Festivales e Industria
La gran importancia de los géneros en la música popular y la necesidad vital de seriedad en el conocimiento y el periodismo cultural.

La era de la posverdad es increíble, se han materializado de manera casi literal las distopias de libros que daban miedo como “1984” o “Un Mundo Perfecto”, nos acercamos cada día más a que películas como Idiocracia sean una realidad, sencillamente la información ha entrado a ser parte de las guerras culturales y la proliferación de medios para que cualquiera publique nos está llevando a una confusión tal que ya es difícil saber qué es y qué no es cierto. Hay personas que han creado sus micromundos a su forma, su gusto y no solo los defienden a muerte basados en el empirismo y la fe como si de una religión se tratase, sino que al igual que el fanatismo religioso, la ignorancia se está convirtiendo en un cáncer que no se puede combatir porque en el tiempo de “los ofendidos” toca callarse para no molestar a nadie. Sucede en todas las áreas del conocimiento y obviamente de una manera más pronunciada sucede en las artes.
La Relevancia Permanente de los Géneros Musicales en un Mundo en Evolución se mantiene de manera importante, pero preocupa mucho la proliferación de las voces sin formación ni conocimientos, que amparados en las redes sociales ahora pueden publicar cualquier cosa que se les venga a la cabeza o que pensaron en una noche de mal sueño e incluso fundamentarla con citas extraídas de ChatGPT para darle un toque de seriedad a un capricho a una distorsión subjetiva de la realidad.
La cuestión de si los géneros musicales siguen siendo relevantes en la era contemporánea ha levantado debates histéricos, algunos argumentan que los géneros han perdido su importancia, citando la fluidez y la evasión de etiquetas por parte de los artistas, así como los cambios en la forma en que consumimos y representamos la música, pero tengo que invitarlos a analizar esta perspectiva desde una óptica más amplia, reconociendo que los géneros musicales mantienen una influencia profunda en la forma en que percibimos, consumimos y nos relacionamos con la música, lo que busco con este artículo es explorar la continua relevancia y evolución de los géneros musicales en un mundo en constante cambio basado en el conocimiento acumulado por siglos sobre la teoría y la estructura no solo musical sino social de los géneros para defender el conocimiento, no mío, sino el universal de la música que está siendo manipulado por discursos absurdos por personas que están dentro de la generación del todo vale y el nada importa y que ya alcanzaron la edad para comenzar a publicar y a influir en la sociedad y lo están haciendo en algunos casos de maneras funestas en medios que alguna vez fueron importantes para la música popular como la revista “Shock” o la “Rolling Stone” y que ahora esgrimen banderas de ignorancia las cuales quieren hacer pasar como ensayos casi académicos.
En apariencia, los géneros musicales son categorías que ordenan y establecen fronteras entre estilos musicales en función de elementos compartidos, como la instrumentación, el tempo o la temática lírica… a lo largo de la historia, la industria fonográfica ha utilizado los géneros para segmentar a los consumidores y representar a diversas comunidades sociales, desde sus primeros días los géneros no solo han definido la sonoridad de la música, sino que también han encapsulado identidades y representaciones culturales, oh palabras que deben sonar anticuadas y odiosas para muchos hoy en día de lenguaje tan fácil.

Los géneros musicales no solo se refieren a elementos formales; también encapsulan históricamente la representación de grupos sociales y comunidades, durante décadas han sido utilizados para hablar de identidades y representaciones culturales, por ejemplo, el surgimiento de géneros como el country y el R&B en la década de 1920 no solo se centró en la sonoridad, sino también en la segmentación de comunidades de consumidores, marcando un inicio temprano en la conexión entre género musical e identidad social.
La llegada de artistas icónicos como Madonna en los años 80 marcaron un cambio fundamental en la percepción de los géneros musicales. Madonna capitalizó la conexión entre la imagen del artista y su música, redefiniendo la relación entre los músicos y sus audiencias. Su capacidad para jugar con los ritmos del momento y al mismo tiempo proporcionar una representación poderosa habló a comunidades con gustos individuales, otorgándoles la ilusión de ser representados.
A pesar de la amalgama de géneros musicales y las colaboraciones entre artistas de diferentes orígenes, los géneros siguen siendo relevantes. La experimentación y fusión de estilos demuestran la versatilidad de los músicos para crear nuevas expresiones artísticas. Estos cruces de géneros aún ocurren dentro de un marco de clasificación, donde se presentan como híbridos o fusiones, subrayando que los géneros siguen siendo esenciales para la organización y comprensión de la música.
La noción o mejor “la ilusión” de un consumo postgénero no implica la desaparición de los mismo, sino una adaptación y expansión de las formas en que los consumidores se relacionan con la música. La atención a la identidad de género, lo queer y la autenticidad de los artistas señala que los consumidores buscan verse validados en los artistas y en sus discursos, la relación entre el artista y la audiencia ha evolucionado, permitiendo una mayor identificación y participación de la audiencia en la creación de su propia identidad a través de la música.
Para comprender la relevancia de los géneros musicales, es fundamental analizar cómo se han desarrollado a lo largo del tiempo, no son entidades estáticas; están en constante evolución y cambio, adaptándose a nuevas influencias, tecnologías y culturas. De acuerdo con Negus (1999), los géneros son “formas específicas de práctica musical asociadas con ciertos tipos de actividades de producción, audiencias y contextos tecnológicos”. Esto resalta la interconexión entre la música y su contexto sociocultural.
La dinámica de los géneros musicales radica en su capacidad para representar y conectar a las personas. Por ejemplo, en el libro “La Música de las Sociedades Humanas” de Nettl (2005), se argumenta que los géneros musicales son esenciales para la identificación y cohesión de una comunidad. Estos géneros no solo establecen una estructura musical, sino que también definen subculturas y comportamientos asociados. Por tanto, los géneros no solo se limitan a la música en sí, sino que también abarcan valores, tradiciones y modos de vida.
También juegan un papel vital en la construcción y expresión de la identidad cultural. Según Bennett (2000), la música es “una forma en que las personas piensan sobre su lugar en el mundo y sobre sus relaciones sociales”, los géneros musicales se convierten en una herramienta mediante la cual las personas pueden identificarse con ciertos grupos sociales, valores y tradiciones culturales.
Esta identificación cultural se ha consolidado a lo largo de la historia, dando lugar a la formación de subculturas y movimientos sociales. Por ejemplo, el surgimiento del punk en la década de 1970 no solo representó un estilo musical, sino que también simbolizó un movimiento contracultural y una forma de rebelión. Así, los géneros no solo proporcionan etiquetas para la música, sino que también transmiten significados culturales y sociales más amplios.
En la industria y las políticas culturales también actúan como herramientas que facilitan el consumo y la representación de la música, los consumidores a menudo utilizan los géneros como guías para elegir la música que desean escuchar. Según DeNora (2000), la clasificación de la música en géneros permite a los oyentes establecer expectativas sobre la música antes de escucharla, lo que influye en sus elecciones de consumo, además, los artistas utilizan los géneros como una forma de representación, algunos pueden elegir trabajar dentro de un género específico para comunicar una identidad artística y conectarse con una audiencia particular. Por ejemplo, en su estudio sobre la música popular, Frith (2002) argumenta que los géneros permiten que la música tenga significado en términos de las personas que la hacen y las personas que la escuchan.
Sin discusión, para los músicos, para los estudiosos y amantes de la música y para lo que no los eliminan para robar y manipular de las políticas públicas, los géneros musicales siguen siendo relevantes en la era contemporánea debido a su capacidad para organizar, representar y conectar a las personas en un mundo en constante evolución. A pesar de la aparente fluidez y evasión de etiquetas por parte de los artistas, los géneros continúan siendo herramientas esenciales para comprender y experimentar la música. Su dinámica, su influencia en la identidad cultural y su función en el consumo y la representación de la música respaldan su importancia duradera. En última instancia, los géneros musicales siguen siendo una parte integral de nuestra experiencia musical y cultural y solo dejan de ser importantes para aquellos a los que nos les conviene que existan, por ejemplo para los periodistas de revistas que una vez fueron de rock pero hoy necesitan vender nuevamente, o para los curadores de festivales echados a menos que tienen que justificar la contratación de otros géneros para saquear el erario, o para aquellos “maestros del conocimientos” que adquirieron todo lo que saben en la vida de Dragon Ball y creen que el universo se mueve con esa filosofía. Es como la “titulitis” que le da a Colombia cada vez que se dan cuenta que los guerrilleros todos estudiaron maestrías y doctorados en el exterior mientras que los prominentes gobernantes a duras penas pasaron la primaria. Los géneros no existen para quien no les conviene que existan, así de simple y de sencillo, pero con esa creencia no van a borrar cientos de años de conocimiento acumulado en la música y la musicología.

¿Y cuál es el peligro para los festivales de música y otras actividades?
En la era contemporánea, los festivales de música han alcanzado una popularidad sin precedentes, convirtiéndose en uno de los principales medios de consumo musical. Estos eventos, que reúnen a miles de entusiastas de la música, a menudo se centran en géneros dominantes como la música electrónica, lo urbano y el pop, pero es posible que este enfoque pueda tener un efecto perjudicial en la riqueza y diversidad de la música, ya que puede llevar a una homogeneización de estilos y géneros.
¿Qué quiere decir esto? Que los organizadores, a menudo impulsados por motivaciones comerciales, tienden a favorecer artistas que se ajustan a ciertos géneros de mayor demanda y rentabilidad y esto puede crear un entorno en el que ciertos estilos y géneros musicales prevalezcan sobre otros, disminuyendo así la variedad y la riqueza que la música puede ofrecer y llevándose por delante incluso identidades como el caso de Rock al Parque en Colombia o el Festival de Jazz de Montreal en Canadá por decir algunos nombres.
Smith y Strand (2018) argumentan que la homogeneización de la música puede resultar en la pérdida de identidad y creatividad artística, al favorecer ciertos géneros, los festivales pueden limitar las oportunidades para músicos menos convencionales y emergentes, restringiendo así la diversidad musical que enriquece la cultura y la sociedad en general.
Los géneros musicales son fundamentales para comprender y apreciar la amplia gama de expresiones musicales disponibles, cada género lleva consigo su propia historia, contexto cultural y características distintivas, no solo definen la música, sino que también reflejan las identidades, las narrativas y las experiencias de diferentes comunidades.
En su estudio sobre géneros musicales, Martin (2019) destaca que cada género tiene su propia audiencia y propósito cultural, la diversidad de ellos permite a los oyentes encontrar conexiones significativas con la música y proporciona una plataforma para la expresión individual y colectiva. Se puede explicar de la siguiente manera, si lo que se quiere es crear festivales que tengan inclusión y variedad, en este sentido, Connell (2020) sugiere que es fundamental que los festivales mantengan una diversidad de géneros musicales para garantizar que representen adecuadamente la multiplicidad de expresiones culturales y artísticas que existen en la sociedad, pero si es un festival especializado que se ha creado para fomentar el desarrollo de un solo género como Rock al Parque entonces hay que respetar las jerarquías de los mismos y la coherencia. De lo contrario es mejor cambiar el nombre y la finalidad del festival o del espacio, no se puede tener un ministerio para la comunidad afro y que su ministro sea un rubio nórdico porque no los representa, tampoco se puede tener un Rock al Parque sonando cumbia o un Festival de Jazz de Montreal sonando reguetón por que la población específica es la que se ve afectada. En estos efectos es mejor una nueva denominación y objetivos.

¿Y los expertos que están publicando artículos en las revistas y portales?
En la era digital, cualquiera puede convertirse en “crítico musical” o “periodista” sin necesidad de una formación académica específica o de un conocimiento profundo en el área. Esto ha llevado a la proliferación de voces que emiten juicios y opiniones sobre música y otras formas de arte sin el respaldo de una metodología rigurosa o una base teórica sólida.
Schudson (2005) plantea que la tecnología moderna ha impulsado esta proliferación, facilitando la creación y distribución de contenido, lo que ha llevado a una disminución en las barreras para la entrada en la industria periodística y artística. Si bien la democratización de la expresión es valiosa, también ha generado una proliferación de opiniones y críticas basadas en subjetividad y experiencia personal, sin el respaldo de un análisis académico riguroso.
Uno de los campos más vulnerables a esta falta de rigor académico es la crítica musical. La música es una forma de arte profundamente subjetiva y, por lo tanto, es susceptible a opiniones personales que pueden no estar respaldadas por conocimientos musicales sólidos. En Colombia, con su rica diversidad musical, la crítica musical sin fundamento académico puede distorsionar la percepción de ciertos estilos, artistas o movimientos musicales.
En su análisis sobre la crítica musical, Moore (2014) destaca que la crítica debe ser informada y fundamentada en conocimientos especializados para contribuir de manera significativa al diálogo cultural. La falta de rigor académico en la crítica musical puede generar percepciones erróneas y estereotipadas sobre ciertos géneros, desviando la atención de propuestas artísticas valiosas y diversas.
Es interesante notar que, en campos como la medicina o el derecho, la publicación de contenido sin el respaldo de una formación académica sólida es considerada inaceptable. La comunidad reconoce la necesidad de un conocimiento profundo y una formación específica para abordar temas relacionados con la salud o la justicia.
En medicina, por ejemplo, la práctica no autorizada o la emisión de diagnósticos sin la capacitación adecuada están penadas y son vistas como una amenaza para la salud pública. Este contraste destaca la falta de regulaciones y la necesidad de educación sobre la importancia del rigor académico en la crítica y opinión sobre las artes.
La facilidad con la que se puede acceder y publicar contenido en la era digital en Colombia ha generado un panorama en el que cualquiera puede expresar opiniones sobre música y otras formas de arte. Sin embargo, esta democratización ha llevado a una proliferación de voces que a menudo carecen de rigor académico y conocimientos especializados.
Para preservar la integridad de la crítica musical y periodística en Colombia, es fundamental fomentar la formación académica sólida y promover la responsabilidad en la emisión de opiniones y juicios sobre arte y cultura. Solo a través de un enfoque informado y riguroso se pueden garantizar críticas valiosas que enriquezcan el diálogo cultural y promuevan una comprensión más profunda de la música y las artes en la sociedad.
La música es una forma de arte que ha existido desde tiempos inmemoriales, y ha sido una parte integral de la cultura humana. Los géneros musicales son una forma de categorizar la música en función de sus características, como la instrumentación, el tempo, el ritmo y la armonía. A lo largo de la historia, los géneros musicales han sido utilizados para describir y definir a los grupos sociales que consumen y producen obras musicales.
Así que señores, los invito a estudiar un poco más este campo que es maravilloso y enriquecedor y no a quedarse en los dogmas facilistas de la posverdad que tanto daño están haciendo.
Felipe Szarruk, doctorando en periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, Magister en Estudios artísticos de la Facultad de Artes ASAB, músico y comunicador social. Fundador de Subterránica.
Páez López, F. (2023, septiembre 19). ¿Importan los géneros? El Espectador. https://www.elespectador.com/entretenimiento/musica/importan-los-generos-ensayo-musica/
The Guardian. (2016, mayo 4). Pop, rock, rap, whatever: who killed the music genre? https://www.theguardian.com/music/2016/may/04/pop-rock-rap-whatever-who-killed-the-music-genre
Gómez, J. (2019, 18 de octubre). ¿Qué pasa con los géneros? [Artículo]. Shock. Recuperado de: 1 [5 de mayo de 2021].
Colombia
Inscríbete aquí en la edición para mayores del Monster del Rock Subterránica 2025. Bandas y solistas de todos los géneros del país.

Bienvenidos, abrimos convocatoria para la edición número quince del concurso El Monster del Rock Colombia 2025 en su etapa para bandas mayores de edad, emergentes o consolidadas, el circuito y competencia más tradicional e importante de Colombia para los géneros del Rock, el Pop y el Metal. Este es un concurso de alto nivel y su finalidad es encontrar los próximos grandes nombres del Rock Colombiano.
A través de un circuito de conciertos las bandas competirán entre sí para llegar a un solo ganador que ingresará a acompañar a los ganadores de las ediciones anteriores y se llevará más de 10 millones de pesos en premios reunidos en un paquete de asesoría, reconocimiento y circulación indispensable para el desarrollo del proyecto musical.
ATENTOS, LEER AL MENOS DOS VECES LAS CONDICIONES DE PARTICIPACIÓN
- Pueden participar bandas, agrupaciones o solistas de Colombia o del exterior residentes en Colombia cuyos integrantes sean todos mayores de 18 años de edad. Los proyectos pueden ser de cualquier género tradicionales dentro del Rock, Pop, Punk, Metal, fusiones en las cuales su jerarquía esté dentro del rock y géneros como el Ska, el Reggae y el Blues entre otros. El periodo de inscripción es del domingo 24 de marzo de 2025 hasta el viernes 11 de abril de 2025.
- El concurso es de inscripción paga de $30.000 pesos por músico, este valor es usado para subsanar gastos de promoción y producción, pero sobre todo para comprometer al músico a llegar a sus batallas. La inscripción solo se hará a través de NEQUI al número 3153457532 y no por separado sino de acuerdo con los integrantes de la banda. Ejemplo: Si es un solista se inscribe con $30.000 si es un dúo con $60.000 y así sucesivamente. La inscripción no es reembolsable. Esta inscripción no se paga al llenar este formulario, el comprobante de inscripción no se envía en este formulario sino al correo director@subterranica.com antes del cierre de la convocatoria.
- Reglas de las batallas:
No se puede usar pirotécnica en las presentaciones, Subterránica provee un ingeniero de audio, pero las bandas que quieran llevar su ingeniero podrán hacerlo.
- Subterránica provee un rider completo, si la banda requiere elementos adicionales deben llevarlos. Bateristas por favor lleven pedal, platos y en lo posible redoblante, estos no están dentro del rider. Habrá roadie en cada batalla.
- La música debe ser completamente original, no pertenecer al catálogo de ninguna sociedad de recaudo o editorial, es decir deben estar libres para su interpretación en vivo y el compositor debe ser parte de la agrupación o el solista, las bandas deben ser independientes. En caso de que alguna composición pertenezca a una sociedad de recaudo el compositor firmará una excepción de derechos para la noche de su batalla.
- El ganador de El Monster del Rock Subterránica edición número quince recibirá el siguiente paquete de premios:
- Grabación de un EP de cuatro temas en Symmetry Estudios en Bogotá, captura, producción y Mezcla. Master final, estudio especializado en Rock y Metal.
- Tiempo de estudio en GUITAR LABS el estudio de guitarras más especializado en Latinoamérica, para capturas de guitarras, bajos y voces.
- Book profesional fotográfico por White and Color
- Un cupo en el Festival GAS PIMIENTA 2026 en Panamá (El premio es el slot en el festival, la banda o solista debe llegar al escenario)
- Bonos de consumo en Bbar
- Acompañamiento de seis meses por Independent Booking Artist Management y/o Hodson Música para el ganador. Este premio se puede dividir en dos bandas, la ganadora y el segundo lugar.
- Un taller Gratuito de sobre Organización interna del emprendimiento musical por la Fundación Fomentar Desarrollo y una master class de diseño gráfico aplicada a proyectos musicales.
- Página web profesional por IT Experience para la banda y si tienen, rediseño y profesionalización
- Y por supuesto la mano Subterránica que corona al Monster De Rock. Y para celebrar, seis botellas de vino artesanal Santa Rosa elaborado por Fabián Romero.
- OJO, los premios tienen seis meses para ser reclamados, si el ganador no acepta y reclama los premios en este lapso ya no podrá hacerlo.
- Las batallas serán en tandas entre cuatro y cinco bandas para escoger un solo ganador que irá a la semifinal. El ganador es escogido por dos jurados y el público para tres puntos. Un punto por cada jurado y un punto del público.
- Todas las bandas del país deben llegar por sus propios medios al escenario en Bogotá, las bandas de fuera de Bogotá que ganen la batalla pasarán directamente a la final, las bandas de Bogotá, Boyacá, Meta y Cundinamarca que ganen su batalla participarán en semifinales en Bogotá. Si se inscriben un mínimo de cinco bandas de una ciudad o región en específico se considera abrir la fecha en la ciudad o una ciudad central para la región.
- HAY CAUSALES INAPELABLES DE DESCALIFICACIÓN:
- Cualquier acto de agresión tanto hacia colegas de otras bandas, al ingeniero de sonido o a cualquier persona u organización de la producción, sea físico, verbal o a través de medio digital descalifica a la banda inmediatamente. Poner en entredicho la integridad del concurso, de otras bandas o de los agentes que se involucran con publicaciones ofensivas en redes sociales es causal de descalificación inmediata y retiro de las bases de datos y redes involucradas en el evento. Recuerden: Esto más que un concurso es también un circuito, usted debe saber que solo hay un ganador y si su banda no gana no quiere decir que el concurso sea “comprado” o “corrupto”, la banda debe tener la madurez musical e intelectual para participar en un concurso, en una competencia de manera seria y responsable, el nivel de El Monster del Rock siempre es muy alto y cualquier banda puede ganar, si usted o su banda no están preparadas para una competición entonces considere su participación.
- Omitir información sobre la pertenencia a alguna editora o sociedad de recaudo es causal inmediata de descalificación.
- Si una banda destruye los equipos de los escenarios será descalificada y deberá asumir su compra o reparación.
- Cada banda tendrá media hora para su espectáculo y un cambio de no más de 15 minutos, el orden se establecerá por sorteo antes de cada batalla.
- Las fechas se armarán por sorteo, no serán especializadas en ningún género, todos contra todos, si una banda tiene problemas con su fecha debe cambiar con otra banda por su cuenta.
- Se permite cualquier elemento que los artistas quieran usar que no sea pirotecnia, como pendones, vestuarios, otros elementos en el escenario. Para garantizar la igualdad no se acepta refuerzo de luces o backline. Se permiten cabezotes, pedales, modeladores, etc.
Estamos muy emocionados por los 15 años de este evento y por ver y escuchar diferentes géneros y mucha música original. De antemano gracias por participar en el Monster del Rock Subterránica 2025.
Para inscribirse deben rellenar el siguiente formulario:
Festivales e Industria
Maná hace historia: Primera banda en español nominada al Rock & Roll Hall of Fame

El Rock & Roll Hall of Fame ha anunciado la lista de nominados para su clase 2025 y por primera vez en la historia una banda de habla hispana ha sido considerada para este prestigioso reconocimiento. Se trata de Maná, la legendaria agrupación mexicana que ha sido un actor importante del movimiento conocido como” del “rock en español” durante más de tres décadas.
Con esta nominación, Maná comparte un lugar en la lista de candidatos con grandes de la música como Mariah Carey, Oasis, Outkast, The White Stripes, Billy Idol, Joe Cocker, Cyndi Lauper y Soundgarden, entre otros. Esta selección no solo marca un logro para la banda, sino que también representa un paso importante en la inclusión del rock en español dentro de la historia del rock & roll mundial, verlo de esa manera nos permite pensar que el rock en nuestro idioma puede tener un espacio de importancia en la historia del género.
Desde su fundación en los años 80, Maná ha sido uuna banda influyente en América Latina y España, con un sonido que fusiona rock con elementos de pop, reggae y música latina, han logrado consolidarse como una de las agrupaciones más queridas y respetadas a nivel internacional.

Hasta ahora, el Rock & Roll Hall of Fame había reconocido a pocos artistas latinos y casi todos con un repertorio mayormente en inglés. Santana fue el primero en ser inducido en 1998, seguido por Ritchie Valens en 2001 y Linda Ronstadt en 2014. Maná se convierte en la primera banda de habla hispana en ser nominada, lo que supone un reconocimiento al impacto global de la música en español dentro de la escena del rock.
“Somos cuatro chicos de México que crecimos escuchando rock and roll: The Beatles, The Rolling Stones, Queen, Led Zeppelin, The Eagles, Santana”, expresó Fher Olvera, vocalista de la banda. “Ser nominados es algo casi imposible de imaginar. Estamos honrados y agradecidos”.
La banda también aprovechó el anuncio para destacar la importancia de la nominación no solo para ellos, sino para la comunidad latina en general. “Queremos compartir este reconocimiento con todos los latinos, especialmente los inmigrantes que están sufriendo ahora. No pierdan la fe. Nuestra gente siempre encuentra el camino”, señaló Olvera.
Maná ha sido una de las agrupaciones más exitosas en la historia de la música en español. Desde el lanzamiento de su icónico álbum Dónde Jugarán los Niños en 1992, han acumulado un impresionante récord de ventas, premios y giras multitudinarias.

Algunos de sus logros más destacados incluyen:
– Más de 40 millones de discos vendidos en todo el mundo.
– Ocho álbumes en el puesto #1 de Top Latin Albums de Billboard.
– 33 canciones en la lista Hot Latin Songs y 36 en Latin Airplay, más que cualquier otra banda de rock en español.
– Cuatro premios Grammy y ocho premios Grammy Latinos, además de múltiples Billboard Latin Music Awards y Premios Lo Nuestro.
– Una residencia histórica en el Kia Forum de Los Ángeles, con 16 conciertos agotados y más de 220,000 boletos vendidos en 2023.
A lo largo de los años, la banda ha mantenido su compromiso con temas sociales, apoyando causas ambientales a través de su Fundación Selva Negra y alzando la voz en defensa de los derechos de los inmigrantes.

¿Cómo funciona la selección para el Rock & Roll Hall of Fame?
El proceso para la inducción al Rock & Roll Hall of Fame es altamente competitivo y requiere el voto de un panel de más de 1,200 artistas, historiadores y miembros de la industria musical. Sin embargo, los fanáticos también tienen la oportunidad de influir en la decisión a través de una votación pública.
Los artistas seleccionados serán anunciados en abril de 2025, momento en el que también se revelarán los nombres de aquellos que serán honrados en categorías especiales como:
Premio a la Influencia Musical
Premio a la Excelencia Musical
Premio Ahmet Ertegun (para contribuciones no artísticas)
La ceremonia de inducción se llevará a cabo en Los Ángeles en la segunda mitad del año, aunque la fecha exacta aún está por confirmarse.
Más allá del reconocimiento individual a la banda, la nominación de Maná representa un triunfo para la música en español y podría abrir las puertas para que otras agrupaciones icónicas del género sean consideradas en el futuro. Bandas como Soda Stereo, Caifanes, Héroes del Silencio, Los Fabulosos Cadillacs y Los Prisioneros han dejado una huella imborrable en la historia del rock latino, y esta nominación podría ser el primer paso para que el Salón de la Fama comience a reconocer más ampliamente la diversidad del rock global
Si logran ser inducidos, no solo consolidarán su lugar en la historia del rock, sino que abrirán la puerta para que más artistas latinos sean considerados en el futuro.
@subterránica
Colombia
Rock al Parque 2025 será en junio: La convocatoria pide rock con fusiones (Confusiones)

El Instituto Distrital de las Artes ha anunciado la apertura de la convocatoria para la Beca Festival Rock al Parque 2025, con la que se seleccionarán las bandas locales que harán parte de la programación del evento en junio en el Parque Simón Bolívar. Como es costumbre, se otorgarán 20 estímulos de $5.500.000 cada uno a los proyectos seleccionados, que sigue siendo una cuota muy baja para bandas por convocatoria en la ciudad. Sin embargo, la convocatoria deja entrever nuevamente un debate que ha venido cobrando fuerza en los últimos años: ¿Habrá Rock, Punk y Metal? Por que se lee: “presentar repertorios originales que integren lenguajes del rock, nuevas tendencias y otras estéticas que resulten de la fusión y experimentación de estos elementos”.
¿Qué significa “nuevas tendencias” y “fusión” en el contexto del festival? Este enunciado, que a primera vista parece un estímulo a la innovación musical, ha generado preguntas dentro del sector rockero: ¿cuáles son exactamente esas “nuevas tendencias”? ¿Qué géneros pueden considerarse dentro de esta “fusión”? ¿Hasta qué punto sigue siendo Rock al Parque un festival de rock y no un espacio más amplio de músicas alternativas? Lo más importante aún ¿Quiénes son los encargados de argumentar de manera académica o musical esto?

En ediciones anteriores, la programación del festival ha sido objeto de críticas por incluir artistas de géneros que se alejan del rock en su definición más pura. La presencia de agrupaciones de cumbia, reggae e incluso hip-hop ha sido motivo de discusión en la comunidad musical, donde algunos consideran que la apertura estilística enriquece el evento, mientras que otros la ven como una dilución de su identidad original.
Desde su creación en 1995, Rock al Parque se posicionó como una plataforma fundamental para el desarrollo y difusión del rock colombiano, convirtiéndose en uno de los festivales gratuitos más importantes de América Latina. Pero en los últimos años, Idartes ha promovido una visión más incluyente del festival, enmarcándolo dentro del “Programa Festivales al Parque” y el “Plan Distrital de Desarrollo Bogotá Camina Segura”. Bajo este enfoque, la apuesta ya no es exclusivamente por el rock, sino por una oferta musical que fomente el acceso al espacio público y la diversidad cultural, lo interesante es que esta inclusión solo ocurre en el festival de Rock, otros festivales como Hip Hop al Parque o Colombia al parque son más coherentes con su finalidad.
El año anterior la directora de Idartes, señaló que la beca responde al objetivo de “generar una participación más activa y diversa del sector artístico y la ciudadanía, garantizando sus derechos culturales y respondiendo a sus necesidades”. No obstante, esto deja en el aire una pregunta clave: ¿debe un festival llamado “Rock al Parque” mantener una curaduría estrictamente rockera, o está en su derecho de evolucionar hacia una propuesta más híbrida? Por que también vimos un video en donde una de sus contratistas decía claramente que el festival debía alejarse del rock.

¿Hacia dónde va Rock al Parque?
Los cambios en la identidad de Rock al Parque no son exclusivos de Bogotá. Festivales icónicos como Lollapalooza o el Vive Latino han ampliado su espectro musical con el tiempo, incorporando propuestas alejadas de sus raíces. Sin embargo, la diferencia radica en que estos festivales son privados y responden a dinámicas de mercado, mientras que Rock al Parque es un evento financiado con recursos públicos, lo que implica una responsabilidad con su comunidad base y sabiendo que hay más de 4000 bandas activas de los géneros clásicos del rock para 20 cupos, es un pequeño despropósito esta política pero al parecer a las bandas no les preocupa.
Para algunos músicos y seguidores del festival, esta apertura estilística representa una traición a la esencia del evento. Para otros, es una evolución necesaria en un mundo donde las fronteras entre géneros son cada vez más difusas. Lo cierto es que, con esta nueva convocatoria, Rock al Parque sigue alejándose de su definición inicial y acercándose más a un festival de “músicas del mundo”, en el que el rock es solo una pieza más del rompecabezas.
La pregunta queda abierta: ¿sigue siendo Rock al Parque un festival de rock o ha evolucionado hacia otra cosa? La respuesta, como siempre, estará en la tarima y en la reacción del público.
La convocatoria se abre este 7 de febrero y el festival cambia de fecha para el mes de junio.
Pueden aplican en el portal del SICON a partir de la fecha prevista.
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