Colombia
Cómo los músicos colombianos pierden millones por culpa de los intermediarios, las leyes y el mercado: un análisis sobre recaudadoras, tiqueteras y nuevos monopolios.
Con la compra de Páramo Presenta por parte de Live Nation se complica aun más el panorama de la industria para los músicos nacionales.

Los músicos son uno de los colectivos más afectados por la falta de una ley de derechos de autor acorde con la realidad actual, no solo tienen que enfrentar las dificultades normales que enfrentan los artistas en ascenso como la competencia, la informalidad, la falta de apoyo, las escenas toxicas o incluso todos los cambios que causó la crisis sanitaria, sino que también tienen que lidiar con un sistema de gestión colectiva que no les garantiza una remuneración justa y equitativa por el uso de sus obras.
En Colombia, la entidad encargada de recaudar y distribuir los derechos de autor por la comunicación pública de las obras musicales es la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia (SAYCO), una empresa privada que fue fundada en 1945 y ellos dicen representa a más de 9.000 compositores nacionales y extranjeros y tiene convenios con más de 100 sociedades homólogas en el mundo.
Sin embargo, SAYCO ha sido objeto de múltiples críticas y denuncias por parte de los músicos, los usuarios y las autoridades, debido a su falta de transparencia, eficiencia y legalidad, ha sido una entidad llena de escándalos y deshonestidad, algunas de las acciones que se le han comprobado son:
-El cobro excesivo e indiscriminado por concepto de derechos de autor a establecimientos comerciales, eventos públicos o privados y plataformas digitales que utilizan música.
-El reparto injusto o tardío de las regalías a los compositores, sin tener en cuenta el uso real o potencial de sus obras.
-La falta de información o rendición de cuentas sobre el recaudo y la distribución de los derechos de autor.
-El abuso de posición dominante y el impedimento a la libre competencia en el mercado de la gestión colectiva.
-Los escándalos por corrupción, malversación, fraude y evasión fiscal que han involucrado a sus directivos y empleados.

Estos problemas han generado un descontento generalizado entre los músicos, que se sienten desprotegidos y vulnerables frente a SAYCO y muchos de ellos han optado por desafiliarse o buscar otras alternativas para gestionar sus derechos de autor, como otras entidades colectivas o licencias directas, pero se han encontrado con obstáculos legales, administrativos y culturales que dificultan su ejercicio y por otra parte también están los músicos y políticos que comen de Sayco desde hace daño y quienes defienden a muerte el monopolio legal amparado por el estado así como defienden otras políticas culturales corruptas.
En el caso del rock, este es uno de los géneros más marginados y estigmatizados por el sistema de gestión colectiva, los rockeros han denunciado en varias ocasiones que SAYCO no les reconoce ni les paga adecuadamente sus derechos de autor, ya que no tiene en cuenta sus particularidades ni sus necesidades. Por ejemplo, SAYCO no tiene un sistema eficaz para monitorear el uso real de las obras musicales en las diferentes plataformas digitales o medios masivos, tampoco tiene un criterio claro para asignar las tarifas o las cuotas por concepto de derechos de autor a los eventos o establecimientos donde se toca rock, no respeta ni promueve la diversidad musical ni cultural del país, sino que privilegia a ciertos géneros o artistas sobre otros. Por estas razones, muchos músicos rockeros han decidido desvincularse o no afiliarse a SAYCO y han buscado otras formas para proteger y gestionar sus derechos de autor.

¿Quién controla los espectáculos y los boletos en Colombia?
Los espectáculos musicales son una de las principales fuentes de ingresos para los artistas pero también son una de las actividades más reguladas y gravadas por el Estado y por las entidades privadas que intervienen en su organización y realización, esto incluye a los promotores, los productores, los recintos, las tiqueteras, las recaudadoras de derechos de autor y otros agentes que influyen en el precio, la calidad y la disponibilidad de los boletos y los eventos.
En Colombia, el mercado de los espectáculos y los boletos ha experimentado una serie de cambios y movimientos en los últimos años, que han generado preocupación e inconformidad entre los músicos, los usuarios y las autoridades. Estos cambios tienen que ver con la concentración, la competencia y la transparencia de las entidades que controlan este mercado, así como con los cobros excesivos e injustificados que se realizan por concepto de derechos de autor, impuestos, comisiones y otros conceptos, es increíble, pero Colombia todo lo corrompe, absolutamente todo hasta la música.
Para entender mejor la situación del mercado de los espectáculos y los boletos en Colombia, es necesario examinar algunos casos que muestran los problemas y las posibles soluciones.
Live Nation es la empresa más grande del mundo en cuanto a shows en vivo, con presencia en más de 40 países y una facturación anual de más de 11.000 millones de dólares. En 2021, Live Nation adquirió el 51% de Ocesa, la principal compañía de eventos y espectáculos en América Latina, con sede en México. A su vez, Ocesa compró el 51% de Páramo Presenta, una empresa colombiana fundada en 2008, que organiza eventos como el Festival Estéreo Picnic, el Festival Cordillera y conciertos de artistas nacionales e internacionales.
Esta operación ha generado una gran controversia en el sector cultural colombiano, pues implica la creación de un monopolio o un duopolio en el mercado de los espectáculos y los boletos, según algunos expertos y críticos, esta concentración puede tener efectos negativos para la diversidad musical, la competencia leal, la calidad del servicio y el precio justo para los consumidores.
Con este movimiento, Live Nation puede imponer sus condiciones a los artistas, a los recintos y a las tiqueteras que quieran trabajar con ellos, limitando sus opciones y su margen de negociación, puede favorecer a ciertos géneros o artistas sobre otros, según sus intereses comerciales o estratégicos, afectando la oferta musical disponible para el público, podrá aumentar el precio de las entradas o cobrar cargos adicionales por concepto de servicio, manejo o conveniencia, sin justificación ni transparencia, también restringir o dificultar el acceso a las entradas o a los eventos a ciertos segmentos del público, según sus criterios o políticas.
Pero cuando alguien habla o se levanta en contra de esto se es vetado, excluido, ridiculizado e incluso atacado, es impresionante como la impunidad se toma todas las áreas de la sociedad mientras no exista nadie que ejecute las leyes o que defienda a los ciudadanos.
Hablemos de otro problema, las tiqueteras son las empresas encargadas de vender y distribuir las entradas para los eventos y espectáculos musicales. En Colombia, existen varias tiqueteras que operan en el mercado, como Tu Boleta, Primera Fila, Ticket Express, Colboletos, entre otras. Sin embargo, algunas de estas tiqueteras han sido objeto de múltiples críticas y denuncias por parte de los usuarios y las autoridades, debido a su falta de eficiencia, transparencia y legalidad.
Estas tiqueteras de un momento a otro comenzaron con el cobro excesivo e injustificado por concepto de servicio, manejo o conveniencia, que puede llegar a representar hasta el 30% del valor de la entrada y el problema más grave es la falta de información o claridad sobre el precio final, la disponibilidad, la ubicación o las condiciones de las entradas o los eventos y la falta de atención o solución a las quejas, reclamos o solicitudes de los usuarios.

Entonces tenemos monopolios y mafias por todas partes en el negocio de la música y los espectáculos en vivo, mafias oficiales y no oficiales, tenemos poca claridad y control en las recaudadoras de derechos, en las tiqueteras, en los precios de los eventos, poca igualdad para con los emergentes e independientes.
Ya es hora de actualizar las leyes de derechos de autor y de controlar todas estas irregularidades que solo sirven para algunos pocos y voltear las cartas de lado de los artistas, los derechos de autor son una forma de proteger la creatividad y el trabajo intelectual de los autores de obras literarias, científicas y artísticas, les otorgan a los autores el control exclusivo sobre el uso y la explotación de sus obras, así como el reconocimiento de su autoría y el respeto a su integridad. Pero necesitamos una ley nueva, unas leyes nuevas, propuestas nuevas, pero nadie escucha.
En Colombia, la ley que regula los derechos de autor es la Ley 23 de 1982, que fue promulgada hace casi 40 años. Esta ley establece las condiciones, los límites y las excepciones para el ejercicio de los derechos de autor, así como las sanciones por su violación. También protege los derechos conexos de los intérpretes, los productores de fonogramas y los organismos de radiodifusión.
Pero desde 1982, el mundo ha cambiado mucho, especialmente en lo que se refiere al desarrollo tecnológico y al mercado global de la cultura, la aparición y el auge de internet, las plataformas digitales, los servicios de streaming y las redes sociales han transformado la forma de crear, distribuir y consumir obras musicales, audiovisuales y artísticas en general, estos cambios plantean nuevos desafíos y oportunidades para los autores y los usuarios de las obras protegidas por el derecho de autor, por un lado, se abren nuevas posibilidades de difusión, acceso y remuneración para los creadores, pero por otro lado, se generan nuevas formas de infracción, piratería y competencia desleal que afectan sus intereses legítimos.
En este contexto, surge la pregunta: ¿es suficiente y adecuada la Ley 23 de 1982 para regular los derechos de autor en Colombia en el siglo XXI? ¿Qué aspectos deberían modificarse o actualizarse para adaptarse a la realidad actual? ¿Qué experiencias o modelos se podrían tomar como referencia de otros países que han modernizado sus leyes de derechos de autor?
Hay problemas muy graves como la falta de claridad sobre el alcance y la aplicación de la licencia obligatoria para las obras musicales la cual permite a los usuarios obtener el derecho a reproducir o distribuir una obra musical previo pago al titular del derecho o a una entidad colectiva que lo represente, esta la ley no define con precisión qué tipo de usos están sujetos a esta licencia, ni cómo se debe calcular y pagar la remuneración correspondiente. Esto genera incertidumbre jurídica e inequidad entre los autores y los usuarios.
La falta de un sistema eficiente y transparente para la gestión colectiva de los derechos de autor. La gestión colectiva consiste en que una entidad autorizada por el Estado recauda y distribuye las regalías por el uso de las obras protegidas entre sus asociados o representados. En Colombia, existen varias entidades colectivas que operan en diferentes ámbitos (música, audiovisual, artes plásticas, etc.), pero no hay una coordinación ni una supervisión adecuada por parte del Estado. Esto genera problemas como la doble cobranza, el reparto injusto o tardío, la falta de información o rendición de cuentas y el abuso de posición dominante.
La falta de adaptación a las nuevas modalidades y formatos digitales. La ley no contempla expresamente las obras creadas o difundidas por medios digitales, como las obras multimedia, las bases de datos, los videojuegos o los podcasts. Tampoco regula adecuadamente los servicios en línea que ofrecen música o contenidos audiovisuales bajo demanda o por suscripción (streaming). Esto implica que no hay una seguridad jurídica ni una remuneración justa para los autores que utilizan estos medios o cuyas obras son explotadas por estos servicios.
La falta de equilibrio entre los derechos de los autores y los intereses de la sociedad. La ley no establece con claridad las limitaciones y excepciones al derecho de autor, es decir, los casos en los que se puede usar una obra protegida sin necesidad de autorización ni pago al titular. Estos casos suelen estar relacionados con fines educativos, culturales, informativos o de investigación. La ley tampoco reconoce el derecho de cita, el uso justo o el dominio público como mecanismos para fomentar la creatividad, el acceso y la difusión de la cultura.
Muy duro, tras el fracaso anunciado de políticas como “la economía naranja” de la cuál todo el mundo advirtió pero nadie escuchó, desde los abusos de Sayco y otras entidades, desde la creación de monopolios a micro mafias de círculos de amistades que se reparten las oportunidades y los dineros, hasta la inocencia del músico que solo quiere hacer música, Colombia es sencillamente un nido de mafiosos que usan a los artistas para lucrarse y generar imperios en donde el único perdedor siempre ha sido precisamente el artista.
Pero qué podemos hacer en un país en donde el vivo vive del bobo, a papaya puesta papaya partida, hecha la ley hecha la trampa y tantos dichos más por el estilo. ¿Díganme que podemos hacer al respecto en un país en donde ser un hampón es ser una abeja y no una rata? Nada, solamente torcerse o emigrar.
Colombia
Subterránica Energy: La bebida oficial del Rock ya está en Bogotá.

Subterránica, el movimiento que le ha dado voz y fuerza al rock durante más de dos décadas, presenta hoy su creación más potente: Subterránica Energy, la bebida energizante pensada y diseñada especialmente para quienes viven la música al filo de la adrenalina. Esta bebida se convierte desde ya en la oficial del rock colombiano, y es la invitación perfecta para que músicos, amantes de la música en vivo, deportistas y público en general lleven su energía a otro nivel.
Subterránica Energy nace del espíritu incansable que acompaña a cada integrante de la escena: desde los músicos que dejan el alma en el escenario hasta aquellos fanáticos que nunca se pierden un acorde y se mantienen firmes, noche tras noche, festival tras festival. Es la recompensa lista para tomarse antes de un show, en medio del pogo o incluso al preparar el cuerpo antes de un gran entrenamiento.

Lo que hace diferente a Subterránica Energy no es solo su autenticidad, sino su composición perfectamente equilibrada para brindar energía prolongada y consistente. Cada lata contiene aminoácidos como la taurina y la prolina, que contribuyen a mejorar el rendimiento físico y mental durante horas intensas. Su mezcla exclusiva de vitaminas B1, B2, B3, B5, B6 y B12 le da el soporte necesario al metabolismo energético y la concentración; componentes que, junto a la dosis justa de cafeína y carbohidratos, activan tanto el cuerpo como la mente.
El sabor de Subterránica Energy se expresa como un riff potente: explosivo, vibrante y adictivo, ideal para acompañar maratones de conciertos, largas horas en la sala de ensayo o cualquier ejercicio que exija energía sostenida. No contiene grasas, grasas trans, ni sodio añadido, lo que la convierte en una alternativa limpia y eficaz.
La revolución energética ya empezó. Desde ahora, Subterránica Energy está disponible exclusivamente en bares clave de Bogotá donde se respira y se escucha rock: Ace of Spades, BBar, The Grange, Jackass y Rockxy son los primeros templos en sumarse a la experiencia. Pero esto es solo el principio, ya que la bebida puede ser solicitada para acompañar festivales, eventos especiales y conciertos de cualquier tamaño, llevando la actitud Subterránica a todos los escenarios.

Subterránica Energy es más que una bebida: es un símbolo para la comunidad que nunca baja el volumen ni la intensidad. Es la chispa para darlo todo, para vivir más fuerte, más alto y más auténtico.
Porque el rock no descansa y el público tampoco, Subterránica Energy es ahora el combustible oficial para resistir y disfrutar cada segundo al máximo.
Pueden pedir Subterránica Energy para sus eventos, salas de ensayo, gimnasios, festivales y cualquier espacio donde la energía y el rock sean protagonistas. Contamos con envíos a todo el país. Para informes y pedidos, contacta a director@subterranica.com o al WhatsApp 3153457532. Porque el rock va por dentro.
Colombia
Rock y Metal con peso propio: 16 bandas colombianas que dejaron huella real

La escena del rock y metal en Colombia es enorme y creativa… Y aunque aún es muy genérica y no hemos logrado encajar en el escenario mundial, en cada ciudad del país surgen constantemente nuevas propuestas que exploran sonidos, fusionan géneros y mantienen viva la llama del inconformismo musical. Pero cuando se habla de bandas que realmente han marcado una diferencia, aquellas con trayectoria sólida, logros verificables y reconocimiento más allá de los circuitos locales el panorama se reduce considerablemente.
Es fácil encontrar proyectos emergentes con potencial, e incluso con propuestas artísticas muy interesantes, pero que aún no han consolidado una discografía memorable, una carrera internacional o premios relevantes. Por eso, esta selección no se basa en gustos ni promesas, sino en hechos. A continuación, presentamos 16 bandas que, por sus logros, influencia y recorrido, merecen estar en cualquier compendio serio sobre el rock y metal colombiano como algunas de las mejores representantes de lo que podemos llamar “nuestro rock” para que les den un repaso y disfruten de recordarlas.
LOS SPEAKERS
En los años 60, cuando el rock aún era una curiosidad importada en Colombia, Los Speakers rompieron el molde. Pioneros del rock psicodélico en el país, marcaron una época con su disco La casa del sol naciente, que vendió miles de copias y les valió un disco de oro. Su propuesta sonora, atrevida para el contexto conservador de la época, pavimentó el camino para lo que hoy entendemos como rock colombiano.
GÉNESIS DE COLOMBIA
Un poco después, Génesis de Colombia aportó una visión más ambiciosa y progresiva. Su único álbum es hoy una pieza de culto entre coleccionistas y críticos, considerado un hito del rock fusión nacional. Con una instrumentación cuidada y exploraciones líricas profundas, Génesis elevó el estándar técnico del rock colombiano en los años 70.
KRAKEN
En los años 80, Kraken se convirtió en la banda insignia del heavy metal latinoamericano. Su poderosa voz principal, himnos inolvidables y presencia escénica los llevaron a giras internacionales y discos multiplatino. Su legado como ícono del género en el continente es incuestionable, y su figura sigue vigente como símbolo de identidad del metal colombiano.
THE BLACK CAT BONE
Ya en el siglo XXI, The Black Cat Bone apostó por el blues rock con una calidad interpretativa que los llevó a abrir conciertos para Deep Purple y Aerosmith. Su sonido crudo pero refinado, junto con su presencia en medios como Rolling Stone, demuestran que el rock clásico tiene espacio y prestigio en el panorama nacional actual, sin duda si hablamos de “rock” esto es de lo mejor que ha dado esta tierra.
KOYI K UTHO
En un territorio más industrial y distorsionado, Koyi K Utho ha sido el referente del metal industrial colombiano. Con discos lanzados por sellos y giras internacionales en EE.UU. y México, su puesta en escena y nivel de producción los han puesto a la par de bandas internacionales, compartiendo escenario con nombres como Slipknot y Marilyn Manson, es una de las pocas bandas que tiene una presencia y una propuesta que puede ser exportable en el país.
ATERCIOPELADOS
Aterciopelados probablemente no necesita introducción, ganadores de varios Grammy Latinos y pioneros del rock alternativo en español a nivel global. Con una propuesta original, ecléctica y poética, se consolidaron como la primera banda colombiana de rock en tener un impacto real fuera del país, llevando su mensaje de conciencia social y exploración sonora a audiencias de todo el mundo y aunque en sus últimos años se separaron del rock no puede negarse que fueron pioneros en muchos sentidos del género en el país, exportando no solo su música sino la cultura bogotana por el continente.
LA PESTILENCIA
En el terreno del punk-hardcore, La Pestilencia ha sido una de las agrupaciones más combativas e influyentes de América Latina. Sus letras críticas, cargadas de denuncia social, y su energía arrolladora los han llevado a una carrera sólida con giras por el continente y una comunidad fiel que los sigue desde los años 80.
LA DERECHA
La Derecha, por su parte, fue una de las bandas más destacadas del auge alternativo de los años 90 en Bogotá. Su mezcla de rock con elementos de la música latina y su estética sofisticada generaron una marca indeleble en la memoria colectiva de quienes vivieron esa efervescente década musical.
1280 ALMAS
1280 Almas ha sido una de las voces más coherentes del punk/rock colombiano desde los años 90. Con una discografía constante y un mensaje afilado, se convirtieron en bandera del underground local, manteniendo la independencia como principio estético y político.
CATEDRAL
En los rincones más oscuros del rock colombiano aparece Catedral, una de las agrupaciones más respetadas del rock alternativo nacional. Su sonido denso, lento y envolvente acompañado por una voz muy distintiva y el uso del violín, fue celebrado en festivales especializados, convirtiéndolos en banda de culto para quienes disfrutan del rock más introspectivo.
MASACRE
El death metal también tiene su historia escrita, en parte, por Masacre. Fundada en los años 80, esta agrupación logró lo que pocas en su género: reconocimiento internacional, sobretodo en estos últimos años en donde han cosechado con creces los frutos de una historia guerrera e ininterrumpida, consolodandose como la banda extrema más representativa de Colombia. Brutalidad, técnica y persistencia los han hecho leyenda viva.
UNDER THREAT
Under Threat, nacida a finales de los 90, ha consolidado una carrera sólida en el death melódico. Con giras por Europa y América Latina, discos elogiados por la crítica especializada y presentaciones en escenarios como Rock al Parque, han demostrado que el metal colombiano tiene proyección global.
EKHYMOSIS
Otra banda fundamental en esta historia es Ekhymosis, donde comenzó la carrera de Juanes. Su evolución del thrash agresivo hacia un sonido más accesible fue reflejo de una época de transición en el país, y su éxito radial los convirtió en protagonistas del rock colombiano en los años 90.
NEUROSIS
Neurosis, también fundada en 1987, se ha movido entre el thrash y el hardcore, destacándose por su disco Verdum 1916, que es considerado un clásico del metal nacional. Su mensaje político y sonido agresivo los mantuvieron como referencia del metal de contenido.
PARABELLUM
A principios de los 80, Parabellum encendió la chispa del metal extremo en Colombia. Su sonido primitivo y oscuro, con escasa producción y una estética cruda, los volvió objeto de culto entre los primeros fans del black metal, llegando a interactuar incluso en la escena escandinava.
PERPETUAL WARFARE
Finalmente y como un bono agregamos una banda actual activa que cumple con trayectoria, logros y calidad musical, Perpetual Warfare encarna la cara contemporánea del thrash colombiano con una propuesta veloz, crítica y altamente técnica. Han realizado giras por Latinoamérica y Europa, consolidándose como uno de los nombres más serios del metal extremo actual y demostrando que el legado del thrash en Colombia sigue más vivo que nunca.
Este recorrido por 16 bandas esenciales no pretende ser una lista definitiva, sino una radiografía de aquellos proyectos que, más allá del hype pasajero, han demostrado con trabajo y resultados que el rock y el metal colombiano tienen historia, profundidad y, sobre todo, futuro. Porque más allá del ruido o la moda, lo que perdura es la obra.
@subterránica
Colombia
Bogotá vivió la Primera Warm Up Party Oficial de Wacken en Latinoamérica

Ace of Spades Club en Bogotá fue testigo de una noche diferente en la historia del metal colombiano, la primera Wacken Warm Up Party oficial celebrada en el país y la única en toda Latinoamérica este 2025. Más de 250 asistentes llenaron el recinto para anticipar, sentir y celebrar la esencia del festival de metal más grande del planeta, pero también para ver cómo se forja desde aquí, con talento local y mucha terquedad, el puente hacia Wacken Open Air.
La idea de un warm up no es solo un concierto más, es la afirmación de pertenencia a una cultura global que se reconoce en ciertos códigos compartidos como el sonido, la estética, la hermandad del metal, pero que cobra vida con la identidad propia de cada escena local. Por eso, esta fiesta no solo fue un sello de “evento oficial”, sino una declaración de que Colombia se toma en serio su papel dentro del circuito internacional.
El cartel reflejó bien esa mezcla de raíces y proyección. INFO, la banda ganadora de la primeraedición de Wacken Metal Battle Sur América Región Norte, se presentó como la cabeza del cartel y mostraron una vez más por qué fueron los representantes en el escenario alemán. Con un set contundente y pulido, la banda combinó disciplina técnica con una presencia feroz que dejó claro su propósito, seguirse construyendo como una de las mejores bandas de la escena nacional.

Hubo espacio para honrar las influencias y el legado. Se presentaron tributos bien trabajados y recibidos con devoción, entre ellos Tribute 2 Wacken, una banda conformada para honrar el legado de Wacken en el mundo, quienes con invitados especiales hicieron un recorrido por las canciones representativas del festival. Estos actos sirvieron para subrayar la diversidad de corrientes que se cruzan en la escena local, desde el Groove Metal hasta los sonidos industriales con tintes poéticos y oscuros. Cada tributo no solo fue una nostalgia compartida, sino un recordatorio de las muchas genealogías del metal y del rock duro que siguen vivas en la memoria del público.
El ambiente fue, como debe ser en un warm up auténtico, íntimo y a la vez explosivo. No hubo barreras imaginarias entre bandas y público, el calor del Ace of Spades se cargó de buenos momentos, puños en alto y cuernos al aire, pero también de conversaciones, de músicos que se mezclaban con los fans, de planes que se tejían para futuros shows y colaboraciones. Fue la confirmación de algo esencial, que la escena no sobrevive solo por el virtuosismo técnico o la potencia de los amplificadores, sino por la comunidad.
Los organizadores Raúl Saavedra y Dick Carvajal de Wacken Latinos y Tour Concerts, destacaron que este evento marca un hito dentro del proyecto más amplio de consolidar estas fiestas en el país para que el público pueda sentir la vibra del festival. La Warm Up Party no es un show aislado, es un peldaño más en la construcción de un camino profesional para las bandas colombianas, que necesitan no solo visibilidad internacional, sino también público local que crea en ellas.

Esta primera edición también deja planteadas preguntas y desafíos, cómo hacer que el warm up se convierta en tradición anual, cómo diversificar las ciudades y los públicos, cómo dar espacio a más bandas emergentes sin perder la calidad. Pero si algo demostró la noche del Ace of Spades es que la base ya está, público leal, músicos preparados, productores comprometidos y un hambre de trascendencia que no se sacia con migajas.
No fue solo una fiesta previa para Wacken, fue una demostración de que el metal colombiano puede organizarse, celebrarse y proyectarse sin complejos, asumiéndose parte de una cultura global pero afirmando su voz propia. Fue la chispa necesaria para mantener encendido el fuego de un movimiento que ha resistido indiferencias mediáticas, recortes presupuestales y estigmas culturales.
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