Colombia
Con Metal Battle, hemos armado el circuito más grande del Metal en Suramérica: Estas son las bandas seleccionadas.

En un hito sin precedentes para la escena del metal en Suramérica, el Metal Battle ha logrado reunir a más de 200 bandas inscritas, con más de 100 de ellas participando en los heats en Colombia, Ecuador y Venezuela. Este evento masivo representa una oportunidad sin igual para las bandas emergentes de mostrar su talento, conectarse con la audiencia y abrirse camino hacia el éxito en el género. Metal Battle se ha convertido en un verdadero referente y posiblemente en la iniciativa más importante para el desarrollo del metal en la región.
Subterránica, como siempre, se encuentra impulsando grandes cosas para el rock y el metal.
Con una participación tan masiva de bandas, el Metal Battle ha generado una energía sin igual en la escena del metal en Suramérica. La pasión y el compromiso de los músicos emergentes son palpables en cada etapa del concurso. Desde la etapa de selección de bandas hasta las batallas en vivo, Metal Battle ofrece una plataforma invaluable para que las bandas muestren su talento y establezcan conexiones con seguidores y otros músicos.
Wacken Metal Battle no solo se trata de una competencia musical, sino que también representa una oportunidad única para las bandas de metal de la región. La visibilidad que ofrece este evento puede abrir puertas hacia futuros conciertos, giras, grabaciones y contratos discográficos. Además, el intercambio de experiencias y conocimientos entre las bandas participantes puede enriquecer la escena y fomentar el crecimiento conjunto de la comunidad metalera.
Metal Battle está inspirado en el prestigioso festival Wacken Open Air, uno de los eventos más importantes y respetados en la escena del metal a nivel mundial. Wacken ha sido un trampolín para numerosas bandas exitosas y ha contribuido significativamente al crecimiento y la consolidación del género. Al llevar el espíritu y la esencia de Wacken a Suramérica, el Metal Battle se ha convertido en un símbolo de esperanza y progreso para los músicos emergentes de la región.
Sin lugar a duda este es uno de los logros más significativos para el metal en Suramérica. Nunca se había visto una iniciativa de esta magnitud, capaz de reunir a tantas bandas y brindarles una plataforma para destacarse. La visión y el esfuerzo de Subterránica y sus aliados al impulsar este proyecto han sido fundamentales para su éxito y reconocimiento en la escena metalera.
Este logro monumental es el resultado de años de perseverancia y dedicación por parte de Subterránica, quien ha perseguido incansablemente la realización del Metal Battle en Suramérica. Con la colaboración de excelentes aliados como Cresta Metalica en Venezuela, Aquelarre Metal en Ecuador e Independent Booking Artist Management en Colombia, además del apoyo oficial de las tres embajadas alemanas en estos países. Subterránica y su visión vanguardista en la gestión musical, ha demostrado una vez más por qué es una referencia indiscutible en la escena del rock y el metal en la región.
Subterránica siempre ha estado a la vanguardia de la industria musical, liderando y pionera en diversos aspectos. Su compromiso inquebrantable con la promoción y apoyo de bandas emergentes aun a pesar de lo corrosiva y dificil que es la escena local, ha dejado una huella duradera. Desde la creación de plataformas de difusión hasta la organización de eventos y la generación de contenidos especializados, Subterránica ha desempeñado un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo de la música underground.
No es sorprendente que Subterránica haya sido capaz de materializar este sueño del Metal Battle en Suramérica, ya que siempre ha sido un agente de cambio y un promotor incansable de nuevas oportunidades para las bandas emergentes. Su capacidad para unir fuerzas con aliados estratégicos y crear sinergias entre diversos actores de la industria es lo que ha hecho posible que el Metal Battle se convierta en una realidad sin precedentes.
Subterránica ha establecido un legado admirable en la escena del rock y el metal en Suramérica, y su éxito en la realización del Metal Battle es solo un testimonio más de su dedicación y visión. A medida que este evento masivo se lleva a cabo, seamos testigos de cómo Subterránica continúa liderando el camino y abriendo nuevas oportunidades para las bandas emergentes, estableciendo así un precedente en la gestión musical y en la promoción de la música underground.
¡¡¡Rock Independiente arriba!!!

Estas son las bandas seleccionadas:
- 3.33
- ÁLVARO PLÚAS
- ANCESTRAL CEREMONY
- APOFIS
- ATRYUM
- CERTURION FIRE
- CHERXOR
- CORAJE
- CRIMONIO
- DEMON HUNTERS EC
- DESERET
- DIABLO
- DISTIMIA
- DRIZZT
- EBLIS DESPERATION
- EUFHORIAEC
- GENOXIDA
- GOOD PLANTATION
- GORGONIA
- GUALGURA
- HORIZON INC.
- IGNOMINUS
- IMPERIO NEGRO
- MADBRAIN
- MASHMAK
- NEBUXYS
- NECROFOBIA
- NIGHT OWL INSOMNIA (NOI)
- OIZIS
- PENTAKLE
- PERVERSOR
- PIKAWA
- RITUALISM
- SACRIFICIUM TAGAERI
- SUCURBENOTH
- SUEÑO ETERNO
- THE WINEKÜRS
- TRISKËLL
- UN TAL JUAN
- WAR MACHINE
- WISHFOR
- ZAKEO
- AETHERNAM
- ALIENVADER
- ALTARS OF REBELLION
- ÄRKHANON
- ASFALTO
- ASHES
- ASHES OF GOTH
- ATOMIC PLAGUE
- AURA IGNIS
- AURANTII
- BEYOND I DIE
- BLASTFIRE
- COSMOLOGY X
- DARK MANTHRA
- DARK SHADOW
- DEATHLORD
- DEFACED
- DIATERMIA
- EGAHEITOR
- EPHEMERAL EXISTENCE
- EPILEPSIA DC
- EPIPHANY
- EXEQUIA
- FLAMING SKULL
- HELLSEEK
- HYBRID MINDS
- HYPNOTIKA
- IN A GLASS DARKLY
- INFO
- INVOKER
- KEEP THE RAGE
- KILL
- KING´S VALLEY
- LAS POKER
- LICANTROPIA
- MACHINA DEI
- MASKHERA
- METALTOUCH
- NARCOCRACIA
- NARWHAL
- NUESTRO ODIO FUE ENGENDRADO
- OCTAGON
- ONEIRIC AETHER
- PATRICIO STIGLICH PROJECT
- PERCANTOR
- POISON THE PREACHER
- POWER OF CERO
- ROUND UP ULTRA
- SALVAGUARDIA
- SANGRE PICHA
- SHARON TATE Y SUS INVITADOS
- SPARTANUS
- STEELBREATH
- STENCHES BEYOND REPULSIVE
- SYRACUSÆ
- THE AFTERLIGHT
- THELEMATA
- UBERGEHEN
- VICTIMIZED
- WARRIOR SWORD
- A RAÍZ DE NUEVAS CAUSAS
- ALEXIS MATTEY
- CARIBE
- DEATH MORTOR
- DERIAN
- HECATOMBE
- MORTYR
- NOMEN OMEN
- SCAPE
- SIBELIUS
Pueden leer el acta completa de selección en www.metalbattlesuramerica.com

ÚNASE A WACKEN METAL BATTLE SURAMÉRICA REGIÓN NORTE:
En países como Colombia, la industria de la música ha sido afectada por estigmas que han limitado el reconocimiento y el desarrollo de géneros como el rock y el metal. Existe la creencia errónea de que estos estilos no generan beneficios económicos. Sin embargo, la realidad es completamente diferente. Tan solo en Bogotá, contamos con más de 4.000 bandas y un público leal que, a diferencia de otros géneros comerciales, busca propuestas musicales auténticas y genuinas.
Lo que distingue a la escena del rock y el metal es profesionalismo con el que sus agentes abordan su arte. Los músicos y profesionales involucrados en esta industria se dedican con pasión y compromiso a su trabajo. Además, el mercado del rock y el metal en Suramérica está listo para ser explorado. La demanda y el interés por este género son evidentes, reflejados en la cantidad de seguidores, festivales y conciertos que se llevan a cabo cada año en la región.
Es especialmente emocionante contar con el respaldo de las tres embajadas de Alemania en la región, quienes reconocen el potencial de Suramérica y están dispuestas a apoyar y colaborar en este proyecto. Esta es una oportunidad única para que patrocinadores y aliados estratégicos se unan a nosotros y descubran un mercado poderoso y vibrante.
Si su empresa o entidad busca expandir su alcance, conectar con una audiencia apasionada y explorar nuevas oportunidades comerciales, lo invitamos a unirse a Metal Battle Suramerica. Juntos, podemos desafiar estereotipos, impulsar la escena musical y construir un futuro próspero para el rock y el metal en nuestra región, además de contar con todo el paquete de promoción y patrocinio que lo conectarán con músicos, medios y agentes en tres países durante seis meses de eventos.
No pierda la oportunidad de formar parte de este cambio y de apoyar a las más de 200 bandas y cientos de seguidores que conforman esta comunidad de Metal Battle. Juntos, podemos hacer historia en la industria musical de Suramérica.
Si está interesado en obtener más información sobre Metal Battle Suramerica y cómo puede formar parte de esta emocionante iniciativa, no dude en ponerse en contacto con nosotros. Estamos disponibles para responder a todas sus consultas y explorar las diferentes formas de colaboración.
Únase a nosotros y sea parte de una revolución musical.
Escribir a metalbattle@subterranica.com o a director@subterranica.com
#MetalBattleSuramerica #Rock #Metal #Música #Suramérica #Oportunidades #Patrocinadores #Subterránica #independentbookingartistmanager #aquelarremetal #CrestaMetalica #Colombia #Venezuela #Ecuador #wackenmetalbattle #industriamusical
Colombia
Carlos Vives se defecó en We Will Rock You y no se podía pedir más.

Oh, yo sé que con esto van a revolcarse muchos en su micromundo… Recuerdo un día en LAMC 2016 en New York en donde tuve un fuerte discusión con Carlos Vives, él era panelista y yo asistente… le reclamé por su frase vacía y minimizadora “el rock de mi pueblo”, porque el rock de mi pueblo es lo que hacen las miles de bandas sin espacios en Colombia y no ese vallenato modernizado con el que quiso darle a entender al mundo que nosotros necesitábamos encajar en base a papagayos y ruanas, ese episodio fue incómodo, tener que convencer a 100 personas que lo que el señor hace se llama Vallenato no es tarea fácil.
Este fin de semana pasado, en el Festival cordillera de Bogotá, un festival que precisamente se apalanca de la nostalgia y de géneros que no terminan de tener identidad para vender boletos, apareció el samario y entre su repertorio le pareció buena idea destruir la canción de Queen “We will Rock You” y no solo en la parte musical sino en el adefesio del estribillo “viva el vallenato”. Y aunque ya lo había hecho en otros escenarios, en Colombia esto tiene una connotación diferente, porque pasa en un lugar en donde el rock ha sido reemplazado por una doctrina, una dictadura musical y la gente lo celebra, porque sí, porque ese es el rock de mi pueblo. Ese mismo Rock de mi pueblo en donde Diomedez Díaz era un “rockstar” según varios periodistas y la terquedad de personajes ignorantes como los curadores de varios festivales públicos y privados que le enseñaron a Colombia que el rock es una caricatura, que es un acto bufonesco y que no se puede tomar en serio, lo vemos cada año en rock al parque donde algunos salen con actos de carnaval para decir que es rock.

Cuando Vives habla del “rock de su pueblo” como si fuera algo lejano, olvidado o no digno, desprecia sin saber las miles de bandas que luchan por un espacio en Colombia, que no viven de la nostalgia ni del marketing barato. El rock de mi pueblo son cada uno de esos músicos invisibles, no un producto empaquetado y vendido como mercancía a golpe de éxitos comerciales.
Pueden ver el aparte de la presentación acá: https://www.facebook.com/reel/1091531683187577
Eso que llamaron “el rock de mi pueblo”, esa insistencia absurda, eso no es rock, es puro circo. Es el reflejo de una industria y una cultura que han permitido que la esencia rebelde, contestataria y auténtica del rock se diluya en un mercado de nostalgia decreciente y en performances de bajo nivel artístico. La música se convierte en un trámite, en una farsa que se vende fácil para llenar estadios y alimentar egos. Pero bien… eso es ¿no? pan y circo.
El problema principal de que ocurran situaciones como la distorsión y banalización del rock en Colombia radica en una combinación de factores estructurales y culturales profundamente arraigados. Primero, hay una ausencia crónica de espacios, apoyo institucional y reconocimiento real para la escena musical independiente y de culto. Esto genera un vacío que aprovechan el mercado, la industria y figuras mediáticas que priorizan lo comercial, lo fácil y lo rentable, en detrimento de la autenticidad y la calidad artística.
Además, hay una confusión cultural sobre lo que realmente es el rock y su función social e histórica. En Colombia, muchos sectores confunden géneros y estilos, mezclando sin rigor el folclore, la música popular masiva y el rock, lo que lleva a percepciones erradas y una degradación conceptual del género. El rock, que debería representar rebeldía, reflexión y expresión profunda, termina reducido a eslóganes vacíos, performances carnavalescos o fusiones superficiales, que se aceptan y legitiman socialmente como “rock”. Pero ya estamos hartos de repetirlo durante años porque no lo van a entender. Para estos personajes meterle 4/4 al vals va a ser normal o jugar Fútbol con aletas y bates de beisbol también porque en su pequeño y sesgado mundo “la música es una” y el “deporte es uno”. Es una pelea perdida, mientras la ignorancia tenta dinero el arte jamás tendrá dignidad.

También existe un problema generacional y de liderazgo musical. Algunos referentes, con poca formación o conciencia del legado, perpetúan y alimentan esas visiones erradas. Esa falta de guía y visión clara hace que nuevas generaciones no tengan modelos a seguir sólidos ni una identidad clara, lo que lleva a una escena fragmentada y vulnerable a la mercantilización y normalización de lo mediocre, en donde el problema principal es la falta de una estructura cultural, educativa, institucional y económica que apoye y valore genuinamente el rock auténtico, sumado a una ignorancia generalizada que permite que se trivialice o se reduzca a una caricatura para consumo masivo. Hasta que esto no se corrija, la escena seguirá siendo presa fácil de la banalización. Y a esto, a este pedido le llaman “radicalismo”, pero no lo es… radicalismo es sentar una estupidez como dogma y hacerlo una bandera.
El rock en Colombia se merece más que esto. Se merece respeto, espacios reales, apoyo a las bandas fuera de los reflectores que trabajan con honestidad y compromiso, sin venderse a la nostalgia o a la caricatura. Lo que vimos en Cordillera fue solo otro capítulo más de un largo proceso de degradación cultural que ya estamos hartos de denunciar y combatir, el rock colombiano es una burla pública.
Así que mientras algunos celebran ese absurdo “viva el vallenato” en el estribillo de “We Will Rock You”, otras miles de voces están haciendo el verdadero rock de este país, el que duele, incomoda y lucha. Y esas voces son las que verdaderamente mantienen vivo el espíritu fuerte y genuino de nuestra música. Por favor no vayan a llorar.
@felipeszarruk
Colombia
La música hoy es un puto producto industrial vendiendo humo para una máquina insaciable que se llama algoritmo.

La industria musical atraviesa una crisis brutal… tiene hambre, hambre insaciable, hoy todo se ha convertido en un asunto de algoritmos y modelos de distribución masiva que solo buscan hacer dinero sin importar si la música vale algo o no.
En una charla de Symphonic Distribution en el Bomm de Bogotá, una chica —aún en sus veintes— lanzó la idea “sofisticada” de que los músicos deben sacar música todos los días para alimentar estos algoritmos. Eso no es arte, es pura explotación y pérdida de la esencia creativa, lo que importa hoy no es lo que hagas, sino cuánto ruido generes para que la máquina te mantenga arriba.
Históricamente la música es un proceso lento, un trabajo artístico donde la paciencia, la reflexión y el detalle hacen que una canción conecte de verdad con quien la escucha. Pintores, escritores, músicos… todos se toman el tiempo porque saben que la magia no sale en cinco minutos ni en una ida al baño, pero ahora los artistas están atrapados en un ritmo frenético diseñado por plataformas, donde producen en masa para engordar estadísticas y mantenerse visibles, esa propuesta horrible de sacar música diariamente refleja un sistema que mata la creatividad y la reemplaza con pura producción en serie, como mulas de carga que deben alimentar el nuevo negocio de la música que solo le sirve a las distribuidoras y plataformas.
Y no es sorpresa que esto se manifieste en géneros como el reguetón, donde el éxito no depende ni de la complejidad musical ni de letras que tengan algo que decir, sino de beats repetitivos y letras vacías que cualquier programa barato como Fruity Loops puede generar a chorro, esa facilidad para tirar decenas de canciones al día ha forzado al resto de géneros a entrar en un juego de repetición y banalidad para competir en visibilidad, dejando un montón de música que parece más ruido vacío que arte, lo vemos en cientos de músicos desesperados por sacar 50 sencillos al año que quedan en el olvido.

Esto no solo pasa en la música; el cine también está en caída libre, ahora la calidad se mide en taquilla, prefieren llenar salas con fórmulas recicladas que arriesgar con historias que hagan pensar o sientan de verdad, el arte se ha convertido en mercancía, y la diversidad y la innovación han quedado aplastadas bajo la lógica del negocio, los creadores o se amoldan o desaparecen y el resultado es un empobrecimiento cultural que apaga la chispa creativa.
Los músicos están en medio de un gran problema… O se venden y se adaptan a estas reglas que los despersonalizan o defienden lo que para muchos es lo más importante: el valor del arte, aunque eso implique arriesgar su sustento económico y en países como los nuestros el hambre es más fuerte que cualquier cosa, hay que ser honestos y aceptar que los artistas de hoy están desesperados por comer y por eso son sometidos como escalvos a los caprichos de estos modelos que pareciera que son lo único que existe. Lamentablemente, casi todos eligen jugar el juego para sobrevivir. Y esa misma necesidad alimenta un círculo vicioso que termina en una escena musical fragmentada, saturada de contenido efímero y vacío.
El impacto es doble, culturalmente la música pierde lo que la hacía única, su identidad, fuerza rebelde y memoria emocional y económicamente, los mejores artistas no reciben reconocimiento ni la compensación que merecen, triunfa el que más vomita lo que ahora llaman “contenido” mientras plataformas y empresas acumulan fortunas. La creación artística se ha convertido en una mercancía más y el músico en un mercenario pasivo peón de un tablero dominado por algoritmos y resultados financieros.
Pero la historia nos ha enseñado que la esencia creativa nunca se puede silenciar del todo y aunque el ruido ensordecedor y la presión mercantil parezcan dominar, siempre aparecerán voces auténticas que romperán con las fórmulas y rescatarán la dignidad del arte, esa resistencia es lo que mantiene viva la magia de la música y su capacidad de conmover, incluso cuando todo está diseñado para lo contrario.

Está clarísimo, la industria debe dejar de verse como una cadena de producción y músicos y el público tienen que volver a valorar la calidad y autenticidad por sobre la cantidad y el consumo rápido. No se trata de rechazar a la tecnología o a las plataformas, sino de recuperar la autonomía creativa y establecer un equilibrio donde la música sea para el arte y las emociones, no para contar streams o obedecer a un puto algoritmo frío.
En pocas palabras, la idea de hacer música a diario para complacer a un algoritmo no solo es ridícula, sino que desnuda una crisis general que afecta toda la cultura contemporánea y lo preocupante es que eso es lo que están enseñando como “lo lógico” y el “camino a seguir” en los encuentros musicales. Es la señal de que el verdadero arte está siendo reemplazado por una versión falsa diseñada solo para hacer dinero rápido… que el hambre no impida abrir los ojos a esta realidad y actuar con fuerza para cambiarla, de lo contrario el mejor camino para hacer dinero es vender empanadas o traer cosas de china, no maten la música por culpa de un almuerzo.
Colombia
Grita 2025 presenta un cartel explosivo para su próxima edición.

El Festival Grita 2025 se prepara para vivir una edición memorable celebrando sus 18 años como uno de los encuentros más importantes para la música alternativa en Colombia. Este año el festival se realizará los días 10, 11 y 12 de octubre en el Centro de Eventos y Exposiciones de Manizales, Expoferias, y llegará cargado de propuestas sonoras que confirman la diversidad y vitalidad de la escena independiente. El anuncio de sus primeras bandas seleccionadas revela una apuesta consciente por el trabajo de convocatoria, audiciones y curaduría, integrando artistas emergentes y consagrados en géneros que van desde el rock y el metal hasta el rap, reggae, hardcore, ska y punk, sin dejar de lado la experimentación y la fusión.

La edición 2025 destaca por una programación que reúne lo mejor del talento local, nacional e internacional. Bandas como Besana, Peloegato, Oblitus, Bajado con Espejo, Repudio, No Absolution y Sick Morgan son ejemplos del pulso creativo de Manizales, junto a ellas nombres representativos de la movida de Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades del país harán parte de este festival, acompañados además por las propuestas singulares de Lion Reggae, Acusbeats, Moth, Stayway, Pániko Satániko, Danger, Rex Marte, Mortis y los Desalmados y Okinawa Bullets. Cada agrupación aporta su propio enfoque y energía, reflejando tanto las historias de los barrios y las montañas como las búsquedas personales y colectivas que marcan el presente de la música alternativa nacional.
Para celebrar por todo lo alto, Grita 2025 también contará con la presencia de invitados internacionales que garantizan una experiencia única, el cartel incluye leyendas como los españoles Envidia Kotxina, los brasileños Krisiun y la fuerza multicultural de La Chiva Gantiva, junto a la contundencia neoyorquina de Cro-Mags, la fiesta de ska argentino con Los Calzones y la mitología oscura de Triptykon, encabezada por Tom G. Warrior. La confluencia de estos artistas con los sonidos locales confirma el festival como un punto de encuentro imprescindible para el público y los músicos.

Grita se ha ganado a pulso su lugar como un espacio de circulación, encuentro, resistencia y fiesta para quienes creen en la música que se arriesga y no hace concesiones. El festival consolida así su rol como motor de la cultura alternativa, brindando una tarima plural donde conviven generaciones, estilos e ideas diversas. La invitación está abierta para disfrutar tres días de celebración y energía colectiva, con Manizales como epicentro de la sonoridad rebelde, el talento y la autogestión.
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