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Festivales e Industria

Tool por primera vez en Colombia: Más que un simple concierto de una hora

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Por: Mateo Duarte del Castillo

Cuando comenzaron los rumores de que los angelinos se presentarían en el FEP el año entrante y las emociones eran mixtas: Se movían entre el escepticismo y la emoción, pero la confirmación de su presentación por primera vez en un país tropical dominado precisamente por eso, por música tropical (vallenato, reguetón, bachata) a mucha gente (me incluyo, por supuesto) nos hizo sentir ganas de desbaratar lo que tuviéramos por delante y “salirnos de los chiros” por la emoción pura y dura.

No es para menos, Tool literalmente le ha marcado la vida a mucha gente, los ha puesto a pensar, a bailar, a poguear a volverlo parte de la banda sonora de su vida desde 1993 con su primer LP Undertow (hicieron un EP antes llamado Opiate) el CD solo se conseguía en Tower Records o en la 19 con octava en el centro, pero los videos de animación de dos canciones de ese Álbum con técnica stop motion se podían ver más o menos en MTV. Ahí empezó a “romperle” la cabeza al mundo entero. La gente los grababa en formato VHS y se empezaban a rotar entre amigos.

Uno de ellos, prisión sex, habla sin ambigüedades sobre el abuso sexual infantil narrado desde el punto de vista de la víctima y el otro, Sober (sobriedad) pues obvio, sobre drogas. Musicalmente nunca fueron con la onda de lo que dictara la época, el Undertow no sonaba a lo que hacían las bandas Grunge de esa década, la decisión se veía clara: Vamos por nuestro lado y buscando nuestro sonido, al carajo las tendencias.

En octubre de 1995 lanzan Aenima y es la consolidación de la idea o concepto Tool: Guitarras distorsionadas, bajos brillantes y letras con criticas directas a la ciudad de Los Ángeles (ojalá la ciudad se hunda en el pacífico/ aprende a nadar) respuestas a un fan que los acusó de venderse (bueno amiguito tengo un consejo para darte, yo soy el jefe, tú eres el jefe compra mi Álbum y metete un dedo en el…).

Los videos surrealistas o como lo quieran llamar, hechos por su guitarrista Adam Jones quien trabajó en efectos especiales en blockbusters de Hollywood (Terminator, alien) los hizo ganadores de un Grammy por la canción stinkfist (stinkfist es una práctica sexual que consiste en introducir el puño en algún orificio del cuerpo, principalmente el recto). O canciones como third eye (tercer ojo) que sin moralismos religiosos ni odas al consumo problemático hablan sobre las drogas como vehículos para proponer modelos culturales distintos al momento del procesamiento del pensamiento y la información, mejor dicho, como lo dicen en Salival un DVD de un concierto de ellos: Cuestiona la autoridad, piensa por ti mismo.

En 2001 lanzan Lateralus disco caracterizado por temas de 10 minutos promedio, complejos en su estructura a más no poder, pero sin dejar de ser audibles o disfrutables, hay Groove hay feeling; (no son los infumables de Dream Theater o Opeth) la Rolling Stone escribió tratando de descifrarlo: “la batería, el bajo y la guitarra se mueven en ciclos de una hiperaullante y silenciosa marcha de la muerte… La larga duración de las trece canciones de Lateralus llevan a engaño; el álbum entero fluye con la intención de ser una suite”.

Parece que aplicaron modelos matemáticos en la composición (la secuencia de Fibonacci). ¿Así o más nerds?

En 2006 lanzan 10.000 days su cuarto Álbum donde su cantante se exorciza del duelo por la muerte de su madre (esos fueron los días que sufrió una enfermedad) con esa voz dulce por momentos y áspera y explosiva a su vez. Para resaltar canciones como the pot o right in two, es un disco mas introspectivo sin dejar de ser “energético” y complejo de nuevo, Rosetta Stoned de 11 minutos es la cúspide de esto.

Entonces viene el gran bache en su obra, 13 larguísimos años de rumores y espera, cada año se decía que saldría el nuevo disco y nada, hasta que por fin en 2019 lanzan Fear inocolum (miedo inoculado) además liberaron toda su discografía en plataformas, el resultado: Desbancaron a Taylor Swift de los listados de itunes y Billboard nosotros celebrábamos a rabiar por partida doble, se acababa la eterna espera y veíamos a la Swift morder el polvo. Moraleja: La gente si consume rock masivamente, simplemente se trata de ofrecer un producto decente.

El Álbum es obviamente más maduro, la aceitosa voz de Maynard “surfea” sobre los instrumentos y se crean clásicos instantáneos como pneuma o 7empest (parece o se siente que de la guitarra le salieran rayos láser a Adam Jones, es una grandísima canción ganadora del Grammy en su categoría ese mismo año).

Sus integrantes ahora rondan los 59 años, yo creo que deben estar arrepentidos de no haber sacado nueva música todo ese tiempo y si hay nuevo material ellos saben que no puede pasar eso de nuevo, lo dijo su baterista: “tenemos que apurarnos o si no, no podré ni levantar una baqueta cuando entremos a grabar”

Por eso la presentación en el FEP es tan importante, ojalá el día que se presenten lo hagan cerrando para que el show dure más de una hora, y ojalá no se presente el mismo día Galy Galiano, semejante cross over solo ha dado para memes buenísimos y si la maldición del festival ha de caerle a alguien que le caiga al de Chiriguaná, a fin de cuentas, llevamos viéndolo gratis durante años en pueblos y ciudades intermedias gracias a Jorge Barón.

Colombia

Pola Pogo & Ska-Punk, donde el pogo, la cerveza y la autogestión se encuentran

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La energía de la cultura alternativa colombiana vuelve a encenderse. El próximo 1 de noviembre Bogotá recibirá la primera edición de “Pola Pogo & Ska-Punk”, una jornada donde el ska, el punk y el reggae se abrazan para celebrar la independencia musical, la autogestión y el espíritu cervecero. Desde la 1:00 p. m. hasta las 2:00 a. m., la cervecería 3 Cordilleras (Calle 164 No. 20-09) se convertirá en el epicentro de una fiesta colectiva donde la música y la comunidad se mezclan sin jerarquías ni pretensiones.

Detrás de este encuentro están 2 Tone Pub, SPR Shop y 3 Cordilleras Cervecería Artesanal, tres nombres que han sabido sostener la bandera de la cultura independiente cuando el sistema apenas deja espacio para respirar. “Pola Pogo & Ska-Punk” no es solo un festival, es una declaración de principios. Una jornada donde el hazlo-tú-mismo deja de ser consigna para convertirse en práctica, donde el pogo es unión y la cerveza artesanal un símbolo de resistencia cultural.

Diez agrupaciones nacionales y dos internacionales se repartirán el escenario, conectando generaciones y estilos. Entre las nacionales destacan La Severa Matacera, Desorden Social, Sin Nadie al Mando, Los Highros, The Klaxon, La Raska, La Monky Band y Matiu Colin, mientras que los argentinos Turi Rastaman y Seraqueda Reggae aportarán la dosis sureña de reggae que promete mantener el cuerpo en movimiento. La fiesta sonora se completa con los selectors Felipe Skarface y Bogoskacollective, guardianes del ritmo entre cada presentación.

Pero la experiencia va más allá de la música, el festival contará con una zona de comidas, espacios de descanso y juegos, venta de merchandising, un rincón para amantes del vinilo y las tornamesas, y una zona de tatuajes donde artistas como Katherin Garzón, Juan Piedrahita y Kelly Arévalo dejarán su arte marcado en la piel. Como era de esperarse, la experiencia cervecera será un eje central, con cuatro barras de cerveza de barril y un Backstage Cervecero donde los asistentes podrán conocer de cerca el proceso artesanal detrás de cada pinta.

“Pola Pogo & Ska-Punk” representa una red de resistencia que conecta músicos, tatuadores, productores, diseñadores y cerveceros bajo una misma bandera, la de la sostenibilidad cultural. No se trata solo de tocar o vender entradas; se trata de demostrar que la independencia puede ser también organización, identidad y permanencia.

Las entradas ya están disponibles a través de 2 Tone Pub y SPR Shop, con un valor de $60.000 en preventa y $80.000 el día del evento. Para quienes quieran llevar la experiencia al límite, el combo de entrada + flash tattoo tiene un costo de $250.000.

“Pola Pogo & Ska-Punk” será una celebración colectiva donde la música se baila con el cuerpo, la cerveza se comparte con los amigos y la independencia suena —una vez más— más fuerte que nunca.

Fecha: 1 de noviembre de 2025
Lugar: Cervecería 3 Cordilleras – Calle 164 No. 20-09, Bogotá
Hora: 1:00 p. m. – 2:00 a. m.
Entradas: @2tonepub
/ @sprshopbog

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Colombia

Cuando Mordor derrotó a Frodo: El día que vetaron el rock en SOFA

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A veces en Subterránica nos gusta contar las historias que nos han formado, las que nos han hecho entender a punta de golpes, aciertos y decepciones, cómo funciona realmente esto de intentar construir una industria cultural en un país donde lo diferente sigue siendo visto como amenaza. Hay historias de triunfo, de locura, de resistencia, y también de momentos amargos que, con el tiempo, se vuelven aprendizajes. Porque cada episodio, bueno o malo, deja una huella. Y si algo nos ha enseñado el camino, es que crecer en el arte independiente no es solo hacer música sino sobrevivir al sistema que dice apoyarte mientras busca domesticarte. Hoy les cuento de como por primera vez en la historia Frodo no pudo completar su misión y terminó vencido por Saurón en esta historia del Rock Colombiano.

Muchas veces lo que se muestra como esa rebeldía no es más que una máscara para vender entradas, un truco barato del espectáculo desde hace años, el dinero sobre la esencia. Esta es una de esas historias que cala hondo en la historia de Subterránica, pero que lamentablemente es cierta y sigue demostrando, una vez más —como miles de otras—, cómo el rock en Colombia ha sido arrodillado, destruido y desconfigurado, no solo por mercachifles acomodados que se disfrazan de mecenas, sino por las mismas autoridades de un país retrógrado, religioso en extremo, de doble moral, pero sobre todo ordinario y básico, que sublima el folclor narco y tropical sobre expresiones globales o diferentes.

SOFA Colombia (Salón del Ocio y la Fantasía) es una de las ferias más grandes del entretenimiento alternativo en el país. Se realiza en Corferias y reúne comunidades geek, cosplay, videojuegos, cómics, deportes urbanos y cultura alternativa. En teoría, un espacio para la creatividad libre, la diferencia, la rebeldía, la innovación. En la práctica, como verán, no siempre es así.

Antes de la primera edición en la que Subterránica participaría como creador de contenidos, me reuní con el fundador del evento, y la conversación terminó con una metáfora épica:
“Felipe, ¿Conoces la historia del Señor de los Anillos? Bueno, pues entonces el rock colombiano es el anillo, SOFA es Frodo y tú serás Aragorn, y vamos a luchar y no vamos a parar hasta hacer algo bueno por el rock del país”.

Wow, qué palabras, dije yo… y comenzamos a trabajar. Durante algunos años estuvimos tranquilos. SOFA apoyaba algunas iniciativas, otras no, porque le parecían arriesgadas, porque tal vez no iban a encajar en su idea u otras excusas. La cosa es que el rock y sobre todo el colombiano, no es para gente de medias tintas, o estás con él o no estás.

Un par de años más tarde, en otra reunión después de algunos años ya, el mismo Frodo, ya cansado —como en la historia— y viendo la realidad de frente, que no todo era soñar y ganas sino enfrentarse a miles de problemas dentro del rock, me dijo que “yo estaba en una cámara de eco”, porque ya tenía miedo, el monstruo se le salía de control.

Durante siete años Subterránica, sin ganar absolutamente nada económicamente pero sí un bonito espacio que aun queremos mucho, trabajó de la mano de esta feria para poder dar a las bandas que nunca lo tenían una vitrina mejor. Y eso fue lo que nunca entendieron, que, a diferencia de todos los que están allá, no se trataba de nosotros sino de las bandas, nosotros no queríamos vender camisetas, libros o comics, tampoco queríamos disfrazarnos para abrazar la utopía, lo de Subterránica se trataba de la gente que de otra forma no tenía cómo circular.
Hasta que un día, el último año que estuvimos, llegaron unos policías ignorantes a la feria, como casi todos los policías —que son, en realidad, personajes en su mayoría fastidiosos, energúmenos, faltos de educación y que de cultura no saben más que lo que ven en programas de TV como Yo me llamo o La casa de los famosos—, y con su actitud prepotente llegaron con la frase: “Apaguen el rock.”

No fue “bájenle a la música” o “El sinido es demasiado fuerte”, no, fue otra cosa: fue “Apaguen el rock.” No apaguen toda la música de los otros escenarios ni de los altoparlantes, fue el rock.
Lo hicieron con argumentos estúpidos que no podían sostener, como que los decibeles eran demasiados. Y cuando se les preguntó qué era un decibel, uno de esos ignorantes entró en cólera. Pero nosotros, con nuestra pasión, defendimos nuestro espacio y, en lugar de arrodillarnos como perros con hambre, nos enfrentamos a la injusticia de una manera violenta, como siempre lo hemos hecho.

SOFA se viste de “alternativo”, de “inclusivo”, de “espacio para todos”, pero cuando llega el momento de enfrentar lo incómodo —el ruido, la rebeldía, la verdad— se echa para atrás, como casi todos los escenarios institucionales de este país. Lo que vivimos aquella vez con los policías entrando a decir “Apaguen el rock” fue casi una escena bíblica del control sobre la disidencia cultural. Era el Estado —y su reflejo en los grandes eventos— diciéndole al arte: “Te toleramos, pero solo mientras no incomodes.”

Esa transición de Frodo a Sauron que se vivió dentro de la feria no fue otra cosa que el miedo institucionalizado, miedo a perder patrocinios, miedo a incomodar, miedo a que el rock siga siendo lo que siempre fue, un lenguaje de confrontación, no de ornamento.

Subterránica hizo lo contrario. Apostó por la esencia, por el riesgo, por la autenticidad. Y claro, eso incomodó. Por eso nos expulsaron. Porque el sistema cultural colombiano no sabe qué hacer con lo auténtico, solo entiende dos tipos de artistas, los domesticados o los marginados, y cuando uno no se deja domesticar, lo borran del mapa. Pero ahí está la ironía… el rock no muere cuando lo apagan, muere cuando lo domestican.

Así que no, esto no fue una derrota. Fue la confirmación de que estábamos en el camino correcto. La escena institucional, esa que juega a ser rebelde con cronogramas, comités y policías, ya perdió hace rato el alma.

Esto no es solo una anécdota, es un acto de resistencia. Es la voz de quienes no se tragan el teatro de la “industria cultural” ni las máscaras de los falsos libertarios. Y cuando en la historia de este país se hable del rock real, de ese que no pidió permiso, Subterránica va a estar en ese capítulo, no en el de los que apagaron el amplificador.

Esa vez, cuando publicamos en las redes el video de los policías entrando a decir “apaguen el rock”, se desató el verdadero episodio, el miedo los llenó. Se paniquearon al ver que no nos quedábamos callados, que peleábamos por lo que creíamos justo. Nunca tuvieron el valor de decirnos de frente que nos fuéramos; disfrazaron el miedo con excusas, con frases de manual como “hay que bajarle al ruido por los vecinos”. Pero incluso así, sin rencor, seguimos estimando ese espacio, recordándolo como algo bueno, como una etapa necesaria. Porque de todo eso aprendimos. Aprendimos cómo funciona el sistema, cómo se esconde el miedo detrás de la diplomacia, y también aprendimos por qué seguimos aquí, firmes, en el lugar donde estamos hoy.

El resultado fue evidente, el rock se apagó de SOFA y lo cambiaron por su propio “rock de mi pueblo” por el que es aceptado por los patrocinadores y los políticos, y ni siquiera de frente, sino con excusas estúpidas como que “la feria ya no podía tener bandas en vivo”, etcétera. Lo triste es que en esta versión del cuento Mordor triunfó, Frodo no fue asesinado sino sometido por Sauron. Es la única versión en la historia de la humanidad en la que Frodo no logró salvar la Tierra Media: fue arrodillado y enviado a trabajar con los orcos en las cuevas.

Lo curioso es que, a día de hoy, seguimos teniendo razón. Hoy ya estamos en otras ligas, trabajando y llevando a las bandas a lugares que nadie soñó, demostrando que éramos los rebeldes los que podíamos llevar el anillo al volcán. Mientras SOFA sigue encerrado en su cámara de eco —la misma que dijeron que era la nuestra—, repitiendo esa fórmula agotada año tras año, por miedo, por negocio… el anillo llegó a su destino, pero en otro cuento, no en ese que quisieron vendernos en la primera reunión, sino en el nuestro, en ese ganamos y siempre ganaremos.

Y al final, después de todo el ruido, las expulsiones, los policías, los silencios forzados y las sonrisas hipócritas del sistema, queda una certeza que no se puede borrar, lo que se ha hecho con Subterránica es imborrable. Bueno o malo, no sé, pero de seguro inolvidable. Porque en un país donde la cultura se volvió trámite y la rebeldía protocolo, haber mantenido viva una llama auténtica ya es, por sí mismo, un acto de resistencia.

Porque la pasión vence al negocio, y el negocio, al final, sin alma… se agota.

Felipe Szarruk: PhD© en Periodismo, Magister en Estudios Artísticos, Músico y Comunicador Social… y rockero no arrodillado.

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Colombia

Grita cumple 18 años y lo celebra con un cartel que sacude a Manizales

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Han pasado dieciocho años desde que Grita irrumpió en la escena colombiana para convertirse en algo más que un simple festival. Lo que comenzó como un espacio para la música alternativa hoy es un ritual que mezcla sonidos, culturas y generaciones enteras. Este 2025, el encuentro vuelve con la madurez de quien ha resistido el tiempo sin perder la esencia, ofreciendo una experiencia que sigue siendo vital para quienes creen en la independencia y la diversidad sonora.

La cita será los próximos viernes 10, sábado 11 y domingo 12 de octubre en Expoferias Manizales, con programación ininterrumpida desde la 1:00 p. m. hasta las 11:00 p. m. Tres días que prometen una descarga de energía distinta en cada jornada, reafirmando que Grita es más que un festival: es un territorio donde caben todas las tribus sonoras.

Viernes 10 de octubre – La apertura que rompe géneros

El primer día apuesta por la diversidad pura. Los Calzones llegan desde Argentina con su irreverente ska-punk; Lion Reggae representará el espíritu jamaicano hecho en Colombia; y desde Bélgica, La Chiva Gantiva desplegará su fusión explosiva de ritmos afrocolombianos, rock y funk. Junto a ellos, nombres locales que han sabido hacerse un lugar en la escena: Acusbeats, Rex Marte, Stayway, Bajado Con Espejo y Besana, confirmando que el inicio del festival será un viaje sonoro sin etiquetas.

Sábado 11 de octubre – Punk y hardcore sin concesiones

La segunda jornada es puro sudor y distorsión. Envidia Kotxina desde España traerá su punk combativo, Cro-Mags aterrizará con su hardcore neoyorquino cargado de historia, y Appendix representará la vieja escuela finlandesa. La cuota local repetirá con fuerza: Acusbeats, Rex Marte, Stayway, Bajado Con Espejo y Besana, demostrando que la escena nacional no se queda atrás frente a los colosos internacionales.

Domingo 12 de octubre – El ritual extremo

El cierre será un golpe directo al pecho para los amantes del metal en todas sus mutaciones. Triptykon desde Suiza promete oscuridad y peso monumental; Forbidden, leyenda del thrash estadounidense, hará vibrar a los puristas del género; y Krisiun descargará todo el poder del death metal brasileño. Junto a ellos, la fuerza local de Moth, Okinawa Bullets, Danger, No Absolution y Oblitus para un final que apunta a ser devastador.

A lo largo de estos 18 años, Grita ha sobrevivido a cambios de industria, crisis y modas pasajeras. Ha mantenido una identidad que mezcla resistencia, comunidad y amor por la música sin filtros. Su capacidad de renovarse sin perder autenticidad lo ha convertido en un referente para la escena alternativa y metalera de Colombia y la región.

Este 2025, el festival no solo celebra la mayoría de edad: reafirma que la música independiente sigue viva y poderosa cuando se defiende con convicción. Manizales será, una vez más, el epicentro de esa celebración.

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