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Rock y reguetón: la historia de mi amigo que se pasó al Dembow y escribió un libro sobre la revolución latina del Reguetón. Entrevista con Pablito Wilson.

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Los que me leen saben que soy un rockero de corazón que ama el sonido de las guitarras eléctricas, las baterías potentes y las letras rebeldes. Sé que muchos de ustedes comparten mi pasión por este género musical que nos ha acompañado durante décadas y que ha marcado nuestra identidad cultural. Pero también sé que hay otros géneros musicales que tienen su público y su valor, aunque no sean de nuestro agrado. Uno de ellos es el reguetón, ese ritmo urbano que se ha tomado las radios, las discotecas y las redes sociales con sus pegajosas melodías y sus polémicas letras y del cual muchos despotricamos en los bares.

Sé lo que están pensando: ¿qué hace este man hablando de reguetón? ¿Acaso se ha vendido al sistema? ¿O es que quiere burlarse de ese género que tanto detesta? Pues les voy a contar una historia que quizás les sorprenda y les haga reflexionar. Resulta que tengo un amigo, Pablito Wilson, que era tan rockero como cualquiera de nosotros, esta historia es diferente a la de tantos gestores que he conocido en el país que por afán del dinero dejaron el rock y se volcaron a buscar un espacio en la “industria” y ahora ganan dinerito y hablan pestes del rock.

Pablito ama la música y de hecho cuando comenzó a escribir comenzó escribiendo un libro de rock, pero hace unos años, algo cambió en su vida y de repente comenzó a interesarse por el Reguetón, obviamente me dio como una especie de comezón, pero después vi que el tema iba mucho más en serio de lo que yo creía, Pablito escribió uno de los libros referentes del género llamado “Reggetón: Entre El General y Despacito” y justo ahora está estrenando un segundo tomo llamado “Reggaetón: Una revolución Latina”.

Así que mis queridos lectores, he decidido enfrentar mis prejuicios y mis miedos y entrevistar a mi amigo Pablito Wilson, quiero saber qué piensa, qué siente, qué hace, qué sueña. Quiero conocer su historia, su proceso, su trabajo, quiero entender su pasión por el reguetón y ver si hay algo que podamos aprender los rockeros o sencillamente reforzar nuestra postura. Quiero hacer una entrevista divertida, respetuosa, sincera y profunda. Quiero hacer una entrevista en la que no voy a refutar nada sencillamente a escuchar para que cada uno de ustedes, así como yo, saquemos nuestras conclusiones.

¿Qué pasó Wilson con el rock? ¿Qué te motivó a escribir un libro sobre el reguetón y adentrarse en esa práctica?

Bueno hermano, pasaron muchas cosas. El rock sigue estando en mi vida naturalmente. Yo sigo escuchando mucho rock, casualmente en estos días escuchaba el nuevo disco de Metallica, que me pareció muy bueno. Lo que pasa también es yo entendí que al hablar de música no sólo estaba hablando de música sino también de otras cosas, entonces era muy bonito hablar de rock y contar cosas que pasan en el rock, pero también descubrí que el reguetón como un género pop mainstream me permitía funcionar como un vehículo para contar otras cosas. A mí posiblemente nadie me habría abierto micrófonos o al menos muchos espacios a los que he llegado con este libro de reguetón, no los habría tenido si no fuera porque estoy hablando de reguetón precisamente y son espacios donde yo he podido hablar de cómo es la realidad de las calles, de cómo se vive el sexo en la actualidad, del empoderamiento femenino, pero no porque yo sea un experto, sino porque sería triste haber hecho un libro de reguetón sin reconocer el talento de las mujeres que están haciendo cosas muy grandes dentro del movimiento, todo eso pasó.

¿Qué opinas de la crítica que se le hace al reguetón por su contenido sexual, violento o machista?

Yo creo que hay muchas cosas que están en debate en la actualidad y que no se trata simplemente de lo que piense yo, entonces me parece que toda crítica es válida. Me parece que es válido decir que el reguetón tiene un alto contenido sexual violento, machista, pero sí me parece triste cuando la gente se queda ahí y no mira a otros géneros musicales. Las letras del bolero y el tango a veces llegaban a ser súper machistas, porque también era el pensamiento de época, no se trata tampoco de satanizar al bolero y al tango, pero si vamos a hablar de machismo en serio, vamos a agarrar todos los géneros musicales, hablar que tienen de machistas o que tienen que se podría cambiar o se podría mejorar, sería bárbaro, bienvenido al debate, pero si se va a agarrar el reguetón como un chivo expiatorio en ese si no me monto.

¿Qué artistas de rock admiras o te han influenciado en tu carrera?

Muchos, mucho rock, vos que me conoces bien, sabes que yo he escuchado muchas cosas de rock, naturalmente que cuando empecé a formar mi mentalidad como persona que escuchaba rock más o menos a los 13 años, entré por Metallica, escuché muchas bandas, pero de las bandas que todavía me siguen gustando podemos nombra a Héroes del Silencio o The Police, Entonces bueno, un poquito más adelante me fui por el New Metal y por el Punk, siempre estoy escuchando rock, cosas más o menos mainstream, por ejemplo, yo creo que en este momento la única banda de rock mainstream que existe, o sea que puede llegar a espacios como los que llegaba el rock en sus grandes épocas es Maneskin y puede ser una banda pop, pero me parece que están haciendo algo super interesante.

¿Cómo ves la relación entre el rock y el reguetón en la actualidad? ¿Crees que hay una rivalidad o una colaboración entre ambos géneros?
No hay precisamente una colaboración pero a veces hay tolerancia, por ejemplo, en una ciudad como Medellín, el reguetón ha dado trabajo a muchas personas e ingenieros de sonido, entonces por ahí puedes encontrar un productor que produce reguetón, pero que escucha rock, que tiene amigos de bandas de rock, que mejor ejemplo de eso que el de Camilo Restrepo de providencia, el cantante de una de las bandas de reggae más grandes del país, que ha sido por muchos años el corista de Ñejo y es muy bacano porque entonces es como que “listo este mi trabajo con Ñejo, voy, canto hago esto, pero mi vida personal con la música que me gusta l vivo de la manera que me gusta”. Acercamientos entre rock y el reguetón los han habido, yo creo que el primer encuentro entre el rock y el reguetón, fue cuando Rabanes hace años hicieron una canción con Don Omar, creo que fueron súper visionarios, año 2004 más o menos, hicieron un temazo con Don Omar cuando el reguetón recién estaba saliendo, pienso que es un poco como dice Dréxler que no se trata tanto de atacar la música que no nos gusta, sino que podemos aprender de esa música o cómo podemos interpretar esa música de una manera que a nosotros nos parezca más adecuada.

¿Qué desafíos has enfrentado como autor de este libro? ¿Cómo los has superado?

Desafíos muchos, pero lo que pasa es que yo soy una persona muy previsora, por ejemplo, algo que yo sabía que me iba a pasar desde que comencé el libro es que no iba a ser fácil llegar a las fuentes, que no iba a poder llegar a todas las fuentes que quería y que muchas cosas no iban a salir como esperaba, en medio de ese panorama yo dije “bueno, a ver cómo lo voy a solucionar” entonces, por ejemplo, así escribí mi primer libro que es un libro de rock, es un libro donde yo simplemente opinaba y de vez en cuando metía el bocado de alguna persona, en cambio en este libro ya tenía una intención mucho más periodística y ya me ponía un poco más atrás como autor, porque si bien está mi opinión en él, ahora más que convencer a la gente de lo que yo pienso, lo que quiero es darle todas las herramientas para que la gente piense lo que quiera pensar, entonces entendí que me iba a tener que inspirar mucho en entrevistas de internet y combinarlas con entrevistas de producción propia, que siempre es lo ideal. Así que lo importante era tener una base muy sólida para que lo que yo no pudiera lograr en entrevistas lo pudiera sustentarse en esa base sólida.

Cuando vos agarras “Reguetón, una revolución latina” ves que es un libro que tiene muchísima información y tiene al menos unos 15 o 20 libros en la bibliografía y eso está entre las cosas que más me elogiaron en los medios de comunicación cuando salía a promocionarlo, creo que a la larga todo va hacia el mismo punto, trabajo duro, trabajo constante, trabajo de corazón y tratar de hacer el mejor trabajo posible.

¿Qué proyectos tienes para el futuro? ¿Te gustaría experimentar con otros géneros musicales?

Me gustaría mucho experimentar con otros géneros musicales, pero en este momento sí me quiero ir cada vez más a lo mainstream por esto que les contaba anteriormente, por ejemplo, el libro que estoy haciendo ahora es un libro muy mainstream y es un libro que va a hablar de amor, de familia, de salud mental y también va a hablar, digamos, de este mundo de la música mainstream, pop, urbana y reguetón. Entonces no descartó el día de mañana, de pronto hacer el libro de un músico de pop rock que admiro un montón, pero en este momento, si quiero un mensaje cada vez más mainstream, porque siento que estamos desaprovechando mucho los espacios de poder que tenemos en la sociedad y digo espacios de poder porque la gente que controla el poder creo que nos jode mucho, porque nosotros nos peleamos mucho entre nosotros, no aprovechamos espacios que podríamos usar para difundir un mensaje y contraatacar, entonces yo sí prefiero como irme detrás de esos espacios, por ejemplo que el día de mañana de pronto tenga un programa de entrevistas y entreviste a un YouTuber y que todo ese público que sigue este YouTuber me sea útil para decirle cosas a los jóvenes que verdaderamente importan y que verdaderamente les ayuden a comprender mejor lo que pasa en su país.

¿Qué mensaje quieres transmitir con tu libro?

El mensaje pues siempre va por la música, yo tengo muy claro que el libro es grande porque es un tema Pop, es un tema del que todo el mundo está hablando, un libro de reguetón es un tema hiper-vendible en cualquier medio de comunicación, entonces es muy fácil que a uno le abran puertas para una entrevista pero a la larga la única intención que tengo es la de hacer el mejor trabajo posible y que sentir que puedo cambiar algunas cosas, así sea una pequeña escala, cada vez que veo gente que me dice por ejemplo “No parce yo tenía otra visión del machismo y ahora entiendo mejor” pienso que estoy ayudando a cambiar cosas.

¿Qué prefieres: una guitarra eléctrica o un Dembow?

Yo soy un tipo al que incluso le cuesta elegir sus comidas preferidas, entonces a ver, incluso te diría que prefiero una guitarra eléctrica porque vengo de una estructura muy rockera, pero es muy relativo, porque por ejemplo, a lo largo de mi vida creo que he escuchado más Dance Hall que Rock, pero también lo que pasa es que en el rock es que el virtuosismo musical de algunos tiene que ver mucho con el haber sido músico de conservatorio, con el hecho de tener otro tipo de formación musical que en la música urbana, pero en lo urbano si vemos chicos con un talento enorme, con una capacidad de conectar con su público y eso no se puede demeritar y con una inteligencia muy grande que no será la inteligencia de la academia pero que muchas veces es “sabiduría de calle” que con dos o tres palabritas que te dicen te dejan pensando, porque son pibes que verdaderamente han tratado de comprender lo que ocurre a su alrededor.

¿Qué opinas de los rockeros que critican el reguetón? ¿Y de los reguetoneros que critican el rock?

A mí me parece que la crítica siempre es muy válida desde que se haga de un lugar de no de “criticar por criticar” sino de verdaderamente comprender lo que está sucediendo. Yo entiendo que hay músicos que están hartos de buscar espacios y no tener esos espacios porque están ocupados por otros géneros musicales y también entiendo que ahí hay algo de dolor que hace que a veces no se expresen de la mejor manera posible. Me parece que es súper válido, pero pues lo ideal es que demos un debate cada vez mejor. Incluso a mí me encantó cuando vos leíste mi primer libro de rock colombiano, que me dijiste, me encantó el libro, pero ahora estoy mucho más firme en lo que he pensado toda la vida y vos sabes que yo te admiro un montón como amigo, como músico, como organizador de eventos, pero tenemos formas muy diferentes de ver la escena nacional y de ver muchas cosas, me parece brutal eso, poder decir que nos admiramos mutuamente, pero tenemos formas muy distintas de verlo.

¿Qué le dirías a un fanático del rock que dice que el reguetón no es música? ¿Y a uno del reguetón que dice que el rock es aburrido?

Mira, yo creo que hace años un amigo músico lo explicó mucho mejor que yo. Él, como músico de academia decía que es ridículo decir que cualquier género musical no es música, yo creo que tenemos que elevar el nivel de debate, a mí una persona que me dice que el reguetón no es música, hasta me da pereza hablar con esa persona, en cambio una que me dice que el reguetón es aburrido es diferente, porque es una percepción que parte desde lo subjetivo, no parte de esa soberbia de querer tener la razón, sino decir “parce todo bien con el reguetón, pero no es mi onda” y me parece que está perfecto, si estoy hablando con una persona que es una persona que es súper abierta, músico, productor o algo así, le diría “bueno, píllate, esto es reggaetón, un poco diferente al reguetón mainstream, es una propuesta reggaetón feminista Argentina con unas letras súper ingeniosas”

¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos te gusta del rock? ¿Y del reguetón?

Lo que menos me gusta, el rock es el radicalismo absurdo. Porque existe el radicalismo que tiene una causa, digamos, el de las personas que se informan y entienden cómo funciona todo y dicen, yo me paro acá y de acá no me muevo, me parece una chimba, pero el radicalismo absurdo, el de odiar, sin siquiera tomarse el mínimo tiempo para leer Wikipedia, ese me rompe las pelotas.

Del Rock naturalmente que me encanta su libertad, su capacidad, digamos de llevar este mensajes transgresores. Me encanta el hecho de haber vivido un momento en el que el rock fue lo más grande que había a nivel mundial y que se lograron muchas conquistas. Me encanta ver que los chicos jóvenes que hoy escuchan reguetón también están escuchando rock y que pueden entender que sí, que el reguetón les gusta y con eso conectan con sus amigos y bailan con las chicas en la discoteca, pero pueden ir a su casa y escucharse toda la discografía de Iron Maiden, eso me encanta.

Y del reguetón, digamos que el contenido mainstream de hoy en día me jode un poco la inmediatez, que todo sea como tan efímero. Y, me gusta el hecho de que, al ser tan masivo, tan absurdamente masivo, cuando se mandan mensajes simples como ligados a ser buena persona, a colaborar con otros artistas, a reconocer artistas de otros géneros que fueron grandes en otras épocas, a llevar mensajes simples como está pasando ahora con las mujeres que simplemente quieren mandar un mensaje de unidad, de fortaleza, de valor en lo que dice la mujer que esos mensajes tengan un impacto tan gigante. Eso me encanta del reguetón y de toda la música mainstream de ahora.

Y entonces con la llegada de las IA y todo lo que sucede, que predicciones tienes para el futuro en estos géneros y en la música.

Uy el tema de las llegadas de la IA está jodidísimo, porque no hay que tenerle miedo a la tecnología, pero sí es cierto que toda la tecnología que nos está llegando apunta hacia el mismo lugar, abaratar la mano de obra y que cada vez las máquinas hagan que se dependa menos de las personas. Yo siempre pongo el ejemplo de cuando llegaron los teclados en los años 80, la gente decía “Wow” de la canción Final Countdown, decían “que buena canción” y sí era una canción tremenda y los teclados permitían polifonía, pero también significaba que iban a haber menos músicos en el estudio, entonces cada vez nos estamos volviendo más individualistas y cada vez se requerirá menos de la mano de obra. Es un panorama bastante complejo, yo creo que tenemos que ser lo más inteligente posible con la inteligencia artificial, acoplarla de la mejor manera posible, ver cómo nosotros podemos hacer cosas que sean, combinación entre nuestro talento y lo que permite la inteligencia artificial, porque si no nos va a comer vivos.

¿Dónde conseguimos el libro?

El libro está temporalmente agotado pero ya está próximo a llegar a las librerías en distintas partes del continente, entonces hay que estar super pendientes para preguntarlo, depende de la distribuidora de España, pero sé que va a ser muy pronto, así que en toda librería de confianza y sobre todo librerías que trabajen con títulos muy específicos de música. Ahí creo que lo pueden preguntar y si no es ahora en un par de semanas lo van a conseguir.

@felipeszarruk

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La necesidad de reformar la selección y formación de jurados en las convocatorias de arte en Colombia.

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Las convocatorias de arte en Colombia son fundamentales para fomentar la creación, circulación y reconocimiento de las expresiones culturales en el país, pero en nuestro amado país la transparencia y equidad en estos procesos han sido objeto de cuestionamientos debido a la poca rigidez en la selección y actuación de los jurados encargados de evaluar las propuestas. Este artículo analiza la importancia de establecer criterios claros y rigurosos para la selección y formación de jurados, con el fin de garantizar procesos justos y meritocráticos en las convocatorias de arte.

Los jurados desempeñan un rol crucial en las convocatorias de arte, ya que son responsables de evaluar y seleccionar las propuestas que recibirán estímulos o reconocimientos. Su labor implica una gran responsabilidad, pues sus decisiones impactan directamente en la carrera de los artistas y en la promoción de la cultura en el país.

Para cumplir adecuadamente con esta función, los jurados deben contar con una formación académica sólida, experiencia en el campo artístico y una ética profesional que les permita actuar con imparcialidad y objetividad.

Mientras los jurados de arte en Colombia carezcan de una formación adecuada para ejercer dicha responsabilidad, mientras no comprendan las implicaciones éticas de su rol, y mientras continúe la práctica de seleccionar jurados que son amigos, colegas o integrantes activos de la misma escena artística —incurriendo en conflictos de interés evidentes—, las artes en el país seguirán ancladas en la mediocridad. La selección de ganadores no responderá a criterios objetivos ni profesionales, sino a redes de afinidad y favoritismo que perpetúan las mismas dinámicas de siempre.

Un jurado artístico debe ser, ante todo, un profesional integral: con formación académica sólida, experiencia verificable, y un conocimiento profundo del campo que evalúa. Ser músico, periodista o gestor no implica, por sí solo, estar capacitado para evaluar con justicia ni rigor. La curaduría y la evaluación requieren competencias específicas que no se improvisan.
Permitir que personas sin preparación asuman estas funciones es tan irresponsable como aceptar que un carnicero, por haber usado un cuchillo durante diez años, practique una cirugía. He sido testigo directo, incluso en eventos que he organizado, de decisiones absurdas y criterios completamente arbitrarios por parte de personas supuestamente “idóneas”, que desvirtúan por completo los procesos de selección.

Por ello, en mi participación en Alemania en la final de Wacken Metal Battle voy a documentar con rigor el proceso de elección de los ganadores, para ofrecer un ejemplo de transparencia y seriedad. Mi crítica no se dirige a un festival en particular, sino al sistema generalizado que afecta todos los niveles: desde los bares hasta los festivales organizados por entidades distritales.

Durante años hemos escuchado la frase “el estudio es solo un cartón en la pared”, como si la formación académica no tuviera valor. Pero precisamente esa actitud es parte del problema estructural que impide la profesionalización real del sector cultural en Colombia.

En Colombia, los requisitos para ser jurado en convocatorias de arte varían según la entidad organizadora. Por ejemplo, el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes permite la participación de personas sin título universitario, siempre que acrediten al menos diez años de experiencia en el campo artístico . Por otro lado, el Instituto Distrital de las Artes (Idartes) establece criterios específicos para la selección de jurados, evaluando aspectos como la formación académica, la experiencia profesional y la trayectoria en el sector cultural.

Estos requisitos no siempre garantizan la idoneidad de los jurados, ya que no se exige una formación ética formal ni se establecen mecanismos efectivos para prevenir conflictos de interés que es lo que realmente se aprende en la universidad, no a tocar la guitarra, se aprende a ser profesional, a establecer límites, a entender.

Diversos casos han evidenciado deficiencias en la selección y actuación de jurados en convocatorias de arte en Colombia. Por ejemplo, en la Beca de Programación de Artes Plásticas en Bogotá – Red Galería Santa Fe del Portafolio Distrital de Estímulos 2020, se presentó un caso en el que una jurada fue inhabilitada por conflicto de intereses, ya que tenía una propuesta habilitada para concursar en la misma convocatoria .

Además, se han reportado situaciones en las que jurados han otorgado puntajes perfectos a propuestas, sin una justificación clara, lo que genera sospechas sobre la imparcialidad del proceso. Estos casos evidencian la necesidad de establecer mecanismos más rigurosos para la selección y supervisión de los jurados entre cientos de casos que se han denunciado. Y es que seamos honestos, en el caso de la capital, eso de “bogotanos” escogiendo “bogotanos” en donde casi todos se conocen unos a otros, no es algo ético, inevitablemente habrá conflicto de intereses y amiguismos, y es igual en todas las regiones.

Para garantizar la transparencia y equidad en las convocatorias de arte, es fundamental establecer requisitos académicos mínimos: Exigir que los jurados cuenten con formación académica en áreas relacionadas con el arte y la cultura, lo que les permitirá tener una base teórica sólida para evaluar las propuestas, hay que desarrollar cursos o talleres obligatorios sobre ética profesional y conflictos de interés, para que los jurados comprendan la importancia de actuar con imparcialidad y objetividad.

Sobre todo hay que establecer mecanismos de supervisión y evaluación del desempeño de los jurados, con el fin de identificar posibles irregularidades y tomar medidas correctivas cuando sea necesario, si la convocatoria es pública, el proceso debe ser público o al menos documentado en audio y video.

La propuesta verdadera sería invitar a expertos nacionales e internacionales que no tengan vínculos directos con los participantes, para reducir el riesgo de conflictos de interés y asegurar una evaluación más objetiva que es lo que sucede siempre.

La selección y formación de jurados en las convocatorias de arte en Colombia es un aspecto crucial para garantizar procesos equitativos. Es necesario establecer criterios claros y rigurosos que aseguren la idoneidad de los jurados, así como mecanismos de supervisión que prevengan y sancionen posibles irregularidades. Solo así se podrá fortalecer la confianza en las instituciones culturales y promover el desarrollo artístico en el país.

Es responsabilidad de las entidades organizadoras y de la sociedad en general velar por la integridad de estos procesos, reconociendo que el arte y la cultura son pilares fundamentales para el desarrollo social y la construcción de una identidad colectiva.

Lo realmente interesante, es que los artistas mantienen una actitud absolutamente pasiva ante esto cuando se trata de convocatorias del gobierno o de organizaciones internacionales, nadie dice nada, se quedan callados intentando durante años participar, pero cuando sucede algo en un espacio independiente entonces atacan como si fueran panteras que no han comido en días. Y esto último es real, tal vez la motivación para permanecer inofensivo es que el hambre en Colombia siempre será más importante que las artes.

Felipe Szarruk. PhD(c) En periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, Magister en Estudios Artísticos de la Facultad de Artes Asab. Músico y Comunicador Social.

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Estas son las bandas preseleccionadas en la convocatoria distrital de Rock al Parque 2025

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Atentos, estos son las bandas preseleccionadas por el jurado para las audiciones de Rock al Parque 2025: (En orden de puntaje)

BUHA 2030
HEREJÍA
ENTROPIA
DEVASTED
V FOR VOLUME
VEIN
THRESHOLD END
NONSENSE PREMONITION
SOMBERSPAWN
UNAUTHORIZED
OKINAWA BULLETS
APOLO 7
AGRUPACIÓN SOUTHERN ROOTS
RELATOS VAGABUNDOS
LIKA NOVA
SIN PUDOR
DEAD SILENCE
LAURA ROMÁN
PIANGUA
SIN NADIE AL MANDO
HERMANOS MENORES
URDANETA
LUTTER
K93
METAL SEVICIA
COUNTERLINE
PRAVE
KEEP THE RAGE
CHIMÓ PSICODÉLICO
BISELAD
AGRUPACIÓN PIEL CAMALEÓN
MORTALEM
GENERAL BONG
BAT HABITS
YO NO LA TENGO
CUERVO ROJO
SKATMA

rockalparque2025 #idartes #RockAlParque

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Ennui y “El Día de la Ira”: La furia urbana hecha grunge y metal

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El power trío bogotano Ennui irrumpe con su segundo álbum de estudio “El Día de la Ira”, una obra que se erige como una radiografía sonora del caos contemporáneo y la fragilidad humana, fusionando con maestría el grunge noventero, el punk y el thrash metal. Con diez canciones que transitan por estados de conflicto, furia y catarsis, Ennui entrega un disco visceral y profundo que no solo descarga energía, sino que invita a una reflexión sobre la vida en la ciudad moderna.

Desde la apertura con temas como “Bogotá” hasta la canción que da título al álbum, la banda despliega riffs abrasivos y baterías contundentes que rozan el thrash, mientras las letras navegan entre la rabia, la frustración y la resiliencia. “Bogotá” primer sencillo y videoclip del álbum funciona como una introducción cruda y honesta a la realidad urbana, mostrando la ciudad como un espacio de tensión y transformación constante.

La canción homónima, “El Día de la Ira” se presenta como el núcleo conceptual del disco, una descarga de furia que refleja la catarsis colectiva ante las injusticias y el descontento social. La música de Ennui no se limita a ser un grito de protesta, sino que también es una experiencia estética completa, con un arte visual inspirado en el collage y el fotomontaje al estilo Dave McKean, que amplifica el mensaje del álbum y lo convierte en una obra integral, su edición de lujo es maravillosa y recuerda aquellos días de pasar tardes enteras descubriendo un disco.

El álbum se destaca por su capacidad para combinar la agresividad sonora con letras introspectivas que exploran la fragilidad humana y la lucha interna frente al caos externo, Ennui logra un equilibrio entre la crudeza del grunge y la intensidad del Metal, creando un sonido que remite a bandas icónicas como Alice in Chains y Nirvana, pero con un sello propio que lo hace imprescindible en la escena colombiana actual, además, la producción a cargo de Diego Guzmán Tafur y Dave Pacheco en 27A Studios aporta una calidad sonora que potencia cada riff y cada golpe de batería, haciendo que la experiencia auditiva sea tanto visceral como envolvente.

“El Día de la Ira” es más que un álbum; es una declaración de intenciones y un reflejo del espíritu urbano contemporáneo y la inspiración detrás del álbum radica en la experiencia del caos, la furia y la complejidad de la vida urbana en Bogotá D.C. La banda ha expresado que no son días fáciles y desde esa realidad difícil y tensa surge el impulso creativo para reflejar la ira y el descontento social que habita la ciudad.

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