hace daño y quienes defienden a muerte el monopolio legal amparado por el estado así como defienden otras políticas culturales corruptas.
En el caso del rock, este es uno de los géneros más marginados y estigmatizados por el sistema de gestión colectiva, los rockeros han denunciado en varias ocasiones que SAYCO no les reconoce ni les paga adecuadamente sus derechos de autor, ya que no tiene en cuenta sus particularidades ni sus necesidades. Por ejemplo, SAYCO no tiene un sistema eficaz para monitorear el uso real de las obras musicales en las diferentes plataformas digitales o medios masivos, tampoco tiene un criterio claro para asignar las tarifas o las cuotas por concepto de derechos de autor a los eventos o establecimientos donde se toca rock, no respeta ni promueve la diversidad musical ni cultural del país, sino que privilegia a ciertos géneros o artistas sobre otros. Por estas razones, muchos músicos rockeros han decidido desvincularse o no afiliarse a SAYCO y han buscado otras formas para proteger y gestionar sus derechos de autor.

¿Quién controla los espectáculos y los boletos en Colombia?
Los espectáculos musicales son una de las principales fuentes de ingresos para los artistas pero también son una de las actividades más reguladas y gravadas por el Estado y por las entidades privadas que intervienen en su organización y realización, esto incluye a los promotores, los productores, los recintos, las tiqueteras, las recaudadoras de derechos de autor y otros agentes que influyen en el precio, la calidad y la disponibilidad de los boletos y los eventos.
En Colombia, el mercado de los espectáculos y los boletos ha experimentado una serie de cambios y movimientos en los últimos años, que han generado preocupación e inconformidad entre los músicos, los usuarios y las autoridades. Estos cambios tienen que ver con la concentración, la competencia y la transparencia de las entidades que controlan este mercado, así como con los cobros excesivos e injustificados que se realizan por concepto de derechos de autor, impuestos, comisiones y otros conceptos, es increíble, pero Colombia todo lo corrompe, absolutamente todo hasta la música.
Para entender mejor la situación del mercado de los espectáculos y los boletos en Colombia, es necesario examinar algunos casos que muestran los problemas y las posibles soluciones.
Live Nation es la empresa más grande del mundo en cuanto a shows en vivo, con presencia en más de 40 países y una facturación anual de más de 11.000 millones de dólares. En 2021, Live Nation adquirió el 51% de Ocesa, la principal compañía de eventos y espectáculos en América Latina, con sede en México. A su vez, Ocesa compró el 51% de Páramo Presenta, una empresa colombiana fundada en 2008, que organiza eventos como el Festival Estéreo Picnic, el Festival Cordillera y conciertos de artistas nacionales e internacionales.
Esta operación ha generado una gran controversia en el sector cultural colombiano, pues implica la creación de un monopolio o un duopolio en el mercado de los espectáculos y los boletos, según algunos expertos y críticos, esta concentración puede tener efectos negativos para la diversidad musical, la competencia leal, la calidad del servicio y el precio justo para los consumidores.
Con este movimiento, Live Nation puede imponer sus condiciones a los artistas, a los recintos y a las tiqueteras que quieran trabajar con ellos, limitando sus opciones y su margen de negociación, puede favorecer a ciertos géneros o artistas sobre otros, según sus intereses comerciales o estratégicos, afectando la oferta musical disponible para el público, podrá aumentar el precio de las entradas o cobrar cargos adicionales por concepto de servicio, manejo o conveniencia, sin justificación ni transparencia, también restringir o dificultar el acceso a las entradas o a los eventos a ciertos segmentos del público, según sus criterios o políticas.
Pero cuando alguien habla o se levanta en contra de esto se es vetado, excluido, ridiculizado e incluso atacado, es impresionante como la impunidad se toma todas las áreas de la sociedad mientras no exista nadie que ejecute las leyes o que defienda a los ciudadanos.
Hablemos de otro problema, las tiqueteras son las empresas encargadas de vender y distribuir las entradas para los eventos y espectáculos musicales. En Colombia, existen varias tiqueteras que operan en el mercado, como Tu Boleta, Primera Fila, Ticket Express, Colboletos, entre otras. Sin embargo, algunas de estas tiqueteras han sido objeto de múltiples críticas y denuncias por parte de los usuarios y las autoridades, debido a su falta de eficiencia, transparencia y legalidad.
Estas tiqueteras de un momento a otro comenzaron con el cobro excesivo e injustificado por concepto de servicio, manejo o conveniencia, que puede llegar a representar hasta el 30% del valor de la entrada y el problema más grave es la falta de información o claridad sobre el precio final, la disponibilidad, la ubicación o las condiciones de las entradas o los eventos y la falta de atención o solución a las quejas, reclamos o solicitudes de los usuarios.

Entonces tenemos monopolios y mafias por todas partes en el negocio de la música y los espectáculos en vivo, mafias oficiales y no oficiales, tenemos poca claridad y control en las recaudadoras de derechos, en las tiqueteras, en los precios de los eventos, poca igualdad para con los emergentes e independientes.
Ya es hora de actualizar las leyes de derechos de autor y de controlar todas estas irregularidades que solo sirven para algunos pocos y voltear las cartas de lado de los artistas, los derechos de autor son una forma de proteger la creatividad y el trabajo intelectual de los autores de obras literarias, científicas y artísticas, les otorgan a los autores el control exclusivo sobre el uso y la explotación de sus obras, así como el reconocimiento de su autoría y el respeto a su integridad. Pero necesitamos una ley nueva, unas leyes nuevas, propuestas nuevas, pero nadie escucha.
En Colombia, la ley que regula los derechos de autor es la Ley 23 de 1982, que fue promulgada hace casi 40 años. Esta ley establece las condiciones, los límites y las excepciones para el ejercicio de los derechos de autor, así como las sanciones por su violación. También protege los derechos conexos de los intérpretes, los productores de fonogramas y los organismos de radiodifusión.
Pero desde 1982, el mundo ha cambiado mucho, especialmente en lo que se refiere al desarrollo tecnológico y al mercado global de la cultura, la aparición y el auge de internet, las plataformas digitales, los servicios de streaming y las redes sociales han transformado la forma de crear, distribuir y consumir obras musicales, audiovisuales y artísticas en general, estos cambios plantean nuevos desafíos y oportunidades para los autores y los usuarios de las obras protegidas por el derecho de autor, por un lado, se abren nuevas posibilidades de difusión, acceso y remuneración para los creadores, pero por otro lado, se generan nuevas formas de infracción, piratería y competencia desleal que afectan sus intereses legítimos.
En este contexto, surge la pregunta: ¿es suficiente y adecuada la Ley 23 de 1982 para regular los derechos de autor en Colombia en el siglo XXI? ¿Qué aspectos deberían modificarse o actualizarse para adaptarse a la realidad actual? ¿Qué experiencias o modelos se podrían tomar como referencia de otros países que han modernizado sus leyes de derechos de autor?
Hay problemas muy graves como la falta de claridad sobre el alcance y la aplicación de la licencia obligatoria para las obras musicales la cual permite a los usuarios obtener el derecho a reproducir o distribuir una obra musical previo pago al titular del derecho o a una entidad colectiva que lo represente, esta la ley no define con precisión qué tipo de usos están sujetos a esta licencia, ni cómo se debe calcular y pagar la remuneración correspondiente. Esto genera incertidumbre jurídica e inequidad entre los autores y los usuarios.
La falta de un sistema eficiente y transparente para la gestión colectiva de los derechos de autor. La gestión colectiva consiste en que una entidad autorizada por el Estado recauda y distribuye las regalías por el uso de las obras protegidas entre sus asociados o representados. En Colombia, existen varias entidades colectivas que operan en diferentes ámbitos (música, audiovisual, artes plásticas, etc.), pero no hay una coordinación ni una supervisión adecuada por parte del Estado. Esto genera problemas como la doble cobranza, el reparto injusto o tardío, la falta de información o rendición de cuentas y el abuso de posición dominante.
La falta de adaptación a las nuevas modalidades y formatos digitales. La ley no contempla expresamente las obras creadas o difundidas por medios digitales, como las obras multimedia, las bases de datos, los videojuegos o los podcasts. Tampoco regula adecuadamente los servicios en línea que ofrecen música o contenidos audiovisuales bajo demanda o por suscripción (streaming). Esto implica que no hay una seguridad jurídica ni una remuneración justa para los autores que utilizan estos medios o cuyas obras son explotadas por estos servicios.
La falta de equilibrio entre los derechos de los autores y los intereses de la sociedad. La ley no establece con claridad las limitaciones y excepciones al derecho de autor, es decir, los casos en los que se puede usar una obra protegida sin necesidad de autorización ni pago al titular. Estos casos suelen estar relacionados con fines educativos, culturales, informativos o de investigación. La ley tampoco reconoce el derecho de cita, el uso justo o el dominio público como mecanismos para fomentar la creatividad, el acceso y la difusión de la cultura.
Muy duro, tras el fracaso anunciado de políticas como “la economía naranja” de la cuál todo el mundo advirtió pero nadie escuchó, desde los abusos de Sayco y otras entidades, desde la creación de monopolios a micro mafias de círculos de amistades que se reparten las oportunidades y los dineros, hasta la inocencia del músico que solo quiere hacer música, Colombia es sencillamente un nido de mafiosos que usan a los artistas para lucrarse y generar imperios en donde el único perdedor siempre ha sido precisamente el artista.
Pero qué podemos hacer en un país en donde el vivo vive del bobo, a papaya puesta papaya partida, hecha la ley hecha la trampa y tantos dichos más por el estilo. ¿Díganme que podemos hacer al respecto en un país en donde ser un hampón es ser una abeja y no una rata? Nada, solamente torcerse o emigrar.
Colombia
Radiónica: La Confesión Tardía de un Sistema de Favoritismos en la Radio Pública Colombiana

La reciente declaración de Román González, exintegrante de Radiónica reconociendo que la emisora funcionaba como un “club cerrado” con favoritismos editoriales, solo confirma nuevamente lo que en Subterránica hemos denunciado durante años respecto a lo público en el país y ha desatado una ola de críticas y reflexiones sobre el papel de los medios públicos en Colombia. Esta admisión no solo confirma las sospechas de muchos artistas y oyentes que se sintieron excluidos, sino que también pone en tela de juicio la transparencia y equidad en la gestión de contenidos en una emisora financiada con recursos públicos, lo mismo que ha sucedido con casos como el de Rock al Parque o el de Sayco en los que todos se hacen los ciegos y sordos hasta que ya no hay nada que hacer.
Desde su creación en 2005, Radiónica se posicionó como una plataforma para la música alternativa y las voces emergentes, con el tiempo, surgieron críticas sobre la existencia de favoritismos y una falta de apertura hacia nuevos talentos. La reciente admisión por parte de un exintegrante de la emisora, reconociendo que Radiónica funcionaba como un “club cerrado” con favoritismos editoriales, confirma estas preocupaciones. Esta revelación plantea interrogantes sobre la transparencia y equidad en la programación de contenidos en medios públicos, la confesión de González confirma estas preocupaciones, evidenciando una contradicción entre el discurso inclusivo de la emisora y sus prácticas internas.
La existencia de favoritismos en la programación de una emisora pública puede tener implicaciones legales significativas. La Ley 80 de 1993 establece principios de transparencia y equidad en la contratación estatal, mientras que la Ley 1474 de 2011 busca prevenir actos de corrupción en la administración pública. Aunque estas leyes se enfocan en la contratación, los principios que promueven son aplicables a la gestión de contenidos en medios públicos, donde la equidad y la transparencia deben ser pilares fundamentales.
La situación de Radiónica refleja problemas más amplios en la gestión de los medios públicos en Colombia. Informes recientes han señalado irregularidades en RTVC, la entidad que agrupa a los medios públicos del país, incluyendo prácticas de nepotismo y falta de transparencia en la contratación . Estas prácticas minan la confianza del público y comprometen la misión de los medios públicos de servir al interés general.
La admisión de favoritismos en Radiónica debe ser un punto de inflexión para los medios públicos en Colombia. Es imperativo implementar reformas que garanticen la transparencia, la equidad y la inclusión en la programación y gestión de contenidos. Solo así se podrá restaurar la confianza del público y asegurar que los medios públicos cumplan con su misión de reflejar la diversidad y pluralidad de la sociedad colombiana.

Radiónica: El Día Que la Radio Alternativa se Miró al Espejo
La reciente reestructuración de Radiónica, una emisora pública colombiana que durante casi dos décadas ha sido un bastión de la contracultura y la música alternativa, ha generado un intenso debate sobre su papel en el panorama mediático nacional. La decisión de trasladar su señal a la banda AM, el retiro de un buen elemento como director en Bogotá y los cambios en su programación han sido interpretados por muchos como señales de una crisis más profunda en los medios públicos del país.
Lo que está ocurriendo con Radiónica es grave y preocupante, no solo desde el punto de vista cultural, sino ético y legal. La declaración pública de Román González —reconociendo abiertamente que Radiónica operó durante años como un “club cerrado” con favoritismos— constituye una admisión de prácticas que contradicen los principios de transparencia, pluralismo y servicio público que deben regir cualquier medio financiado con recursos del Estado.
Iván García renunció a la dirección de Radiónica tras 25 años, en plena crisis de RTVC: “por mi dignidad, por mi salud mental”
https://www.elcolombiano.com/colombia/ivan-garcia-renuncia-radionica-crisis-rtvc-25-anos-KO27296518
Esta confesión no es menor, si un funcionario o colaborador de un medio público admite que existían criterios no objetivos para decidir qué contenidos se difundían y cuáles no, estamos frente a una vulneración del derecho al acceso equitativo a los medios, especialmente grave cuando hablamos de músicos, creadores y gestores culturales que nunca tuvieron oportunidad de ser escuchados simplemente por no estar en la “rosca”.
Román no solo “se confesó”, también señaló un problema estructural. Y aunque haya quien lo vea como un acto de honestidad, lo cierto es que legitima años de exclusión y arbitrariedad. Lo más grave es que no hay consecuencias aún. ¿Se abrirá una investigación? ¿Se auditarán las prácticas de RTVC? ¿Se reparará a los artistas marginados? Por ahora, solo hay silencio institucional.
Contexto Institucional y Crisis en RTVC
La situación de Radiónica no puede analizarse aisladamente. Forma parte del Sistema de Medios Públicos RTVC, que en los últimos años ha enfrentado múltiples controversias. Informes de la Contraloría General de la República revelaron irregularidades contractuales y deficiencias en la gestión de recursos, incluyendo pérdidas significativas por contratos incumplidos .
Se agudiza la crisis en RTVC por Hollman Morris: directora de Señal Colombia denunció maltrato laboral
https://www.infobae.com/colombia/2024/01/10/crisis-en-rtvc-directora-de-senal-colombia-denuncia-maltrato-laboral-y-caos-en-programacion/?utm_source=chatgpt.com
Además, la llegada de Hollman Morris a la gerencia de RTVC en 2024 intensificó las tensiones internas. Se han reportado casos de maltrato laboral y acusaciones de que la programación de los medios públicos ha sido utilizada para promover una agenda gubernamental específica, reduciendo la diversidad de voces y perspectivas .
¿El nepotismo se tomó RTVC? Así lo convirtieron en una cadena de favores
https://cambiocolombia.com/personajes/el-nepotismo-se-tomo-rtvc-asi-lo-convirtieron-en-una-cadena-de-favores?utm_source=chatgpt.com
La transformación de Radiónica refleja los desafíos más amplios que enfrentan los medios públicos en Colombia. La emisora, que alguna vez fue símbolo de diversidad y apertura, ahora se encuentra en una encrucijada, cuestionada por sus propias contradicciones y por el entorno institucional en el que opera.
Este momento invita a una reflexión profunda sobre el papel de los medios públicos en la promoción de la cultura y la diversidad y sobre la necesidad de estructuras más transparentes y participativas que realmente representen la riqueza y pluralidad de la sociedad colombiana, pero sobretodo invita a que los entes de control y el pobre e incrédulo público del país, comiencen a escuchar las denuncias que se han hecho desde hace años y que muchos han ridiculizado hasta que les toca callarse cuando alguien del mismo entorno lo saca a la luz, no es primera vez que sucede, recuerden cuando Hugo Ospina le renunció por Facebook al hoy secretario de Cultura Santiago Trujillo por la corrupción de Idartes.
Durante años varios agentes han (hemos) denunciado cientos de irregularidades en los medios, en los eventos y festivales públicos, en los aparatajes culturales del estado y solo han sucedido dos cosas, que la justicia mira para otro lado y que las personas sencillamente no tienen la capacidad para aceptarlo hasta que ya es muy tarde. Y es en este momento en donde hacen falta tantos espacios. La crisis de Radiónica, de donde ya han sacado a muchos que la construyeron durante años pero que no están de acuerdo con la agenda y la doctrina que se quiere imponer, ha dejado cesantes a quienes valían la pena a pesar de haberle dado todo.
¡Colombia siendo Colombia!
Colombia
Desde las tinieblas de Chille Dies Irae llega a Colombia con su gira de Black Metal Infernal

Bajo el oscuro abrazo del invierno del año 2000 en Rancagua (Chile), cuatro mentes inquietas por lo blasfemo y lo apocalíptico dieron vida a Dies Irae, banda que toma su nombre del latín “El día de la ira”. Desde entonces, su música ha sido una marcha constante hacia lo más profundo del Black Metal sudamericano combinando lírica sacrílega, oscuridad sonora y una visión inquebrantable de la escena extrema.
Su historia comenzó con el demo “Desde el trono” (2002), cinco pasajes de agonía grabados en Estudios Robledal, que recorrieron de norte a sur el territorio chileno. Este primer material los llevó a compartir escenario con grandes exponentes del metal nacional y a participar en eventos como el Bio Bio Black Metal Fest “Metal of Lord”, donde Rancagua tuvo su representación infernal.
En 2006 llega su primer álbum completo, “Orgullosos del poder oscuro”, una producción de siete temas grabada nuevamente en Estudios Robledal y difundida al extranjero. En esa misma etapa, con nuevos integrantes más comprometidos con la causa oscura, la banda dio su primer paso fuera de Chile con una presentación en Mendoza (Argentina), junto a Death Gardens y Septicemia.

Ese mismo año, “Rebelión”, uno de los temas más representativos del álbum, fue seleccionado para su primer videoclip, marcando así una nueva era audiovisual para la banda.
Martillazos, videoclips y giras internacionales
En 2010 lanzaron “Mil Martillazos de Ira”, su tercer trabajo, con ocho temas grabados en estudios Ra de San Francisco de Mostazal. Al poco tiempo, junto a la productora MadColor, se grabó el segundo videoclip para el tema “Nocturna Reverencia”, lo que derivó en una extensa gira nacional.
En 2012 la banda recibió una invitación para girar por Ecuador, expandiendo aún más su dominio infernal. Ese mismo año, Dies Irae participó en el split “VOMITUS ET SERPENTIUM”, junto a Undertaker of the Damned, lanzado por Australis Records, alianza que se repitió en 2022 con la segunda entrega del split, “Bismegisto Vomitus et Serpentium II”.
La visión del caos y la conquista de Colombia
En 2023, Dies Irae desató su cuarto y más reciente ataque sonoro: “La Visión del Caos”, una obra de nueve himnos infernales en formato digipack, nuevamente bajo el sello Australis Records.
Ahora, en mayo de 2025, la tormenta negra de Chile llega a Colombia. Dies Irae se presentará en tres ciudades del país:

Medellín – 22 de mayo, Bar Barnaby
Manizales – 23 de mayo, Bar Plug and Play
Bogotá – 24 de mayo, Sound City
En estas fechas estarán acompañados por un cartel de peso pesado de la escena extrema nacional: Sforzando (Medellín), Narcocracia (Bogotá), Slave of Chains (Medellín), Licantropía (Bogotá) y Fúnebre (Manizales).
Colombia
Luna Cáustica: la introspección hecha música desde Medellín

Desde las profundidades sonoras de Medellín, una nueva propuesta musical busca conectar con quienes entienden la melancolía como parte del viaje. Luna Cáustica, proyecto liderado por la artista Carolina, fusiona lo electrónico y lo orgánico para invitar a la introspección a través de texturas sonoras cuidadosamente elaboradas.
Con influencias que van del post punk al shoegaze, pasando por el rock synthpop y el electropop, Luna Cáustica construye atmósferas donde la tristeza y la soledad no son enemigos, sino puertas hacia uno mismo. Las melodías vocales dulces, las guitarras eléctricas y acústicas, y los sintetizadores con capas envolventes hacen de cada canción una experiencia emocional y sensorial.
El proyecto viene trabajando desde hace varios años y actualmente se encuentra promocionando su más reciente producción discográfica: “Lo demás es viento” (2024). Además, Carolina ya prepara el lanzamiento de un nuevo sencillo en junio de 2025, como adelanto de lo que será su próximo álbum.
Próximos eventos
Para quienes quieran vivir su propuesta en vivo, Luna Cáustica tendrá dos presentaciones destacadas en las próximas semanas:

Sesiones Barnaby
📍 Barnaby Jhons, Envigado
📅 Jueves 19 de junio de 2025
🎟️ Entrada: $18.000 COP
RPM Records Bogotá
📍 RPM Records, Bogotá
📅 Viernes 27 de junio de 2025
🎟️ Entrada libre

Discografía destacada
Luna Cáustica (2012)
https://open.spotify.com/intl-es/album/2qWbxkJtF2VtBOv8YTzEWG?si=pA9MGu1UTHCRa52QTm5HQQ&nd=1&dlsi=d79a96b032c54bb5
Un día más (2022)
https://open.spotify.com/intl-es/album/0I9MTnDtTnZ2n2PdotiaQL?si=-7ueV_fuTrybzW5ng8CLiQ&nd=1&dlsi=5520810da7c140ba
Lo demás es viento (2024)
https://open.spotify.com/intl-es/album/6SEsqQ5agVBdttCYtQujiF?si=zi9tc7NWT5m8TFF3FDjfeA
En tiempos donde lo inmediato reina, proyectos como Luna Cáustica apuestan por el poder de lo íntimo, lo lento y lo reflexivo. Una propuesta para escuchar con atención, ideal para quienes encuentran belleza en la nostalgia.
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