La mirada Subterránica
Palestina e Israel: Rock y Guerra, un análisis del conflicto con la banda sonora de sus bandas de Metal.

El conflicto entre Israel y Palestina es uno de los más antiguos y complejos del mundo, ha causado miles de muertos, heridos y refugiados y parece no tener una solución pacífica a la vista, pero en medio de la violencia y el sufrimiento, hay una expresión cultural que une a ambos pueblos: el rock.
Es increíble lo universal que es el rock y el Metal, está presente en todos los pueblos del planeta tierra, se mimetiza, se hace propio, se combina con cada cultura, es un lenguaje que hablan todos los países, ese lenguaje de distorsiones, de guitarras con riff, baterías cavernícolas y fuertes, bajos que hacen temblar la tierra y voces de rabia y llenas de energía, ese rock que sirve para pelear, para gritar, para hacer denuncias y que en este caso en ese par de pueblos que se han odiado durante cientos de años es un lenguaje común, un pequeño pegamento de lado y lado que demuestra que todos somos iguales, que todos los humanos hacemos lo mismo y vivimos lo mismo y que la única salida para este conflicto es que sean reconocidos dos estados, Israel y Palestina para que puedan convivir de manera digna y pacífica sin los extremismos de la religión y las presiones políticas de otros países.
Este escrito es un deber, mi familia es Palestina, tengo un profundo aprecio por Israel también, viví en ese país algún tiempo, soy consciente de que hay muchas fallas, tuve varias amigas judías y me siento un poco frustrado por no poder ayudar o ser útil en esta causa, pero como periodista mi arma son las palabras y espero que este artículo pueda ayudarles a comprender un poco el conflicto y a conocer algunas bandas que le cantan al mismo, unidas de lado y lado por el sonido y el poder del Rock.
Todo el mundo vio por televisión como se perpetró el atentado de Hamás en Israel mientras era sábado, día de descanso del pueblo judío. Llegaron en parapentes y con tractores y motos incursionando en una ciudad del sur del país, en un festival de música, disparando, matando a varias personas.

Hamás no es el gobierno de Palestina, de hecho, no hay un gobierno en Palestina, Hamás es una organización política y militar que se fundó en 1987 como una rama de la Hermandad Musulmana, su nombre significa Movimiento de Resistencia Islámica y su objetivo es establecer un Estado palestino bajo la ley islámica. Hamás controla la Franja de Gaza desde 2007, cuando expulsó a su rival Fatah, el partido del presidente palestino Mahmud Abás. Hamás también tiene presencia en Cisjordania, donde compite con Fatah por el apoyo popular, pero ojo, no todos los palestinos a pesar de que la mayoría son musulmanes quieren un estado islámico porque ustedes ya saben lo que es un estado islámico, ya hemos podido ver como son estos estados en cuestión de derechos humanos e igualdad. Mi familia no es musulmana, nunca lo fue, eran palestinos cristianos de Belén, huyeron de esa guerra y han pasado por todas partes incluyendo EL Salvador o Colombia en donde yo nací, la rama palestina de mi familia es la de mi madre, con quien yo crecí, en casa de mis abuelos que hablaban árabe y comíamos garbanzos y berenjenas rellenas, mi arraigo con mi país natal ha sido difícil porque crecí en otra cultura. Sin embargo, jamás, en toda mi vida escuché a mis abuelos o a nadie de mi familia hablar mal ni de Israel ni de Palestina, de hecho cuando viajé a Israel me apoyaron y en realidad yo conviví fue con los judíos, viví es un Kibbutz, tuve algunas parejas y tengo muchos amigos que quiero con el corazón, lo que quiero decir con esto es que no estoy de acuerdo con esta pelea y mucho menos con toda la barbarie que he visto en las noticias, me duele mucho y debe parar.
Hamás es considerada una organización terrorista por varios países, incluidos Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, debido a sus ataques contra objetivos israelíes, que incluyen atentados suicidas, lanzamiento de cohetes y túneles, pero también tienen un brazo político y social que provee servicios básicos a los habitantes de Gaza, como educación, salud y asistencia humanitaria ya que Gaza es un lugar muy pobre y paupérrimo.
Tratar de responder entonces quien es el representante del pueblo palestino es muy difícil y al no ser Palestina un país entonces hay muchas respuestas, ya que existen diferentes actores políticos que reclaman esa legitimidad, según la mayoría de los países y organizaciones internacionales, el representante oficial del pueblo palestino es la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que es el órgano administrativo que gobierna en Cisjordania y que reconoce el Estado de Israel.

La ANP se creó en 1994 como resultado de los Acuerdos de Oslo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que es la entidad que agrupa a las principales facciones políticas y militares palestinas, esta se fundó en 1964 y fue reconocida como el único representante legítimo del pueblo palestino por la Liga Árabe en 1974 y por la ONU en 1975, la OLP declaró la independencia del Estado de Palestina en 1988 y ha sido reconocida por más de 130 países, esta era la que lideraba Yasser Arafat ¿Recuerdan? Lo interesante es que fueron Los Estados Unidos los que financiaban a Hamás para hacerle frente a la OLP, se repite la historia que vimos con la Talibanes.
Entones lo que pasa en la Franja de Gaza, es que Hamás la controla desde 2007, cuando expulsó a las fuerzas leales a la ANP, ellos se oponen al reconocimiento de Israel y han llevado a cabo numerosos ataques contra objetivos israelíes, incluyendo atentados suicidas, lanzamiento de cohetes y túneles, entonces claro, Israel tiene derecho a defenderse, pero ¿de quién? SI es que Palestina no tiene ejercito y Hamás es un grupo de gente, así que quienes pagan al final son los niños, los abuelos, los enfermos y en general todo el pueblo de lo que queda de “Palestina”.
Así que la pregunta a responder es ¿contra quién es la guerra que han declarado? El conflicto entre Israel y Palestina es muy complejo y tiene muchas causas y consecuencias, no hay una respuesta simple a la pregunta, se puede decir que la guerra es entre Israel y los grupos armados palestinos, principalmente contra Hamás, Israel quiere defender su seguridad y su existencia como Estado judío, mientras que los palestinos quieren liberarse de la ocupación israelí y lograr su independencia como Estado árabe, hay que sumar que el conflicto también tiene dimensiones regionales e internacionales ya que hay otros países y organizaciones que apoyan o se oponen a uno u otro bando. Por ejemplo, Irán y Turquía respaldan a Hamás, mientras que Estados Unidos y la Unión Europea apoyan a Israel, y hay otros actores como Egipto, Jordania, Arabia Saudita y Qatar que tratan de mediar entre las partes o influir en el curso de los acontecimientos.
En resumen y para hacer una analogía de lo que acaba de suceder es como si las disidencias de las Farc enviaran algunos combatientes a una ciudad de Estados Unidos y estos asesinaran a algunas personas y en respuesta, Estados Unidos declara la guerra a Colombia, ya que esas disidencias de las Farc representan al país y lo bombardean, lo encierran, lo invaden, excepto una pequeña región al sur a donde tienen que ir sí o sí todos los colombianos, complicado pero es algo así, USA tendría en teoría el derecho ¿pero de qué manera?
Encima de todo, también pesan aspectos religiosos, culturales e históricos ya que ambos pueblos reclaman lazos ancestrales con la tierra sagrada de Palestina y Jerusalén, hay cuestiones como el estatus de los refugiados palestinos, el asentamiento de colonos judíos en Cisjordania, el bloqueo de Gaza, el acceso a los lugares santos y el reconocimiento mutuo de los derechos nacionales, todo eso es una olla a presión que estalla a cada rato y vuelve a ser tapada para que vuelva a estallar.
Hay que entender que a Palestina no la han reconocido como un país desde que Israel fue instalado por la ONU en lo que durante muchos siglos fue Palestina y esto tiene razones muy complejas y depende de varios factores políticos, históricos y jurídicos, algunos países, como Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, consideran que el reconocimiento de Palestina debe ser el resultado de un acuerdo de paz negociado entre las partes y no una decisión unilateral o impuesta por terceros que fue lo que sucedió con Israel después de 1945.

Otros países, como Reino Unido, Francia, Alemania y Japón han expresado su apoyo a la aspiración palestina de tener un estado propio, pero han señalado que el reconocimiento formal dependerá del avance del proceso de paz y del cumplimiento de ciertos criterios, como la unidad política entre la Autoridad Nacional Palestina y Hamás, el control efectivo sobre el territorio y la capacidad de cumplir con los compromisos internacionales.
Algunos países, como Canadá, Australia y México, han mantenido una posición ambigua o cautelosa sobre el reconocimiento de Palestina, argumentando que se trata de una decisión soberana que debe ser tomada en función de los intereses nacionales y las circunstancias regionales. Estos países han expresado su preocupación por la situación humanitaria y los derechos del pueblo palestino, pero también han reafirmado su apoyo a la seguridad y el derecho a existir de Israel.
La guerra se permite porque no hay una autoridad internacional que pueda imponer una solución pacífica al conflicto ni sancionar a las partes por sus violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. La ONU ha emitido varias resoluciones que piden el fin de la violencia, el respeto al derecho internacional y la solución de dos estados, pero no tiene los medios para hacerlas cumplir. Los países con influencia en la región, como Estados Unidos o Egipto, han intentado mediar entre las partes o promover iniciativas de paz, pero no han logrado resultados duraderos.
Hablando entonces de esta “Guerra”, podemos decir que es muy asimétrica, ya que Israel tiene una superioridad militar abrumadora y puede atacar objetivos en Gaza casi a voluntad y Palestina tiene pocas opciones para defenderse o responder a los ataques israelíes y sufre muchas más víctimas civiles y daños materiales, entonces cada vez que a uno de los grupos extremistas Palestinos les da por hacer algo como el atentado que vimos, Israel se lanza con todo el fuego contra Gaza y ahí es donde la balanza se inclina solo a un lado, repito, es lógico que Israel se defienda, obvio, pero a veces parece que esa defensa consiste en borrar lo que queda de Palestina.
Este es un conflicto que se ve mal y que ha hecho sufrir a muchas personas, ha desplazado a millones y millones han muerto, como dije al principio, los dos estados deben existir respetándose unos a otros, sin meterse en los asuntos del otro ya que son muy diferentes en sus culturas pero esta guerra debe parar, el mundo debe ayudar, es increíble como los países son tan en algunos casos neutrales y en otros apoyan a una de las facciones buscando el exterminio de la otra pero no la creación de los dos estados. ¿Ya qué? Ya lo que pasó, pasó y si seguimos en el problema (a mi parecer bastante estúpido) de ¿A quién le dio Dios la tierra? Entonces no habrá un final feliz.
Y pues de lado y lado esta el rock, está el Metal, está la misma música, la misma rabia, las mismas marcas de guitarras eléctricas, las mismas marcas de baterías, obviamente en Palestina todo se hace más pobre, más precario, pero hay palestinos en otras partes del planeta que están haciendo la tarea del rock. Así que acá les muestro algunas de estas bandas, de estas expresiones, haciendo un llamado a acabar los conflictos de esta tierra, porque nací en Colombia un país que nunca ha visto la paz, soy salvadoreño también, otro país que nunca ha visto la paz, no, Bukele no es un mesías salvador, después les hablo de eso, y soy hijo de Palestinos y estoy harto de la guerra y la violencia, recuerden la máxima “Simio no mata simio”.
Repitan: “Simio no mata simio” “Simio no mata simio” “Simio no mata simio” “Simio no mata simio” “Simio no mata simio” “Simio no mata simio” “Simio no mata simio” “Simio no mata simio”

Bandas Palestinas:
Khalas: Esta banda se formó en 1998 en Ramala y se define como “Arabic Rock Orchestra”. Su música combina elementos del rock, el metal y la música árabe tradicional. Han lanzado tres álbumes y han girado por Europa y Estados Unidos su género es el Folk Metal.
Zalaam: Black Metal Atmosférico desde Palestina, fundada en 2019, no hay mucho que explicar para entender el mensaje que quieren transmitir. Tomando más y más notoriedad cada día.
OspreyV: Es una banda de rock de ciudad de Gaza lo cuál lo hace más extraña aun, conformada por profesionales, le cantan al conflicto.
Como bonus:
Ministry of Dub-Key: Esta banda se creó en 2006 en Haifa Inspirándose en la música reggae y el folclore palestino, Ministry of Dub-Key teje con habilidad una fusión cautivadora. Su innovación se extiende a introducir la danza Dabke y el sonido Mijwiz, mezclados con maestría con ritmos de hip-hop y Dancehall, dando lugar al vibrante estilo Arab-A-Dub., es increíble que la influencia caribeña llegue tan pura a esas tierras. Su música tiene un mensaje político y social que denuncia la ocupación israelí y la opresión de los palestinos. Han lanzado dos álbumes y han participado en festivales internacionales.
Bandas de Israel
Orphaned Land: Los maestros originales del heavy metal israelí, Orphaned Land, han condenado el conflicto israelo-palestino a lo largo de su carrera, a menudo provocando controversia por negarse a defender los intereses de un país sobre el otro.
Melechesh: Black Metal de Jerusalem. Problemas entre Melechesh y la gente estrictamente religiosa en Jerusalén, así como otras razones profesionales y personales, animaron a la banda a trasladarse con sus miembros a Holanda, donde podían seguir trabajando sin el acoso de las autoridades religiosas. Como el baterista no pudo mudarse, encontraron un sustituto con Proscriptor de Absu, que luego fue reemplazado por el baterista holandés Xul. Xul fue despedido en 2013.
Betzefer: Esta banda se creó en 1998 en Tel Aviv y se dedica al groove metal. Su música tiene influencias de bandas como Pantera, Sepultura o Machine Head. Han lanzado cuatro álbumes y han participado en festivales internacionales. Puedes escuchar su canción “Down Low” en este enlace.
Así que, al pueblo judío le debo mucha hospitalidad, amigos y buenos momentos en esta vida, y pongo mi solidaridad y apoyo total al pueblo Palestino para quienes solicito la creación de un estado digno, con igualdad, en donde su pueblo pueda vivir en paz y en abundancia. Los mismos sentimientos que tengo por mi país, Colombia, que en este momento parece más una letrina que un país. Ya estamos muy viejos para seguir andando así. Rechazar toda forma de violencia de parte y parte y solicitar mesura en el uso de fuerza desmedida contra los civiles que no luchan.
Que el rock nos una.
Felipe Szarruk, Doctorando en periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, Magister en Estudios Artísticos de la Facultad de Artes ASAB Universidad Distrital Fco José de Caldas, Comunicador Social y Músico. Fundador de Subterránica y su colectivo de medios y espacios independientes.
Para más música proveniente de la región pueden visitar el siguiente enlace: https://www.lycanthropia.net/best-israeli-palestinian-black-metal-albums.php?smode=c
Colombia
La música hoy es un puto producto industrial vendiendo humo para una máquina insaciable que se llama algoritmo.

La industria musical atraviesa una crisis brutal… tiene hambre, hambre insaciable, hoy todo se ha convertido en un asunto de algoritmos y modelos de distribución masiva que solo buscan hacer dinero sin importar si la música vale algo o no.
En una charla de Symphonic Distribution en el Bomm de Bogotá, una chica —aún en sus veintes— lanzó la idea “sofisticada” de que los músicos deben sacar música todos los días para alimentar estos algoritmos. Eso no es arte, es pura explotación y pérdida de la esencia creativa, lo que importa hoy no es lo que hagas, sino cuánto ruido generes para que la máquina te mantenga arriba.
Históricamente la música es un proceso lento, un trabajo artístico donde la paciencia, la reflexión y el detalle hacen que una canción conecte de verdad con quien la escucha. Pintores, escritores, músicos… todos se toman el tiempo porque saben que la magia no sale en cinco minutos ni en una ida al baño, pero ahora los artistas están atrapados en un ritmo frenético diseñado por plataformas, donde producen en masa para engordar estadísticas y mantenerse visibles, esa propuesta horrible de sacar música diariamente refleja un sistema que mata la creatividad y la reemplaza con pura producción en serie, como mulas de carga que deben alimentar el nuevo negocio de la música que solo le sirve a las distribuidoras y plataformas.
Y no es sorpresa que esto se manifieste en géneros como el reguetón, donde el éxito no depende ni de la complejidad musical ni de letras que tengan algo que decir, sino de beats repetitivos y letras vacías que cualquier programa barato como Fruity Loops puede generar a chorro, esa facilidad para tirar decenas de canciones al día ha forzado al resto de géneros a entrar en un juego de repetición y banalidad para competir en visibilidad, dejando un montón de música que parece más ruido vacío que arte, lo vemos en cientos de músicos desesperados por sacar 50 sencillos al año que quedan en el olvido.

Esto no solo pasa en la música; el cine también está en caída libre, ahora la calidad se mide en taquilla, prefieren llenar salas con fórmulas recicladas que arriesgar con historias que hagan pensar o sientan de verdad, el arte se ha convertido en mercancía, y la diversidad y la innovación han quedado aplastadas bajo la lógica del negocio, los creadores o se amoldan o desaparecen y el resultado es un empobrecimiento cultural que apaga la chispa creativa.
Los músicos están en medio de un gran problema… O se venden y se adaptan a estas reglas que los despersonalizan o defienden lo que para muchos es lo más importante: el valor del arte, aunque eso implique arriesgar su sustento económico y en países como los nuestros el hambre es más fuerte que cualquier cosa, hay que ser honestos y aceptar que los artistas de hoy están desesperados por comer y por eso son sometidos como escalvos a los caprichos de estos modelos que pareciera que son lo único que existe. Lamentablemente, casi todos eligen jugar el juego para sobrevivir. Y esa misma necesidad alimenta un círculo vicioso que termina en una escena musical fragmentada, saturada de contenido efímero y vacío.
El impacto es doble, culturalmente la música pierde lo que la hacía única, su identidad, fuerza rebelde y memoria emocional y económicamente, los mejores artistas no reciben reconocimiento ni la compensación que merecen, triunfa el que más vomita lo que ahora llaman “contenido” mientras plataformas y empresas acumulan fortunas. La creación artística se ha convertido en una mercancía más y el músico en un mercenario pasivo peón de un tablero dominado por algoritmos y resultados financieros.
Pero la historia nos ha enseñado que la esencia creativa nunca se puede silenciar del todo y aunque el ruido ensordecedor y la presión mercantil parezcan dominar, siempre aparecerán voces auténticas que romperán con las fórmulas y rescatarán la dignidad del arte, esa resistencia es lo que mantiene viva la magia de la música y su capacidad de conmover, incluso cuando todo está diseñado para lo contrario.

Está clarísimo, la industria debe dejar de verse como una cadena de producción y músicos y el público tienen que volver a valorar la calidad y autenticidad por sobre la cantidad y el consumo rápido. No se trata de rechazar a la tecnología o a las plataformas, sino de recuperar la autonomía creativa y establecer un equilibrio donde la música sea para el arte y las emociones, no para contar streams o obedecer a un puto algoritmo frío.
En pocas palabras, la idea de hacer música a diario para complacer a un algoritmo no solo es ridícula, sino que desnuda una crisis general que afecta toda la cultura contemporánea y lo preocupante es que eso es lo que están enseñando como “lo lógico” y el “camino a seguir” en los encuentros musicales. Es la señal de que el verdadero arte está siendo reemplazado por una versión falsa diseñada solo para hacer dinero rápido… que el hambre no impida abrir los ojos a esta realidad y actuar con fuerza para cambiarla, de lo contrario el mejor camino para hacer dinero es vender empanadas o traer cosas de china, no maten la música por culpa de un almuerzo.
Colombia
“Buenas prácticas” el Encuentro de Idartes bajo la sombra de los hallazgos y la repetición de viejas mañas.

El Instituto Distrital de las Artes (Idartes) ha anunciado con bombos y platillos la realización del Encuentro de Buenas Prácticas en la Gestión Pública de las Artes en Iberoamérica. La sola frase despierta desconcierto: ¿cómo puede erigirse en referente de transparencia una institución que carga sobre sus hombros una larga historia de cuestionamientos fiscales, disciplinarios y éticos? El evento, pensado como una vitrina de excelencia, termina viéndose como un espejo incómodo en el que los fantasmas del pasado y las denuncias recientes aparecen reflejados con nitidez.
Desde hace más de una década, los festivales y equipamientos culturales administrados por Idartes han sido objeto de auditorías, visitas fiscales y debates en el Concejo de Bogotá. En 2018 y 2021, por ejemplo, la Contraloría de Bogotá practicó visitas fiscales a los contratos de Rock al Parque, encontrando irregularidades en la publicación de pliegos, falencias en la gestión de archivos y deficiencias en la supervisión. Algunos de estos hallazgos fueron tan graves que se consignaron con presunta incidencia disciplinaria y fiscal. ¿Puede hablarse de “buena práctica” cuando el festival bandera de la ciudad acumula observaciones de este calibre?
El caso no se limita al festival. Auditorías anteriores llamaron la atención sobre el manejo de boletería en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, donde no existían informes pormenorizados de ingresos, y sobre la compra del Teatro San Jorge, incluida en seguimientos especiales por la Contraloría. A estos antecedentes se suman contratos entre 2017 y 2019 en los que se detectaron falta de evidencia de ejecución, deficiencias de supervisión y problemas de gestión documental. La lista no es un inventario menor: son síntomas de un modelo de gestión que se repite y que parece haber normalizado la opacidad.

El capítulo más reciente lo protagonizan los teatros San Jorge y El Parque. En 2024, la Procuraduría General de la Nación abrió indagación disciplinaria contra funcionarios de Idartes por presuntos sobrecostos y retrasos en las obras de remodelación. Y en enero de 2025, la Contraloría Distrital notificó la apertura de un proceso de responsabilidad fiscal sobre el contrato 1878 de 2021, advirtiendo un posible detrimento de 97 millones de pesos. Es decir, mientras se prepara un encuentro internacional para hablar de gestión ejemplar, la entidad anfitriona se defiende de señalamientos por mala ejecución y pérdida de recursos públicos.
Pero no todo se reduce a cifras y hallazgos técnicos. La comunidad cultural ha denunciado durante años dinámicas igualmente corrosivas, aunque menos visibles en los informes oficiales. El acoso y veto a agentes independientes, la programación cerrada de escenarios públicos que terminan convertidos en feudos privados, los jurados con vínculos laborales previos que terminan premiando a sus propios círculos y los pagos cuestionables a sociedades de gestión colectiva como Sayco forman parte de un relato recurrente. Estas prácticas, aunque no siempre aparecen en los documentos de los entes de control, construyen un ambiente de exclusión y favorecimiento que contradice cualquier discurso de equidad cultural.
El tema ha tenido también eco político. En febrero de 2024, el concejal Rubén Torrado denunció en sesión del Concejo sobrecostos de hasta un 500 % en la compra de dotación para los mismos teatros. Sus palabras encendieron un debate que dejó claro que las dudas sobre la transparencia de Idartes no son capricho de unos pocos críticos, sino preocupación de instituciones de control y de representantes políticos.
Con este panorama, el Encuentro de Buenas Prácticas corre el riesgo de convertirse en una puesta en escena paradójica: el anfitrión exhibe un traje impecable para recibir a sus invitados, pero no logra ocultar las manchas en el espejo. En lugar de abrir un espacio para la autocrítica y la reparación, la institución parece interesada en blindar su imagen y proyectar hacia afuera una normalidad que puertas adentro está en entredicho.
Y como si todo esto no bastara, en los pasillos del sector circula una versión que, de confirmarse, ratificaría la sensación de círculo cerrado y falta de renovación: fuentes confiables aseguran que Chucky García, programador y curador de Rock al Parque durante casi una década, estaría cerca de regresar a su antiguo rol. García ha sido señalado en el pasado como símbolo de la repetición de élites en la curaduría, y su eventual retorno difícilmente podría leerse como un signo de apertura o cambio. Más bien, reforzaría la idea de un oligopolio cultural que se perpetúa con los mismos nombres y las mismas prácticas, ahora maquilladas bajo el discurso de las “buenas prácticas”.
En este contexto, el encuentro de Idartes no aparece como un espacio de construcción colectiva, sino como un ejercicio de legitimación institucional. Un foro que, en lugar de inspirar confianza, despierta preguntas incómodas: ¿se puede hablar de buenas prácticas cuando las malas prácticas no han sido aclaradas ni superadas? ¿Qué clase de modelo se quiere proyectar a Iberoamérica: el de la transparencia o el de la simulación? La respuesta no la dará un eslogan ni un evento de relumbrón, sino la capacidad real de transformar estructuras enquistadas que hasta hoy siguen alimentando la desconfianza.
En este panorama, hablar de “buenas prácticas” parece un gesto cínico. ¿Cuáles son esas prácticas? ¿Blindarse tras comunicados oficiales? ¿Repetir los mismos nombres en la curaduría, como si la cultura de una ciudad entera se redujera a una camarilla? Según fuentes del sector, la inminente reaparición de uno de sus actores eternizados en Rock al Parque es la mejor prueba de que los cambios son de forma y no de fondo: las curadurías terminan reciclándose en torno a los mismos actores, anclando una élite cultural que controla la programación, las convocatorias y hasta los jurados.
Lo más grave es que nadie escucha a los agentes independientes. Los vetos, las retaliaciones y las exclusiones sistemáticas quedan invisibilizados, mientras la institución se blinda en su burocracia y la justicia —cuando interviene— casi siempre favorece a los funcionarios y archiva los procesos. La desigualdad se institucionaliza y el discurso oficial se impone como si nada ocurriera.
En este contexto, ¿qué sentido tiene luchar por las artes en un país donde la cultura está sometida a un oligopolio comprobado, sostenido tanto por prácticas administrativas cuestionadas como por una red de favores políticos? A veces, la lucha parece en vano: se gasta vida, se gasta pasión, se gasta esperanza en un terreno donde los dados están cargados. Y aun así, la resistencia persiste, porque la cultura no le pertenece al oligopolio ni a sus curadores perpetuos: le pertenece a la gente que la crea y que, a pesar de todo, se niega a rendirse.
Colombia
De cómo INFO y Vhill reescribieron la historia latinoamericana en el barro sagrado de Wacken (Reviva las presentaciones)

La historia de dos bandas, INFO y Vhill, es casi un acto de fe convertido en himno, no hay mayor testimonio de resistencia que el de INFO, forjada en la oscuridad industrial de Bogotá, representando en 2024 a Colombia, Ecuador y Venezuela en la Wacken Metal Battle. Nadar contra la corriente en un circuito que privilegia el acceso que se compra fue su acto de violencia creativa, se hicieron con el puesto 5 a nivel mundial en la primera participación de nuestra región en el evento, algo impresionante, insertando el metal latino en la piel misma del festival más grande del planeta. Para conmemorar ese momento, la banda ha lanzado su presentación completa remezclada y masterizada, un documento que no solo retransmite sonido e imagen, sino espíritu vivo de una escena que resiste desde la adversidad.
INFO no llegó a Wacken por gracia divina o por un subsidio, fue la ganadora en diciembre de 2023 de la eliminatoria regional organizada en La Media Torta, una batalla musical, difícil y espiritual que incluyó a bandas de Colombia, Ecuador y Venezuela. Al pisar el Headbangers Stage en Wacken, su sonido futurista y enclavado en lo industrial no solo conquistó escenario, sino que les ganó el derecho a levantar una bandera latina donde muchos nunca creyeron que podríamos llegar pero a donde llegamos, sin ayudas, sin favores, a pulso. Cuando Subterránica y sus aliados lograron por fin que nuestras banderas, aunque desagradecidas tuvieran un espacio en la meca del Metal Mundial. Info fue nuestro orgullo, Colombia pisó fuerte desde el comienzo.
Reviva la presentación de INFO desde su canal de YouTube
Un año después, en 2025, fue Vhill desde Venezuela quien cargó con el relato de una escena golpeada y resiliente, las eliminatorias regionales ya sumaban a Perú y Bolivia, la región crecía. Esta banda de death metal se enfrentó en su pasado a una tragedia mayúscula: la pérdida de su baterista fundador. En lugar de quebrarse, avivaron el fuego, montaron una gira relámpago de apenas cinco conciertos, atravesaron fronteras sin redes de apoyo y lograron el pase que los llevó hasta Wacken. No ganaron un lugar en el podio, pero ganaron algo aún más poderoso: el derecho a existir desde el coraje.
Este contraste entre INFO y Vhill no se sostiene solo en fechas o logros, sino en el pulso de lo posible, INFO llevó una escena difícil y bastante retorcida desde Colombia hasta Wacken con música, Vhill llevó la resistencia venezolana, su dolor, su coraje y su técnica, hasta Alemania. El festival dejó de ser un sueño lejano y se convirtió en rito compartido, en abrazo de barro, sudor y la muestra de que todo se puede si lo luchamos como debe ser.

Reviva la presentación de Vhill desde el enlace de Magenta Musik https://www.magentamusik.de/metal-battle-south-america-northern-region-vhill-9208205928595528983
Hoy reviviendo estos momentos no celebramos una etiqueta o una estampa turística sino las guitarras y voces que se negaron a ceder al silencio, que se levantaron a pesar de la dificultad económica de nuestras tierra, el olvido de la escena para cambiarla por burocracia, las fronteras siempre violadas. De esto se trata el metal latinoamericano, de transformar el duelo en una ceremonia de orgullo y ruido.
INFO y Vhill no representan solo un país sino a toda una región que resuena desde abajo, que sangra, que resiste y que finalmente retumba. Si alguna vez dudaros de lo que el rock de nosotros podía lograr, de lo que el metal latino podía lograr, porque parece tan dificil en un lugar en donde todo está escrito y arreglado, dele play a estas canciones, miren los videos y sientan el estruendo de lo imposible hecho ancla.
Pronto abriremos convocatorias para la próxima edición de Metal Battle Suramérica. Subterránica (Sur América Región Norte), Independent Booking Artist Manager (Colombia), Aquelarre Metal (Ecuador), Manutara Prod. (Venezuela), Comunidad Metal Bolivia (Bolivia), Xaria Music (Perú) y un nuevo país sorpresa que se suma a las filas de este circuito.
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