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En Madrid hay dos metaleros en huelga desde hace 25 años y ahora son una atracción turística.

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Caminando por la avenida más emblemática de Madrid, La Gran Vía, me encontré con dos personajes que de una llamaron mi atención. Metaleros ya de edad con todas las de la ley, estaban ahí de lado a lado, la gente parecía reconocerlos pero entonces una amiga que me acompañaba me dijo “esos son los heavies de La Gran Vía”, no eran una banda como pensé al principio, su historia es mucho más interesante.

José y Emilio Alcázar son conocidos en Madrid como Los Heavys de Gran Vía y se han convertido en figuras emblemáticas que han dejado una marca indeleble en el paisaje urbano de la capital española. Nacieron en 1966 y criados en el barrio de Chamberí, estos gemelos comparten una pasión ardiente por el rock y el heavy metal que los ha llevado a convertirse en un punto de referencia la calle más turística de España en donde hay cientos de almacenes y teatros estilo Broadway. Al principio me maravillé con la historia pero después comencé a notar que al igual que en Time´s Square en New York por la calle aparecían otros personajes disfrazados para ofrecer fotos a los turistas, así que indagué más sobre ellos.

El cierre en 2005 de la icónica tienda de discos Madrid Rock fue lo que marcó un punto de inflexión en la vida de los hermanos Alcázar pues eran fieles asiduos del establecimiento, el cierre repentino los llevó a protestar en aquel entonces, reuniéndose frente al número 25 en donde antes estaba el almacén. Desde ese momento han convertido el lugar en su punto de encuentro habitual, atrayendo la atención de transeúntes, turistas y curiosos con su estilo distintivo y su actitud tranquila y vistosa.

La verdad es que son difíciles de ignorar, sobre todo para un rockero y la historia va mucho más allá, a lo largo de los años, los hermanos Alcázar han enfrentado numerosos desafíos, en su juventud al parecer le daban duro a las drogas y al alcohol y esto ocasionó que perdieran muchos amigos y familiares según cuentan en varias entrevistas de las miles que hay sobre ellos en Internet, pero también dicen que lograron dejar atrás ese pasado y hoy son defensores de una vida “limpia”, cuentan que su hogar es modesto, con lo justo y necesario para sobrevivir, sin lujos y sin ataduras materiales como lo manda esta vida de rock and roll, dedicados a vivir cada día como si fuera el último, su filosofía de vida se basa en la libertad y la autenticidad, valores que han defendido con firmeza a lo largo de los años, Emilio es un ferviente seguidor de AC/DC y José siendo fiel a Judas Priest.

Su presencia en la Gran Vía es una afirmación de su rebeldía y su amor por la música y a pesar de las miradas de desconfianza y los prejuicios que pueden generar en algunos, se mantienen firmes en su lugar, recordándonos que la verdadera libertad radica en ser uno mismo, sin importar lo que digan los demás, es un recordatorio de que, a veces las personas más extraordinarias se encuentran en los lugares más inesperados, que el amor por las cosas que uno ama en este caso el rock puede convertirse en cualquier momento en el destino que acapara todo su tiempo. El cierre de una tienda de discos en este caso convirtió a estos dos en una especie de personajes de Disneylandia que ahora viven así, como los muñecos que comparten esas aceras, es una historia romántica, sí, pero la verdad se puede interpretar de varias maneras. ¿Lucha o negocio? Es le queda a cada uno.

@felipeszarruk

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